¿En qué idioma “nos habla” la Mano de Irulegi? ¿En euskera / vascónico? ¿En lengua ibérica?.

   ¿Qué dicen esos “signos”?  Esa escritura ibérica, tan “nuestra” y al mismo tiempo tan extraña, desconocida para casi todos nosotros hasta ayer.

Estas preguntas nos estábamos haciendo allá por marzo/abril cuando entramos en campañas encadenadas de verborrea y polémicas, pretendidamente políticas, día sí y noche también, y con ellas/ellos llegó el verano que abraza (que abrasa) todo.

¿Todo? No. Como en las historietas de Astérix, algunas aldeas de la cornisa cantábrica hemos “resistido” a la chicharrina y así, aliviados por la brisa, gentes como Elías han podido seguir “ora et labora”, enredando y desenredando aquellos signos…

Y en pleno julio, nos ofrece la cosecha: un libro, todo un libro con respuestas (las suyas) a las preguntas que nos hacíamos allá en primavera (tempus fugit).

 

 

Pregunta al autor del libro: No eres el único que cree haber descifrado el texto de la Mano de Irulegi pero hasta ahora, que yo sepa, eres el único que ha escrito un libro (casi 300 páginas impresas y publicadas en papel) explicando a qué has llegado y cómo has llegado.

Respuesta: Yo tampoco esperaba que la cosa diera para tanto. Pero luego me encontré con que muchas diferentes personas hicieron diferentes propuestas de descifrado, y con que Gorrochategui dice que el texto de la Mano no se podrá descifrar hasta que tengamos otras 100 piezas arqueológicas con sus respectivos textos similares. Así que me vi en la obligación de justificarlo todo, absolutamente todo. Y es lo correcto.

P.- Dices que tu libro tiene vocación científica y divulgadora…

R.- Sí, esa es mi pretensión. Reconozco que soy un advenedizo en el ámbito de la lingüística paleohispánica pero, sin embargo, mi formación en Filosofía de la Ciencia me permitió vislumbrar una vía para llegar al descifrado, incluyendo referencias a las fuentes de conocimiento utilizadas, y desmenuzando y justificando todos los pasos dados de un modo comprensible.

 

P.- Para muchos de nosotros casi como que bastaba con el resultado final: saber qué dice el texto. Hasta me atreví -la ignorancia es atrevida- en hacer una lista con las distintas interpretaciones de la Mano…hasta que Roslyn y otros me hicieron ver…

R.- Mucha gente se conforma con el resultado final. Pero, si solo miras el resultado final, te encontrarás con que hay muchas propuestas diferentes, entre las que no podrás elegir correctamente. Y entonces te preguntarás: “¿Qué propuesta es la correcta?”. Y para responder tendrás que analizar la justificación de cada propuesta, para asumir como verdadera la mejor justificada, es decir, la que menos reglas lingüísticas rompe.

Justificar el descifrado de un texto en signos ibéricos es complicado porque el actual conocimiento sobre los signos ibéricos es parcial. Es como hacer un puzle, que además tiene bastantes piezas rotas. Cuando está hecho lo ves en un segundo, lo presentas en una sola foto. Pero hacer el puzle te puede costar meses, sobre todo porque algunas piezas estaban rotas, y era difícil encajarlas. El descifrado de una frase no ocupa más que una o dos líneas. Es la justificación de ese resultado el que ocupa muchas páginas.

Y luego está el otro elemento: la interpretación, que también ocupa algunas páginas del libro, aunque no tantas como la justificación. O sea, hay tres cosas básicas: el descifrado, la justificación del descifrado y la interpretación del descifrado. Pongamos que ya tenemos el descifrado y que está bien justificado. Tenemos, por tanto, una frase. Pero ahora surgen nuevas cuestiones. ¿Qué pinta esa frase en una mano de bronce en la puerta de una casa? ¿Por qué escribieron algo así? ¿Cuál era el contexto social que daba sentido a eso, que lo hacía importante? La interpretación intenta responder este tipo de preguntas. En realidad va más allá del descifrado puro, pero le da sentido antropológico o sociológico.

P.- La mano de Irulegi, la interpretación de su texto, dicen que está en manos de dos expertos, «como debe de ser». Según eso, ¿no es mejor dejar la cuestión en manos expertas y seguir a la espera?

R.-Es bueno que los expertos afronten el tema, pues son los que más saben sobre el asunto. Pero eso no quita que cualquiera intente hacer sus aportaciones. Tiempo tendrán los expertos de valorar y criticar esas aportaciones.

Además, en este caso de la Mano de Irulegi tenemos algunas peculiaridades importantes que, según creo, aconsejan maximizar la participación de todos. En primer lugar, para descifrar el texto de la Mano hay que saber el máximo posible de dos idiomas bastante raros en el mundo: el euskera y el ibero, y el número de expertos que conocen ambos es extremadamente bajo. Puede que, en estos momentos, Gorrochategui sea el único. Y Gorrochategui dice que el texto no se podrá descifrar hasta que tengamos otros 100 similares. Así que estamos bloqueados.

La tesis de Gorrochategui, de que el texto de la Mano es indescifrable ahora mismo, sería correcta si el texto estuviera en idioma ibérico, porque, como Gorrochategui dice, no sabemos nada del vocabulario ibérico. Pero si el texto estuviera en euskera, la Mano sí sería descifrable, porque sí que sabemos cómo sonaban los signos del ibero, así que podemos saber cómo suena el texto de la Mano, y en esos sonidos podemos reconocer palabras en euskera, porque tenemos diccionarios en euskera y lo entendemos.

Así que hay una vía para desbloquear el descifrado sin necesidad de tener más textos: que los conocedores del euskera aprendan algo de ibero, y especialmente cómo sonaban los signos ibéricos. Se necesitan 4 años para aprender euskera, pero bastan 4 meses para aprender lo que actualmente se sabe de íbero. Lo que pasa es que Gorrochategui, en el caso de Iruña-Veleia, se comprometió con la idea de que no hay frases escritas en euskera antes del siglo XV. Me parece que es el compromiso con esa idea lo que impide a Gorrochategui descifrar la Mano de Irulegi, más que la dificultad del trabajo en sí. Pero es que además, esa idea de Gorrochategui, de que no hay frases escritas en euskera antes del siglo XV, es una tesis existencial negativa, y por tanto, es prácticamente imposible de demostrar. Por ejemplo, ¿acaso se puede demostrar que no existe en todo el universo un planeta de oro macizo? Nos parecerá probable o no, pero lo que es demostrar, no se puede demostrar, porque no podemos rastrear todos los planetas del universo. Por eso, en ciencia no se trabaja con tesis existenciales negativas sino con tesis existenciales afirmativas.

En cualquier caso, sea cual sea el motivo por el que Gorrochategui no llega a descifrar la Mano de Irulegi, la propuesta de mi libro está bien justificada. Ahora todo el mundo, incluidos los expertos, puede criticarla y valorarla, por eso decidí publicarla. Y lo hice en castellano, para que los expertos en ibero puedan valorar las justificaciones referidas a los signos ibéricos. Además, con una propuesta ya construida y bien justificada, tenemos una ventaja: los conocedores del ibero y del euskera pueden trabajar por separado, sin necesidad de aprender el idioma que desconocen. Es decir, los conocedores del ibero pueden valorar las justificaciones que atañen al ibero, y los conocedores del euskera pueden valorar las justificaciones que atañen al euskera. Pero también hay una segunda ventaja: los expertos en euskera pueden tomar este libro como una pequeña introducción al estudio del ibero, al menos en lo que atañe a la Mano de Irulegi.

P.- El título de tu libro “La Mano de Irulegi descifrada” tiene un subtítulo misterioso: “en euskera con “pájaros”.  ¿Va de “pájaros” el texto de la Mano de Irulegi, según tú?

R.-El subtítulo habla del idioma utilizado para el descifrado, y menciona una palabra peculiar del mismo. Es decir, el libro dice que el idioma del texto de la Mano de Irulegi es el euskera, y que este texto que está en euskera contiene una palabra que, traducida al castellano, es “pájaros”.

P.- Sin duda, te refieres al conocido y tan festejado “sorioneku”…

R.- Algunos han leído “sorioneku” y mucha gente se ha quedado con que la primera palabra es “zorioneko”. Les parece euskera, les parece muy romántico, y compran la propuesta. Pero no han justificado que esa “s” sea una “z”, ni que “ku” se convierta en “ko”. Y como bien dice Gorrochategui, “sorioneku” no puede ser euskera. Así que quien diga que “sorioneku” puede ser euskera tendrá que demostrarlo o justificarlo. Son ese tipo de justificaciones las que suman páginas y páginas al libro, donde el descifrado de todos y cada uno de los signos está bien justificado.-

(Foto de la contraportada del libro)