¿Por qué?
¿La ENEIDA de Virgilio en Iruña-Veleia?
El extraordinario viaje de Piteas de Masilia
Libro.
El arqueólogo inglés Barry Cunliffe se destaca, después de una impresionante carrera como investigador, como escritor de libros divulgativos sobre arqueología con mucha profundidad. Recientemente he leído El extraordinario viaje de Piteas de Masilia (The Extraordinary Voyage of Pytheas the Greek: The Man Who Discovered Britain).
El relato de Piteas de Masillas, Sobre el Océano (Περί τοῦ Ὠκεανοῦ) publicado ca. 422 a. de la era común, es un especie de periplo* de lo que es el primer viaje registrado hacia Gran Bretaña y el Mar del Norte desde el mundo clásico, ambos lugares de un interés económico de primera, primero por el mineral casiterita, esencial para hacer bronce, y segundo por el ámbar. Se compara el viaje de Piteas con el de Colón, o el trabajo Galileo o Darwin, aunque hay destacar también el viaje de Eutimeno del siglo VI a. de la era común más allá de los Pilares de Hercules hasta Senegal.
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| Viaje de Piteas version Cunliffe |
Aparte de intentar reconstruir el viaje, Cunliffe evoca la vida contemporáneo, las colonias griegas en el mundo mediteraneo occidental, y nos introduce en la astronomía griega.
Piteas realizó durante su viaje trabajos científicos como cálculos de posiciones de latitudes, cálculos del tamaño de Gran Bretaña sorprendentemente precisas, observaciones del sol cerca del círculo polar (estuvo en Thule, probablemente se refiere a la isla Smøla de Noruega, 3º al sur del circulo polar, o quizás Islandia como Cunliffe sostiene).
El libro de Piteas no se conservó directamente pero a través de citas en historiadores y geógrafos clásicos (Polibio, Diodoro, Apolonio de Rodas, Gémino de Rodas, Plinio el Viejo, Estrabón, Marciano) conocemos detalles y sus mediciones astronómicos de latitud. Muchos autores le consideraban un impostor y un mentiroso (Polibio, Estrabón).
El libro da mucho importancia a las relaciones mercantilas con las tierras barbaras, y especialmente al negocio del mineral de estaño, la casiterita (estaño en griego es Κασσίτερος), esencial en la producción de bronce, y para el mediterráneo occidental su fuente fue Cornwall (Cornualles), en el sur oeste de Inglaterra. Los fenicios que tenían parte del monopolia del negocio de casiterita designaron al desconocido Gran Bretaña e Irlanda como Cassiterid.
Ningún geógrafo conocido de la antigüedad sabía donde estaban las islas del casiterita. Nunca había contacto directo, únicamente a través de intermediarios que defendían ansiosamente los origenes de este mineral de valor geostratégico. Eran el objeto de todo tipo de especulaciones. Hasta Estrabón les situó al norte de la Península Iberica.
El mineral llegó probablemente por diferentes vías, por mar a través del monopolio de los fenicios, que lo recibieron de los intermediarios probablemente en la costa de Galicia, y problamentente a través de los galos por tierra.
Piteas visitó los centros de distribución en Bretaña y las minas mismas del caseterita en Cornwall, pero continuó su viaje al norte a través del Mar de Irlanda, bordeando la costa oeste de Gran Bretaña, calculó por ejemplo en su viaje la circunferencia de Gran Bretaña en 4740 millas con solo un 10% de error.
Realiza mediciones del ángulo del sol el día de los solsticios de verano en lugares como Masilia, Bretaña, las Orcadas (al nore de Escocia y cerca del circulo polar). En realidad medía la longitud de la sombra de un palo vertical de una longitud conocida, y gracias a estas valores podemos con certeza concluir que fue efectivamente es en estas latitudas (la precisión es sorprendente). Pretende de haber estado a un día de navegación de la banquisa (hielo del mar), y menciona un día de 22 horas, en lo que se llama Ultima Thule (se duda entre Islandia y una isla delante de la costa de noruega, cerca del circulo polar).
A la vuelta busca los orígenes del ambar. Probablemente llega a unas de las islas delante de la costa de Dinamarca donde se comercializa el ámbar báltica.
Da numerosos detalles sobre los tribus y los paisajes y costas que visita, empieza de esta manera la historia de las costas del Mar del Norte. Geógrafos tardarán dos cientos años más en visitar estas zonas, y a otras a penas llegarán durante la antigüedad.
Este relato nos da una comprensión del profundo conocimiento geográfico que tenían los griegos a nivel practico, lo que es sorprendente para no especialistas. Siempre nos quedamos con unas generalidades cientifico-filosoficas pero en realidad tenían un sistema de georeferencia como se aplica ahora en los gps, con la excepción que tenían que medir las posiciones a mano. También nos deja ver que en el norte y noroeste había grandes intereses estratégicos. Los celtas eran los mejores metalurgistas, pero lo que les falta era la tradición escrita para poder contarnos.
*) periplo, segun la RAE: (Del lat. periplus, y este del gr. περίπλους).Obra antigua en que se cuenta o refiere un viaje de circunnavegación.
PARA SABER MAS:
- http://en.wikipedia.org/wiki/Pytheas
Excelente relato. - Barry Cunliffe
The Extraordinary Voyage of Pytheas the Greek
Penguin books 2002 - Otros libros en inglés sobre Pytheas
Vía romana desde Briviesca a Vitoria y Castro-Urdiales a Osma de Álava
Artículo por Isaac Moreno
http://es.scribd.com/doc/109190765/17-Via-romana-desde-Briviesca-a-Vitoria#download
http://es.scribd.com/doc/109533983/27-Via-romana-de-Castro-Urdiales-a-Osma-de-Alava
El incansable Isaac Moreno nos aporta dos trabajos nuevos sobre vías romanas. Por un lado el trayecto Briviesca-Vitoria, de máximo interés para nosotros, y el tramo de la vía romana de Flaviobriga (Castro Urdiales) a Vxama Barca (Osma de Álava).
Aporto aquí dos elementos que nos pueden interesar, aunque no parece concretar el nexo con Veleia mismo en detalle:
En la Puebla de Arganzón, se llama al trozo del camino de salida, el situado entre los dos sentodos de la carretera nacional desdoblada, Camino Viejo16.
Varios yacimientos romanos jalonan el camino a su pie mismo, en esta zona. En el Condado de Treviño, casi en el límite con la Puebla, el de la Revilla17. Un poco más adelante, casi en la Puebla, el de la Magdalena18 y ya en el mismo desfiladero, el de la Erilla19.
Hasta Villodas, la autovía de la N-I y la que se ha construido en el año 2008 han ocupado todo el paso histórico. Luego, la carretera local a Trespuentes (Trasponte), que cruza el yacimiento de Veleia, ha hecho lo propio.
Más allá de Veleia, la vía se conservaba bien hasta hace apenas doce años en que la conocimos, prácticamente hasta Zuazo y hasta Armentia. Hoy ha sido destruida en parte por el arado y en parte ocupada por urbanizaciones de reciente creación.
En imagenes:
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| Tramo Pueblo de Arganzón-Vitoria (flecha azul > via romana; flecha roja > Iruña de Oka – Langraitz (Mapa: Isaac Moreno) |
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| La vía romana saliendo de Veleia hacia Margarita. Al fondo el yacimiento de Veleia. En primer plano la huella de la vía labrada (Foto: Isaac Moreno) |
Uno de los aspectos que complica el trazado es la interferencia con el N1 que parcialmente comparte trayecto (ambos buscaban la solución más económico). A continuación unas fotos de interacciones.
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| Interacciones con el N1 en la zona de Armiñón. (Foto: Isaac Moreno) |
Web del proyecto Vías romanas de Castilla y León: http://www.viasromanas.net/
PS.
Añado aquí para la discusión sobre la identificación de Flaviobriga unos fragmentos del siguiente artículo:
¿Sufrió NEFERTITI una efectiva damnatio memoriae?
¿Sufrió Nefertiti una efectiva damnatio memoriae?
¿Cómo pudo surgir esta idea?
Pero, como señala Miguel Thomson en su informe «Sin embargo, estas listas omiten también muchos otros nombres de faraones que sí están en la obra de Manetón. Por lo tanto, no pudieron haber sido las fuentes de dicho autor, que debió de basarse en otras listas más completas y posiblemente de la tradición oral. Además, la lista de Karnak sólo alcanza hasta Tutmosis III (1479-1425 a.C.), por lo que no pudo incluir a Ajenatón (1355/1353-1338/1337 a.C.). En cuanto a las listas de Abydos y Saqqara, su función no era histórica sino religiosa, siendo utilizadas por el faraón reinante para hacer ofrendas a sus predecesores. Seti y su hijo Ramsés, en cuyo tiempo se confeccionaron estas listas, no querían hacer ofrendas religiosas a Ajenatón y a los demás faraones continuadores de su herejía, y esa es la razón por la cual sus nombres se omiten, no porque los desconocieran o desearan que desaparecieran de la historia. Hay otra lista, el papiro de Turín, más completa que las de Abydos o Saqqara, aunque se desconoce si incluye a Ajenatón, ya que los restos conservados no alcanzan hasta la dinastía XVIII, de la que forma parte Ajenatón.»
Añade Thomson que «el egiptólogo Gary Greenberg sostiene que Manetón (cuya obra se conserva muy fragmentariamente en citas de otros autores) incluyó a Ajenatón en su lista de faraones con el nombre de Amenofis que correspondería a Amenhotep IV, su nombre antes de cambiarlo por Ajenatón, ya que la duración del reinado de uno de los faraones de nombre Amenofis de la dinastía XVIII dada por Manetón coincide con la de la suma de los reinados de Ajenatón y su sucesor Smenjkare (que continuó la herejía de Amarna)» http://www.sos-irunaveleia.org/start#autenticidad.
En segundo lugar, tampoco podemos olvidar el hecho de que se localizaran algunas de sus representaciones dañadas así como muchos de los cartuchos con sus nombres, evidencia que suele ser interpretada, en buena lógica, en este sentido de destrucción intencionada de la memoria pero… el hecho es que parte de sus imágenes y de los cartuchos con sus nombres han llegado hasta la actualidad.
Entonces… hubo una efectiva damnatio memoriae sobre Ajenatón y Nefertiti, esto es, ¿Se eliminó su paso por la Historia de Egipto?
La respuesta es evidente: NO
Si esto es así para nosotros… ¿por qué sus imágenes -muchas de ellas visibles al estar al aire libre- podían no ser reconocibles y por tanto conocidas en el mundo antiguo posterior a ellos? ¿por qué sus nombres no iban a poder leerse antes de que se perdiera, de forma definitiva hasta la actualidad, el conocimiento de la antigua escritura?
En este sentido, recordemos que la última inscripción jeroglífica conocida es la del Templo de Isis en la isla de Filé datada el 24 de Agosto del año 394 d.C., en época del emperador romano Teodosio, siendo co-Augusto de la parte oriental del Imperio su hijo Arcadio.
¿Pudo ser conocida Nefertiti en época romana?
Además, Roma vivió una auténtica «egiptomanía», tras la incorporación de Egipto al Imperio romano. El culto a Isis tuvo un gran predicamento en Roma. Los emperadores siguieron la tradición ptolemaica de representarse en los templos como faraones inscribiendo sus nombres, escritos en jeroglífico, dentro de cartuchos, lo cual muestra que se seguía teniendo el conocimiento de la antigua escritura (ya hemos señalado que esto se constata hasta el 394 d.C.) que se podía ver públicamente en los monumentos. Por ejemplo, Augusto en el Templo de Mandulis en Kalabscha o Domiciano en el Iseum Campense de Roma.
Todo esto acabaría con Teodosio y sus Edictos que convirtieron al Cristianismo en única religión del Imperio y prohibieron la adoración pública de los antiguos dioses, con lo cual los antiguos templos quedaron abandonados y el conocimiento de la escritura jeroglífica cayó en el olvido. Pero eso ya es a fines del siglo IV d.C., un siglo después de que produjera un derrumbe en una de las domus de la ciudad de Veleia, en el que quedaron sepultados dos huesos en los que se había grabado el nombre de Nefertiti.
Limitándonos al área en torno a la nueva capital de Tell el-Amarna, aparecen representados en las tumbas reales y nobiliares de su necrópolis, en las estelas de frontera del área de Tuna el-Gebel, en los grabados al aire libre en los acantilados de Amarna o en el Wadi Abu Qwei en el desierto este, en estelas privadas, en numerosas esculturas, en arte mueble, etc.
N. de G. Davies que trabajó a principios del siglo XX en esta zona de Egipto, como supervisor de la Fundación británica para la exploración de Egipto, estudiando las tumbas amarnienses y publicándolas en 6 tomos con mucho material gráfico, nos señala que la fachada de esta tumba estaba decorada mostrando «escenas de la familia real adorando a Atón con pequeños sirvientes… en la entrada del corredor el rey y la reina son mostrados con elaboradas coronas…. sobre la puerta de acceso interior a la otra sala hay algunos cartuchos muy claros de Atón, Ajenatón y Nefertiti, que no están mutilados como lo están en otras tumbas».
K. R. Lepsius fue un egiptólogo prusiano que, en el siglo XIX, dirigió una expedición a Egipto y Nubia, explorando muchos lugares y recopilando sus trabajos en la obra Denkmäler aus Aegypten uns Aethiopien. Es un conjunto de doce volúmenes, cinco de textos y el resto de láminas.
Entre éstas, la que aparece aquí abajo, es el dibujo de uno de los relieves de la tumba de Panehesy con la representación, claramente identificable, de Ajenatón y Nefertiti. Y, a los lados, diversos textos con cartuchos conservados (están marcados en rojo los que contienen el nombre de Nefertiti, con el añadido de su segundo nombre Neferneferuaton que adquirió a partir del año 4 del reinado de Ajenatón). Los cartuchos a-f son los de las estelas de frontera de Tuna-el-Gebel, el g es el Camino al Wadi Hamamat y los h-q los de las tumbas norte de El-Amarna, entre ellas, la de Panehesy.
Aquí abajo algunos de los cartuchos con Neferneferuaton Nefertiti de la tumba de Panehesy
Vemos por tanto que se han conservado hasta la actualidad no pocos testimonios figurativos y epigráficos de estos faraones a los que supuestamente se había tenido la intención de eliminar de la historia egipcia, pero ¿eran visibles estas representaciones y los jeroglíficos escritos en ellas en época romana? Evidentemente SÍ
Y ello porque, gran parte de los testimonios que acabamos de mencionar se encontraban al aire libre (estelas de frontera, grabados al aire libre, etc.) y, por tanto, estaban visibles en el mundo antiguo.
Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que, esta zona del Egipto Medio en la que se asentó el complejo amarniense, tuvo un resurgir y una intensa reocupación en época grecolatina. Además, en época romana se documenta la presencia de importantes comunidades cristianas, por ejemplo en la antigua ciudad de Hermópolis Magna ubicada en la zona (que, por cierto, aparece mencionada en dos de los grafitos veleyenses, los nº 11288 http://www.sos-irunaveleia.org/ostracabase:11288 -aquí con errata- y nº 12375 http://www.sos-irunaveleia.org/ostracabase:12375).
El cristianismo se expandió rápidamente en Egipto de forma que, en el siglo III d.C. los cristianos eran mayoría entre los egipcios. Y es precisamente en Egipto, donde surgieron fenómenos religiosos como el eremitismo y el monaquismo. A este fenómeno respondería precisamente la reocupación de la zona de Amarna. Así, antiguas tumbas y cuevas naturales se reutilizaron como viviendas, como almacenes, como lugares de culto y de enterramiento.
Concretamente la tumba de Panehesy (y por eso la hemos destacado aquí), parece que fue reformada y reutilizada como iglesia copta en época tardorromana, convirtiéndose por tanto en el centro espiritual de la comunidad instalada en torno suyo. Pero incluso hay indicios de que en la tumba, la actividad cristiana sería más temprana, como lo indicaría la presencia de un monograma de Cristo -pintado en rojo- en el muro sureste de la sala columnada.
Por tanto, hemos de concluir que, efectivamente, en época grecolatina, las figuras de Ajenatón y de Nefertiti debían ser visibles y, muy posiblemente, identificables porque, desde luego, eran diferentes. Las comunidades cristianas que reocuparon las antiguas tumbas de sus necrópolis las debían tener bien presentes en su vida cotidiana.
Pero ¿podían haber llegado a conocer los nombres de aquellos monarcas a los que pertenecían tanto las imágenes como sus jeroglíficos? ¿podían, de hecho, haber leído éstos en los cartuchos que aún los conservaban?
Yo creo que, desde luego, entra en el terreno de lo posible ya que el conocimiento de la antigua escritura y lengua jeroglífica se conservó al menos hasta fines del siglo IV d.C., fecha en la que se documenta la realización de su última inscripción. Además, una prueba de dicho conocimiento lo tenemos, por ejemplo, en que los nombres de los emperadores romanos se escribían en jeroglífico.
Por tanto no es imposible que alguien, en el seno de aquellas comunidades religiosas conociera la antigua lengua y supiera leerla y, lo más interesante para nosotros, pronunciarla. Por otro lado, tampoco hay que menospreciar la posible tradición oral en la conservación de la memoria de estos monarcas.
Monarcas, no lo olvidemos, «heréticos» dentro de toda la historia egipcia por protagonizar una reforma de tintes monoteístas y con una concepción religiosa diferente y cercana, en algunos puntos como la concepción de un «Dios altísimo» o de un «Creador», a los del judaísmo primero y del cristianismo después. De hecho, hay estudiosos como Hans-Joachim Kraus que no dudan en enlazar el Salmo 104 del Antiguo Testamento con el Himno a Atón localizado en la tumba de Ay en El-Amarna (Himno en el que, por cierto, se menciona el nombre de Nefer-Neferuatón-Nefertiti).
Por tanto pienso que sería factible que, en época grecorromana, cuando todavía se podían leer los jeroglíficos, alguien hubiera transcrito a la lengua culta, al griego, los nombres de estos faraones supuestamente olvidados, sea por haber leído sus nombres en cualquiera de estos lugares señalados (donde eran bien visibles), o bien por la transmisión oral de los mismos. En realidad Nefertiti no sería sino la latinización de la transcripción griega de su jeroglífico, vía de transmisión reconocida por muchos especialistas. Y si no se transcribieron, pudieron tener una transmisión oral.
En este sentido, no hay que perder de vista lo interesante que resulta la reocupación cristiana de la zona donde se había situado la antigua ciudad amarniense (Ajetatón), así como la reutilización de esta tumba de Panehesy como iglesia en época romana. Reutilización durante la que se respetaron los nombres en jeroglífico e imágenes de estos antiguos monarcas (desde luego lo que es un hecho es que no fueron destruidos). Por eso, no podemos dejar de plantear la hipótesis de que quizás, ese respeto e incluso un suponible interés por los personajes representados, se pudo deber al conocimiento de unos monarcas que habían representado la instauración de un culto que daba preeminiencia al Atón, el disco solar y que pudo ser interpretado como en cierta consonancia por un culto propiamente monoteísta como el cristiano. Quizás se estableció esa especie de consonancia o igual no. Pero es una conexión que no hay que perder de vista, al menos como hipótesis de trabajo.
Tal es así que nos planteamos que este contexto fuertemente cristianizado pudo haber posibilitado el conocimiento y la vía de transmisión del nombre de Nefertiti en época romana.
Abundando más en lo dicho, Nefertiti aparece en Veleia, en un contexto arqueológico junto con otros elementos gráficos que muestran evidentes y no tan evidentes referencias cristianas.
En cualquier caso, habría que estudiar a fondo la forma en que este nombre pudo llegar en el siglo III d.C., a esta ciudad del norte de Hispania, lo cual plantea un reto de investigación ciertamente interesante en el que no hay que olvidar el hecho de cómo el Imperio romano posibilitó y facilitó la llegada de mercancías y personas y, por supuesto, la transmisión de ideas, cultos y conocimientos a través de sus vías de comunicación (y Veleia estaba muy bien situada), de los movimientos del ejército, de la instalación de redes comerciales, etc.
Nefertiti entre los grafitos de Iruña-Veleia
- Nº 12392. Texto NIIFIIRTITI, grabado sobre un metacarpo izquierdo de ciervo. Como puede verse en la fotografía, el hueso está completo y corresponde a fauna salvaje. Ver ficha aquí http://www.sos-irunaveleia.org/ostracabase:12392
- Nº 12391. Texto NIIPIIRTITI NIIPIIRTARI HAMSII, grabado sobre una diáfisis de tibia izquierda de corzo. En este caso, al hueso le faltan las epífisis, correspondiendo también a fauna salvaje. Ver ficha aquí http://www.sos-irunaveleia.org/ostracabase:12391
Ante todo, hemos de reconocer la excepcionalidad de la aparición de tales menciones en este lugar del Imperio, en una ciudad del Norte de Hispania como era Veleia y en esta cronología. Pero excepcionalidad no implica imposibilidad.
Nefertiti es un personaje histórico que realmente existió con anterioridad a la época en que dichos grafitos fueron grabados.
Es evidente que no fue efectiva sobre ella una completa damnatio memoriae. Si no, hoy nos hubiera resultado un personaje absolutamente desconocido.
Por otra parte la egiptóloga Ulrike Fritz, en su informe relativo al material veleyense no muestra extrañeza alguna por su aparición en este contexto http://www.sos-irunaveleia.org/fritz.
Pero, lo que es fundamental es que se trata de evidencias arqueológicas localizadas en un nivel datado por su ubicación en la secuencia estratigráfica de un yacimiento en proceso de excavación, por parte de un equipo de profesionales y dentro de un Proyecto de investigación en curso.
Nefertiti está, además, grabado sobre huesos correspondientes a fauna salvaje (metacarpo completo de ciervo en un caso y diáfisis de tibia de corzo en el otro). Esta selección de fauna salvaje se repite con el resto de los grafitos relativos a personajes de la Antigüedad egipcia (donde se seleccionaron un metatarso completo de corzo y una epífisis de cúbito de jabalí, respectivamente). Ello implica un proceso de selección intencionada cuyo sentido se nos escapa. Pero esa selección intencionada, supone o un buen conocimiento paleontológico para elegir, sin equívoco, restos de fauna salvaje para el grabado de un tipo concreto de temática o, más probable, que los huesos se escogieron de animales recién cazados y comidos. Y esto, por lógica, es más creíble que sucediera en época romana. Insisto que con una intencionalidad que se nos escapa aunque no creo que fuera algo caprichoso en absoluto.
Los huesos son arqueológicos y su apariencia es similar al del resto de las evidencias óseas de su mismo estrato de procedencia, aunque esto se podría comprobar con una datación radiocarbónica. Por tanto, o tenemos un falsificador que controla mucho de zooarqueología y de envejecer huesos; o tenemos a alguien de época romana recurriendo a un tipo de restos muy concreto cuyo animal de procedencia conoce.
Siguiendo con el soporte óseo de los grabados, según el paleopatólogo Joaquín Baxarías, las incisiones correspondientes a los grafitos no presentan la morfología de las realizadas sobre hueso seco ni si se acúa sobre hueso húmedo tratando a posteriori de recubrirlo con pátina e incrustación de tierra, esto es, no presentan signos de manipulación actual. Están grabadas en fresco, cuando aún no hacía mucho de la muerte del animal y todavía conservaban la elasticidad que les da el colágeno que aún no habían perdido.
Baxarías ve por tanto determinados parámetros de Antigüedad en estas dos evidencias que son incompatibles con grabados actuales.http://www.sos-irunaveleia.org/baxarias
¿Es posible verificar la autenticidad de los grafitos con Nefertiti de I-V?
Muy probablemente SÍ y sería, además, uno de los casos de más fácil, rápida, creíble y económica resolución analítica.
Simplificando, bastaría con
1.- Realizar una inspección y evaluación visual de las piezas con instrumentos ópticos de aumento. Se estudiarían la pátina, la coloración, las características mecánicas de la incisión sobre el soporte, etc. El objetivo sería principalmente verificar que realmente estamos ante grabados en fresco sobre huesos de apariencia antigua.
2.- Extraer una pequeña muestra ósea para su análisis por C14 para, precisamente, comprobar dicha antigüedad.
Entonces,
A.- Si el grafito se hizo en fresco sobre un animal muerto en época romana (que sería el dato que nos daría el C14), tendríamos una fechación absoluta post quem y el grafito sería también romano.
B.- Si el grafito se hizo en seco sobre un animal muerto en época romana, tendríamos que recurrir a un estudio más complejo de pátinas (a nivel de composición química), etc. para determinar la cronología del grafito.
C.- Si el grafito se hizo en fresco sobre un animal muerto recientemente estaríamos, obviamente ante una falsificación.
Conclusión
Partiendo del hecho de que es excepcional la aparición del nombre de Nefertiti en el siglo III d.C. en una ciudad del norte de Hispania como fue Veleia, no podemos olvidar que eso no implica su imposibilidad. Máxime cuando ha aparecido sobre dos evidencias en un estrato arqueológico bien documentado y muestran, tanto el soporte de grabado como las mismas incisiones, características de antigüedad.
Ante las lógicas dudas, debieran haberse realizado las correspondientes pruebas analíticas posibles y ya hace mucho tiempo propuestas por el equipo de arqueólogos de Lurmen.
En cualquier caso, estamos ante un interesante reto para la investigación histórica que tendrá que proponer las posibles vías y los motivos por los que esta reina fue recordada por escrito por alguien en una ciudad muy lejana de Egipto y en una época muy posterior.
Notas
He obviado aquí la cuestión de la transcripción de Nefertiti que será tratada en otro post.
Quiero agradecer desde aquí al infatigable investigador Pello Eizaguirre su inestimable ayuda en la búsqueda de datos y sus valiosas ideas respecto a este tema.
Bibliografía sobre analíticas de verificación sobre material óseo
STRINGER C. B. et al.
Solution for the Sherborne problem
Nature 378, 452 (30 November 1995)
Disponible aquí
D’ERRICO, F.
AMS Dating and Microscopic Analysis of the Sherborne Bone
Journal of Archaeological Science (1998) 25, 777–787 Disponible aquí
PURDY, B. A. et al.
Earliest Art in the Americas: Incised Image of a Proboscidean on a Mineralized Extinct Animal Bone from Vero Beach, Florida
Journal of Archaeological Science Received 8 April 2011; revised 25 May 2011; accepted 26 May 2011. Available online 12 June 2011.
Disponible aquí
Comma Perogrulli y otros signos de interpunción en Veleia
Isabel Velázquez: “En el mundo antiguo los signos de puntuación difieren notablemente de la época moderna. De hecho, obedecen más a criterios retóricos que puramente gramaticales. En muchos casos sólo se recurría a dejar espacios vacíos (en blanco, según de qué soporte se trate), para marcar cierta separación entre palabras o marcar los períodos oracionales, subdivididos en cola y commata por el procedimiento de cambiar de renglón cada periodo o estructura”.
Si el uso de los signos de puntuación era muy irregular, como bien señala la profesora, entonces no puede pretenderse que los óstraca veleyenses muestren un uso regular o demasiado coherente, sobre todo aunándose este motivo a los dos anteriormente expuestos. Por tanto, la irregularidad que los comisionados -no sólo Velázquez- señalan en el uso de ciertos signos de puntuación carece de relevancia y de peso en lo que se refiere a dirimir en base a ellos la autenticidad o la falsedad de los grafitos. El hecho de que los signos de puntuación aparezcan o no, así como el de que sean más o menos regulares, sólo podría ser tenido en cuenta a la hora de emitir un juicio de tal índole para un texto de a partir del siglo X, cuando, como señala Velázquez, comenzó a darse una mediana sistematización en textos transmitidos en manuscritos y, por supuesto, en textos con periodos oracionales amplios, esto último lo cual, como se ha expuesto en el párrafo anterior, no es en modo alguno el caso de los textos inscritos en los óstraca de Iruña-Veleia.
A modo de icono que une estos dos teónimos encontramos tres diminutos trazos verticales dispuestos en dos alturas de modo que en la parte baja hay dos y en la alta uno. Los arqueólogos de Lurmen han planteado la hipótesis de que se trate de un reloj de sol, y ello nos parece posible aunque no descartamos la posibilidad de que se esté representando o bien gotas de agua o bien granos de arena que caen, sugeridas estas ideas por el hecho de que aparte de relojes de sol también existían en la antigüedad, como es bien sabido, los relojes de arena y los de agua conocidos como clepsidras. Las dos alturas en las que fueron grabados esos trazos bien podrían estar representando la caída de los granos de arena o de gotas de agua.
HERA puede leerse detrás de dos líneas verticales una vez más, faltando el nombre latino que esperaríamos con la forma Juno dado que la i consonántica es notada con una J tal y como se ve en tres grafitos veleyenses. Sin embargo, puede verse un trazo vertical que podría corresponder a la I de Iuno, el nombre romano de la esposa de Zeus -Hera en su denominación griega-, a quien siempre acompaña el pavo real que en su vistoso plumaje conserva los muchos ojos del monstruo Argos que esta celosa diosa colocó como espía de su adúltero marido y que Hermes mató por encargo de Zeus, ganándose con ello el epíteto de Argifonte o “asesino de Argos”. Cabría imaginar que ese trazo vertical es en efecto la I de Iuno, porque entre el nombre griego y dicho trazo puede verse un extraño dibujo que Lurmen identifica -no sin dudas, colocando signos de interrogación- con una vulva y que a nosotros nos hace pensar más en uno de los ojos de Argos que la diosa luce en su animal asociado, el pavo real. El dibujo consta de un pequeño círculo dentro del cual se hizo una incisión que se asemeja a una pupila o al diseño, en fin, de las manchas del pavo real, símbolo -siempre- de esta diosa.
Volviendo al informe de Isabel Velázquez, ésta dice a continuación: “Por este motivo resulta sorprendente que en los grafitos de Veleia aparezcan comas, no por la forma (aunque ésta sea minoritaria y extraña en inscripciones de la época y en Hispania), sino por la función que en ellos adquieren, siendo interpretables como pausas en enumeración de listas de nombres y muy distintas, en cualquier caso, de algunas formas de interpunción que pudieran guardar cierta similitud formal”.
Cuando dice “por este motivo”, se refiere a lo que acabamos de anotar: sólo sería esperable para ella un punto medio, un triángulo, un cuadrado, una hoja de hiedra o formas de vírgulas similares a las comas (éstas a veces en el pie de la propia caja, de forma similar a la actual).
Joaquín Gorrochategui dice: “la coma como signo gráfico fue totalmente desconocida en la antigüedad”.
Desconcertante. Ambos comisionados no están de acuerdo, por lo que se ve. Recordemos lo que decía Isabel Velázquez: “Lo más habitual en época imperial son puntos medios, también cuadrados, triángulos, incluso formas de vírgulas similares a las comas (éstas a veces en el pie de la propia caja, de forma similar a la actual) y, sobre todo la denominada hedera distinguens, una hoja de hiedra sencilla que puede estar dibujada con el vértice hacia arriba o hacia abajo. Pero en todos los casos estas marcas separan o bien letras o bien palabras, incluso sílabas. Los signos de interpunción no marcan pausas como tales del discurso, ni enumeraciones de nombres, etc.”
Admiten la existencia de la interpunción en la epigrafía.
Como se ve, concuerdan con la catedrática de filología latina en que existir, existían. Discrepan con ella y coinciden con Gorrochategui en que los signos de interpunción separaban palabras, es decir, en cuanto a su función. Pero la siguen a ella en el reconocimiento de diferentes tipos de signos como la hoja de hiedra. Y parecen querer dejar claro también ellos que la función de las comas veleyenses es la actual: marcar las pausas que hay que seguir para una lectura y comprensión correcta de un texto.
Parecen estar de acuerdo, al menos en parte, con Joaquín Gorrochategui: «desconocida en la Antigüedad.» Sobre las comas veleyenses, dicen: “El signo aparece representado como una pequeña raya oblicua dispuesta en la parte inferior de la línea, similar a lo que en nuestros días identificamos como una coma, y con la función de puntuar un texto breve”.
De todos modos, a cualquier persona que no sea epigrafista se le ocurre, al experimentar con un objeto punzante sobre un trozo de cerámica o de hueso, que esa pequeña raya oblicua, independientemente de que sí está documentada en la Antigüedad, también podría haber pretendido ser un punto -al parecer un signo de interpunción que no habría suscitado problemas para los comisionados-, un conciso punto que es muy difícil grabar sobre un soporte duro, pudiéndose convertir en un pequeño trazo semejante a lo que hoy llamamos coma en el mismo y puro intento de hacer visible el punto.
Así, la arqueóloga de Lurmen llega a la conclusión de que “también en el caso de los grafitos de Veleia y por los propios condicionantes del soporte y la técnica de grabado, puede que se esté “buscando el trazo lineal”, de forma que los puntos, difíciles de grabar mediante incisión, se conviertan en dichos trazos lineales que, en algunos casos, parten de la mitad del renglón o de un poco más abajo. Además, si partieran de más arriba, hubieran podido confundirse con letras como la “i”, u otras, problema que se resuelve bajando un poco el trazo, hacia su parte más inferior. Esta explicación, totalmente plausible, explicaría la aparición de los trazos denominados como “comas” por los expertos de la comisión, mostrando simplemente una adaptación gráfica de signos de puntuación, como los puntos, utilizados en la Antigüedad.”
El hecho es, en fin, que en algunos óstraca de Iruña-Veleia hay incisas unas pequeñas rayas muy semejantes a las comas actuales, pero más rectas. Concretamente, 24 comas se reparten en 14 óstraca eusquéricos, y también aparecen en cinco grafitos latinos. Llama la atención el hecho de que mayoritariamente aparezcan en un sector concreto del yacimiento: el sector 6, de donde proceden en su mayoría los textos en euskera. En el sector 5 (recinto 59, UE 51144, o supuesto paedagogium) también aparecen, en los mencionados textos en latín, pero en menor medida y siempre puntuando en textos breves.
Hay una coma después de ENEAS, marcando no tanto una pausa (ya que no se trata de textos de periodos propiamente dichos, sino de sintagmas nominales) como una separación temática.
La coma, al igual que en la pieza anterior, separa al nombre propio SIICVANO del aparente complemento del nombre que le acompaña (¿referencia a la Cohors I Gallica?).
La coma separa a ENEAS de su complemento en aposición explicativa ANQVISIIS ET VENVS FILI, por lo que la pausa resulta gramaticalmente idéntica a la de los casos anteriores.
La traducción del texto vendría a ser algo como “yo vivo en la Veleia roja” o “yo vivo en la Veleia de arriba”, no existiendo acuerdo sobre el sentido en el que debería entenderse el término eusquérico GORI (“rojo” o “crudo” si es adjetivo, “arriba” si hay que identificarlo con el adverbio del euskera actual goi, goian, gora). Parecería que se trata de un texto no terminado, ya juzgar por el espacio epigráfico que se ha dejado en blanco o sin aprovechar, aunque también podría pensarse que la “coma” está empleada a modo de punto final.
La traducción parecería ser “Mi madre, ha muerto en Roma, cristiana”, si es que ha de entenderse que en la última palabra hay una errata y falta la R y un error ortográfico de C por CH como el de CRONOS, aunque también puede entenderse como un antropónimo femenino (CISTIANA) que correspondería al nombre de la madre o bien al de la hija que escribe el improvisado epitafio.
Las comas marcan pausas muy lógicas desde el uso actual separando oraciones independientes y con coherencia sintáctica. La traducción del texto podría ser “Yo tengo doce años, tres hermana tú, yo ciento dos” (…). Al existir una capa de concreción considerable en la parte baja del óstracon, no puede leerse el final del texto, como puede apreciarse en la fotografía.
La coma aislaría MARCVS del resto del texto, lo cual viene a ser lo mismo que hemos visto en tantos otros textos en los cuales un nombre o sintagma nominal es separado de su complemento en aposición mediante una coma, sólo que en este caso el orden estaría invertido, encontrándose el nombre explicado al final: «En Veleia muy amigo, Marcus N».
Se observa una sistemática en el uso de los tres modos de interpunción: las hiedras aparecen en la abreviación de las fórmulas hechas que se repiten en la epigrafía (Dis manibus, bene merentis) mientras que las comas aparecen cuando hay un texto abreviado con el nombre del susodicho (Titi Tetti Cai en genitivo) y su cargo religioso (VI viri augustalis, asimismo en genitivo apositivo). En cuanto a cuando no hay interpunción, se observa que ello sucede cuando la palabra no está abreviada (SACRVM, TETTI y la filiación en genitivo FILII LENI). Si está abreviada, como hemos dicho, hay «coma». Así que parece que la interpunción en este caso indica abreviación.
Censorin
[US] ann(orum) LX
h(ic).s(itus).se(st)
(Cneo Terentio Censorino, de sesenta años, aquí está sepultado).
Hiru aldiz VELEIA NOV(V)A, lau VELEIA GORI
Hamabi aldiz agertzen da grafitoetan VELEIA hitza
Berriak, Jon Rejadoren eskutik, orrialde osoa ematen dio gaiari. EHUko irakasleen arabera, hau litzateke transkripzioa eta interpretazioa: (E)UCA(R) / (P)VS.R.P / VELEIAN / SER / MATRI / DEAE / DEDI(C)AVIT. «Eucar/pus rei publicae Veleianorum/ae seruus Matri Deae dedicauit» (Eucarpusek, veleiarren errepublikaren esklaboak, Ama Jainkosari eskaini zion).
Lehenago esan bezala, ez da lehenengo aldia izena “in situ” dokumentatzen dela. Hamabi aldiz agertzen da grafitoetan. Horietako sei edo zazpi VELEIAN forman, altarean bezala.
Hurrengo ostrakako testuak azken honen antzekoa dirudi, eta apurtuta dagoenez ezin irakur daitekeen arren, VELEIAN jar zezakeen
Hurrengoak IN VELEIA VICI dakar. Elebiduna dirudi, IN preposizio latinoa eta esaldia eta aditza euskarazkoa, “Veleian bizi”, alegia. Deigarria da zortzi aldiz agertzen dela NON kasuan, inesiboan.

Fotos personales de la ara con la inscripción de Veleia
Hoy he estado en Bibat y he inspeccionado la ara. Lo primero que se observa es lo pequeñito y precioso que es.
No hay indicios de daños recientes. Los surcos pueden ser de arado.
Añado a continuación unos detalles para la discusión sobre lecturas, en sitú la lectura me resulta todavía más dudoza (M alta?????).
(FOTOS K. VAN DEN DRIESSCHE)
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| VELEIAN (nexo entre A y N) |
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| Parte lateral izquierda (lado que estaba arriba), no se ven marcas recientes – había un pequeño desconchamiento que muestra lo que es fresco. |
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| Lateral derecho (‘techado’) |




































































