Fig. 1. Pieza 12108: escena del calvario [1]. Se muestra ampliada
la inscripción sobre la cruz.
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La lectura RIP de la inscripción sobre la cruz del
calvario de Iruña-Veleia (Fig. 1) forma parte prominente del argumentario ad ridiculum falsista sobre Iruña-Veleia,
junto a otros grafitos como “Descartes” [2], el “cerdito” (alias Porky) [3], la “sirena” [4] o
Nefertiti [5], cuya sola mención provocaría la risa o la sonrisa burlona y el
rechazo, por lo absurdo, de los grafitos. Cisonten/Gorrochategui destaca este grafito
como paradigma de falsedad entre todos los demás diciendo “Claro que tampoco se
puede pasar uno toda la vida elaborando un informe para verificar la
autenticidad de unas inscripciones en una de las cuales hay un RIP en un
calvario” [6]. Antes, el propio Gorrochategui había escrito en su artículo Hic et Nunc (texto de una charla de
2010): “Pero a nadie se le escapa que esta conclusión [de falsedad] es ahora
aceptada por la inmensa mayoría de la opinión pública vasca, gracias a que en
el mismo lote fraudulento venían calvarios con RIP, menciones de Nefertiti y
extravagancias latinas como las apuntadas antes.” [7]. En sus “Armas de la
Filología”, incorporado a su informe sobre los grafitos de Iruña-Veleia, le
dedica amplio espacio a la discusión sobre el RIP: “Parece evidente que en
nuestro caso las letras deben representar precisamente la fórmula cristiana de
la muerte: o recessit in pace ‘murió
en paz’ o requiescit in pace
‘descansa en paz’, lo cual, dicho de Cristo, representa una contradicción con
el mensaje central del Evangelio y de la fe cristiana: que Cristo precisamente
no descansó en paz, sino que resucitó. Por otro lado, el letrero se alejaría de
la versión de los evangelios (de los cuatro, aunque con pequeñas diferencias
entre sí), que concuerdan en que el letrero recogían la causa del proceso y
sentencia ‘Jesús rey de los judíos’ y según el evangelio de San Juan ‘Jesús
nazareno rey de los judíos’. Tenemos por tanto dos problemas: el teológico y el
histórico.”… “De todo ello se deduce que la abreviatura RIP para la fórmula recessit in pace no fue utilizada, ni
seguramente conocida, en época romana ni visigoda, siendo su empleo posterior.
Ello plantea evidentemente un problema filológico de enorme calado” [8], sentenciando
luego en su “Dictamen”: “No hay ningún ejemplo de abreviatura RIP.” [9].
Coincidiendo en lo sustancial con Gorrochategui, Isabel Velázquez califica como
“absolutamente impensable” el letrero con RIP, aunque su interpretación no es
idéntica: requiescat o requievit in pace [10].
La pregunta que le viene a uno inmediatamente a la mente
es ¿por qué si, según Gorrochategui y Velázquez, la abreviatura RIP no está
documentada en la Antigüedad con el significado de requiescit/recessit/requiescat/requievit in pace, y además dicho
significado plantea problemas graves de tipo teológico, histórico y filológico,
ambos autores coinciden en interpretarla de esta manera en una pieza procedente
de una excavación arqueológica profesional de una ciudad romana datada mediante
estratigrafía en el siglo III d.C., sin intentar buscar ninguna otra
interpretación alternativa encajable en la época señalada por la estratigrafía?
Esta actitud no es entendible, por ilógica, pero es consistente con la forma
tan peculiar que tienen de proceder en sus argumentaciones en sus informes sobre
los hallazgos de Iruña-Veleia: cuando no encuentran un paralelo en la
Antigüedad que se les venga a la mente, no parecen verse obligados a hacer
búsquedas exhaustivas en la bibliografía y bases de datos epigráficas o a
buscar interpretaciones alternativas en un contexto antiguo, como sería de
esperar, sino que ello les sirve como excusa para apuntar hacia la falsedad, y
si encuentran algún paralelo en época actual, aún mejor para reafirmarse en sus
ideas preconcebidas. En el caso de RIP, el que la abreviatura se utilice actualmente
con el significado de “requiescat in pace” les viene como anillo al dedo para
apoyar una idea, la de falsedad, que parece fijada de antemano, a pesar de que no
tendrían demasiado complicado buscar otra interpretación en la Antigüedad, ya que, aparte de que en dicha época hay documentadas abreviaturas muy parecidas, como RINP, RQIP, RQIPC o
DIP (depositus in pace) [11], en el Evangelio de San Marcos, versión Vulgata, se dice que el letrero de la
cruz de Cristo rezaba simplemente Rex Iudaeorum
(lo cual, incomprensiblemente, omite Gorrochategui en sus “Armas de la filología”,
a la vez que alude a un supuesto letrero “Jesús rey de los judíos” que no está
en ninguno de los cuatro evangelios), cuyas iniciales RI coinciden parcialmente
con el letrero del grafito de Iruña-Veleia, y que aparece abreviado en el
crucifijo de un relicario del siglo V como Rex
Iud (Fig. 2). Lo que sí tienen complicado es encajar el RIP en una
falsificación contemporánea, porque ¿cómo explicar que a un falsificador con
conocimientos tan sofisticados sobre el latín vulgar, la epigrafía y
paleografía de época romana y el cristianismo primitivo como los requeridos
para fabricar los grafitos de Iruña-Veleia se le pudiera ocurrir colocar el
letrero RIP sobre la cabeza de Cristo crucificado con el significado de
“requiescat in pace”? ¿Con qué intención? ¿No parece absurdo? Ciertamente lo
es, pero por increíble que parezca, esto es precisamente lo que nos proponen en sus informes dos prestigiosos filólogos y catedráticos
universitarios.
Fig. 2. Relicario de marfil con la crucifixión de Cristo y la inscripción REX IVD en la cruz. Roma, c. 420-430 d.C. British Museum.
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Otra pregunta que me hago es por qué Gorrochategui y Velázquez están tan seguros de la lectura RIP, cuando en la inspección de las fotografías no está nada claro que la primera letra sea una R. De hecho, dos técnicos del Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava, que inspeccionaron personalmente la pieza, no vieron tal R, sino “tres rayitas con desconchados, similares a otros grafitos que aparecieron en el yacimiento” (Fig. 3) [12] y el lingüista y epigrafista alemán Herbert Sauren vio una E arcaica [13]. Yo he defendido esta última lectura, basándome en que, como observaron las técnicos de la DFA, parecen verse tres rayas oblicuas paralelas que van de izquierda a derecha y de arriba abajo, como las de las Es arcaicas de algunas inscripciones celtíberas (Fig. 4) [14], y teniendo en cuenta que en otros grafitos de Iruña-Veleia, al igual que en el Itinerario de Barro, aparecen signos ibéricos insertos entre letras latinas (Fig. 5). Inicialmente descarté que fuera una R, porque no conocía ninguna con tres rayas paralelas. Sin embargo, en este foro, “Karistiarra” señaló el parecido del signo de la cruz del calvario con la R del abecedario de otro grafito de Iruña-Veleia, de la pieza 15542 (Fig. 6), considerado auténtico por la Ertzaintza, al haber arqueólogos que testificaron haberlo visto in situ en el momento de su exhumación [15], en la cual hay dos líneas oblicuas paralelas. En un primer momento, interpreté la línea más fina como posible ralladura accidental, quizá producida por habérsele “ido la mano” al escritor al apretar con fuerza sobre la cerámica. Sin embargo, al comprobar que en el mismo abecedario hay una K con cuatro rayas que divergen desde el centro del trazo vertical (Fig. 6), de forma similar a la K de otro abecedario de época romana de Dacia en el que se ven tres rayas divergentes (Fig. 7), acepté la posibilidad de que el segundo trazo oblicuo de la R del abecedario de Iruña-Veleia no fuera accidental, sino intencionado. Esta posibilidad también es consistente con el hecho de que la adición de trazos extra a las letras no es infrecuente en inscripciones de época romana, como vemos en varias letras de grafitos de Segóbriga [15] o en Zs atravesadas por un trazo horizontal medio [16] (como también se ve en el abecedario de Dacia). Sin embargo, al desconocer la existencia de otras Rs antiguas con trazo oblicuo doble, me mantuve escéptico con esta idea, hasta que recientemente leí una noticia en el foro Terrae Antiquae [17] informando del descubrimiento cerca de Jerez de monedas de época romana con el nombre antiguo de la ciudad, Ceri, en una de las cuales se ve una R con dos trazos oblicuos (Fig. 8). Ello implica que el segundo trazo oblicuo de la R del abecedario de Iruña-Veleia probablemente no es accidental, sino intencionado, formando parte de una variante gráfica de la letra existente en la Antigüedad. Consiguientemente, también la primera letra de la inscripción de la cruz del calvario de Iruña-Veleia puede ser una R de este tipo. En ella, la línea oblicua superior puede ser la parte superior del semicírculo, que no se habría llegado a completar por la dificultad de trazar uno tan pequeño en un soporte cerámico y por la posible existencia de irregularidades en su superficie.
Fig. 4. Bronces celtíberos de Cortono (izda.) y Luzaga
(Guadalajara) (dcha.) con Es arcaicas (ampliadas).
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Fig. 5. Signos ibéricos en la placa II del Itinerario de
Barro (a) y en las piezas 11425 (b) y 13397 (c) de Iruña-Veleia. (d) Signario
ibérico nororiental.
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Fig. 6. Abecedario de la pieza 15542 de Iruña-Veleia.
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Fig. 7. Abecedario de época romana de Dacia.
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En cuanto a la posibilidad de que la primera letra de la
inscripción sea una E arcaica, como propone Sauren [13] y como defendí previamente, no puedo descartarla completamente,
pero actualmente no favorezco esta idea, por el mayor parecido con la Rs de trazo oblicuo doble del abecedario de Iruña-Veleia y de la moneda de Jerez y porque otras Es arcaicas que vemos en
Iruña-Veleia, así como las del Itinerario de Barro (Fig. 5), son del tipo del
signario ibérico nororiental, con los trazos yendo de abajo a arriba, en vez de
arriba a abajo, como en el calvario.
Además, los trazos paralelos de las Es de los bronces celtibéricos de Cortono y
Luzaga tienen aproximadamente la misma longitud (Fig. 4), lo cual no ocurre con
los trazos de la inscripción del calvario.
En cuanto a la posibilidad de que sea un signo de
santidad en forma de “comillas triples”, como parecen sugerir las técnicos de
la DFA, tampoco me parece probable. Primero, porque ya hay signos de santidad,
en forma de trazos dobles, a ambos lados de la cruz (Fig. 1). Segundo, porque
los signos de santidad de Iruña-Veleia enmarcan los nombres a ambos lados, y en
este caso aparecen solo a la izquierda del IP. Y tercero, porque las formas de
los signos de santidad son diferentes al que aparece en la cruz (Fig. 9).
Lo más parecido a éste serían las situadas a ambos lados de Jupiter en la pieza 10771, pero son signos con trazo triple, como otros de Iruña-Veleia (no cuádruple como el del calvario), en los
que el trazo al que se unen los dos trazos oblicuos paralelos está a su
derecha, formando un ángulo con vértice inferior, y no a su izquierda y
formando un ángulo con vértice superior, como en la cruz del calvario (Fig. 9).
Fig. 9. Arriba: “Marcas triples” de santidad en grafitos de
Iruña-Veleia. Abajo: JUPITER en la pieza 10771 de Iruña-Veleia con marcas
triples a ambos lados.
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Si la lectura fuera RIP, ¿cuál es su significado? Considerando
los textos evangélicos, lo más lógico sería que RI significase Rex Iudaeorum, que es el letrero sobre
la cruz de Cristo mencionado en el evangelio de San Marcos, reproducido en
forma abreviada en la cruz de un relicario del siglo V como Rex Iud (Fig. 2). ¿Y la P? Estando sobre
la figura de Jesús tras un título, “rey de los judíos”, que se le atribuye en
los evangelios, sería razonable pensar que también fuera abreviatura de un título bíblico
de Jesús. ¿Qué títulos se le atribuyen en el Nuevo Testamento a Jesús que
comiencen por P en latín? Uno es el de propheta
y otro es el de pontifex, traducción
del griego archiereus, que significa
sumo sacerdote. El título de profeta es un tanto marginal en los evangelios: a
la pregunta de Jesús sobre lo que la gente decía de él, los apóstoles
contestaron que algunos decían que era uno de los profetas, y en el evangelio
de San Lucas uno de los discípulos que iban camino de Emaús tras la muerte de
Jesús dice que éste fue “un profeta poderoso en obra y palabra”. En cuanto al de pontifex, la Carta a los
Hebreos desarrolla el argumento de que Jesucristo es a la vez sumo sacerdote (pontifex) y víctima sacrificial. Yo me
inclino hacia el significado de pontifex,
porque aparece con mucha frecuencia en la numismática y epigrafía latinas
abreviado como P en el título imperial de pontifex
maximus (PM), mientras que no he encontrado ningún caso de utilización de P
como abreviatura de propheta [18], y
porque el título cristológico de sumo sacerdote está basado en una elaborada argumentación
teológica en la Carta a los Hebreos, que es entendible desde la perspectiva del
judaísmo, pero no desde la gentilidad, lo que concordaría con las características
judaizantes de los grafitos de temática cristiana de Iruña Veleia. La unión de
los títulos de máxima autoridad secular (rey) y religiosa (sumo sacerdote) de
Israel en la persona de Cristo sería equivalente a la unión en la persona del
emperador romano de los títulos de máxima autoridad secular (imperator) y religiosa (pontifex maximus) de Roma.
La lectura que propone Rodríguez Colmenero de Regis Iudaeorum Passio [19], no me parece
muy acorde con la escena representada, que no es la pasión de Jesucristo, sino su
acto final, que es su muerte en la cruz. Además, si fuera el título de una
escena, debería ir encabezando la misma por encima del conjunto de los elementos
que la componen. Por otra parte, tampoco he encontrado ningún caso en la
epigrafía latina de utilización de P como abreviatura de passio.
Además del letrero de la cruz, la propia figura de Cristo
crucificado se ha utilizado como argumento contra la autenticidad del calvario
de Iruña-Veleia. Giuliano Volpe, profesor de arqueología de la Universidad de
Foggia, comentó lo siguiente en su informe: “El elemento cruz, ampliamente
atestiguado en los grafitos, no es compatible con un periodo tan antiguo, pero
la cosa más singular está en el hecho de que las cruces están pobladas, en el
sentido que se trata de crucifijos, que, como es conocido, aparecen solo a
partir de la mitad del siglo V.” [20]. Primero, habría que preguntarse si el
del calvario de Iruña-Veleia es un crucifijo como los de época medieval. Y es
que el esquematismo de la figura de Cristo es tan pronunciado en este y otros grafitos
de Iruña-Veleia [21], que no sería posible identificarla con Cristo si no fuera
por el contexto: el crucificado carece de elementos identificativos de Jesús,
algunos descritos en los evangelios, como la corona de espinas o la herida en
el costado, otros no bíblicos pero habituales al menos desde la crucifixión del
Evangelio de Rabbula, del siglo VI, como la barba, el pelo largo y la aureola
alrededor de la cabeza (Fig. 10). En algunas crucifixiones de Iruña-Veleia, el
crucificado no se representa más que como dos trazos perpendiculares
entrecruzados, con una elipse como cabeza en uno de los extremos del trazo
vertical: si no fuera porque está en una cruz, su identificación no solo como
Cristo sino como un ser humano sería dudosa [21]. Si hubiera que buscar un
paralelo de las figuras de los Cristos crucificados de Iruña-Veleia, más que el
de las crucifixiones medievales, yo diría que el más próximo sería el símbolo
cristiano del staurogramma,
documentado desde el siglo II, que, según la hipótesis del historiador del
cristianismo primitivo Larry Hurtado, constituiría la más antigua referencia
visual de Jesús crucificado [22].
Fig. 10. Escena del calvario en el Evangelio de Rabbula. Siria, 586 d.C.
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Aparte de la disimilitud de los crucifijos de Iruña-Veleia con los medievales, la afirmación categórica de Volpe de que los crucifijos aparecen solo a partir de la mitad del siglo V está en contradicción con lo que Raúl González Salinero, profesor de Historia Antigua de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, escribe en su artículo sobre el “grafito de Alexámeno”: “La gema más antigua con la imagen de la crucifixión, originaria probablemente de Siria, está fechada a finales del siglo II o principios del III. De mediados del siglo IV es otra gema, encontrada al parecer en Constanza (Rumania), en la que junto a la escena de la crucifixión aparecen las figuras de los apóstoles.” [23]. Estas crucifixiones antiguas, junto con la de otra gema del siglo IV d.C., se muestran en el libro “Picturing the Bible: The Earliest Christian Art” de Jeffrey Spier [24] (Fig. 11) y en el informe de Idoia Filloy sobre los motivos iconográficos de Iruña-Veleia [25]. El artículo de González Salinero está centrado en un grafito hallado en la colina del Palatino, en Roma, que representa a un hombre crucificado con cabeza de asno y a su izquierda un individuo con el brazo alzado en actitud de rezo o veneración, con un texto en griego en la parte inferior que dice “Alexamenos sebete Theon” (“Alexámenos adora a Dios”) (Fig. 12). La mayoría de los estudiosos data este grafito entre finales del siglo II y principios del III d.C. Sobre el significado de la escena representada, González Salinero comenta: “no hay ninguna razón que impida considerar al grafito de Alexámeno como una representación de carácter burlesco, difamatorio, blasfemo e irrisorio de la religión cristiana y a los dibujos que acompañan a la inscripción como caricaturas insultantes de la figura de Cristo y de sus adeptos.” Lo que se deduce de ello, obviamente, es que si a finales del II o principios del III se hace una burla de la adoración de Cristo crucificado, es porque el hecho que es objeto de la burla sería una realidad en aquella época, conclusión a la que también llega González Salinero: “nada habría impedido suponer que la veneración de la cruz era una práctica habitual entre los primeros cristianos aunque no se hubiese conservado ninguna imagen iconográfica de la misma correspondiente a esa época.”
Fig. 12. Grafito de Alexámeno. Hallado en el monte
Palatino, Roma. Siglo II-III d.C.
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El artículo de González Salinero también trata sobre las tendencias
judaizantes de algunas comunidades cristianas de la Antigüedad, lo cual tiene
gran relevancia para los hallazgos epigráficos de Iruña-Veleia, en los que son
notorios los elementos cristianos judaizantes: “Tal como ha demostrado Manlio
Simonetti, se deduce que la Iglesia romana de los primeros tiempos tardó mucho
en desembarazarse de sus primitivos rasgos judeocristianos. Clemente de Roma
refleja en su carta a los corintios, escrita a finales del siglo I, una
impostación cultural y religiosa en la que la impronta judaica parece ser más
fuerte que en las comunidades de origen netamente paulino, algo que concuerda
sustancialmente con la visión de la comunidad romana ofrecida por el Pastor de
Hermas algunos decenios después. Para precisar el significado de este aporte
judaizante presente en la carta clementina, Simonetti prestó atención a tres
puntos esenciales: por un lado, a su bajo perfil cristológico (Jesús es visto
solamente como salvador y redentor, ignorando su vertiente cosmológica,
fundamento de la cristología de alto perfil propia de la teología paulina y
joánica), por otro, a la dirección presbiteral de una comunidad en la que
tardaría en imponerse el episcopado monárquico, y finalmente, a la continua
presencia del Antiguo Testamento, tanto en las citas directas como en las
argumentaciones ajenas a la alegoría tipológica de la tradición paulina.”
En conclusión, en el calvario de la pieza 12108 de
Iruña-Veleia confluyen diversos elementos que apuntan a una ejecución en época
antigua:
1) Fue hallado por un
equipo arqueológico profesional en un estrato del siglo III d.C. de un
yacimiento de una ciudad romana.
2) El esquematismo extremo
de la figura de Cristo crucificado, sin ningún distintivo identificativo de
Jesús, está en consonancia con el esquematismo del arte cristiano primitivo descrito
en la literatura [22], alejándose de las crucifixiones medievales y de épocas
posteriores.
3) Si la lectura de la
inscripción de la cruz fuera RIP, que he argumentado como más probable, tendría
un paralelo parcial en el Rex Iudaeorum
del evangelio de San Marcos y en el Rex
Iud de la crucifixión de un relicario del siglo V, apartándose del INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum) del
evangelio de San Juan establecido en las crucifixiones desde época medieval. La
forma de la R, con doble trazo oblicuo, también tendría un paralelo
paleográfico en el grafito del abecedario de Iruña-Veleia, de cuya exhumación
hay testigos, y en la R de CERI de una moneda de época romana encontrada cerca
de Jerez. Sería muy difícil concebir que un falsificador moderno conociera este
tipo de R debido a su rareza: no aparece en los grafitos de Pompeya [26], Ostia Antica [27], Segóbriga [28] o Augusta
Raurica [29], ni en las cartas de Vindolanda [30], ni en el libro de epigrafía latina
de John E. Sandys [31].
4) Si la primera letra
fuera una E arcaica (lo cual creo poco probable), tendría paralelos en las Es ibéricas
del Itinerario de Barro (aunque no son idénticas), datadas mediante
termoluminiscencia hacia el siglo III d.C. [32], y en algunas Es de
inscripciones celtíberas.
5) Las rayas de santidad a
ambos lados de la cruz tienen un paralelo en las marcas triples halladas en una
inscripción enmarcando un nombre hebreo en Silves (Portugal) datada en el siglo
IV d.C. [33,34].
6) Existen paralelos
coetáneos de la crucifixión del calvario de Iruña-Veleia en crucifijos de un
amuleto y dos gemas datados en los siglos II a IV d.C. y en el grafito de Alexámeno,
burla de la adoración a Cristo crucificado, del siglo II a III d.C.
7) El contexto cristiano
judaizante del conjunto epigráfico del que forma parte el calvario, que presenta
una gran coherencia interna, es consistente con las tendencias judaizantes de
algunas comunidades cristianas de la Antigüedad descritas por diversos
historiadores.
A favor de una fecha no
antigua, tendríamos únicamente el RIP, si se interpretase como “requiescat in
pace”. Pero si alguien se quiere aferrar a esta interpretación para calificar
el grafito como falsificación reciente, tendría que explicar, primero, la
presencia de una R con dos trazos oblicuos paralelos, inexistente en la
actualidad y rara en la Antigüedad, y, segundo, cómo un falsificador, que
debería tener unos conocimientos excepcionales de la epigrafía y paleografía de
época romana, del texto bíblico y del cristianismo primitivo que le permitieran aportar a la
escena todos los elementos que lo hacen creíble en un contexto antiguo, pudo tener
la ocurrencia de realizar un acto tan inexplicable y contrario a sus propios
intereses como colocar una abreviatura no documentada en la Antigüedad (ni
tampoco en época actual como letrero de un crucifijo) y teológicamente
problemática, si la interpretación fuera la mencionada, sobre la cabeza de
Cristo crucificado. La absoluta inverosimilitud de este escenario y la multitud
de paralelos en época romana hacen que se imponga con rotundidad la hipótesis
de ejecución antigua sobre la de falsificación reciente.
Referencias
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2. Thomson,
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“¿quién es este señor en la antigüedad?”, Diis Cart[ ], Niscart(o), Miscart (y
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http://www.amaata.com/2014/07/descartes-descartes-yo-no-lo-aseguro-yo.html
3. Thomson,
M. El “cerdito” de Veleia, Porky y la burla de los hallazgos. Ama Ata. 3 mayo
2013. http://www.amaata.com/2013/05/el-cerdito-de-veleia-porky-y-la-burla.html
4. Thomson,
M. La “sirena” de Iruña-Veleia y su parecido con una figura en vidrio hallada
por Gratiniano Nieto. Ama Ata. 9 agosto 2015. http://www.amaata.com/2015/08/la-sirena-de-iruna-veleia-y-su-parecido.html
5. Thomson,
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6. Cisonten. Comentario en: Terrae Antiquae: Iruña Veleia y sus
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http://terraeantiqvae.com/profiles/blog/showid=2043782%3ABlogPost%3A65839&xg_source=activity&page=301#comments
http://terraeantiqvae.com/profiles/blog/showid=2043782%3ABlogPost%3A65839&xg_source=activity&page=301#comments
7.
Gorrochategui, J. Hinc et nunc. Falsificaciones contemporáneas. El caso de Iruña-Veleia.
En: “El monumento epigráfico en contextos secundarios: Procesos de
reutilización, interpretación y falsificación”. Editores: Joan Carbonell
Manils, Helena Gimeno Pascual y José Luis Moralejo Álvarez. Servei de
Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona. Bellaterra (Barcelona). 2011. http://www.amaata.com/2013/12/hic-et-nunc.html.
8. Gorrochategui, J. Las armas de la filología. 2007.
9. Gorrochategui, J. Dictamen a la comisión asesora de la
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2008. http://www.sos-irunaveleia.org/dictamen-de-joaquin-gorrochategui.
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2008. http://www.sos-irunaveleia.org/informe-sobre-los-grafitos-latinos-de-iruna-veleia.
11. Thomson, M. Algunas abreviaturas de Iruña-Veleia:
FILI(VS), CORNE(LIVS/LIA), R?(?) I(?) P(?). Ama Ata. 6/12/2013. http://www.amaata.com/2013/12/filivs-cornelivslia-r-i-p_6.html
12. Van den Driessche, K. Comentario en “Próxima visita
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13. Sauren,
H. Le Christ crucifié. Sept répresentations de l’Antiquité.
14. Thomson, M. Es arcaicas. Ama Ata. 12/2/2013. http://www.amaata.com/2013/02/es-arcaicas.html
15. Thomson, M. Paralelos en grafitos “excepcionales” de
Iruña-Veleia de grafitos hallados en el yacimiento considerados genuinos por la
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Epigraphik Datenbank. http://www.manfredclauss.de/gb/index.html
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20. Volpe, G, Núñez, J. Informe sobre los motivos
iconográficos presentes en los denominados “grafitos de carácter excepcional”
del conjunto arqueológico de Iruña-Veleia. 4/10/2008. http://www.sos-irunaveleia.org/informe-sobre-los-motivos-iconograficos-presentes
21. Thomson, M. Crucifixiones, staurogramas y otros
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22.
Hurtado, L. The staurogram in early Christian manuscripts: the earliest visual
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https://www.era.lib.ed.ac.uk/bitstream/1842/1204/1/staurogram%20chapter-%20Manuscripts%20volumea.pdf
23. González Salinero. R. El grafito de Alexámeno: recuperando
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versión abreviada y divulgativa del mismo autor se puede encontrar en “Grafito
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pp. 50-52.)
24.
Spier, J. Picturing the Bible: The Earliest Christian Art. Yale University
Press. New Haven, CT, USA. 2007.
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