Fig. 22. Pieza IR-11258, cara A.Fig. 23. Pieza IR_11258, cara B.
Fusayola/óstrakon de T.S. que, a primera vista, parece ostentar una lectura que no le corresponde, tanto en el anverso como en el reverso, circunstancia que habría dado fuelle a algunos de los defensores de la falsificación de estos vestigios arqueológicos al ser mostrado como uno de los principales argumentos en contra de la autenticidad de tales restos debido a que habrían sido riscados recientemente sobre la superficie redondeada de dos fusayolas: en una de ellas solamente en su cara anterior con el adverbio NO, en tanto que en la segunda dos: SI en una de las caras y NO en la contraria de la misma pieza. Y, como quiera que esos adverbios parecen trasladarnos a todos a la Real Academia de la actual lengua común, deberían, según los “sabios”, ser estigmatizados con el rótulo de “falsos”. Ahora bien, prescindiendo, de momento, del primero de los ejemplares, que tan sólo repite el NO del par y no el SI respectivo, pregunto ¿puede realmente leerse SI y NO, respectivamente y en cada una de las caras del tal pequeño óstrakon circular, en el que ambos adverbios citados, y sobre caras contrapuestas, aparecen? Nuestra respuesta es rotundamente que no, ya que, en lo que atañe a la cara del SI, lo que, en realidad, se lee sobre el garabato allí riscado no es el adverbio afirmativo de marras sino unaR mayúscula enfilada en dirección contraria a la que marca la negrita de este renglón, siendo que, de corresponderle un SI, las letras del adverbio deberían ser dos y separadas a la hora de pretender expresarse coherentemente; de ahí que sea tomada por lo que es, una R solitaria orientada hacia su retro, ignoramos por qué y para qué. Y, lógicamente, ante esta R al revés, inquirimos ¿se trata de un caso nunca visto este de la escritura en dirección contraria a la normal o es infrecuente tan sólo? Por supuesto que no frecuente, pero tampoco inexistente según cabe deducir de los conocimientos de cada cual. En lo que a mi atañe, puedo afirmar que, en mis tiempos juveniles, me llevé una sorpresa al comprobar que sobre el dintel granítico de la puerta de entrada de una casa de la aldea de Saceda, en la provincia de Ourense, se hallaba esculpida la data, con la respectiva leyenda de su construcción, hacía siglo y medio, en dirección contraria a la habitual y, por tanto, tan sólo interpretable en dirección opuesta a la acostumbrada vulgarmente. Se me dijo entonces, ante mi desconcierto, que existían seres humanos que leen y escriben de esa manera y, entre ellos, el promotor de dicho predio, hacía ya entonces ciento cincuenta años. Y hete aquí que, andado tiempo, habría de enfrentarme con los grafitos de Veleia, hoy día en discusión, con una media docena de casos de esta misma escritura, siendo el mejor conservado el nombre de un niño cincelado sobre la tapa de su sepultura en las cercanías de Medeiros (Monterrey) datable en el siglo VI y con un tipo de letras mayúsculas muy parecidas a las de Veleia. En cuanto al supuesto NO de la otra cara, complementario del SI sobre la opuesta, hay, asimismo, argumentos más que sobrados para demostrar que tampoco existe la expresión como tal en el lugar que se le asigna, en primer lugar porque, según ya queda expresado en páginas anteriores, la sílaba NO y algunas más tienden, a veces, en los documentos que barajamos, a pasar por expresiones apocopadas de palabras que los destinatarios de entonces estarían en condiciones de dar por supuestas, pudiendo novo/nova ser citados con sólo la primera sílaba, en determinadas circunstancias, puesto que los destinatarios conocerían de antemano el contenido no cantado, pero sí entendido; de ahí que, en ocasiones, el adjetivo NOVA de Veleia pudiera haber sido riscado expresamente en versiones plenamente constatadas sobre la superficie de los grafitos mismos, tales como NOVA, NO(va) e, incluso, N(ova), es decir, desde la totalidad de las palabras del concepto a la solitaria sigla indicadora, conforme se podrá ir comprobando a lo largo del estudio que ahora nos ocupa con ejemplos, a nuestra manera de ver, contundentes. Por otra parte, si se pretendiese en el caso que ofrecemos leer NO, en cuanto adverbio de negación, la pretendida O de tal sílaba no podría ser tenida como circular, que normalmente le pertenece, sino cuadrangular, tal como aparece y puede ser comprobado. Item más, tampoco la presunta N del supuesto adverbio de negación sería tal, dado que su primer ángulo de apoyo se halla cortado horizontalmente por un risco que convierte en A la primera mitad inferior de la supuesta N, a partir de ahora transformada en sílaba de dos letras anexadas. Item más, incluso la O del supuesto NO parece no ser tal, en primer lugar porque se trataría de una O cuadrangular y, debido a ello, muy difícil de digerir como tal en el contexto en que aparece; y, en segundo término, porque la aureola amarillenta que parece ir dibujando el trazado exterior de dicha letra acaba por rematar su perfil a manera de G, en lugar de la O cuadrada que le estaba destinada; y como quiera que dicha G aparece formando grupo con la N del pretendido NO, al descubrirse recientemente por el que suscribe, sobre el ángulo izquierdo, el inferior de la N misma, una línea transversal que daría como resultado la conformación de la radical A^VG-, la cual podría ser, o la de A^VG(ustus), por ejemplo, o, si se prefiriese la nasalizada, la versión A^NG(ustus) lógicamente con otro significado.
Y tras lo expuesto, creo haber ayudado a desterrar los supuestos «SI/NO» contrapuestos y tenidos por los “falsistas” como escritos en castellano cervantino, en este caso delator de la, para ellos, supuesta mentira de la casi totalidad de los grafitos de Veleia. En resumen, que ni SÍ ni NO, SINO todo lo contrario.
V
IR-10953
Restos de una lucerna circular con cuidada inscripción en el borde. Atendiendo a su buena estampa, da la impresión de que no se trata de óstrakon alguno, sino de una lucerna circular fabricada a molde y sellada, al mismo tiempo que engobada en crudo, con la leyenda exterior perimetralmente desarrollada como: AT. CIIACIA. MIIA. CONIOGA., cuya traducción, a mi modo de ver, sería: “…Ahora bien, ¡Ceacia es mi mujer!”.
Fig. 24. Pieza IR-10953.
Como punto de partida, bien sabéis los latinistas que AT., seguida de punto, es una conjunción adversativa que puede ser traducida de diversas maneras, siempre que respondan aquéllas a esa adversidad congénita. Analizaremos, por tanto, la interpretación efectuada por el primero de los grupos pretéritos que llegaron a emitir sus respectivos “dictámenes”, aunque muy similares todos ellos y con parecidos movimientos, como si hubiesen sido, o acordados previamente tras los análisis individuales, o milagrosamente coincidentes.
En cuanto al texto ya aludido del óstrakon que estamos abordando, insistir tan sólo en que está grabado, en crudo, sobre la boca de la posible lucerna o candileja, hallándose separadas las palabras del texto perimetral por señales diversas entre una y otra, después de cada cual. Así pues, el punto de contacto, entre principio y fin, de la leyenda perimetralmente distribuido, se halla polarizado sobre una modesta rayita horizontal, mientras que, por el otro lado e inicio de la leyenda total, la conjunción AT se percibe separada de CIIACIA por una semiestrella en relieve; y, apareciendo en relieve ovalado, asimismo, los otros dos puntos que marcan el aparte entre los vocablos restantes.
Puede aseverarse, además, que la sintaxis de la leyenda es perfecta, salvo en el significado de una letra que hace femenino lo que, a la vez, es masculino, es decir, que CONIOGA, en pretendido nominativo, que en realidad no le corresponde, tiene que virar a CONIVX, asimismo en nominativo, y sus consecuencias, por cuanto se trata de un vocablo latino común a ambos géneros, masculino y femenino, sin necesidad de que el dedicante tenga que poner en órbita su sabiduría. En resumen, que nuestro epigrafista descubrió que la honrada era una mujer y ante ello, nada de coniugi, que sería lo correcto en este caso, al igual que en el futurible de su marido, sino CONIOGA para diferenciarla bien de él. Y qué queréis, ¿que le peguemos? Ahora bien, nos queda todavía por preguntar ¿de qué manera habrán reaccionado los “falsarios”, y lo digo sólo como castigadores de la mentira, que no falsificadores, frente a este problemilla? Creo que ni siquiera se enteraron de qué iba, por cuando sus apreciaciones vuelan en esta ocasión por los Cerros de Úbeda, visto que no han llegado ni siquiera a ser conscientes de la problemática a solucionar; de tal manera que, en los informes emitidos, la leyenda posible obtenida, y casi unánimemente aceptada, ha sido la de CONTOGATOS, como puede apreciarse, coincidente casi con la hipotética versión castellana de la palabra que, a punto venía y todos deseaban, en cuanto argumento falsificador de lo que en este y demás iconos se relataba. Para ellos, por tanto, ni CONIOGA ni conjunción AT ni significado específico de la puntuación. No extraña, por tanto, su “profunda reflexión” al pretender sintetizar, casi en una sola palabra, la leyenda perimetral circular allí existente en la versión CONTOGATOS, en castellano evolucionado CUENTAGATOS, sin diferenciar ni siquiera la conjunción AT. del resto del texto.
Y en otra cosa más han diferido de la lectura que aquí ofrecemos: la de pretender que la cuarta letra de CONTOGATOS fuese T y no I; y, efectivamente, algún fundamento poseen al haberlo hecho, por cuanto, por encima de la incisión vertical de la I, se percibe un inoportuno trazo horizontal. Ahora bien, que no se trata del tejadillo de la T lo vendrían a confirmar, en primer lugar, la igualdad de radio de esta letra y los de otras letras próximas con relación al centro de la tapadera; y, en segundo término, por cuanto no se trata de uno sólo sino de dos esgrafiados, más o menos paralelos entre sí en dirección inversa a la de la leyenda principal, delatores ambos, o de un simple accidente por parte del riscador, con réplicas abundantes dentro de la gran colección de Veleia a la que nos estamos refiriendo, o de un texto complementario añadido al exterior del recorrido, en dirección opuesta a la de la leyenda principal. Veamos. Al exterior de la palabra CONIOGA, y encima misma de la I de su centro, existe un trazo horizontal hondo, aludido ya, haciendo juego, tal vez en otra dirección, claro está, con una especie de compás semiabierto desplegado horizontalmente, mientras un trazo paralelo lo acompañaría en esa misma dirección por el borde exterior de la circunferencia. Por otra parte, relacionar ambos elementos entre sí resultaría también factible, atendiendo a la posición compartida horizontal que ambos poseen, en cualquier caso, con orientación inversa, y la posibilidad de unificarlos, o como sílaba o, lo que es más factible, como número IV (cuatro) aparentemente tumbado sobre el filete extremo de la circunferencia. Y es de esta manera que quedaría solucionado el enfrentamiento entre la “CONIOGA” y el “CONTAGATOS”. Y, aprovechando la circunstancia, ¿cuántos queréis que contemos?
Se trata de una de las tabellae fabricadas ad hoc para ser ilustradas sobre masa en crudo y, antes de su cocción, aprovechar ambas caras contrapuestas con diferentes finalidades. En una de ellas ha sido plasmado el dibujo de una careta de payaso a la vez que, a su pie y en escala menos generosa, el plano riscado de un teatrillo aparentemente de reducidas dimensiones. De milagro conserva todavía la superficie de esta cara el engobe originario tan sólo afectado por una fractura transversal posteriormente fraguada.
Fig. 19. Pieza IR-11709, cara A.
En cuanto a la cara opuesta, decir que, contrariamente a la anterior, ofrece un texto inscrito en cuatro renglones alusivos a otros tantos nombres de literatos y filósofos de diversas procedencias del ámbito del Imperio Romano: Séneca, Sócrates, Virgilio y, para nosotros ahora como problema, Bescar o Rescar, conforme a la nueva interpretación que del antropónimo hemos llegado a efectuar. No obstante, cabe añadir que, pese a conservar la tabula su forma y dimensiones originarias, dista de ser cuadrangular, poseyendo uno de sus cuatro lados, el inferior, un menor recorrido.
Fig. 20. Pieza IR-11709, cara B.
Ahora bien, cuatro son los personajes objeto de la dedicatoria: SIINECA/ SOCRATES/ VIRGILIO/ BIISCAR?, pero tan sólo los tres nombres primeros, superpuestos horizontalmente, cabrían en tan menguado espacio con la necesaria holgura. No obstante, ya a partir del tercero, y sobre todo entre éste y el cuarto, apenas pudo lograrse la separación estándar, tanto vertical como horizontalmente, de tal manera que hubo que forzar, hasta cierto punto, el encajamiento del cuarto renglón, para lo cual fue preciso reducir la altura de la letra inicial del mismo, el tamaño de la R del final, así como, imitando lo efectuado en la tercera de las líneas, anexar a la letra final de la cuarta línea, en este caso la R, otra coma finalista similar a la del renglón anterior, bien que un poco más varada hacia la izquierda del lecho del epígrafe de aquella línea. Por otra parte, lo trascendente de ambas comas o rayitas consistiría en recordar la finalización respectiva de los dos últimos renglones a causa de la irregularidad de esta su esquina.
En consecuencia, y contra todos los que en ella creen, cabe decir que no ha existido nunca T alguna al final del antropónimo del último renglón, resultando ser la raya horizontal que algunos creen techillo de una T la que, horizontalmente, marca el final del espacio originario disponible de esa esquina del soporte. Ahora bien, ojo con hacer caso de la limpieza innecesaria efectuada sobre algunas letras de unas pocas líneas, aunque, afortunadamente, tan sólo un puntillo inciso alóctono fue grabado sobre la rayita finalista mentada en aquel extremo del último renglón. Conviene, no obstante, volver, aunque solamente sea de pasada, a esta línea postrera.
Interpretado en un principio el nombre del personaje por el equipo excavador como Mescart, fue corregido posteriormente por el defensor de la falsedad de los hallazgos como DIISCART(es), uno de los pretendidos grandes argumentos detentadores de la falsedad de todo el complejo de hallazgos efectuados a principio de siglo en Veleia. Ahora bien, para que ello aconteciese, como deseaban, habría sido preciso que la primera de las letras del antropónimo coincidiese con una D, así como la rayita última, ahora tan sobada por este redactor, con el tejadillo de una T. Sin embargo, y tal como puede observarse todavía, la letra inicial de la palabra, tan sólo puede ser B o R, ambas mayúsculas, ya que la mitad superior de la barriga de ambas, sea cual fuere de las dos, se muestra diseñada, conforme puede comprobarse, por una sucesión de puntitos incisos, en lugar de raya continua; cerrándose con ello, primero y definidamente, su mitad delantera superior para, a continuación, iniciarse la inferior con la misma técnica hasta donde puede ser observada, llegando a concluirse, asimismo, a partir de la dirección nuevamente reiniciada para la parte inferior, que las únicas letras que de ese giro pudieran resultar habrían de ser o la B o la R exclusivamente, pudiendo ser la B, a mi modo de ver, la candidata única, una vez observada la curvatura inicial de la mitad inferior la misma que la de la mitad superior, pudiendo tejerse así, finalmente, con fundamento más que sólido, el antropónimo BIISCAR, que se identificaría con el ya avanzado en párrafos anteriores.
Ahora bien, ¿quién es y de dónde podría haber procedido nuestro más que probable BIISCAR? Doy por supuesto que el autor de este intento de tabla honoraria habría querido “honrar” aquí a intelectuales de diferentes procedencias: dos figuras del ámbito romano, Séneca y Virgilio; una más de origen griego, Sócrates, y, finalmente y para compensar, otra que a mí me traslada mentalmente a tener que intuir tierras púnicas: la de BIISCAR. A tal respecto, no podemos olvidarnos de personajes cartagineses con sufijo antroponímico en –ar, ya que en el norte de África, todavía pueden resonar Amilcar Barca de nuestra juventud o, asimismo, el teónimo BES como referente de origen ya que se trata de un dios egipcio del que habrían derivado topónimos y antropónimos diversos (cfr. M.A. Molinero, en J. Alvar Esteban, Mitología Universal. Madrid, 2000). En resumen, que parece esfumarse para sus defensores el todopoderoso filósofo galo Descartes, personaje que, fallecido en la primera mitad del siglo XVII, habría de estampar aquí su presencia, no buscada por supuesto por los excavadores, para servir de uno de los puntales delatores y sostenedores de la falsedad de los grafitos de Veleia.
Y, a modo de conclusión ¿creéis que posee el mínimo sentido que el supuesto falsificador de los grafitos de Veleia hubiese aportado para sus fines, primero una impecable lista de sabios antiguos de procedencia diversa para, de repente, ponerse él mismo en evidencia como falsificador tras haber metido la pata? Desde luego, los dictaminarios falsarios, y con ello quiero aludir a los que consideran casi todos los hallazgos de las excavaciones de Veleia como falsos, estaban tan convencidos de que allí se citaba a Descartes que, tras haber leído el resultado de un análisis contrario a ellos relacionado, de alguna manera, con la tablilla cerámica de la inscripción llegaron a sospechar de que la máquina encargada de las pruebas no se hallaba en su punto.
Tan sólo añadir que, con argumentos falsarios de este tipo, no se llega muy lejos en la identificación del gran conjunto de grafitos de Veleia, así como de su contenido.
III
IR-11019.
Nos las habemos, a mi modo de ver, con la “caetra” o escudo acostumbrado de los guerreros galaicos utilizado como icono en la acuñación de monedas de las guerras de conquista cántabras en territorios del extremo noroeste peninsular conforme pude constatar en la ceca militar del campamento de campaña de Lucus Augusti, solar del Lugo actual, a partir de 1986, en el que me cupo actuar de director de una serie de excavaciones arqueológicas de gran trascendencia para la historia de la ciudad. No obstante, la caetra indígena fue ganando a los legionarios romanos y, en consecuencia, adoptada por ellos para defensa propia, lo que fue propiciando su utilización por parte del ejército y, asimismo, para combates lúdico gladiatorios; es decir, algo similar a lo que pudo haber acontecido en Veleia, muy posiblemente.
Fig. 21. Pieza IR-11019.
Acerca de la inscripción que recorre el perímetro de la que, desde ahora, consideraremos representación de la caetra, se ha llegado a afirmar lo inconcebible, hasta el punto de querer ver en su contenido uno de los más contundentes argumentos de falsedad aportados por los informadores del pleito, o similar, de parte de la Diputación de Álava a través de “dictámenes” o simples informes a los que más tarde habremos de referirnos. Vaya por delante, sin embargo, un corto aperitivo de razones.
La interpretación que del texto perimetral del escudo dieron por buena en su día los componentes del equipo informador reunido por la Diputación de Álava reza, pobremente, de la siguiente manera: …VIRGINII MEO CVORE, traducción forzada que solamente podría concretarse en “con la virgen en mi corazón” según puede constatarse, sin sentido alguno, tanto en lo que atañe al texto como al contexto; y como quiera que el vocablo italiano “cuore”, en castellano corazón, coincidiría con la expresión actual, en italiano, de dicha víscera, la consecuencia del hecho habría sido la condición falsaria de su empleo por parte de personas relacionadas, en sumo grado, con la excavación arqueológica efectuada con anterioridad a aquellas datas.
Y bien, ante la interpretación ofrecida por los salvadores de la nada en este caso, hemos argumentado, y seguimos argumentando ahora, que no existe allí ni VIRGINII ni CVORII; MIIO sí, pero el latino, no otro extraño que tenga que ver con los delirios que cada cual posee. Item más, de haberse tratado de lengua italiana, se habría aludido, no aMIIO CUORE, que tampoco encajaría, sino a “…il mio cuore”, según tengo oído y pronunciado cuando me encuentro de visita por aquella tierra, teniendo Meo, adjetivo latino, que ser encuadrado debidamente en la versión que consideramos la acertada.
A mi modo de ver, por tanto, y dejando de lado los errores cometidos por los correctores aludidos, la verdadera lectura, por no hablar de la única posible, y atendiendo a los vocablos allí presentes, tendría que ser: VIR, INN^III MIIO OVORII y, en versión de minúsculas, vir, innie meo ovore, es decir: “Mozo, únete a mi triunfo”, traducción a la que determinan, tanto la inscripción perimetral circular entre el punto de salida, que viene a ser el mismo que el de llegada del texto del escudo de la caetra, como la corona triunfal de laurel para el ganador ubicada sobre el lugar de inicio, a la vez que del fin de la leyenda perimetral de aquélla. Resultaría ser, además, por sí misma la corona de laurel todo un símbolo del premio lúdico que solía darse al gladiador o deportista de otras áreas que resultase victorioso en lid tan apreciada por un personal que se supone siempre numeroso.
A pesar de todo, considero útil avanzar algunas precisiones con respecto al texto en sí, de manera que pueda ser bien comprendido en toda su extensión, a pesar de que pueda salir a luz alguna pequeña deficiencia.
De entrada, sospecho que el componedor originario del reclamo epigráfico en el que nos encontramos ha jugado sin querer con dos formas verbales de casi idéntico significado y parecida ortografía, por cuanto se trata de las modalidades respectivas de los verbos INNIO y ENO, que el cuadratario o lapicida, al tratarse de fonemas similares, habría confundido sectorialmente dentro de su cabeza, aportando a dicho infinitivo la sílaba radical EN-, del verbo ENO, y el sufijo –NIO de la segunda mitad del rótulo del verbo INNIO, mudanza que habría provocado que, en vez del esperado imperativo ENA, en segunda persona, se hubiese obtenido el de ENNIE, en segunda persona también aunque como fruto de un despiste, ya que esa sería la versión llamada a ser engendrada desde el verbo INNIO o, si se prefiere en infinitivo, INNIRE. Que nadie, por tanto, se escandalice, ya que existen por estos lares, y no me refiero exclusivamente a Veleia, multitud de mutaciones parecidas, consecuencia de una lengua que paulatinamente se estaría gestando, por entonces, dentro de la península, si es que no consolidándose para hacerse perfecta, si ellos fuese posible, pese a los ocasionales defectos amasados a lo largo de la cotidiana expresión de cada cual.
Y, tras lo dicho, volver solamente a mencionar la presencia del vocablo OVORII, con una O cerrada en forma de D que, a mi modo de ver, resulta plenamente explicable, por cuanto se trataría del infinitivo del verbo OVO, OVARE con el significado de “ovacionar”, matiz que habría desplazado al académicamente más correcto OVORE. Pequeñeces, pero considero imprescindible aludir a ellas y justificarlas.
En fin, resta añadir, tan sólo, a lo hasta aquí expresado con respecto al hallazgo que se está abordando, la interpretación que creemos más acertada del mismo, así como, escuetamente, de sus derivadas.
Puede mantenerse, por tanto, y para ello podríamos aportar numerosos paralelos que, conforme ha sido adelantado ya, la pieza ha sido moldurada ad hoc en acontecimientos circenses o palestrales sobre molde y con masa húmeda antes de haber entrado al horno, tratárase de la reproducción de la caetra o de otro tipo de escudos, circunstancia, por otra parte, que vendría a delatar la existencia de una palaestra destinada a este deporte, frecuentemente trágico, tal vez, en Veleia, si no es que se contaba ya dentro de la ciudad misma con un anfiteatro en regla, valiendo la tessera que estamos describiendo de anunciadora de dicho deporte y, es posible que también, de simple billete de entrada al escenario del combate. En cualquier caso, el espectáculo presupone la existencia de una palaestra, según acabamos de avanzar, fuere estable o temporal, cuya existencia parecen sugerir, en ciertos casos, determinados trazados a mano alzada, y no tan alzada en algunos casos, riscados o impresos en ostraka diversos entre los hasta ahora exhumados y observados a través de las excavaciones habidas.
Y si este es el panorama auténtico, como creemos, reiteramos que no cabe duda de que dicha tessera habría sido fabricada sobre masa húmeda, conforme ya sea insinuado, a la vez que conformado, en negativo, su respectivo molde sobre madera o soportes afines, incluidas las leyendas de acompañamiento. Y solamente tras la ejecución del número de ejemplares programados con la masa pertinente serían rociados todos ellos, en cuanto billetes de entrada al espectáculo, con un engobe común vertido sobre la superficie de la totalidad de los ejemplares de la caetra de propaganda, incluida la leyenda del escudo.
En resumen, que se trata del hallazgo de una pieza definitivamente trascendental para posibles deducciones, de notable calado incluso. ¡Lástima que los críticos ya aludidos solamente se enzarzasen en determinar, creyéndose repletos de razón, que todo aquello era falso, ya que habrían sido redactados en lengua italiana moderna palabras como virgine, cuore y, para ellos también, meo!, todo lo cual no es verdad, por no decir mentira.
Luis Silgo Gaucheren gutuna argitaratu da Berrian.
Iruña-Veleian egindako bisita gidatu baten barnean, Josetxo Mendiak hiri erromatarreko harresian zegoen grafito handi bat aurkitu zuen 2021eko martxoan. Gertakizun honek hiri honetan aurkitu ziren euskara zaharrean idatzitako grafitoez gogoeta egitera eraman behar gintuzke. Gogora dezagun epaitegiak aztarnategiaren zuzendaria kondenatu zuela 2020an. Izan ere, grafito hori ezin da faltsutze baten ondorio izan, eta, bide batez, aurretik aurkitutako grafitoak baimentzen ditu, berehala ikusiko dugun bezala.
Grafitoa handia da (30 cm-ko altuera eta 24 cm-ko zabalera du), eta gurutziltzatu baten irudia du; gurutzea eta burua irudikatzen dira, hau izpiz inguratuta, eta behean ATA jartzen du. Gurutzea, izpiak eta hitza sakon grabatuta daude.
Grafito honetatik atera daitezkeen ondorioak honako hauek dira: Iruña-Veleian kristau komunitate bat zegoela, komunitate horrek idazkera erabiltzen zuela, antzinako euskaraz idatzi zutela gai kristau baten inguruan, ATA hitzak (eta ez aita modernoak edo ATTA akitaniarrak) lotura garaikidea adierazten duela aurretik aurkitutako grafitoekin, eta, are garrantzitsuagoa, ATA hitza bera grafito horien errepertorio lexikoari dagokiola.
Baina bada aztertu beharreko beste alderdi bat: grafitoa hiriko sarrera nagusitik metro gutxira dago, erraz ikusteko moduko lekuan, eta inskripzioaren neurriek erakusten dute hirian sartzen edo hiritik irteten ziren guztiek irakur zezaten egina dagoela. Beraz, hirian euskaraz hitz egiten zela adierazteaz gain, idaztea eta irakurtzea ere ohikoak zirela iradokitzen du.
Aurkikuntzak jakin-mina piztu zidan, eta SOS Iruña-Veleiako bi kidek eta hau idazten duenak aztarnategia bisitatu genuen joan den udazkenean. Bisita emankorra izan zen, beste hiru idazkun eta zenbait motibo ikonografiko aurkitzeko bidea ere eman baitzuen. Aurkikuntza horiek aztertzen ari gara, eta behar bezala ezagutaraziko dira, baina aurreratu daiteke baieztatu egiten dutela ATA grafitoari buruz esandakoa.
Iruña-Veleiako harresiko aurkikuntzek testuinguru koherentea ematen diete aurretik aurkitutako grafitoei, eta, aldi berean, erakusten dute hiriko kristautasun euskalduna ez dela Lurmeneko arkeologoen asmakizuna. Eta honek, jakina, ondorio judizialak ere baditu. Edonola ere, aurkikuntza berriek antzinako euskarazko grafitoen multzo epigrafikoa berrikustera eta birpentsatzera behartzen gaituzte, aurreiritziak eta ikusiezinak alde batera utzita.
Arkeologoa eta epigrafista da, prestigio handiko ikerlea, batez ere iberieraren alorrean.
Traducción:
LOS NUEVOS DESCUBRIMIENTOS EN IRUÑA-VELEIA Luis Silgo Gauche
El redescubrimiento de un gran grafito en la muralla de la ciudad romana de Iruña-Veleia, efectuado por Josetxo Mendia, en el marco de una visita guiada, en marzo de 2021 hace que se deba repensar los hallazgos de inscripciones en euskera antiguo efectuados en la ciudad y que fueron objeto de condena por parte del juzgado en 2020. En efecto, ninguna posibilidad cabe de que este grafito sea una falsificación, a la vez que autoriza, como en seguida vamos a ver, a los grafiti hallados anteriormente.
El grafito, de grandes dimensiones (unos 30 cm. de altura por 24 de anchura) consta de la figura de un crucificado, del que se representa la cruz y la cabeza, rodeado de rayos y abajo, la palabra ATA. Tanto la cruz y los rayos como la palabra están grabados profundamente.
Las consecuencias que se pueden sacar de este grafito son que existía una comunidad cristiana en Iruña-Veleia, que esa comunidad usaba la escritura, que esa escritura anotaba un euskera antiguo cuya temática era cristiana, que la expresión ATA y no el moderno aita o el aquitano ATTA representa una vinculación contemporánea con los grafiti hallados anteriormente y, no menos importante, que la misma palabra ATA pertenece al repertorio léxico de esos grafiti.
Pero hay un aspecto más que estudiar: la situación del grafito a escasos metros de la entrada principal de la ciudad, en lugar bien visible y las mismas dimensiones de la inscripción muestran que la inscripción fue hecha para ser leída, por todos cuantos entrasen y saliesen de Iruña-Veleia. Era, pues, no solamente un signo distintivo que indica que el euskera antiguo se hablaba en la ciudad sino que se escribía y se escribía para ser leído, de una manera habitual.
Interesados en el hallazgo, dos miembros de SOS Iruña-Veleia y el que esto escribe visitamos la zona el pasado otoño. La visita fue fructífera pues permitió localizar tres letreros más además de motivos iconográficos. Estos descubrimientos están en estudio y serán dados a conocer oportunamente, pero ya se puede adelantar que confirman lo dicho a propósito del primer grafito hallado.
Los descubrimientos en la muralla de Iruña-Veleia dan un contexto coherente a los grafiti anteriormente encontrados, a la vez que muestran que el cristianismo euskaldun de la ciudad no es un invento de los arqueólogos de Lurmen, lo cual, por cierto, también tiene repercusiones judiciales. En cualquier caso los nuevos hallazgos obligan a replantear y repensar, sin prejuicios ni apasionamientos, el conjunto epigráfico de los grafiti en euskera antiguo objeto de disputa.
Caros amigos de Vitoria, cercanías y “longanías”: había prometido, hace casi un año, meterme más a fondo con el análisis arqueológico, epigráfico e iconográfico del conjunto de grafitos y hallazgos anejos de la Veleia romana, en general, por cuanto, en su momento, había llegado a la conclusión de que a ningún horizonte esperanzador podría conducir el limitarse a tan sólo casos puntuales. El dilema se proyectaba en dos direcciones: o un estudio demorado pieza por pieza, imposible para mí a causa del volumen, o si no, y con menos demora, encauzar ese mismo conjunto en un todo común e interrelacionado. Ahora bien ¿de qué bases seguras podríamos partir para esta aventura, de las versiones de los “sabios” que, al fin y al cabo, llevaron a Eliseo y los suyos a los tribunales? Pronto se pudo ir constatando que habían aportado mucho ruido, pero nueces poquísimas. Lo que sí se advertía, a tenor de lo acontecido, era el ansia constante, que no es difícil descubrir, de que muchos de los textos y letreros estuviesen en castellano, “castrapo” sí podía ser, creo yo, ya que, de esta manera, se podía zanjar con más premura la audacia de los supuestos autores del embrollo. Comencé a entender, sin embargo, que resultaba inexcusable primar dos objetivos sobre todo: interpretación, lo más sutil posible, de los dibujos en general, así como la ordenación/traducción de los numerosos letreros y hasta párrafos escriturarios, en general inundados de faltas ortográficas y hasta epigráficas, conforme era de esperar de gente de provincia que comienza a ir a la escuela, supuestamente tarde en la mayoría de los casos.
Y ello ha sido lo que creo haber logrado: descubrir y seleccionar textos importantes antes no tenidos en cuenta; corregir a mansalva interpretaciones ajenas; tratar de descubrir la urbanística de la ciudad; hurgar un poco en la sociedad de la época, modos de vida, comunicaciones, influjos foráneos de diversas procedencias, además de otros aspectos curiosos que en su día se irán dando a conocer.
No obstante, prefiero empezar por las partes y no por el todo ya que, de esta manera, entenderéis mejor la proyectada síntesis a punto de llegar al fin, dado que nos reclaman compromisos más cercanos. Urge, además, dar a conocer los errores cometidos por el equipo o los equipos de los críticos al tratar de fundamentar sus dichos sobre argumentos que, según veréis, no son tales, pero sí son lo suficientemente bien conducidos a la hora de inculpar inocentes, según los hechos se han encargado de demostrar.
Eliseo e Idoia han recibido, por lo menos el primero, algunos de los contrargumentos de las pruebas que, como argumentos, funcionaron en sus condenas; y, tras pedir a Eliseo parecer, juzgó que no sería malo que todos los interesados, el grupo entero por lo menos, sepamos las mismas cosas… Sin embargo, nada de difusión mediante imprenta, de momento, pero sí por otros medios, si viene al caso.
Resumiendo, que, aunque no lo creáis, han sido muchas las horas que he dedicado al tema, según podréis suponer e iréis viendo. Por otra parte, la distancia, la cerrazón de las salas de almacenaje de la Diputación de Álava y, en consecuencia, el no haber podido ver personalmente los restos arqueológicos que en ellas se ocultan, vienen a multiplicar las dificultades. Creo, sin embargo, que merece la pena insistir cuando se tiene razón, pues solamente con razones, si es que las quieren aceptar, se podrá algún día llegar a la conciliación esperada, puesto que difícilmente habrá de encontrarse una alternativa diferente.
En fin, que la riqueza arqueológica que la ciudad de Veleia encierra, bien merece un esfuerzo generoso por nuestra parte, y más en las circunstancias sobre las que nos hallamos nadando.
Expuesto lo que antecede, envío esta vez los diez primeros pequeños estudios puntuales con la finalidad de rebatir otros tantos argumentos de los escogidos por los “falsarios” en su día, con la intención de llegar hasta un decálogo de contra argumentos, los más o menos argumentos que en su día los críticos contrarios a la autenticidad del conjunto tejieron.
Antonio Rodríguez Colmenero
PRIMERA PARTE DEL DECÁLOGO
I
R. I. P.: ¿R(equiescat) I(n) P(ace) (“Que en paz descanse”) o R(egis) I(udaeorum) P(assio) (“Pasión del Rey de los Judíos”)?
Fig. 1. Pieza 12108.
Estado de la cuestión.
La primera de las interpretaciones de la tríada R.I.P. de siglas asociadas, abreviación de un título mucho más extenso, ha sido la expandida como única posible por los defensores de la falsedad de los hallazgos exhumados dentro del suelo histórico de Veleia entre los años 1993 y 2008, juntamente con los demás materiales, tratándose para estos expertos, en aquella ocasión, de iconos riscados sobre cartela expuesta en el extremo superior del poste vertical de la cruz con la leyenda R.I.P., para ellos de nítida interpretación contemporánea con la versión, ya ni discutida siquiera,R(equiescat) I(n) P(ace), “descanse en paz”, normal en los cementerios modernos, sin plantearse, en absoluto, otras opciones y, curiosamente, dando por buenas y aceptables las cuatro siglas del INRI, I(esus) N(azarenus) R(ex) I(udaeorum ) de otro relato evangélico.
Observadas las consecuencias, y sin otros tanteos posibles para su interpretación, se convertía la versión interpretativa de la primera en la damnatio signorum veleiensium, condenación de los grafitos hallados durante las campañas de excavación arqueológica efectuadas a lo largo de tres lustros, de 1993 a 2008, bajo la dirección del arqueólogo Eliseo Gil Zubillaga. Item más, tratando, esta vez, de avanzar a través de veredas teológicas, pretendieron los falsarios apoyarse en que, visto que la interpretación única viable para ellos sería R(equiescat) I(n) P(ace), descanse en paz, que, a su vez y lógicamente para su interés, se hallaría lejos de ser auténtica, por cuanto una atribución de esta guisa vendría a negar la resurrección de Cristo. Conclusión: que, atendiendo a estas teorías, se trataría de una falsificación moderna que, al igual que otros vestigios de calado similar, quedarían esfumados los supuestos logros de quince campañas de excavación arqueológica dirigidas por el arqueólogo antes aludido. Y, observada la aparente miopía histórico-arqueológica que parecen demostrar los agrupados hacia esta dirección, considero oportuno ofrecerles un breve recorrido por los textos de la biblia relacionados con tales hechos, tratando así de obtener resultados con fundamento claro y frontalmente diferentes de los obtenidos por los críticos de este asunto.
Y, sea como fuere, considero que las alusiones a la pasión de Cristo en los evangelios del Nuevo Testamento resultan más que suficientes para explicarla en casi todos sus detalles, aduciendo textos con ella relacionados, tanto de párrafos completos, más o menos extensos, como de siglas interrelacionadas; de ahí que pretendamos abordar, aunque tan sólo sea de paso, algunos de los relatos puntuales de los cuatro evangelistas acerca de este tema, muy claramente y en diversas ocasiones. Para ello, pues, nos proponemos dar a conocer los textos más evidentes de los cuatro evangelios relacionados con la muerte violenta que tuvo Jesucristo, intentando así conformar un buzón de datos a los que recurrir a la hora de intentar esclarecer este enrevesado tema, ofreciendo previamente al lector, tanto la versión original latina de los textos ([1]), como su traducción al castellano, valiéndome para ello, en exclusiva, de mis limitados conocimientos. Y, para mejor comprensión, las siglas al respecto extraídas del relato bíblico serán mostradas en letra negrita al final de cada uno de los apartados, y las frases y vocablos alusivos a la passio, pasión, de Cristo, lo serán en color rojo cuando preciso sea.
EVANGELIO DE MATEO:
2.1. “UBI EST QUI NATUS EST REX IUDAEORUM ?”, “En dónde se encuentra el recién nacido rey de los judíos?……………………………………………………………………………R.I.
16.21. “… ET MULTA PATI…”, “…y padecer muchos sufrimientos…”
26.1 ss. “…IESU CHRISTI passio et resurrectio”, “…pasión y resurrección de Jesucristo…”
27.11. Pilato a Jesucristo: “TU ES REX IUDAEORUM?”, “¿Eres tú el rey de los judíos?”………………………………………………………………………………………………………………..…..R.I.
27.37. “ET IMPOSUERUNT SUPER CAPUT EIUS CAUSAM IPSIUS SCRIPTAM: HIC EST IESUS REX IUDAEORUM”, “Y sobrepusieron, escrito sobre su cabeza, el texto de su condena: este es Jesús, el rey de los judíos.”……………………………………………………………….…H.I.R.I.
EVANGELIO DE MARCOS:
8.31. “ET COEPIT DOCERE EOS QUONIAM OPORTET FILIUM HOMINIS PATI MULTA…”, “Y comenzó a manifestarles (a sus discípulos) que el Hijo del Hombre habría de tener mucho a padecer…”
10.22 y ss. Anuncia de nuevo la pasión, no con el nombre sino con el comentario de lo que trágicamente habrá de sucederle.
15.2. Pregunta de Pilato a Jesús: “TU ES REX IUDAEORUM?”, “¿Eres tú el rey de los judíos?”…………………………………………………………………………………….………………………………R.I.
15.12. “QUID ERGO VULTIS FACIAM REGI IUDAEORUM?”, “¿Qué queréis que haga al rey de los judíos?………………………………………………………………………………………….R.I.
15.18. “AVE REX IUDAEORUM”, “Salve, Rey de los judíos.”……………..……………….…… R.I.
15.26. “ET ERAT TITULUS CAUSAE EIUS INSCRIPTUS: REX IUDAEORUM”, “Y se hallaba inscrito el anuncio de su causa: Rey de los Judíos.”…………………………………………..……R.I.
16.6 “IESUM QUAERITIS NAZARENUM?”, “¿Buscáis a Jesús el Nazareno?”………………………………………………………………..………..I.N.
EVANGELIO DE LUCAS:
9.22. “QUIA OPORTET FILIUM HOMINIS MULTA PATI…”, “Es preciso que el Hijo del Hombre sufra mucho…”
18.33. De nuevo predice la PASSIOcompleta, a la que habrá de seguir la resurrección.
22.15. “DESIDERIO DESIDERAVIT HOC PASCHA MANDUCARE VOBISCUM ANTEQUAM PATIAR”, “Con enorme gusto he deseado comer con vosotros en esta Pascua y antes de mis sufrimientos”.
23.3. Pilato: “TU ES REX IUDAEORUM?”, “¿Eres tú el rey de los judíos?»………………………………………………………………………………………………..R.I.
23.38. “ERAT AUTEM ET SUPERSCRIPTIO SCRIPTA SUPER EUM LITTERIS GRAECIS ET LATINIS ET HEBRAICIS: HIC EST REX IUDAEORUM”, “Había, pues, un rótulo sobre él escrito en letras griegas, latinas y hebraicas con la leyenda: Este es el Rey de los Judíos”……………………………………………………………………………………………. H.E.R.I.
18.33. Pregunta Pilato: “TU ES REX IUDAEORUM?…TU DICIS QUIA REX SUM EGO”, “¿Eres tú el Rey de los judíos?…Tú dices que yo soy Rey”……………………………………….………….R.I.
19.19. “SCRIPSIT AUTEM ET TITULUM PILATUS SUPER CRUCEM: IESUS NAZARENUS REX IUDAEORUM”, “Y escribió Pilato sobre lo más alto de la cruz el rótulo: Jesús Nazareno Rey de los Judíos”…………………………………………………………………………….…………..I.N.R.I.
A la vista de lo que precede, ¿les parece algún desacierto interpretar una de las versiones siglarias utilizadas, R.I.P., como R(egis) I(udaeorum) P(assio) “Pasión del Rey de los Judíos”, en vez del invento, puesto que sus autores mismos lo consideran así, R(equiescat) I(n) P(ace), descanse en paz?
Ahora bien, hasta aquí hemos aportado lo que los evangelios contienen a tal respecto; a partir de ahora, y aunque brevemente, la presencia de tales siglas dentro de los catálogos y memorias de excavación de la ciudad romana de Iruña-Veleia, al que posiblemente podremos denominar ya de esa manera para la época tardorromana, pese a que no queramos decir todavía por qué.
A la hora de comparar, trataremos de analizar las siglas sobre ostraka, al respecto, comenzando, aunque sean de aparición más tardía, por los hallazgos de Eliseo Gil Zubillaga y su equipo:
– óstrakon IR-6330: P(assio) R(egis) I(udaeorum), “pasión del rey de los judíos”, sobre el curvado de una pieza de Terra Sigillata, siendo mía, que sepa, esta primera propuesta interpretativa.
Fig. 2. Pieza IR-6330
– óstrakon IR-10822: X.R.I., a mi modo de ver identificable como X(ristus) R(ex) I(udaeorum), “Cristo Rey de los Judíos”.
Fig. 3. Pieza IR-10822
-Tabulilla ad hoc en la cara reversa del mismo número: R(egis) I(udaeorum) P(assio), “pasión del Rey de los Judíos”.
– IR-12108. Óstrakon de T.S.: R(egis) I(udaeorum) P(assio).
Fig. 4. Detalle de la inscripción en la cruz de la pieza IR-12108.
– IR-13346. Crucifijo inciso sobre un resto de argamasa destinada al enlucido de las paredes, relativamente aplanadas, del que solamente son discernibles, aparte de la cruz cerrada, la cabeza simulada de Jesucristo y un risco vertical descendente hasta la altura de los no riscados pies. A su lado derecho, y por debajo ya de la cintura, lo que pudiera ser una persona de rodillas, que bien podría coincidir con la de su madre, María, si no es con María Magdalena. Por otra parte, y por el mismo lado una vez rebasado el brazo horizontal de la cruz, una tosca inscripción riscada sobre la masa de una utilización precedente distinta con las siglas I R, es decir, I(udaeorum) R(ex).
Fig. 5. Pieza IR-13346
– IR-12108. Crucifijo esgrafiado sobre el barniz rojo del óstrakon que ha motivado el conocido problema que ahora nos ocupa con motivo de la interpretación correcta del texto de su cartela y aledaños. Se trataría, tal vez, de la manifestación más expresiva, entre otras, de la muerte de Jesucristo crucificado. En tal escena, y ateniéndonos a los textos de alguno de los evangelistas, se deja ver la cruz de Cristo con su silueta perimetral representada totalmente, a la par que, flanqueando su cabeza, dos rayos divinos a cada uno de los lados, mientras sobre el extremo superior del pontón vertical se ven brillar las siglas RIP, para mí una vez más, R(egis) I(udaeorum) P(assio), “pasión del Rey de los judíos”.
Fig. 6. Pieza. IR-12108
En escala menor, sin embargo, y a ambos lados de la cruz de Cristo, dos crucifijos más, sin contenido interior alguno que, sin embargo, nos es dado suponer si se acude al relato evangélico del acontecimiento.
Entre estos dos cruceros menores y la base del principal, se hacen presentes dos figurillas, casi afrontadas entre sí, posiblemente identificables con los conocidos parientes y amigos del Salvador.
Finalmente, y sobre la base inclinada del óstrakon, un acotado longitudinal entre rayas, que pudieran representar el descenso hasta la cueva del sepulcro, puesto que, al final, aparece una persona con gestos agitadores, indicio, tal vez, del anuncio de la resurrección.
IR-13348. Nueva representación del crucificado sobre un retazo de pavimento cementicio de notable grosor. Sobre la cara alisada, tal vez en fresco, la escena de la crucifixión en la que solamente aparece Jesús sin los dos ladrones como acompañantes. La representación esquemática de Cristo es similar a la del crucifijo anterior. No obstante, los pares de rayos de aquélla se hallan sustituidos ahora por pares de hojas secas o, quizá, panecillos, mientras que, a ambos lados de la cruz, sendas parejas humanas, esgrafiadas sobre el escenario, relacionadas de alguna manera, tal vez, con la familia o amigos de Jesucristo. Para rematar, y sobre la base del crucero, la leyenda I(esus) N(azarenus), sin más.
Fig. 7. Pieza IR-13348.
En cuanto a otras cruces y crucifijos de la fase de Eliseo, merece la pena, por lo menos, enumerarlas y efectuar, asimismo, una simple referencia a su contenido, por cuanto pertenecen al mismo período. Veamos.
IR-15916. Sobre el interior de una taza de T.S., barnizada interiormente, se halla esgrafiada una cruz de trazos gruesos cuadrangulares inclinada hacia la izquierda, hallándose escoltada en su cenit por sendas palmas de tres radios cada una de ellas, figuras tal vez de la Trinidad Divina. En el interior de los dos pontones conformadores de una cruz, más que retratos de Jesucristo, señales indirectas de su presencia. Al lado, la inscripción euskérica NIIVRII ATA.
Fig. 8. Pieza 15916.
IR-15910. Sobre el interior de un óstrakon de T.S., una cruz de anchos apoyos, tanto vertical como horizontalmente, en cuyo interior y con la posición esperada al revés, esto es, con la cabeza hacia abajo, un riscado humano elemental de la figura de Cristo. Inquirimos: ¿olvido, desconocimiento de la postura que debía tener el icono, o sarcasmo, en último caso? A su derecha, cinco vocablos en euskera.
Fig. 9. Pieza IR-15910.
IR-13343: 1,2,3,4. Cruz riscada sobre una vértebra ósea cilíndrica de la que pueden observarse cuatro posiciones diferentes. La cruz, en cuanto tal, solamente contiene dentro de su perímetro señales delatoras de la presencia del crucificado, respirando más humanidad, en todo caso, la pareja de devotos familiares o amigos arrodillados al lado de la base de la cruz.
Fig. 10. Pieza IR-13343.
IR-13366. Crucifijo grabado en fresco, solitario, sobre cerámica de una tábula ad hoc. Cabeza de Cristo a modo de triángulo y coronada, ofreciendo como faz una X o similar. Sobre el extremo superior del poste vertical, el anagrama INRI, bien marcado, del que hace exclusiva mención, tal como se lee, solamente el evangelio de Juan, es decir I(esus) N(azarenus) R(ex) I(udaeorum), “Jesús Nazareno Rey de los Judíos”. Se advierte, además, una ingenua lanza clavada en el costado de Cristo, tal como, exclusivamente, anota también aquel evangelista. Y con lo hasta aquí expresado creemos que es suficiente.
Fig. 11. Pieza IR-13366.
2. La trascendencia de los hallazgos de Gratiniano Nieto al respecto entre los años 1947-1954 de la pasada centuria.
Del balance de hallazgos arqueológicos efectuados por Gratiniano Nieto en Veleia entre los años 1947-1954 puede deducirse mucho y bueno de lo que estamos analizando, dadas las aportaciones, en algunos casos tal vez ignoradas por él mismo todavía, relacionadas con la interpretación de las siglas referidas a las citas evangélicas de la pasión de Jesús. Y es precisamente su temprano despertar en esta tarea el aliado nuestro ideal para la demostración de que todo es auténtico, no habiendo existido por medio falsificador alguno.
Procuraremos, en primer lugar, desentrañar, hasta donde se pueda, lo que su legado nos ofrece y, una vez efectuada la tarea, determinar las certezas o falsedades de cada una de las fuentes a tener en cuenta.
Comenzaremos por recurrir al axioma de que “si Gratiniano Nieto descubrió durante sus excavaciones de entre 1947 y 1954 ostraka que posteriormente habrían de repetirse en las llevadas a cabo por Eliseo, una de dos: o ambos hallazgos serían veraces, como es nuestra opinión, o Eliseo habría recurrido a los datos de Gratiniano para falsificar absurdamente, puesto que Gratiniano, en esta cuestión, aporta interesantísimos letreros en siglas, pero ninguna interpretación de las mismas, ni literaria ni icónica ”; por tanto nada podía sugerirle la función de tales letras.
Y ahora, a la inversa: “Si nadie pone en duda la autenticidad de los grafitos de Gratiniano, ¿por qué razón ha de ponerla en la aportación de Eliseo, ya que son más o menos idénticos, a la vez que simplemente predecesores unos de otros en los proyectos de excavación?”
Y hasta aquí quería llegar, lamentando profundamente que los hallazgos, tanto de Nieto como de Elorza, puedan ser conocidos tan solo a través de medio centenar de ostraka, fichas aisladas y algún que otro vocablo sobre cerámica común, ya que una visión más detallada y amplia de lo descubierto en aquellos trabajos podrían ayudar mucho en lo que se refiere a la autenticidad.
Y expuesto lo que antecede, la aportación en siglas, que no en iconos, puesto que no los tiene, de Gratiniano Nieto en este lance:
-Nº 20 de su lista: P R I, P(assio) R(egis) I(udaeorum), “Pasión del Rey de los Judíos”, sin icono alguno pero con una nueva inscripción sobre el arco opuesto de la taza, que yo he descubierto recientemente e interpretado como IIISV[s]…?
Fig. 12. Pieza Nº 20 de Gratiniano Nieto.
– Nº 23: R(egis) I(udaeorum), “…del Rey de los Judíos” con Passio inclusa.
Fig. 13. Pieza Nº 23 de Gratiniano Nieto.
– Nº 26: P(assio) R(egis) I(udaeorum), “Pasión del Rey de los judíos”.
Fig. 14. Pieza Nº 26 de Gratiniano Nieto.
– Nº. 35: P(assio) IIIS(us), “Pasión de Jesús”.
Fig. 15. Pieza Nº 35 de Gratiniano Nieto.
– Nº 49: X^P(isto)† VICTORI, “dedicado a Cristo Victorioso”.
Fig. 16. Pieza Nº 49 de Gratiniano Nieto.
En resumen, que la colección de elementos al respecto exhumados por Gil Zubillaga había sido precedida por otros igual de importantes, si no es que más, por Gratiniano Nieto.
La huella de J. C. Elorza.
Fue mucho menos duradera que las otras dos. Ahora bien, ninguna referencia sobre ostraka a los problemas que venimos tratando, aunque poseemos dudas muy fundamentadas acerca de la presencia de una P R anterior a la fractura sobre un fragmento de la barriga de un ánfora que podría contener el inicio de la expresión P(assio) R(egis) [I(udaeorum] de su número 46 que no podemos completar con certeza.
Fig. 17. Pieza 46 de J. C. Elorza.
Y según se irá viendo en tiempos venideros, faltan por examinar todavía en su exposición, especialmente los números 57, fragmento de cerámica común sobre la que se ha esgrafiado la palabra RIIDIADVS, retornado, del verbo redere, volver, hasta el presente no interpretado. Igualmente, la aparición de la E de dos barras, II, que tanto asusta a los defensores de la falsedad de la colección. Y para, de momento, rematar, la presencia, una vez más, de la Hedera distinguens‡, referente puntual en otras ocasiones negado como referente en las funciones que normalmente le son atribuidas.
†X^P se refiere a la superposición de la letras griegas Χ (chi – pronunciada ji) sobre Ρ (rho), que son las dos primeras letras de ΧΡΙΣΤΟΣ (Christus en latín).
Elkartasun ekonomikoa Eliseo Gilekin, eskaera berria
Jakina denez, Eliseo Gil Zubillaga, Iruña-Veleiako aztarnategiko zuzendaria izandakoa, grafitoak faltsutzearen errudun jo zuen Gasteizko zigor-epaitegi batek 2020an. Bi urte eta hiru hilabeteko espetxe-zigorra ezarri zioten eta zenbait diru-zigor ere bai, 15.000 euro inguru denera. Zorionez ez du kartzelan sartu beharrik izan, kondenan bi “delitu” ezberdin sartzen zirelako. Epaia errekurrituta dago Konstituzio Auzitegiaren aurrean. Oraindik ez da erantzunik jaso, nahiz eta hiru urte igaro diren.
Bere garaian epai guztiz bidegabea izan zela esan genuen, epaiketan ez baitzen frogatu grafito bakar baten faltsutasuna, eta ondorioz are gutxiago Eliseo Gilen autoretza. Urte luze hauetan gaia hurbiletik jarraitu dugunok garbi ikusi dugu zer nolako bidegabekeria egin den gure kultura ondarearen zein pertsona batzuen kontra. zeintzuen delitu bakarra aurkikuntza harrigarri bat egitea izan den. Bidegabekeria larriagotu egin da, beste auzipetuak, Rubén Cerdánek, bere burua insolbentetzat jo duelako eta Eliseo Gilek bere gain hartu behar izan duelako isun osoa.
Sentitzen dugu eskaera berriz egin behar izatea. 2021eko ekimenean 9.200 euro bildu ziren. Oraingoan gainerakoa bildu nahi dugu, 15.000 bete arte. Uste dugu Eliseok hori eta gehiago merezi duela. Horregatik guztiagatik, gaiarekin sentsibilizatuta dauden pertsona guztiei eskatzen diegu isun bidegabeak ordaintzen laguntzeko, eta bakoitzak egoki irizten dion kopurua honako kontu honetan sartzeko:
Eskariaren sinatzaileak: SOS Iruña-Veleia, Iruña-Veleia Martxan, Martin Ttipia
Gasteizen, 2023ko urtarrilaren 17an
Eliseo Gilen esker oneko hitzak
“Nire eskerrik bero eta sentituenak garai nahasi hauetan lagundu didaten pertsonei, laguntza ekonomiko desinteresatua barne, erakundeek dena ukatu didaten bitartean. Laguntza honek kontsolatu egiten nau, nire penak arintzen ditu, eta indarra ematen dit itxaropenaren sugarrari eusteko eta nire errugabetasuna aldarrikatzen jarraitzeko.
Arkeologo kondenatua naizen arren, helegitea aurkeztu dut Auzitegi Konstituzionalean, eta nire esku dagoen guztia egingo dut neure burua aldarrikatzeko eta aurkikuntza handi haien egiazkotasuna defendatzeko «.
Situación actual de la campaña.
Nueva petición de solidaridad económica con Eliseo Gil
Como es sabido, Eliseo Gil Zubillaga, en su día director de la excavación arqueológica de Iruña-Veleia, fue declarado culpable de falsificación por un juzgado de lo penal de Vitoria-Gasteiz en 2020. Se le condenó a dos años y tres meses de prisión, y se le impusieron varias sanciones económicas que suman en total unos 15.000 euros. Por fortuna, no tuvo que ingresar en prisión, debido a que en la condena se incluían dos “delitos” diferentes. La sentencia fue recurrida ante el Tribunal Constitucional. Todavía no ha tenido lugar el fallo, a pesar de que han trascurrido casi tres años.
En su día consideramos que se trataba de una sentencia totalmente injusta, ya que durante el juicio no se demostró la falsedad de ninguno de los grafitos en cuestión, y por lo tanto menos aún la autoría por parte de Eliseo Gil. Quienes hemos seguido de cerca el asunto durante estos largos años hemos podido comprobar el infame atropello que han sufrido tanto nuestro patrimonio cultural como unas personas cuyo único “delito” fue realizar un hallazgo extraordinario. La injusticia se ha agravado al declararse insolvente el otro de los encausados, Rubén Cerdán, y al tener que asumir enteramente la multa Eliseo Gil.
Sentimos volver a reiterar la petición. En la iniciativa de 2021 se recogieron 9.200 euros. Esta vez aspiramos a recaudar el resto, hasta completar los 15.000. Creemos que Eliseo se merece eso y más. Por todo ello, apelamos a todas las personas sensibilizadas con el asunto a contribuir al pago de las injustas sanciones, ingresando la cantidad que cada cual considere oportuna, en la siguiente cuenta:
Firman la solicitud las entidades: SOS Iruña-Veleia, Iruña-Veleia Martxan, Martin Ttipia
Vitoria-Gasteiz, a 17 de enero de 2023
Palabras de agradecimiento de Eliseo Gil
“Mi más profundo y sincero agradecimiento para todas aquellas personas que no sólo me han dado una oportunidad que las instituciones me han denegado, sino que además me han prestado su desinteresada colaboración económica, a valorar especialmente en estos tiempos convulsos.
Esta ayuda me conforta, alivia mis penalidades y me da fuerza para seguir manteniendo la llama de la esperanza y seguir proclamando mi inocencia.
Aunque soy un arqueólogo condenado, he presentado recurso ante el Tribunal Constitucional y haré cuanto esté en mi mano para reivindicarme y defender la veracidad de aquellos notables hallazgos».
Interés desbordante en la gente e indefinición calculada en el «mundo académico oficial».
1.- Expectación en la gente:
El hallazgo arqueológico, desde su presentación hace ya más de mes y medio, mantiene alto el interés de la vida cultural, social, e incluso a nivel comercial (con toda suerte de imitaciones, copias y reproducciones de la Mano en distinto formato).
Después de presentar el hallazgo a las gentes del propio valle de Aranguren (un bonito detalle de cortesía), el jueves, día 29 de diciembre, se exponía la Mano «al público en general» en el Planetario de Pamplona. Ya es conocida para todos la avalancha que provocó esta exposición: las entradas para la charla se agotaron la víspera en menos de una hora y la gente aguantó estoicamente largas colas para poder entrar a la exposición. Dicen las crónicas que más de 6.000 personas esperamos pacientes para poder ver de cerca el objeto en una vitrina y, en el mejor de los casos, hacerse una foto junto a la Mano. Todas las previsiones quedaron cortas, el Planetario tuvo que ampliar horario de visita, habilitar más corredores, incluso «meter prisa» a la gente y, aún así, se vio obligado a forzar el cierre.
Expectación y expectativa,
interés y ganas,
curiosidad personal por ver la Mano
y deseo colectivo de vernos en la Mano, de ser mínimamente reconocidos.
O eso me pareció percibir en las caras.
2.- Indefinición calculada en los académicos:
Ni en la charla «familiar» de Aranguren ni en la charla presentación del Planetario, que duró casi dos horas, los académicos no terminan de ver «euskera» en el texto de Irulegi; Javier Velaza y Joaquín Gorrochategui (sobre todo este último) utilizan una terminología «indefinida»: «el texto parece ser vascónico«, un término calculadamente impreciso, creo que buscando una «neutralidad» académica y política, «vascónico» (y que cada uno entienda si los vascones de Irulegi hablaban euskera o su lengua tenía nada que ver con el euskera actual).
El rótulo en euskera parece más definido: «baskoiera», pero en castellano no queda nada claro. Y digo yo: a la lengua que hablaran los vascones de Irulegi, escrito en esta lámina de bronce en forma de mano, en signario ibérico con alguna variación específica para fonemas en euskera….pregunto: ¿no es más ajustado académicamente denominar «lengua vasco-íbera«? Tal como «lengua celtíbera» se le llama académicamente a la lengua de los celtíberos, escrito también en signario ibérico específico. Lengua celtíbera, la lengua de los celtas de Iberia; celtíbero, y no celtónico ni céltico, ¿no? Pregunto.
Porque a nadie se le escapa que la manera de poner nombres a las cosas tiene connotaciones sociales, que el metalenguaje y la semántica, el significante y el significado son temas relevantes en sicología social. Y ahí lo dejo.
3.- Luego está el tema de quién controla el tiempo.
¿Por qué dicen que esto tardará entre 10 y 20 años para ser descifrado? ¿Qué ha de ocurrir en esos años? ¿O qué no ha de ocurrir?
La prisa no es buena consejera en ciencia o, dicho de otra manera: la ciencia necesita su tiempo.
Muy de acuerdo.
Pero tomarse su tiempo no significa mantener la investigación «requisada» diez o veinte años, en exclusiva, en manos de unos pocos, vetando sine die el acceso a otros investigadores, que los hay.
Esperemos que no caigan en la tentación, haciéndonos creer que solo unos pocos «teólogos» pueden interpretar correctamente «las escrituras». No estará de más recordar que los objetos arqueológicos, en este caso la Mano de Irulegi, son parte de nuestra memoria colectiva, de nuestra historia, es patrimonio de todos los ciudadanos.
Y la ciencia esperemos que esté al servicio de ese patrimonio «común».
Los expertos dicen tener muchas dudas con el «SORIONEKU» de la primera línea del texto
y ya del resto «no se entiende ni papa«.
Por lo tanto…
Y yo me pregunto (muy bajo, por si acaso):
¿Cuánto entendemos del bronce de «Botorrica I», contemporáneo al de Irulegi?
Pues ni papa pero todo el mundo ve señales suficientes para calificarlo como uno de los mejores ejemplos en «lengua celtíbera», sic, sin eufemismos.
Desde el anuncio público, el 14 de noviembre pasado, del hallazgo en Irulegi (Navarra) de una inscripción en un objeto de bronce con forma de mano (Fig. 1), datado en el primer tercio del siglo I a.C., supuestamente en lengua “vascónica”, tal como la denominaron los filólogos Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza [1], se han sucedido numerosas interpretaciones del significado del texto [2]. Y es que el mutismo total de dichos profesores sobre la interpretación del texto que sigue a la palabra inicial, sorioneku (traducida como el vasco zorioneko“afortunado”), ha dado pie a todo tipo de hipótesis, entre ellas la de que su lengua no tiene relación con el euskera [3]. Puesto que muchos se han atrevido a formular sus hipótesis de interpretación, ninguna de las cuales me convence, yo también me atreveré a presentar la mía, que no sé si será acertada o disparatada, pero que intentaré argumentar y documentar con el máximo detalle y que espero que al menos aporte ideas y contribuya al debate.
Fig. 1. Mano de Irulegi y transcripción de su texto.
Una de las diferencias entre mi propuesta y las anteriores es que parto de la idea de que los grafitos hallados por Eliseo Gil y sus colaboradores en el yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia (Álava), algunos de ellos escritos en lengua vasca, son de la misma época que indica la datación estratigráfica de las piezas, es decir, que son, más allá de una duda razonable, genuinamente de época romana, tal como he expuesto y argumentado en diversas ocasiones [4,5]. También parto de la idea de que la estela denominada “Villartoso 2”, hallada en las Tierras Altas de Soria, está inscrita parcialmente en una lengua muy próxima al euskera (aunque tal idea no se menciona expresamente en el artículo en el que fue descrita [6]), por sus paralelos evidentes con algunos grafitos de Iruña-Veleia, con algunas inscripciones aquitanas y con otras inscripciones halladas en la misma zona de Soria que contienen antropónimos indudablemente euskéricos [7].
La primera palabra del texto, que ocupa la primera línea junto con un signo de interpunción consistente en tres puntos dispuestos verticalmente, se ha leído como sorioneku [1]. Pero podría leerse también como sorionegu, ya que el signario ibérico nororiental no dual, utilizado en el texto, no distingue la sorda k de la sonora g [8]. Supongo que la elección de la lectura sorioneku deriva de su parecido con el vasco zorioneko“afortunado”. Algunos, ante la posible lectura sorionegu han sugerido su traducción como zorion–egu(n) “día de felicidad” o “feliz día”. Es cierto que egunpuede perder la –n final en palabras compuestas, como eguraldi, eguerdi, eguazten, egubakoitz, eguzari, etc., pero esto ocurre cuando va en posición inicial de la palabra compuesta, lo que no es el caso en zorionegu. Otra posible interpretación (que no me consta que se haya propuesto previamente) sería zorio(n) negu “invierno de felicidad”, que también podría traducirse como “feliz invierno”, y que en la Antigüedad podría haberse pronunciado zorio(n) neku(al igual que en las inscripciones aquitanas se escribe cison y corri, correspondientes a los actuales gizon y gorri [9]). Aunque “feliz invierno” en euskera moderno se diría negu zoriontsu, es posible que en la Antigüedad la gramática fuera más simple y no hubiera una distinción tan clara entre sustantivos y adjetivos como en la actualidad, pudiendo significar zorion tanto “felicidad” como “feliz”. Construcciones similares las vemos en el griego bíblico, donde, por ejemplo, se dice (en traducción literal castellana) “Padre de las misericordias” (2 Cor 1,3), “mayordomo de iniquidad” (Lc 16,8) o “juez de iniquidad” (Lc 18,6), semitismos que significan “Padre misericordioso”, “mayordomo inicuo” y “juez inicuo”, pues en hebreo un sustantivo puede adquirir la función de adjetivo por simple aposición al sustantivo al que califica. Se podría objetar que si el significado fuera zorion negu, deberíamos esperar una doble n: zorionnegu. Pero la simplificación de consonantes dobles es frecuente en la evolución de diferentes lenguas, como en las palabras castellanas inocente (<innocentem) o inocuo (<innocuum), en la vasca egunabar («crepúsculo de la mañana», de egun-nabar, lit. «día gris») y quizá en la vasca ume (“niño”), que en la inscripción de Lerga (Navarra) se escribe umme(documentada como Ombe- en Aquitania) [9].
Joaquín Gorrochategui expresó su extrañeza por el supuesto sufijo –ku de sorioneku [1], supongo que será porque no hay constancia alguna de tal sufijo en ningún dialecto vasco ni en la literatura en lengua vasca, donde solo se ha documentado –ko, y porque zorioneko solo está documentado desde el siglo XVIII, según he leído [10]. La lectura zorion negu, en cambio, no implicaría ninguna evolución lingüística inusual, lo que la hace más plausible.
¿Qué sentido tendría un “feliz invierno” en la mano de Irulegi? Su sentido podría entenderse mejor por la interpretación del texto que viene después, que explicaré a continuación. Pero en este punto comentaré que en muchas culturas, como entre los vikingos [11] y algunas etnias nativas americanas [12], los años se cuentan por inviernos. También se utiliza este sistema de contaje de años en el poema anglosajón Beowulf (siglo VIII d.C.), en el que, por ejemplo, la expresión “50 inviernos” significa “50 años” [13]. Incluso entre los romanos se utilizó este sistema, pues en latín existe la expresión bimus «dos años», que proviene de bis-hiems «dos inviernos» [14]. También se utiliza en Asia oriental, pues una noticia reciente [15] da cuenta de que en Corea del Sur se acaba de abolir legalmente el sistema tradicional, de origen chino [16], de contar la edad de una persona mediante el cual se añade un año cada 1 de enero. Por lo tanto, en bastantes contextos culturales invierno equivale a año, por lo que “feliz invierno” podría significar “feliz año nuevo”. Otra posible interpretación deriva de la expresión negu muga (muga = lindero, término) documentada con el significado de “solsticio de invierno” [17], que permitiría conjeturar que zorionegu fuera un expresión abreviada de “zorion negu muga” (“feliz solsticio de invierno”), análoga a las expresiones coloquiales del tipo “felices fiestas” (donde omitimos a qué fiestas nos referimos, porque se sobrentiende) o “feliz año” (por “feliz año nuevo”).
Para la lectura del resto del texto es necesario saber qué sonido representa el signo T de la 3ª línea, el cual es ajeno a los signarios ibéricos. Lo más lógico es pensar que, si el texto está en una lengua relacionada con el euskera, T represente un fonema existente en esta lengua pero inexistente en las hablas ibéricas. La utilización del signo T está documentada en leyendas monetales vasconas de Navarra en las palabras uTanbaate y oTtikes, que Eduardo Orduña Aznar interpreta como los nombres de las actuales localidades navarras de Ulzama (documentada en época medieval como Utzamao Utçama, presunta adaptación vasca del topónimo celta Uxama, al que en las monedas vasconas se habría añadido atecon el significado de puerto de montaña) y Ostiz, proponiendo que en dichas leyendas T representa una africada dental ts o tz y quederiva del tau gallicum, de origen griego, que en la epigrafía galo-griega y galo-latina representaba la africada ts [18]. Por lo tanto, siguiendo a Orduña, leeré la T de la mano de Irulegi como tz o ts.
La lectura de la mano de Irulegi también obliga a delimitar las palabras. Y algunos límites están claros: encima del final de la 2ª línea se coloca una N, que indica que se puso ahí por falta de espacio en la línea y que por lo tanto señalaría el final de la palabra. Algo parecido se puede decir del final de la tercera línea, donde se ven signos apelotonados, más estrechos y menos separados que los que van a la izquierda, lo que parece indicar que se dispusieron de este modo para que todos los signos de la última palabra estuvieran en la misma línea. En la tercera línea, entre tany ese se ha propuesto que los 6 puntos dispuestos verticalmente corresponden a un signo de interpunción. Otros, en cambio, sugieren que puede ser una línea vertical, que en el signario ibérico corresponde a la sílaba ba [19]. No puedo asegurar cuál de las dos interpretaciones es correcta, pero yo seguiré la de quienes han examinado personalmente la mano, que favorecen su lectura como signo de interpunción. En el resto del texto, la separación de las palabras no es clara. Pero nos puede ayudar saber que el euskera es una lengua sufijadora, en la que los sufijos indican la función de cada palabra en la frase. De manera que si identificamos los sufijos, sabremos dónde acaban las palabras. Y en esta tarea nos pueden ayudar los textos euskéricos de Iruña-Veleia y de las Tierras Altas de Soria. En la 2ª línea de la mano de Irulegi hay un ke (en deneke o teneke), que recuerda a los -CE de HAVRCE (o LAVRCE) e ISIILAVACE con los que comienza el texto de la estela “Villartoso 2” de las Tierras Altas de Soria (Fig. 2) [20]. Planteo la posibilidad de que estos –CE sean sufijos que indican la persona a quien se dedica la inscripción [en el caso de iselavace, puede tratarse de un término de parentesco, con un claro paralelo en LABA (pieza 15917), probable vocablo ancestral del actual alaba “hija”, de un grafito de Iruña-Veleia]. En las líneas 2ª y 3ª hay sendos ir, que coinciden con el sufijo –ir de ZVTIR de otro grafito de Iruña-Veleia (pieza número 15924) (Fig. 3). En la 3ª línea hay un tan (o dan), que coincide con el -TAN de dos ZVTAN de Iruña-Veleia (piezas 13364 y 13371) y con el inesivo indefinido –tan, que se usa sobre todo en los dialectos septentrionales del euskera [21]. Pero como tan/dan va precedido por un sufijo –iry por razones que explicaré más adelante no consideraré tan/dan como sufijo, sino como vocablo por sí mismo. Finalmente, en la 3ª línea se puede leer ese, que recuerda al vasco etxe (“casa”) y que puede ser la forma ancestral de este último vocablo, de acuerdo con la etimología propuesta para los topónimos navarros y aragoneses Javier, Javierre y Egea, que algunos prominentes filólogos sugieren que provienen de un hipotético eša o eše [22]. Si esefuera casa, es lógico pensar que la –aque sigue sea una partícula gramatical añadida. Una posibilidad es que fuera el artículo definido vasco –a. Pero dudo que lo sea, ya que en Iruña-Veleia no se usa de forma sistemática, lo que podría sugerir que en época romana tardía estaría en proceso de incorporación a la lengua vasca. Otra posibilidad, que es la que favorezco, es que se trate de un sufijo adlativo, que actualmente suele ser –ra, pero que en algunos casos, como en los nombres propios que terminan en consonante, puede ser –a: Gasteiza, Iruna, Eibarra “a Gasteiz, a Irún, a Eibar” [23]. La r del sufijo –ra sería una epéntesis añadida para distinguirla del artículo –a, que se habría introducido posteriormente en la lengua vasca.
Fig. 2. Estela Villartoso 2 de las Tierras Altas de Soria.
Fig. 3. Pieza 15924 de Iruña-Veleia. HAIIIƧ ZVTIR VOLA.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, mi lectura del texto de la mano de Irulegi es la siguiente:
sorionegu (o sorioneku)
teneke beekir ateren
otzir tan esea kari
eraukon
Debo comentar que las t y k también podrían leerse como dy g, y viceversa. Y que no hago una diferenciación estricta entre los signos ibéricos que representan las vibrantes débil y fuerte, transcritos como r y ŕ, porque su equivalencia en el euskera moderno no es segura [8] y porque en Iruña-Veleia no se hace una distinción clara entre r y rr, pues se escribe araina (16635) y (en un grafito con la lista de colores (13397)) gori, donde se esperaría, de acuerdo con el euskera moderno, arraina y gorri; de forma similar, en las inscripciones aquitanas tenemos el teónimo Herauscorritsehe (siendo corriprobable equivalente del gorriactual), pero Baicoriso y Buaicorixe [9]; y en el euskera moderno también hay ejemplos en esta línea, como urtarril (“enero”, de urte-berri-hil, “mes del año nuevo”) que tiene las variantes urtaril y urteril [24]. Todo lo cual indica que r doble y r simple pueden intercambiarse y que la distinción en la representación gráfica de ambos fonemas no era estricta en la Antigüedad.
Voy a intentar interpretar el significado de cada una de las palabras de este texto. La interpretación de sorionegu ya la he explicado. Teneke podría ser denek, con el significado de “todos” (actual denak o denok, que incorporan los artículos –ak, –ok, que no existirían en el siglo I a.C.) más el sufijo –ke, que también vemos en la estela Villartoso 2 de las Tierras Altas de Soria (Fig. 2) [7], y que podría indicar dedicatoria o alocución (a quién se dedica o se dirige el saludo inicial): “a todos”. Mantengo la t de tenekeporque en Iruña-Veleia se escribe tu por el actual ditut (“…XI urte tu…” (15920), “…tengo 11 años…”) y ta por el actual da (“aien X Iesus ta” (13364), “la vid Cristo Jesús es” [25]; “neure ama roman ilta (= hil da)…” (15910), “mi madre murió en Roma…”) [20].
Beekir podría desglosarse en be(h)e-eki-ir. Behe significa “bajo”, como en Behe Nafarroa “Baja Navarra” o Beterri, “Pueblo Bajo” (en contraposición con Goierri, “Pueblo Alto” [26]) y eki en el dialecto salacenco significa “sol”, ekhi en bajonavarro y suletino [17,24,27], con lo que beeki podría traducirse como “sol bajo”. En cuanto al sufijo –ir aparece en un grafito de Iruña-Veleia con el texto “ZVTIR HAIIIƧ VOLA» (15924) (Fig. 3). La Ƨ (S invertida) la interpreto como probable representación del fonema fricativo vasco z y para VOLA no se me ocurre otra interpretación que no sea la forma verbal latina vola(t), que va en línea con el uso de palabra latinas en textos vascos de Iruña-Veleia, como cor o polita [28], y en el texto celtibérico del bronce de Novallas, donde aparece la palabra PVBLICO [29]. En cuanto a zutir tiene un paralelo en dos zutande dos grafitos de Iruña-Veleia en el texto “geure ata zutan” (13363, 13371), que parece ser el inicio del Padrenuestro (“Padre nuestro en los cielos”), de donde se puede deducir que zut significa “cielo” o “alturas” (quizá sea la raíz de la que deriva el actual zutik, que significa “de pie” en posición erguida, que implica verticalidad y por lo tanto una posición con la cabeza en lo alto). Si zut significa “las alturas” o “lo alto”, la frase “zutir haiez volat” podría significar “desde, hacia o cuando está en las alturas (zut-ir) con ellas/ellos (haie-z = haiek con el sufijo –z instrumental) vuela”. El sufijo –ir no existe en el vasco actual, pero podría haber quedado un resto del mismo en la forma dialectal zutirik (con el mismo significado de zutik). Si beeki significa “sol bajo”, considerando los posibles significados de –ir que he mencionado, me parece más lógica la traducción de beekircomo “cuando el sol está bajo”, en referencia al solsticio de invierno, que es cuando el sol está en su punto más bajo sobre el horizonte, lo cual es consistente con la traducción propuesta del saludo inicial “feliz invierno” o “feliz solsticio de invierno”.
La siguiente palabra es ateren, donde –ren sería la terminación de genitivo. Ate en vasco actualmente significa puerta, pero es probable que antiguamente significara también “fuera”, siendo kanpo un neologismo de origen latino (derivado de campus) [18,30], comentando Hector Iglesias que en vasco moderno las expresiones etxetik at / etxeaz at significan «fuera de casa» [30]. Por lo tanto, ateren puede significar tanto “de la puerta” como “de fuera”. Aunque en euskera existen dos genitivos, uno llamado “locativo”, –ko, y otro “posesivo”, -aren/-en, su distinción no está del todo clara, variando su uso entre diferentes dialectos y habiéndose hecho traducciones alternativas del mismo genitivo latino de la Biblia en –ko o –ren [21]. Por otra parte, se ha propuesto que el genitivo posesivo originalmente fuera –re, en base a la terminación de los posesivos nere y neure. Pero esto solo es una hipótesis. Aunque estaría apoyado por “Atare izan” (“el nombre del padre”) de Iruña-Veleia (13362), este es un testimonio único, del que no se pueden sacar conclusiones definitivas, considerando que en Iruña-Veleia hay dos ZVTAN y un ZVTA (15656), aparentemente con el mismo significado.
La siguiente palabra es otzir/otsir, que podríamos interpretar como hotz (frío) más el sufijo –ir, que, en consonancia con la interpretación de beekir, podríamos traducir, junto con el ateren previo, como “cuando el frío de afuera”. Pero también se puede interpretar como hots “ruido o golpe”, que junto con ateren se podría traducir como “golpe de la puerta”. A continuación tenemos tano dan, que puede ser el sufijo de inesivo indeterminado –tan [21], pero como va precedido de un sufijo –ir, con posible similar significado, se podría considerar como vocablo por sí mismo. Rudolf de Rijk propuso que danera la palabra original en euskera para decir “ahora”, antes de que fuera desplazado por orain, de etimología latina [31]. Y en la frase que estamos analizando podría tener sentido: “ahora, cuando el sol está bajo, cuando hace frío fuera”. Curiosamente, la expresión “dan dan hots” significa el ruido producido al llamar a la puerta [24], aunque en este caso dan–dan es una onomatopeya de un golpe repetido y su coincidencia con el tan/dan de la mano de Irulegi podría ser casual.
Siguiendo con lectura del texto, esea, como he explicado antes, podría traducirse como “a casa”. Y karri podría corresponder al actual verbo ekarri “traer”. También se ha propuesto la lectura eseagarri, con la terminación –garri análoga a la de otros vocablos vascos como ikusgarri, maitegarri, negargarri, pozgarri, oroigarri, etc., significando, –garri “digno de”, “que causa o produce” o “que sirve para”, con lo que se podría traducir eseagarri como “hogareño” o “acogedor”. Pero si fuera así, se esperaría esegarri.
La última palabra es eraukon. Las analogías euskéricas más próximas que he encontrado son herauts“verraco” [24] y el teónimo aquitano Herauscorritsehe [9]. Es posible que este teónimo provenga de herauts (que aunque el Diccionario General Vasco lo traduce como verraco, quizá también podría significar jabalí, como ocurre con el inglés boar), lo que estaría apoyado por la existencia de una divinidad celta llamada Moccus [32], que era un dios-cerdo o dios-jabalí (moccos en lengua gala significa cerdo o jabalí), pudiendo corrihacer referencia al color pardo-rojizo de los jabatos o tener un valor simbólico (al igual que el dios Marte se asociaba con el color rojo). Aunque en el caso de (h)eraukon faltaría una ts o sesperable entre la u y la k, si es que derivase de herauts, esta ausencia no me preocupa mucho, ya que podría ser debida a una variante dialectal o a un error ortográfico. También a “jabato” le falta la l de “jabalí” y en Iruña-Veleia, en un grafito con la lista de colores (13397), está escrito beta por beltza(“negro”).
Basándome en estas analogías, propongo tres posibilidades de interpretación de (h)eraukon: (1) que se trate de un antropónimo análogo a otros antropónimos aquitanos o de las Tierras Altas de Soria [9] que terminan en –con o –co (en algunos casos de Aquitania con la terminación latinizante –is): Attaconis, Borroconis, Halsconis, Andreconis, Belexconis, Porconis, Taurico, Sesenco, Belƨcon (probablemente Beltzkon), etc., de los cuales algunos derivan de nombres, vascos o latinos, de animales (bele, porcus, taurus, zezen); (2) que se refiera a un cochinillo o jabalí, cuya consumición en fechas navideñas es tradicional, al menos desde la Edad Media, en algunos países europeos [33]; (3) que signifique “buena suerte”, de forma análoga a la expresión alemana “schwein haben” (“tener cerdo”), que significa “tener buena suerte” [34], y tiene su equivalente en noruego, sueco, danés e islandés (heldigriss, tur gris, heldig gris y heppin vin, respectivamente, todas las cuales significan “cerdo de la suerte” [35]). La asociación del cerdo con la buena suerte en países del centro y norte de Europa se refleja en la costumbre tradicional de regalar mazapanes en forma de cerditos el día de año nuevo como expresión del deseo de buena suerte [34]. Se sabe de la existencia de esta asociación al menos desde la Edad Media, pero la creencia en el poder apotropaico del cerdo o el jabalí probablemente tiene raíces más antiguas, pues el historiador romano Tácito escribió que los germanos llevaban con ellos “formae aprorum” (imágenes de jabalíes) como talismanes protectores en la batalla y hay evidencias literarias y arqueológicas (cascos con efigies de jabalí como crestas (Fig. 4)) de la Alta Edad Media indicando que el jabalí era considerado símbolo protector en la batalla [34].
Fig. 4. Cascos del siglo VII d.C. con efigies de jabalíes como crestas, de Torslunda (Suecia) (izda.) y Wollaston (Inglaterra) (dcha.).
En este blog y en Zuzeu, Josu Lavin ha propuesto que eraukonpodría ser una forma verbal dialectal equivalente a la estándar zion o zitzaion [36]. Pero queda por explicar quién es el sujeto, quién el complemento indirecto y, en el caso de zion, qué es el complemento directo del verbo (o, en otras palabras, quién trajo qué a quién). Se lo he preguntado a Josu Lavin, pero no me ha contestado, y mientras no tenga una respuesta, no puedo tomarme esta propuesta en serio.
En consecuencia, de acuerdo con las posibles interpretaciones que he considerado, la última frase del texto de la mano de Irulegi podría traducirse como (1) “trae a casa a Heraukon”, expresando el deseo y petición al año nuevo de que alguien con ese nombre (que podría significar “Jabato”, nombre que, curiosamente, es el de un personaje de comic, de etnia íbera, cuya acción se desarrolla en la Hispania del siglo I a.C. [37,38], y que coloquialmente se asocia con la valentía y el arrojo – “peleó como un jabato”), que quizá llevara mucho tiempo en tierras lejanas (se podría especular con que fuera un soldado que luchaba en las guerras sertorianas) vuelva a casa; (2) “trae a casa un cochinillo”, expresando la petición de que quien entre por la puerta o el señor a quien sirve el dueño de la casa le ofrezca un cochinillo como regalo de las fiestas del solsticio de invierno, siguiendo una costumbre que se remonta al menos a la Edad Media [39], con paralelos en la Antigüedad romana, cuando en las Saturnales (celebradas del 16 a 23 de diciembre) se intercambiaban regalos y se expresaban buenos deseos para el nuevo año [40], y que continúa en la actualidad en forma de regalos de cestas, aguinaldos y pagas extraordinarias de Navidad; o (3) “trae buena suerte a casa”, petición que se haría al año nuevo. Yo favorezco la tercera, porque es más genérica, pudiendo formar parte de una fórmula estereotipada que podría copiar un orfebre en objetos producidos “en serie” en su taller.
Por lo tanto, en base a las consideraciones que he expuesto, una lectura tentativa del texto de la mano de Irulegi sería, en una traducción literal:
“Feliz (solsticio de) invierno a todos. Cuando el sol está bajo, cuando afuera hace frío, ahora, a casa trae un cerdito.”
Y en un español más comprensible:
“Feliz año nuevo (o solsticio de invierno) a todos. Ahora que el sol está bajo y hace frío afuera, trae buena suerte a casa.”
Aunque no puedo descartar que en lugar de “hace frío afuera” el significado sea “llaman a la puerta” y en vez de “trae buena suerte” sea “trae un cochinillo” o “trae a Heraukon”.
En cuanto a la mano, podría simbolizar un saludo o una petición o ruego, pues la mano se utiliza para saludar, pedir y rezar.
Puede tener interés para la hipótesis que propongo y el título del post que en la Antigüedad romana, entre los regalos que se intercambiaban en los Saturnalia, llamados strenae, existían una especie de “tarjetas navideñas”, en forma de objetos, como medallones o lucernas, con textos inscritos con expresiones de buenos deseos para el nuevo año [41].
Joseba Abaitúa, en su blog Trifinium [3], trae esta cita de Michelena, de 1961: “si dispusiéramos de documentos escritos en vasco prehistórico del siglo primero antes de nuestra era – o en alguna lengua emparentada con él –, cuesta admitir que no fuéramos capaces de penetrar el sentido general de textos sencillos […] y de reconocer bastantes de sus componentes”. Yo creo que, en base a lo que he expuesto arriba, sí se pueden reconocer bastantes de los componentes y entender el sentido general del texto de la mano de Irulegi. Pero si alguien no fuera capaz de hacerlo, ello no implicaría necesariamente que la lengua no fuera euskérica, si hacemos caso de esta otra cita de Michelena, de 1977: “… uno de nosotros aun siendo lingüista, estaría con toda seguridad muy lejos de poder traducir de corrido un texto vasco, aunque le demos este calificativo, de hace 2.000 años”, y cita el siguiente ejemplo: “¿Qué pasaría con bastantes de los mismos Refranes y Sentencias de 1596 si no llevaran versión romance? Baste como muestra el 233: Yquedac ta diqueada [Urquijo, 1967: 51, § 233]; lo único que entendemos es ta” [29].
6. Alfaro Peña, Eduardo; Gómez-Pantoja, Joaquín. Entre íberos, celtíberos y vascones. Inscripciones inéditas y revisadas de Tierras Altas de Soria. Veleia, 35: 165-182. (2021). https://ojs.ehu.eus/index.php/Veleia/article/view/22079
30. Iglesias, Hector. Observations concernant les récentes critiques et omissions de Joseba Lakarra à propos des recherches d’Hector Iglesias sur la problématique “basco-ibérique” suivies d’une hypothèse inédite concernant l’inscription de Liria (version révisée et actualisée). Arse. Boletín Anual del Centro Arqueológico Saguntino, 2008, n° 42, pp.35-104. https://artxiker.ccsd.cnrs.fr/file/index/docid/351640/filename/Arse_OBSERVATIONS_senspace.pdf
31. de Rijk, Rudolf P. G. “Nunc» Vasconice. Anuario del Seminario de Filología Vasca Julio de Urquijo: International Journal of Basque Linguistics and Philology, Vol. 26, Nº. 3, 1992, págs. 695-724. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2778032
37. Cultura educativa. Nuestros dichos: Estar como un jabato / Estar hecho un jabato / Ser un jabato. https://natureduca.com/cultureduca/dichos_e_estarcomounjabato01.php
Un «volcán» en lo alto de Irulegi, Valle de Aranguren, Nafarroa:
Aquí es otoño-invierno pero casi nadie ha quedado «frío». Y es que ha explosionado un «volcán pirotécnico en colores» al presentar en público el pasado lunes, 14 de noviembre del 2022, una pieza arqueológica en bronce con forma de mano humana, excavada en Irulegi, con su texto en signos ibéricos, al parecer signario amoldado a la «lengua vascónica» (nueva denominación de Joaquín Gorrochategui para referirse al euskera antiguo del siglo I a. C.).
La noticia ha tenido y sigue teniendo amplísimo eco; priman las felicitaciones por el hallazgo y los elogios por el trabajo bien hecho de Aranzadi, concediendo toda suerte de entrevistas, valoraciones y
detalladas narrativas a los protagonistas y al mundo académico (principalmente Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza, como portavoces autorizados).
También el presidente de Euskaltzaindia ha tomado posición pública, por qué no: “Berri pozgarria da, euskera hemengoa dela eta betidanik izan dugula hemen erakusten du honek”. Traducción: «Es una noticia para alegrarnos, esto muestra que el euskera es de aquí y que lo hemos tenido aquí desde siempre».
Claro que también ha habido gentes (algunas gentes) a quienes se les ha visto con ganas de aguar la fiesta (o eso me ha parecido). No se si pretendían desacreditar, sí al menos desmerecer el hallazgo y el valor del testimonio. Alguno ha titulado, en plan radical negacionista él: “Lo siento, esto no es euskera”…Parecían disgustados, oyes, casi como ofendidos en lo personal porque aquel vascón de Irulegi escribiera “sorioneku», seguramente para llevarles la contraria.
La fiesta no ha hecho más que empezar, solo hemos podido «entender bien» la primera línea de la pieza de bronce y ya han pronosticado (los que entienden del pasado y también del futuro) que «se tardarán entre 10 a 20 años para descifrar» las tres líneas que siguen al “sorioneku”.
Como no estamos para esperas tan largas, como nos gusta disfrutar (y padecer) mientras el corazón siga palpitándonos en el pecho (hil eta gero, salda bero), no nos vamos a quedar pasivos 10 ó 20 años. Ya, ya, que es cosa para gente muy sabida, que cualquiera no puede (ni debe) pretender interpretar el ibérico y menos la recién descubierta «lengua vascónica»…Vale, pero creo que también hay gente muy válida «en el pueblo» que puede hacer o ya está haciendo interesantes aportaciones y vamos a escucharles y opinaremos.
Con ese fin, se abre «audiencia pública»: Irulegiko Eskua II.
Las lecturas que recojamos podrán ser tomadas como muy acertadas, medio acertadas o equivocadas pero nunca serán ridículas porque se trata de pro-posiciones para entender el texto y el contexto; nadie pretende sentar cátedra (eso se lo dejamos a los catedráticos).
Queremos participar. Gure esku dago.
Queda hecha la invitación a toda la buena gente en Ama Ata.
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