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Las flautas de Gessenklösterle: El instrumento musical más antiguo del mundo

A lo largo de la historia, se han descubierto diversos instrumentos musicales, testimonio de la fascinante variedad de culturas y épocas. Estos hallazgos atestiguan la incesante curiosidad humana por producir sonido, ya sea para estrechar lazos sociales o cumplir con otros objetivos. Para comprender los orígenes de la música, surge una pregunta esencial: ¿cuál es el instrumento musical más antiguo que hemos descubierto?

Esta investigación busca responder precisamente a esa pregunta, y nos guía a través de un apasionante debate sobre los instrumentos más antiguos jamás hallados: las flautas de la cueva de Gessenklösterle y la flauta de Divje Babe.

Contexto del hallazgo de las flautas en Geissenklösterle

Desde 1973 y hasta 2012, se llevaron a cabo varias expediciones a la cueva de Geissenklösterle en la región de Jura de Suabia, situada en el sur de Alemania. Durante estas exploraciones, se descubrieron tres flautas confeccionadas a partir de huesos de animales: una hecha de marfil de mamut y dos de ave. La última de estas misiones fue realizada por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Oxford [1].

Flauta de Geissenklösterle (réplica).
Fig. 1 Flauta de Geissenklösterle (réplica).

Los resultados de la excavación fueron publicados en la revista científica Journal of Human Evolution, donde se concluye que los restos hallados en Geissenklösterle representan, hasta la fecha, los instrumentos musicales más antiguos conocidos [2].

Este notable descubrimiento ha llevado a los investigadores a formular la hipótesis de que Geissenklösterle pudo haber sido uno de los primeros asentamientos de humanos modernos en Europa [2].

Datación del instrumento musical más antiguo

El proceso de excavación en la cueva de Geissenklösterle fue prolongado, iniciando en 1973 bajo la dirección de Eberhard Wagner [3], seguido por Joachim Hahn durante 14 temporadas de excavación entre 1974 y 1991, y después por Conard y su equipo entre 2000 y 2002 [4]. Posteriormente, en 2012, las investigaciones fueron lideradas por Tom Higham [1].

Para obtener la datación, se emplearon técnicas de espectrometría de masas con aceleradores (AMS, por sus siglas en inglés) y termoluminiscencia (TL). Los resultados indicaron que los instrumentos eran originarios de la capa del Auriñaciense «clásico» [3].

La flauta paleolítica
Fig. 2. La flauta paleolítica

Además, la investigación proporcionó una secuencia estratigráfica desde al menos 43,000 hasta 10,000 AP, lo que permitió deducir que durante los inicios del Paleolítico superior, el Homo sapiens sapiens apareció en Europa central. A partir de este periodo, es probable que surgieran los orígenes del arte y la música [3].

Geissenklöterle es una de las múltiples cuevas en la región que albergan importantes hallazgos de arte figurativo e instrumentos musicales [1]. Los descubrimientos respaldaron la hipótesis de que el río Danubio fue un corredor crucial para los nómadas y sus innovaciones tecnológicas hacia Europa central entre 40,000 y 45,000 años atrás [1].

En 2012, los especialistas de las Universidades de Oxford y Tübingen se encargaron de investigar la datación de las flautas. Las mediciones realizadas una década antes habían resultado imprecisas debido a la falta de descontaminación del colágeno [2].

Las flautas de Geissenklöterle representan la primera prueba tangible de un instrumento musical aceptado por la comunidad científica, que hasta el año 2002 se estimaba datar de hace 36,000 años [5], aunque estos datos fueron posteriormente corregidos.

Descripción de las flautas

La investigación realizada en 1990 por J. Hahn y S. Münzel [6] resultó crucial tanto en su momento como para estudios posteriores, proporcionando datos fundamentales para la descripción física de las flautas.

En la cueva se encontraron 23 fragmentos del radio de un cisne que conforman la «flauta 1». Aunque el instrumento no está completo, la identificación y reconstrucción se llevó a cabo posteriormente a su hallazgo [6]. Mide 12.6 cm de largo y presenta tres orificios perforados. Notablemente, el único extremo conservado fue cortado y posteriormente redondeado, y la cara superior muestra una serie de pequeñas incisiones en posición transversal [6].

Para obtener una imagen más completa de las flautas, se realizó una reconstrucción experimental, una práctica común en la arqueología para preservar la pieza original. A pesar de que la réplica no es exacta debido al estado fragmentario del instrumento original, ofrece un acercamiento a los sonidos, técnicas, funcionalidad, secuencias de notas y modo de interpretación de las flautas [3].

Se identificó que los tonos están dispuestos a distancias sistemáticas entre sí, lo que sugiere una proporción intencional similar a lo que estamos acostumbrados a escuchar. Las muescas presentes posiblemente fueron creadas con fines decorativos, y se presume que el instrumento se soplaba como una flauta biselada sin boquilla [3].

Réplica del instrumento musical más antiguo
Fig. 3. Réplica del instrumento musical más antiguo

La «flauta 2», en estado fragmentario y conformada por siete piezas [6], no ofrece mucha información. Se sabe que está hecha de hueso de ave y su reconstrucción se basó en la «flauta 1».

En 2004, la investigadora María Malina analizó y reconstruyó parte de la «flauta 3» entre los restos encontrados en el lugar y los recolectados durante el tamizado del agua. El instrumento, tallado en marfil de mamut, se ensambló en sus 31 fragmentos [6].

En 2012, una investigación exhaustiva empleó un nuevo examen de datación de carbono de alta resolución para determinar que las flautas de la cueva Geissenklösterle tienen entre 42,000 y 43,000 años de antigüedad [7], convirtiéndolas en los instrumentos más antiguos descubiertos hasta la fecha [2].

Existía la creencia de que la flauta más antigua era un hallazgo en Divje Babe: el fémur izquierdo de un oso cavernario joven de aproximadamente dos años. Sin embargo, este descubrimiento no ha sido aceptado por toda la comunidad científica y la nueva datación de las flautas en la cueva de Gessenklösterle cuestiona esta afirmación.

Este supuesto instrumento fue encontrado en 1995 por el Dr. Ivan Turk [3] al oeste de Eslovenia.

La flauta Divje Babe
Fig. 4. La flauta Divje Babe

Se llevaron a cabo reconstrucciones que dieron pistas sobre la posible forma de la flauta, que se estima tendría unos 37 cm de largo y una escala de siete notas [8].

Se publicó una monografía en Eslovenia que incluía un extenso análisis, abarcando el contexto arqueológico, el conjunto faunístico, la datación, la estratigrafía, entre otros aspectos. A pesar de la abundancia de datos recopilados, no existe un consenso entre los arqueólogos sobre la autenticidad del instrumento. Se cree que la datación más precisa de este posible instrumento es de aproximadamente 43,100 años [9].

La supuesta flauta
Fig. 5. La supuesta flauta

La controversia

El debate persiste sobre si esta pieza es realmente un instrumento musical [9], con algunas opiniones alegando que no es producto de la mano humana [6] y que podría ser simplemente un hueso con marcas de dientes de depredador [3]. Por lo tanto, la idea de que las tradiciones musicales comenzaron en esta región sigue siendo pura especulación.

Se encontraron 600 fémures de oso en la cueva, pero solo uno presentaba perforaciones visibles, lo que se consideró como un indicio importante para clasificarlo como una flauta [10]. Sin embargo, existe evidencia contundente que desafía esta interpretación.

La presunta flauta de Divje Babe ha sido objeto de numerosas dudas, investigaciones y críticas. Hay varios argumentos claves que desafían su autenticidad como instrumento musical. Los estudios tafonómicos de acumulaciones óseas en varias cuevas demostraron que los restos óseos encontrados allí parecen haberse acumulado de forma natural, sin indicios de ocupación humana [10]. Los análisis morfológicos y métricos de las modificaciones en los huesos encontrados en estas cuevas son similares a las de Divje Babe. Además, un análisis exhaustivo del hueso perforado reveló que los dos orificios alineados, que parecen indicar que es una flauta, en realidad son el resultado de las mordeduras de un carnívoro [11], producidas por los dientes caninos que mordían perpendicularmente el hueso [10].

 

La flauta Divje Babe
Fig. 6. La flauta Divje Babe

 

La flauta Divje Babe en el Museo Nacional de Eslovenia
Fig. 7. La flauta Divje Babe en el Museo Nacional de Eslovenia

A pesar de la abrumadora evidencia científica que cuestiona su autenticidad, hay investigadores que aún defienden la legitimidad de este instrumento como una flauta. Actualmente, la pieza se encuentra en exhibición en el Museo Nacional de Eslovenia.

Uso de las primeras flautas creadas por humanos

Las opiniones respecto al uso de las flautas varían ampliamente entre los investigadores. Algunos sugieren que la música podría haber jugado un papel crucial en ciertos comportamientos clave de nuestra especie, sirviendo como la evidencia más temprana de la participación en la cultura musical [7]. Se considera que estos instrumentos primitivos podrían haber contribuido al desarrollo humano y al fortalecimiento de vínculos sociales, siendo factores cruciales en su expansión a nuevas regiones [3]. Asimismo, es probable que la música se utilizara en diversos contextos sociales, religiosos o recreativos, de maneras similares a cómo la disfrutamos hoy en día [1].

N. J. Conard sostiene que este tipo de objetos simbólicos, como los instrumentos musicales, pueden actuar como elementos unificadores para grandes grupos sociales, fomentando una identidad compartida. En el caso de Jura de Suabia, la música desempeñó un papel significativo en la interacción social [10].

Referencias

1. BCC News. (27 de mayo de 2012). El poder de la flauta más vieja del mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/05/120525_instrumentos_musicales_mas_antiguos_yv

2. ABC Ciencia. (05 de junio de 2012). Flautas talladas en marfil de mamut y huesos de ave, los instrumentos musicales más antiguos. https://www.abc.es/ciencia/abci-flauta-alemania-arte-antiguo-201205280000_noticia.html

3. Hein, W., Müzel, S., y Seeberg, F. (2002). The Geißenklösterle Flute – Discovery, Experiments, Reconstruction. Academia.edu. https://www.academia.edu/9791593/The_Gei%C3%9Fenkl%C3%B6sterle_Flute_Discovery_Experiments_Reconstruction

4. Higham, T., et al. (2012). Τesting Models for the Beginnings of the Aurignacian and the Advent of Figurative Art and Music: The Radiocarbon Chronology of Geißenklösterle. Academia.edu. https://www.academia.edu/1892761/%CE%A4esting_models_for_the_beginnings_of_the_Aurignacian_and_the_advent_of_figurative_art_and_music_The_radiocarbon_chronology_of_Gei%C3%9Fenkl%C3%B6sterle.

5. Villanueva Ramos, J. (s.f.). La música. Una breve remembranza. Revista horizonte histórico. https://revistas.uaa.mx/index.php/horizontehistorico/article/view/150/136

6. Conard, N. J. (2007). Les Flûtes Aurignaciennes Des Grottes Du Geissenklösterle Et Du Vogelherd (Jura Souabe). Academia.edu. https://www.academia.edu/6809464/Les_fl%C3%BBtes_aurignaciennes_des_grottes_du_Geissenkl%C3%B6sterle_et_du_Vogelherd_Jura_souabe_

7. Wikipedia. (2022). Flautas paleolíticas.  https://es.wikipedia.org/wiki/Flautas_paleol%C3%ADticas

8. D’Errico, F., et al. (1998). A Middle Palaeolithic Origin of Music? Using Cave-Bear Bone Accumulations to Assess the Divje Babe I Bone Flute. Acamedia.edu. https://www.academia.edu/23099722/A_Middle_Palaeolithic_origin_of_Music_Using_cave_bear_accumulations_to_assess_the_Divje_babe_I_bone_flute_

9. Menéndez, M., y García, E. (1998). Instrumentos musicales paleolíticos: la flauta magdaleniense de la Cueva de la Güelga (Asturias). Revistas.uned https://revistas.uned.es/index.php/ETFI/article/view/4671/4510

10. Conard, J. N. (2012). La importancia evolutiva de las primeras evidencias de arte figurativo y los instrumentos musicales de las cuevas del suroeste de Alemania. Arte sin Artistas: Una mirada al Paleolítico. pp. 438-461. 

11. González Redondo, F., Martín-Loeches, M., y Silvan Pobes, E. (2010). Prehistoria de la matemática y mente moderna: pensamiento matemático y recursividad en el Paleolítico franco-cantábrico. Scielo. https://scielo.isciii.es/pdf/dyn/v30/07.pdf

Fig. 1. Wikimedia Commons. (2022). Flauta paleolítica [imagen]. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Flauta_paleol%C3%ADtica.jpg

Fig. 2. Wikimedia Commons. (2022). Floete Schwanenknochen Geissenkloesrle Blaubeuren [imagen]. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Floete_Schwanenknochen_Geissenkloesterle_Blaubeuren.jpg

Fig. 3.  Wikimedia Commons. (2022). Flauta paleolítica [imagen]. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Flauta_paleol%C3%ADtica.jpg

Fig. 4. Wikimedia Commons. (2022). Divje Babe flute (Late Pleistocene flute) [imagen].  https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Divje_Babe_flute_(Late_Pleistocene_flute).jpg

Fig. 5. Wikimedia Commons. (2022). Flute paléolithique (musée national de Slovénie, Ljubljana) [imagen]. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Fl%C3%BBte_pal%C3%A9olithique_(mus%C3%A9e_national_de_Slov%C3%A9nie,_Ljubljana)_(9420310527).jpg

Fig. 6. Wikimedia Commons. (2022). Divje Babe flute from left [imagen]. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Divje_Babe_flute_from_left.jpg

Fig. 7. Wikimedia Common. (2020). Divje Babe flute in the National Museum of Slovenia [imagen].  https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Divje_Babe_flute_in_the_National_Museum_of_Slovenia.jpg

 

Europako Arkeologia jardunaldiak/2023 // Jornadas europeas de Arqueología

2023/ ekainak 15-17-18 junio
BIBAT,
Arabako Arkeologia Museoa.

https://web.araba.eus/documents/105044/2489485/Europako+Arkeologia+Jardunaldiak+2023+Jornadas+Europeas+Arqueolog%C3%ADa.pdf/b505cf11-e202-fa96-4917-f05ea439251a?t=1685687797890

 

Ekainak 17, larunbata (sábado):

12:00 Bisita gidatua – Visita guiada:

«Iruña-Veleiak harresia ireki du –

Iruña- Veleia abre la muralla»

 

Hasta aquí fotos de los trabajos que están realizando en el exterior de la muralla al sur (la parte que da al camino de acceso desde «Trespontes»)


 

Las siguiente tres fotos corresponden a los trabajos en la parte interior de la muralla sur.

Argazkiak: Antton Erkizia.

Eguna: 2023/ekainaren 2a

Iruña-Veleiaren 2. jaia ekainaren 4an / 2ª visita festiva a Iruña-Veleia el 4 de junio/2023

Ekainaren 4an, igandean,

Iruña-Veleiaren 2. Jaia

Iruña-Veleian zer gertatu den jakin nahi duzu? Zer da ezkutatu nahi digutena? Zergatik?

  • Zergatik sartu duten hondeamakina (eskabadora) laugarren aldiz eremu handi bat suntsitzeko jakin nahi dugu.
  • Jakin nahi duzu zergatik Iruña-Veleia ondoan orain dela 4.000 urteko herrixka baten aztarnak topatu eta porlanez bete duten orain gutxi?
  • Jakin nahi duzu zergatik harresia garbitzean “ATA” idazkuna agertu eta ez duten babestu nahi?
  • Jakin nahi duzu Irulegiko Eskuak zer zerikusirik izan dezakeen Iruña-Veleiako grafitoekin?

Iruña-Veleia gure historia, kultura eta euskeraren gako asko gordeta ditu. Berau ezagutzea ezinbestekoa da orain gertatzen ari dena ulertzeko.

Datorren igandean, ekainaren 4an, Iruña-Veleiako 2. Jaira etor zaitezke. Bisita gidatua egingo dugu (doakoa da).

Gero, hurbil dagoen Olabarri herrian bazkari herrikoia egingo dugu 15 euroren truk. Norberaren bazkaria ere eraman daiteke.

Bazatozte?

Bisitarako izena emateko edota bazkarirako: bidali watxap edo telegram bat: 663 901 248

Kontaktu batzuen artean mezu hau zabaltzea biziki eskertzen da.

(«Iruña Veleia Martxan» Elkartea)

 

 

 

La Genética: Una Herramienta Revolucionaria en la Historia y la Lingüística

La genética ha revolucionado nuestra comprensión del mundo, desde la medicina hasta la agricultura. Pero, ¿sabías que también está cambiando la forma en que entendemos la historia y la lingüística?

El ADN antiguo y la migración humana

El análisis del ADN antiguo ha proporcionado una nueva perspectiva sobre la migración humana. Por ejemplo, los estudios genéticos han revelado que los humanos modernos se mezclaron con los neandertales y los denisovanos, dos especies humanas extintas. Estos hallazgos han cambiado nuestra comprensión de cómo nuestros antepasados se movieron y se mezclaron a lo largo de la historia.

La genética y la evolución de las lenguas

La genética también está ayudando a los lingüistas a entender mejor la evolución de las lenguas. Al comparar los genomas de las poblaciones actuales, los científicos pueden inferir las relaciones entre diferentes lenguas y cómo se han desarrollado a lo largo del tiempo. Este enfoque ha proporcionado nuevas ideas sobre la difusión de las lenguas indoeuropeas, por ejemplo.

Interacción cultural y genética

Finalmente, la genética puede arrojar luz sobre la interacción cultural en el pasado. Por ejemplo, los cambios en los genomas de las poblaciones pueden reflejar la adopción de nuevas prácticas agrícolas o tecnológicas. Estos hallazgos pueden complementar las evidencias arqueológicas y ayudar a los historiadores a entender mejor las sociedades del pasado.

Conclusión

La genética está demostrando ser una herramienta poderosa para entender nuestra historia y la evolución de las lenguas. A medida que la tecnología genética continúa avanzando, podemos esperar aún más descubrimientos fascinantes en el futuro.

ACERCA DE LOS GRAFITOS DE IRUÑA-VELEIA: PRIMER DECÁLOGO DE ERRORES ¿POR QUÉ Y DE QUIÉN? (VIII-X). Antonio Rodríguez Colmenero.

VIII

IR-12394: SI VIS PACEM PARA INSTITIAM?

¿SI QUIERES PAZ PREPARA JUSTICIA?

Fig. 32. Pieza IR-12394

Nos enfrentamos, esta vez, con una inscripción latina incisa sobre hueso vacuno o caballar; recio, en consecuencia, para cualquiera de las posibilidades susceptibles de poder ser elegidas. Y acentúo el detalle, tanto por la peculiar naturaleza del soporte, como por la imposibilidad de ser abordado presencialmente, dado que, con tan sólo los fotogramas de conjunto disponibles, no podremos avanzar como quisiéramos, pero sí, al menos, en la buena dirección. De cualquier manera, tampoco los riscados recientes de limpieza sobre letras favorecen la interpretación de los textos aunque, eso sí, habremos de intentarlo.

De todas formas, y a manera de exordio, convendrá rememorar la versión que de este grafito efectúan los profesores I. Velázquez y J. Gorrochategui, siempre arropados en la dirección tomada por seguidores y colaboradores, con reducción de la totalidad del texto a la expresión refranera: si vis pacem para iustitiam, “si quieres paz, prepara la justicia”, forzando este último vocablo a ser leído como iustitiam, justicia, alterando así las letras de su radical.

Sin embargo, la tal versión arranca con dos inconvenientes generados por este intento de interpretación: prescindir, sin leerlo, del renglón central de un texto de tres, y forzar la ya mentada interpretación INSTITIAM por IVSTITIAM. Cierto que el escribano del texto refranero o, si se prefiere, difusor del mismo, parece haber desenfocado la plasmación de la frase; y aquí nos hallamos presentes para corregir lo que sea preciso, si es que llegamos a acertar, que es lo que deseamos.

El escenario, vértebra de bovino apoyada longitudinalmente sobre uno de sus costados, ofrece una estampa apaisada sobre la que ha sido esgrafiada la inscripción. En cuanto al primero de los renglones, se nutre con la expresión inicial del texto, si vis pacem, perfectamente alineada. Ahora bien, tras haberse iniciado correctamente el segundo con el imperativo PARA, de parare, con traducción “prepara”, se bifurca en dos renglones superpuestos: el, a partir de ahora, central, de cuyo contenido se han hecho el sordo Gorrochategui, Velázquez y compañía, y el inferior, en donde la supuesta INSTITIAM tendría que hacer de complemento directo.

Ahora bien, nos preguntamos ¿encaja lo “olvidado” por nuestros colegas con el resto, ya anteriormente tenido en cuenta? Creemos que sí, siguiendo el orden que, a partir de ahora, trataremos de esclarecer.

– Primer renglón: SI VIS PACEM.

– Segundo: imperativo PARA en el inicio, bifurcándose, a continuación, en otros dos superpuestos: el superior, con un letrero continuo que finaliza con B y T, letras ambas separadas, a la vez que ubicadas ya sobre una pequeña fosa del hueso mismo; y la inferior, con otra leyenda complementaria consecuente, creemos, con la otra mitad del texto a tener en consideración.

Por supuesto que la interpretación que voy a proponer no ha de agradar demasiado a muchos, pero sí creo, personalmente, que se trata de una posibilidad consecuente con la totalidad de la inscripción y, debido a ello, habrá de ser tenida muy en cuenta, por lo menos hasta que los responsables de la custodia de dicha vértebra den permiso para poder visitarla y ver de cerca los vestigios en su ser con la única finalidad de poder confirmar, o no, nuestras consideraciones teóricas en torno a la cuestión, previo análisis ocular presencial de los grafitos originarios, por lo menos.

Sin embargo, no renunciamos a avanzar ahora mismo en la interpretación de la leyenda que consideramos más cercana a la realidad, según la versión siguiente: SI VIS PACEM/ PARA VV^LTVM B(onum) T(uum)/ IN  SIITI^M  A^NI[S], cuya traducción más allegada podría ser: “Si quieres paz, inunda de bondad tu rostro durante unos siete años…”. ¿Evangélico casi, no?… aunque no pariente de otras versiones.

Y con lo expuesto se pretende el intento provisional de dar solución a un problema no baladí desde los puntos de mira posibles. Perdón, además, por el exceso de anexados entre las letras del tramo final, pero no veo otra salida para poder interpretarlas con el sentido debido lo más posible.

IX

ACERCA DE UN GRAFITO CON AMBAS CARAS OCUPADAS POR CONTENIDOS DIFERENTES: IR-12390: A. AD MAIOREM DEI GLORIAM? B. AMICVS INCERTVS…?

A. En el anverso del óstraco: Ad Maiorem Dei Gloriam?

Fig. 33. Pieza IR-12390, cara B.

Los defensores de que todos o casi todos los hallazgos sueltos exhumados en el solar de la vieja Veleia, hace ya casi veinticinco años, responden a una falsificación interesada, han recurrido con la intención de delatarla, entre otras aportaciones, a un montón de supuestas tretas fallidas de los falsificadores sembradas sobre el lenguaje escrito por ellos empleado, tanto en las descripciones como en las ilustraciones respectivas que las acompañan.

Ahora bien, para jueces tan agudos como pretenden serlo, los falsificadores de estas descripciones habrían recurrido a citas de textos que ni siquiera existirían todavía en los siglos V y VI de la era, pero sí lo habrían sido a partir del bajo medievo y, sobre todo, del renacimiento, visto lo cual se habrían convertido en los responsables del tinglado que en las excavaciones arqueológicas de Veleia se montó; eso sí, tan sólo durante las largas campañas de 2005 y 2006 dirigidas por Eliseo Gil Zubillaga conforme se adelantan a reseñar solamente algunas veces.

Uno de los referentes más sonoros de la caza de vestigios de esta gama, por ellos efectuada, habría sido la frase ignaciana Ad Maiorem Dei Gloriam, generada ya, según I. Velázquez, a la par que J. Gorrochategui, por Gregorio Magno (540-604), para ser acogida, tras diversos avatares al respecto, entre ellos su utilización en el Concilio de Trento, así como su captación por Ignacio de Loyola para divisa relevante de su entonces recientemente fundada Compañía de Jesús. Es decir, todos felices  tras haber colocado cada cosa en su lugar, puesto que el falseador o falseadores del contenido de los óstraka habrían fracasado en su intento de dar como romana o visigoda una frase que, generada por un papa en la ya baja antigüedad, habría vuelto al uso inmediatamente después de ser fundada la Compañía de Jesús, intuyéndose que habría sido de esa fuente modernista que habría bebido el falsificador, quien, sin embargo, se habría pasado de raya a la hora de querer ajustar datas para su fechoría, ofreciendo, en realidad, lo moderno por lo antiguo, treta que a los jueces intelectuales del fregado no se les habría pasado por alto, conforme unánimemente quisieron hacer ver.

Ahora bien, con frecuencia las cosas no son como parecen y, antes de sentenciar intelectualmente los hechos, conviene sopesar muy mucho las potenciales posibilidades para hacerlo, cosa que, al parecer, los interesados no han querido o sabido hacer, olvidando de esta manera las aportaciones que la Biblia les habría ofrecido, dispensándoles de inventar la pólvora el haber leído sencillamente las siguientes citas del Nuevo Testamento:

  • Carta de Pedro 5,11, a las comunidades cristianas: “…IPSI GLORIA ET IMPERIUM IN SAECULA SAECULORUM”, “para Él la gloria y el mando por los siglos de los siglos”. Conceptos, por tanto, que se hallan en escritos de origen evangélico.
  • Pablo, Phil. 4,20: “Deo autem et Patri nostro GLORIA IN SAECULA SAECULORUM”, “Gloria a nuestro Dios y Padre por los siglos de los siglos”.
  • Pablo, Carta 1ª ad Timoth. 1,17: “Regi autem saeculorum immortali, invisibili, soli Deo, HONOR ET GLORIA IN SAECULA SAECULORUM”, “… al Rey de los siglos inmortal e invisible, Dios único, gloria por los siglos de los siglos”.
  • Pablo, I Cor. 10,31: “…omnia in gloriam Dei facite”, “…haced todo para gloria de Dios”.
  • Pablo, II Cor. 4,15: “…ABUNDET IN GLORIAM DEI”, “Sea generoso en lo que atañe a la gloria de Dios “.

Y nos detenemos a pesar de que existe mucha más cera que poder quemar.

Concluyendo, y no del todo aún: que se esfuma la fuente de la modernidad y volvemos a la antigüedad dura, del siglo I de la era, nada menos, ya que el eslogan en sí es evangélico ya, pasando a  ser simples alusiones tácitas del mismo, tanto los ejemplares posibles del medievo, como los de la época moderna avanzada; de ahí que las alusiones del grafito de Veleia al texto bíblico sea perfectamente correcta y datable en la Baja Romanidad, ya que seguiría persistiendo durante toda ella sin que, por supuesto, nada tuviesen que ver las derivadas con datación renacentista.

Y, expuesto lo que antecede acerca del texto, parece que todo está en orden ya. Para mí, sin embargo, ha dejado de ser así, puesto que siempre en mi interior he sentido la necesidad de repasar la interpretación efectuada por los “falsistas”, que no falsarios, dado que, tal vez sería posible que la lectura del texto aludido pudiera efectuarse de manera diferente. Veamos.

Aparece nítida la preposición ad del inicio, pero no así la palabra que la sigue, maiorem en acusativo ya  que, interpretado de esa guisa, deja fuera de combate una letra que parece ser una i latina. Por otra parte, la primera letra del segundo renglón, interpretada hasta ahora como la versión en genitivo de Deus, Dei en la frase, tendría en su contra que la letra inicial no se halla bien definida, pudiendo ser considerada como D, pero también como V seguida de II (E de barras), además de L con punto a continuación, lo cual nos permitiría interpretar el contenido de este renglón como VIIL(eiensium) GLORIAM, ya que no existe duda alguna acerca de la certeza de esta palabra final. La duda radica, sin embargo, en si podría leerse el sustantivo del primer renglón, en genitivo, como IMAGORVM, por imaginorum, aludiendo, tal vez de esta manera, a una cofradía de posibles escultores aclamados por sus coterráneos, de tal manera que, tratando de recomponer una frase viable con lo averiguado, dar respuesta con la versión “AD IMAGORVM / VIIL(eleiensium) GLORIAM”,  “gloria a los escultores veleienses”, que del nuevo giro podría deducirse, tal vez. De todas formas, la circunstancia de tratarse de escritura sobre huesos contribuye mucho a oscurecer la interpretación definitiva que pudiera dársele al texto. Y, de momento, esto es todo.

X

B. IR-12390.2: Amicus incertus?

Fig. 34. Pieza IR-12390, cara A.

He aquí un polémico refrán considerado por el gremio falsario como Amicus/ certus in re incerta /cemitur, o también cernitur, sin que este último supuesto verbo pueda ser aceptado como tal, incluso con el ac- inicial que yo mismo, en datas relativamente lejanas ya, había añadido al final del tercer renglón, dado que tales letras son reconocibles todavía al final del mismo considerándolo, en definitiva, hoy día como intento no logrado. Por eso, y después de dar muchas vueltas a lo que parece evidente, mi nueva versión se concretaría en el siguiente formato: “AMICVS/ COALERTVS IN/ RII INCERTA/ AC(cepta) CIS MI(TI)TVR/  F(rater)” , “Un buen amigo de la niñez, recibida alguna noticia sospechosa  acerca de un colega de aquella época retorna para visitarlo como si de un hermano suyo se tratase“.

Sólo precisar que esta nueva versión encuentra un apoyo definitivo en el adjetivo coalertus, colega de infancia, que en esta ocasión hemos logrado descifrar nítidamente, a la vez que la asociación de la preposición cis seguida del verbo mittere, que prefiero interpretar en voz pasiva, así como el rescate del participio AC(cepta), del verbo accipere, recibir, para concluir en la quinta línea con la F solitaria que creo alude a f(rater).

Y, tras lo expuesto, añadir tan sólo que la reproducción COALIIRTVS, y contra todos los intentos anteriores, me parece ser cada vez más definitiva.

 

 

ACERCA DE LOS GRAFITOS DE IRUÑA-VELEIA: PRIMER DECÁLOGO DE ERRORES ¿POR QUÉ Y DE QUIÉN? (VI, VII). Antonio Rodríguez Colmenero.

SEGUNDA PARTE DEL DECÁLOGO

VI

IR- 12396:  LA VICTORIA DEL AMOR

Fig. 25. Pieza IR-12396.

Hasta la data han sido los “falsarios”, que no los “falseadores”, por si acaso les confunde, los que se han ocupado de la interpretación, a su manera, del texto de este letrero inciso sobre hueso y, debido a la naturaleza del soporte, bastante difícil de ser interpretado a causa de problemas de lectura, como era de esperar. Los profesores Gorrochategui y Velázquez, asesores, entre otros, del bando acusador protagonizado por la Diputación de Álava, arriesgaron en este caso una traducción de circunstancias que, de ninguna manera, llegó a convencerme, mientras que, de los demás intervinientes, que yo sepa, no poseo información de que hayan abordado con éxito la traducción del epígrafe al que vamos a referirnos inmediatamente.

El letrero que en aquella ocasión consiguieron concretar y componer los mentados profesores, se resume en  la versión: OVNMIA VINCIT AMOR, “a todo vence el amor”, pese a que, para formular tal conclusión, les fue preciso tachar de descuidado, atendiendo a los resultados, al lapicida de la inscripción quien, según  ellos, habría confundido la impresentable OVNMIA con  la correcta omnia, en castellano “todo” o “todos”, que ellos habían aportado para resolver el problema.

No obstante, la propuesta mentada se halla lejos de convencer a la totalidad de los lectores, y entre ellos al que os está tratando de ilustrar, por cuanto aquella no se ajusta, ni siquiera medianamente, a las líneas de letras incisas reales  plasmadas sobre una de las caras del hueso que, para tal exhibición, habría sido escogido en su día por los responsables de la inscripción; de manera que haya ido redimiendo letras y sílabas que, barrunto, parecen ser medianamente oportunas para poder intentar su mutuo ensamblamiento, arribando para tal fin a la conclusión de que el texto de marras, en modo alguno podría ser interpretado de la manera que se había efectuado. Y, tras haber aumentado ficticiamente sus dimensiones a través de lupa, creo haber descubierto, en el extremo izquierdo inicial del soporte óseo, tres letras alineadas sucesivas susceptibles de poder ser convertidas en radical de alguna palabra que, con cierto recelo inicial, traté de concretar en la de VIC(toria), que inmediatamente opté por relacionar con el renglón inicial del texto allí esgrafiado. Pero es que, además, en el extremo opuesto, me pareció identificar, no sin fundamento real en que apoyarme, la presencia de una € lunar volcada patas arriba sobre sí misma, delimitándose de este modo, por este lado y de alguna manera, la longitud del primer renglón del texto.

Finalmente, hube de arribar a la conclusión de que el supuesto retazo escrito OVNMIA, aducido por los colegas a los que se hizo ya referencia, encajaría mejor en parámetros que nada tienen que ver con el adjetivo plural neutro, y sí con otra lectura mucho más allegada que, reordenada en lo posible con la presencia de los dos nuevos pequeños hallazgos, a los que acabo  de aludir, parece sugerirme un interrogante, posible y plausible, conformado sobre el texto latino siguiente:  ¿CVN QVA VIC(toria) / VINCIT  €(a)? AMOR, “¿Con qué victoria ella vence? Con la del amor”, o también, y jugando con los mismos elementos: ¿VIC(toria) CV[M] QVA /VINCIT €(a)? AMOR e, incluso, AMOR(e), en ablativo, “¿con qué victoria vence ella? Con la del amor”. Sorprenderá, no obstante, mi recurso al interrogante directo que, en el idioma latino no suele emerger con detectores propios, que yo conozca. Alguien preguntará, además, por qué resuelvo la € lunar en el pronombre €(a), ella, y no Is, masculino. Le contestaría que la letra en cuestión solamente puede ser interpretada en femenino, dada la presencia de la E inicial en vez de I.

No obstante, y atendiendo a la sintaxis ahora exhibida, nos ha parecido totalmente congruente la formulación llevada a cabo en la pregunta, ya que se trata de una simple opinión amorosa, entre las posibles y, en cualquier hipótesis, no susceptible de resultar dogmática. Y, en fin, otros dirán y opinarán de otra manera.

VII

ORTOGRAFÍA Y EPIGRAFÍA DE LOS TEXTOS SOBRE OSTRAKA Y DEMÁS FRAGMENTOS CERÁMICOS Y ÓSEOS EXHUMADOS EN IRUÑA-VELEIA DURANTE LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS LLEVADAS A CABO EN EL RECIENTE CAMBIO DE SIGLO

Uno de los argumentos más socorridos a tener en cuenta para apoyar que los textos escriturarios exhumados en Veleia son falsos, aparecería basado, para I. Velázquez, J. Gorrochategui y seguidores, entre otras razones, sobre las frecuentes faltas de ortografía en los escritos y demás hallazgos del mismo género. Y aunque la objeción daría para mucho, procuraré, además de selectivo, ser breve en la confrontación con su contenido, procurando ceñirme a los casos más evidentemente mentados por los profesores aludidos, cuyos criterios habrán seguido, casi disciplinadamente, la mayoría de las opiniones del resto de sus seguidores, aportando para ello, en consecuencia, criterios extraídos de fuentes similares.

Fig. 26. Pieza IR-11293.
Fig. 27. Pieza IR-12051.
Fig. 28. Pieza IR-4886.
Fig. 29. Pieza IR-10976.
Fig. 30. Pieza IR-11418.
Fig. 31. Pieza IR-12099.

Asevera Gorrochategui (pág. 10 de su dictamen) que el antropónimo femenino Deidre, nombre que para él se repite dos veces dentro de la totalidad del conjunto (IR-11293 y 12051) y para mí nada menos que seis (IR-11293, 12051, 4886, 10976, 11418 y 12099),  ofrece una grafía completamente moderna, por cuanto, dado que la D inicial del antropónimo luce formato de mayúscula y el resto de la palabra se desliza sobre minúsculas, debe ser considerada como falsa ya que, según su criterio, “la diferencia entre mayúsculas y minúsculas habría de ocurrir  tan sólo a partir de la reforma carolingia”, y ello muy tímidamente todavía, añade.

En cuanto al conjunto que yo he tratado de contabilizar, sin embargo, la variedad de letras y sus tamaños parecen ser mucho mejor dotados: tres con caracteres mayúsculos en la totalidad de sus textos respectivos (IR-10976, 11418 y 12099), uno muy breve, de una sola sílaba, con dos letras minúsculas como documento (IR-4886), y otras tantas con iniciales mayúsculas y minúsculas (IR-12051 y 11293). Conclusión: que se trataría, en los dos casos por él aportados, de una grafía totalmente moderna y, en consecuencia y según él, de falsedad manifiesta.

Ante tal exposición, he de objetarle, por mi parte, en primer lugar, que no se trata de mayúsculas frente a minúsculas, como él parece suponer, sino de cuadradas mayúsculas frente a cursivas, apareciendo escritas estas últimas en la doble versión de mayúsculas y minúsculas, conforme se hallan grabadas y confirmada su existencia al releer los ejemplos citados.

Ahora bien, si la coalternancia de mayúscula y minúscula sobre el mismo texto es la que les obliga a sentenciar que se trata de un falso, les sugiero que se observe la fotografía que aporto, procedente de la basílica hipogea de San Pedro de Rocas (Ourense), en cuyo contenido se narra brevemente la consagración del templo de este mismo lugar acontecida en el año 573 de la era y, por tanto, en una data más o menos coetánea, según creo, del grafito de Veleia que estamos tratando de abordar. Se podrán contemplar, por tanto, combinadas a placer en el ejemplar de Rocas, mayúsculas y minúsculas, incluidos los tamaños, los números y las datas.

Y algo parecido, aunque dos o tres décadas anterior, es la estela funeraria de Baños de Bande erigida a principios del siglo V con la finalidad de dar sepultura al cadáver del joven cristiano Alepio, muerto a los 17 años, también en este caso con alternancia de mayúsculas y minúsculas, tanto en los extremos como en el interior, del epitafio a él dedicado.

Otra cantada que no acabo de comprender es que, a partir del siglo I d.C., según Gorrochategui, así como sus coautores y seguidores, hubiese quedado abandonada la interpunción como medio de separación de palabras, teniendo que deslizarse su grafía, desde aquel entones, sin separación ninguna entre vocablos. “La coma como signo gráfico, afirma Gorrochategui, fue totalmente desconocida en la antigüedad. Un signo gráfico consistente en una pequeña raya era la vírgula que se inscribe en la parte superior”.

Cuento con evidencias para contestar que se trata de una aseveración que carece totalmente de fundamento; y lo digo tras una larga experiencia al respecto, a la vez que a través de fuentes muy fidedignas que he tenido ocasión de consultar y me ha sido dado tener entre manos.

Y a la hora de citar algunas de ellas, diré que se concretan en comas, puntos a diversa altura entre palabras, vírgulas de diversas formas, desde la vertical a la que adopta sobre el soporte en forma de estrella, hederae distinguentes etc. Bastaría, para demostrarlo, con repasar los textos de los pactos de hospitalidad de O Caurel (Lugo), datados, uno de ellos en los inicios del siglo I y el otro en el año 28 de aquella misma centuria, así como el de la, aún reciente, aparición del Bronce de Bembibre, en el Bierzo (León). Conste, además, que se trata, en todos estos casos, de documentos oficiales elaborados por juristas, en algunos casos ante el emperador mismo, conforme se deduce, por ejemplo, del proceso de redacción del Bronce de Bembibre durante el segundo viaje de Augusto hacia Hispania y en la ciudad, hoy día francesa, de Narbona (como Narbo Marcius era conocido entonces).

Cuidado, por tanto, con lo que se dice referente a la separación entre palabras, tanto en documentos como en monumentos, porque están a la vista y no necesitan comas ni comillas a la hora de pretender descifrar sus lecturas. Rozar estos horizontes tan sin fundamento para demostrar que tenemos razón acaba por resultar inútil, ya que cada cual se autoconvence cuando quiere y de lo que quiere. Lo cierto es que, en ocasiones, hacen acto de presencia esos signos con finalidades estéticas, entre otras, resultando, no obstante, muy útiles a la hora de aclarar situaciones como la presente. Citaré tan sólo algunos de los muchos ejemplos al respecto, obtenidos en mi tierra galaica y aledaños, recogidos en una publicación epigráfico-monográfica que me pertenece (Aquae Flaviae I. Fontes Epigráficas da Gallaecia Merdional Interior. S. de Compostela, 1986, págs. 210, 212, 214, 222, etc.).

El primero de los ejemplos elegidos viene siendo estudiado desde hace mucho tiempo por colegas varios, a la vez que por mí mismo en datas posteriores. Se trata del texto de la lápida mortuoria de L(ucius) Pompeius Reburrus Gigurrus, de A Cigarrosa (Valdeorras, Ourense) que, desde Roma, habría venido a morir a su tierra después de la estancia en la ciudad eterna como militar y otras funciones llevadas a cabo en la capital del Imperio. Lo que ahora, sin embargo, interesa es que los vocablos del texto de su epitafio se hallen todos separados, unos de otros, por hojas de hederae distinguentes, hasta un total de casi veinte unidades sobre una plancha de bronce exclusivamente, actuando el mentado símbolo como separador continuo de la totalidad de las palabras y siglas del texto al que nos estamos refiriendo

Por otra parte, y a pocos kilómetros al E. de A Cigarrosa, en Ponte Navea concretamente, fue hallado en su día el epitafio de Aelius Sporus, al igual que el anterior, perteneciente todavía al Convento Jurídico Asturicense, mostrándose, en este caso, tan sólo puntos de separación hendidos a manera de semiestrella sobre soporte granítico, con la finalidad de separar entre sí la totalidad de los diferentes vocablos de un mismo texto.

Para variar, en el Convento Bracarense, concretamente en la aldea de Rabal, ayuntamiento de Oimbra (Verín), nos las habemos con las palabras del texto de un epígrafe, asimismo mortuorio, separadas todas ellas mediante pequeñas comas horizontales esgrafiadas, a media altura, hasta la saciedad. Podrían ser aducidas innúmeras pruebas más, pero creo que es suficiente con el ramillete que acabamos de insinuar.

Por otra parte, y en lo que concierne a los disparates ortográficos que se han ido descubriendo, concluyen los falsarios que se trata de un latín que se ha ido degradando, puesto que muchos nominativos que deberían acabar en –us lo hacen en –o, como si de dativo o ablativo se tratase, cuando no el acusativo en –um sustituido por otro caso; la S angulada atribuible a los siglos VI y V a. C.?, otra barbaridad sin fundamento que podemos demostrar con hechos; U por V en algunos casos, E de dos barras (II), anacrónica; sílaba radical QV- por CH etc.

Dicho lo que antecede, y a tal respecto, tan sólo les aconsejo que reexaminen ellos y los que lo deseen la epigrafía romana del País Vasco, pero sobre todo la de la provincia de Vizcaya, que es la que más conozco por haberla estudiado hace ya mucho tiempo, pudiendo verificarse todavía su amplio contenido en la revista KOBIE (Bilbao), nº 11, 1981, entre las páginas 81 y 163. Y si traigo al caso esta sugerencia es para que el lector interesado pueda constatar anomalías idénticas durante un espacio temporal no menos idéntico, por cuanto se extendería a través de los siglos V, VI y, tal vez, parte del séptimo, de la era en que vivimos. Ahora bien, emerge inmediatamente un sencillo interrogante: si a los que son considerados como “epígrafes con disparates” tenemos que darlos por auténticos ¿por qué no hemos de hacer lo mismo con los “disparates epigráficos” de la vecina Veleia al relacionarlos con ellos? La respuesta, por tanto, queda plenamente encallada en una sola conclusión: “si todos son similares y los de Vizcaya son auténticos, también los de Veleia tienen que serlo”, en este caso juntamente con el entorno arqueológico respectivo, de cuyo interior han sido exhumados, a pesar de que algunos no quieran ver lo evidente. Se hace imprescindible, por tanto, regresar al ámbito vizcaíno y su epigrafía romana para comprobar si, en su medio rural, por lo menos, se habrían producido alteraciones epigráficas con respecto a las normas oficiales. Y, como anillo al dedo, viene el estudio por mí protagonizado en 1981, acerca de la epigrafía romana vizcaína, netamente popular, excepto la del complejo arqueológico de Forua, en este caso con epígrafes grabados sobre mármoles bajo la vigilancia de especialistas al respecto que, a veces, incluso firman los textos por ellos dirigidos. De ahí que tratemos ahora de contrastar algunas de las deficiencias epigráficas romanas de Veleia con sus vecinas del ámbito de Vizcaya, con la finalidad de poder concluir que, ante hechos similares, por no decir idénticos, deberían ser, asimismo, similares las conclusiones: o cargadas de verdades o, por el contrario, de mentiras, resultando ser este el dilema con el que queremos enfrentarnos; de ahí que, tomando como punto de partida el estudio personal mío compartido de 1981, aludido ya en párrafos anteriores, intentemos comparar, siguiendo el estudio de la epigrafía vizcaína, primero, las constataciones de ambos trabajos.

En lo que atañe a la epigrafía vizcaína:

– Págs 82-83, lám. I: Estela funeraria de Lemona; en la tercera línea:…VXO…, cuando sería Uxo(ri).

– Pág. 87, lám. II: L patada, de doble apoyo, al igual que algunas pocas de Veleia; e, ítem más, O dedada, es decir, cerrada a manera de D mayúscula invertida, conforme es frecuente en la epigrafía veleiense; detalle que, en su momento, ha alarmado a la profesora I. Velázquez, además de a otros seguidores de sus aportaciones.

– Pág. 88, lám. III, cuarta línea: …MONVMEN^TV, por MONUMAN^TV(M). Digno de destacar es el anexamiento de tres letras sobre un mismo trazo inicial, detalle detectador de la no ignorancia de los componedores de este epitafio, y otros varios, dentro de un amplio entorno.

– Pág. 90. Lámina IV, segunda línea: L de doble pata otra vez, así como perfil triangular a nivel de base.

– Pág. 99, lámina X, Morga: SVE y POSVET, en vez de SVAE y POSVIT; MEMORIAM, no MEMORIA, por cuanto es el acusativo el único caso que debe encajar en la frase.

– Lám. XIV: AVAND(VS), no AVAND, siendo esta última la opción elegida para designar el antropónimo.

– Lám. XIII, pág. 103. En el tercer renglón, y en lo que atañe a la R se halla sustituida por una U clarísima.

– Lám. XV, Abrisqueta. Preciosa inscripción hecha sobre dos mitades de un mismo bloque originario, por lo menos, utilizados en su día para cierre de una de las paredes de la ermita. En el fragmento mayor, una frase que, en su día, cuarenta años ha, por lo menos, que transcribí acertadamente sin tener entonces conocimiento de su significado, cuyo esquema, en este tramo concreto, sería: …IN/ V.I^R^V. EI. / S.T.T.L., interpretable, según recientemente he logrado efectuar: …IN V(eleiam) IRV(nniam) Ei(ectum)/  S(it) T(ibi) T(erra) L(evis), una de cuyas interpretaciones posibles, e incluso más probable, sería:  “…desterrado a Veleia-Iruña. Que la tierra te sea leve”. Ahora bien, podría ser, asimismo, posible la versión: IN V(eleia) IRV(nnia) Ei(ecto). S(it) T(ibi) T(erra) L(evis), en cuyo caso la lectura sería “expulsado en Veleia- Iruña; que la tierra te sea leve”, resultando ser  la fórmula aquí captada la que más nos acercaría a los grafitos de Veleia, en donde el doble topónimo de Iruña/Veleia y Veleia/Iruña cuentan ya con bastante documentación avaladora de semejante posibilidad, conforme hemos podido ir descubriendo en la revisión de los fotogramas de hallazgos efectuados durante las excavaciones arqueológicas de Veleia en los años de cambio de siglo a los que aludo en el título de este número. No cabe duda, por tanto, de que, si pudiese ser interpretado de esa manera el párrafo, cosa que yo creo plenamente factible, habríamos avanzado mucho en el problema de la autenticidad de todo lo que se está extrayendo del solar de la histórica IRVNNIA/VELEIA o VELEIA/IRUNNIA, conforme se encarga de sugerir la documentación relacionada con el problema.

Forua, a la vera del Cantábrico, Fig. 22, lámina XII. Sobre el renglón final: QVNO FECI “lo hice yo mismo, Quno”, dado que Quno, declinable muy probablemente como Qvno,-onis, aparecería en nominativo. Se trata, por tanto, de una inscripción de Forua (Vizcaya) demostradora de que Q y V vocálica a continuación conformarían una sílaba con la sustitución, tal vez, de una C o CH anteriores por una Q posterior.

Aduce, por su parte, Gorrochategui, que “en la antigüedad nunca jamás hubo una sola J”. Pudiera haber sido así, tal vez en lo que atañe al símbolo exterior visible de la letra, pero no, quizá, en lo relacionado con su fonía, ya que dudo, y mucho, que un galaico de aquel tiempo, por poner un ejemplo, pronunciase IVNIO o IVLIO con el sonido inicial de LL, sino, más bien, con el más fuerte y consonánticos de X o J, y a la manera de como hoy perdura todavía la dicción, tanto para el cometido de una de las consonantes, como de la otra. ¿Intentona de adelantarse en los abecedarios? Tal vez, ya que lo que habrá de acontecer es lo que ahora nos hallamos sugiriendo. Filólogos hay, en todo caso, que sabrán ocuparse del problema y creo que lo están haciendo ya.

Un interrogante final de otro género sobre el mismo tema: si el empleo de la J en cuestión viene a ser la quintaesencia de la falsedad, puesto que se trataría de dataciones actuales o contemporáneas ¿cómo se explica que unos falsificadores, para más inri arqueólogos, según se desprende del tratamiento habido para con el tema mismo, hayan podido ser tan zafios como para convertir en esta ocasión la I en J, intentando ahorcarse así con su propia cuerda?

Y tratando, en fin y como despedida, aludir al ya vulgar grafito de Veleia, pregunto: ¿Cui prodest, a quien habría beneficiado tanto descuido?

 

ACERCA DE LOS GRAFITOS DE IRUÑA-VELEIA: PRIMER DECÁLOGO DE ERRORES ¿POR QUÉ Y DE QUIÉN? (IV, V). Antonio Rodríguez Colmenero.

IV

IR-11258-1/11258-2

Fig. 22. Pieza IR-11258, cara A.
Fig. 23. Pieza IR_11258, cara B.

Fusayola/óstrakon de T.S. que, a primera vista, parece ostentar una lectura que no le corresponde, tanto en el anverso como en el reverso, circunstancia  que habría dado fuelle a algunos de los defensores de la falsificación de estos vestigios arqueológicos al ser mostrado como uno de los principales argumentos en contra de la autenticidad de tales restos debido a que habrían sido riscados recientemente sobre la superficie redondeada de dos fusayolas: en una de ellas solamente en su cara anterior con el adverbio NO, en tanto que en la segunda dos: SI en una de las caras y NO en la contraria de la misma pieza. Y, como quiera que esos adverbios parecen trasladarnos a todos a la Real Academia de la actual lengua común, deberían, según los “sabios”, ser estigmatizados con el rótulo de “falsos”. Ahora bien, prescindiendo, de momento, del primero de los ejemplares, que tan sólo repite el NO del par y no el SI respectivo, pregunto ¿puede realmente leerse SI y NO, respectivamente y en cada una de las caras del tal pequeño óstrakon circular, en el que ambos adverbios citados, y sobre caras contrapuestas, aparecen? Nuestra respuesta es rotundamente que no, ya que, en lo que atañe a la cara del SI, lo que, en realidad, se lee sobre el garabato allí riscado no es el adverbio afirmativo de marras sino una R mayúscula enfilada en dirección contraria a la que marca la negrita de este renglón, siendo que, de corresponderle un SI, las letras del adverbio deberían ser dos y separadas a la hora de pretender expresarse coherentemente; de ahí que sea tomada por lo que es, una R solitaria orientada hacia su retro, ignoramos por qué y para qué. Y, lógicamente, ante esta R al revés, inquirimos ¿se trata de un caso nunca visto este de la escritura en dirección contraria a la normal o es infrecuente tan sólo? Por supuesto que no frecuente, pero tampoco inexistente según cabe deducir de los conocimientos de cada cual. En lo que a mi atañe, puedo afirmar que, en mis tiempos juveniles, me llevé una sorpresa al comprobar que sobre el dintel granítico de la puerta de entrada de una casa de la aldea de Saceda, en la provincia de Ourense, se hallaba esculpida la data, con la respectiva leyenda de su construcción, hacía siglo y medio, en dirección contraria a la habitual y, por tanto, tan sólo interpretable en dirección opuesta a la acostumbrada vulgarmente. Se me dijo entonces, ante mi desconcierto, que existían seres humanos que leen y escriben de esa manera y, entre ellos, el promotor de dicho predio, hacía ya entonces ciento cincuenta años. Y hete aquí que, andado tiempo, habría de enfrentarme con los grafitos de Veleia, hoy día en discusión, con una media docena de casos de esta misma escritura, siendo el mejor conservado el nombre de un niño cincelado sobre la tapa de su sepultura en las cercanías de Medeiros (Monterrey) datable en el siglo VI y con un tipo de letras mayúsculas muy parecidas a las de Veleia.                                                                                                                                                   En cuanto al supuesto NO de la otra cara, complementario del SI sobre la opuesta, hay, asimismo, argumentos más que sobrados  para demostrar  que tampoco existe la expresión como tal en el lugar que se le asigna, en primer lugar porque, según ya queda expresado en páginas anteriores, la sílaba NO y algunas más tienden, a veces, en los documentos que barajamos, a pasar por expresiones apocopadas de palabras que los destinatarios de entonces estarían en condiciones de dar por supuestas, pudiendo novo/nova ser citados con sólo la primera sílaba, en determinadas circunstancias, puesto  que los destinatarios conocerían de antemano el contenido no cantado, pero sí entendido; de ahí que, en ocasiones, el adjetivo NOVA de Veleia pudiera haber sido riscado expresamente en versiones plenamente constatadas sobre la superficie de los grafitos mismos, tales como NOVA, NO(va) e, incluso, N(ova), es decir, desde la totalidad de las palabras del concepto a la solitaria sigla indicadora, conforme se podrá ir comprobando a lo largo del estudio que  ahora nos ocupa con ejemplos, a nuestra manera de ver, contundentes. Por otra parte, si se pretendiese en el caso que ofrecemos leer NO, en cuanto adverbio de negación, la pretendida O de tal sílaba no podría ser tenida como circular, que normalmente le pertenece, sino cuadrangular, tal como aparece y puede ser comprobado. Item más, tampoco la presunta N del supuesto adverbio de negación sería tal, dado que su primer ángulo de apoyo se halla cortado horizontalmente por un risco que convierte en A la primera mitad inferior de la supuesta N, a partir de ahora transformada en sílaba de dos letras anexadas. Item más, incluso la O del supuesto NO parece no ser tal, en primer lugar porque se trataría de una O cuadrangular y, debido a ello, muy difícil de digerir como tal en el contexto en que aparece; y, en segundo término, porque la aureola amarillenta que parece ir dibujando el trazado exterior de dicha letra acaba por rematar su perfil a manera de G, en lugar de la O cuadrada que le estaba destinada; y como quiera que dicha G aparece formando grupo con la N del pretendido NO, al descubrirse recientemente  por el que suscribe, sobre el ángulo izquierdo, el inferior de la N misma, una línea transversal que daría como resultado la conformación de la radical A^VG-, la cual podría ser, o la de  A^VG(ustus), por ejemplo, o, si se prefiriese la nasalizada, la versión A^NG(ustus) lógicamente con otro significado.                                                                                                          

Y tras lo expuesto, creo haber ayudado a desterrar los supuestos «SI/NO» contrapuestos y tenidos por los “falsistas” como escritos en castellano cervantino, en este caso delator de la, para ellos, supuesta mentira de la casi totalidad de los grafitos de Veleia. En resumen, que ni SÍ ni NO, SINO todo lo contrario.

V

IR-10953

Restos de una lucerna circular con cuidada inscripción en el borde. Atendiendo a su buena estampa, da la impresión de que no se trata de óstrakon alguno, sino de una lucerna circular fabricada a molde y sellada, al mismo tiempo que engobada en crudo, con la leyenda exterior perimetralmente desarrollada como: AT. CIIACIA. MIIA. CONIOGA., cuya traducción, a mi modo de ver, sería: “…Ahora bien, ¡Ceacia es mi mujer!”.

Fig. 24. Pieza IR-10953.

Como punto de partida, bien sabéis los latinistas que AT., seguida de punto, es una conjunción adversativa que puede ser traducida de diversas maneras, siempre que respondan aquéllas a esa adversidad congénita. Analizaremos, por tanto, la interpretación efectuada por el primero de los grupos pretéritos que llegaron a emitir sus respectivos “dictámenes”, aunque muy similares todos ellos y con parecidos movimientos, como si hubiesen sido, o acordados previamente tras los análisis individuales, o milagrosamente coincidentes.

En cuanto al texto ya aludido del óstrakon que estamos abordando, insistir tan sólo en que está grabado, en crudo, sobre la boca de la posible lucerna o candileja, hallándose separadas las palabras del texto perimetral por señales diversas entre una y otra, después de cada cual. Así pues, el punto de contacto, entre principio y fin, de la leyenda perimetralmente distribuido, se halla polarizado sobre una modesta rayita horizontal, mientras que, por el otro lado e inicio de la leyenda total, la conjunción AT se percibe separada de CIIACIA  por una semiestrella en relieve; y, apareciendo en relieve ovalado, asimismo, los otros dos puntos que marcan el aparte entre los vocablos restantes.

Puede aseverarse, además, que la sintaxis de la leyenda es perfecta, salvo en el significado de una letra que hace femenino lo que, a la vez, es masculino, es decir, que CONIOGA, en pretendido nominativo, que en realidad no le corresponde, tiene que virar a CONIVX, asimismo en nominativo, y sus consecuencias, por cuanto se trata de un vocablo latino común a ambos géneros, masculino y femenino, sin necesidad de que el dedicante tenga que poner en órbita su sabiduría. En resumen, que nuestro epigrafista descubrió que la honrada era una mujer y ante ello, nada de coniugi, que sería lo correcto en este caso, al igual que en el futurible de su marido, sino CONIOGA para diferenciarla bien de él. Y qué queréis, ¿que le peguemos?                                                                                                                                                 Ahora bien, nos queda todavía por preguntar ¿de qué manera habrán reaccionado los “falsarios”, y lo digo sólo como castigadores de la mentira, que no falsificadores, frente a este problemilla? Creo que ni siquiera se enteraron de qué iba, por cuando sus apreciaciones vuelan en esta ocasión por los Cerros de Úbeda, visto que no han llegado ni siquiera a ser conscientes de la problemática a solucionar; de tal manera que, en los informes emitidos, la leyenda posible obtenida, y casi unánimemente aceptada, ha sido la de CONTOGATOS, como puede apreciarse, coincidente casi con la hipotética versión castellana de la palabra que, a punto venía y todos deseaban, en cuanto argumento falsificador de lo que en este y demás iconos se relataba. Para ellos, por tanto, ni CONIOGA ni conjunción AT ni significado específico de la puntuación. No extraña, por tanto, su “profunda reflexión” al pretender sintetizar, casi en una sola palabra, la leyenda perimetral circular allí existente en la versión CONTOGATOS, en castellano evolucionado CUENTAGATOS, sin diferenciar ni siquiera la conjunción AT. del resto del texto.

Y en otra cosa más han diferido de la lectura que aquí ofrecemos: la de pretender que la cuarta letra de CONTOGATOS fuese T y no I; y, efectivamente, algún fundamento poseen al haberlo hecho, por cuanto, por encima de la incisión vertical de la I, se percibe un inoportuno trazo horizontal. Ahora bien, que no se trata del tejadillo de la T lo vendrían a confirmar, en primer lugar, la igualdad de radio de esta letra y los de otras letras próximas con relación al centro de la tapadera; y, en segundo término, por cuanto no se trata de uno sólo sino de dos esgrafiados, más o menos paralelos entre sí en dirección inversa a la de la leyenda principal, delatores ambos, o de un simple accidente por parte del riscador, con réplicas abundantes dentro de la gran colección de Veleia a la  que nos estamos refiriendo, o de un texto complementario añadido al exterior del recorrido, en dirección opuesta a la de la leyenda principal. Veamos.                                                                                                                                              Al exterior de la palabra CONIOGA, y encima misma de la I de su centro, existe un trazo horizontal hondo, aludido ya, haciendo juego, tal vez en otra dirección, claro está, con una especie de compás semiabierto desplegado horizontalmente, mientras un  trazo paralelo lo acompañaría en esa misma dirección por el borde exterior de la circunferencia. Por otra parte, relacionar ambos elementos entre sí resultaría también factible, atendiendo a la posición compartida horizontal que ambos poseen, en cualquier caso, con orientación inversa, y la posibilidad de unificarlos, o como sílaba o, lo que es más factible, como número IV (cuatro) aparentemente tumbado sobre el filete extremo de la circunferencia. Y es de esta manera que quedaría solucionado el enfrentamiento entre la “CONIOGA” y el “CONTAGATOS”. Y, aprovechando la circunstancia, ¿cuántos queréis que contemos?