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Iruña-Veleia, ¿la Altamira del siglo XXI?

http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2017/07/22/opinion/tribuna-abierta/iruna-veleia-la-altamira-del-siglo-xxi 

Colaboración
Por Juan Martin Elexpuru – Sábado, 22 de Julio de 2017 – Actualizado a las 06:11h
Iruña-Veleia, ¿la Altamira del siglo XXI?
 
“¿Has visto Altamira? Me quedé pasmado; han pasado ciento y pico años, y la misma historia”, me decía hace poco un amigo. Estamos en 1879. Marcelino Sanz de Sautuola, varón de linaje noble, es abogado de profesión, y naturalista y arqueólogo de afición. Una mañana de verano, como otras tantas veces, entra en la cueva de Altamira acompañado de su hija María. Mientras el padre trabaja, la hija agarra otro candil y se divierte inspeccionando los recovecos de la cueva. “Papá, bueyes pintados!”. La voz retumba en la oscuridad, mientras la temblorosa luz sigue alumbrado los bisontes del techo.
La historia de Altamira es bien conocida. No hace mucho, en 2016, se ha estrenado una película de gran presupuesto protagonizada por Antonio Banderas; son incontables los artículos y documentales que se pueden encontrar en Internet sobre el tema, y también los libros de historia reflejan adecuadamente la tragedia del desafortunado Sautuola.
Comunicó primeramente su descubrimiento a su amigo Juan Vilanova, catedrático de la Universidad de Madrid. Este lo dio por bueno y le apoyó en todo lo que pudo. En 1880 Sautuola publicó un pequeño libro en el que informaba, entre otras cosas, sobre las pinturas de Altamira, con dibujos realizados por un amigo pintor. Después de alabar la perfección de la hechura, concluía diciendo que las pinturas pertenecían “sin género alguno de duda a la época denominada con el nombre de paleolítica”,

Los darwinistas, es decir, los que creían en la evolución, constituían la élite cultural de la época, aunque tampoco faltaban los “fixistas”, que ahora llamaríamos “creacionistas”. El veredicto de la comunidad científica fue casi unánime: no podían ser de época paleolítica. El hombre de aquella época no era capaz de realizar obras tan perfectas. El cerebro humano no estaba suficientemente desarrollado. Algún sabio local manifestó que podrían ser obra de pastores de la comarca de Reinosa que bajaban a la costa en invierno con el ganado. Hubo opiniones mucho más “eruditas”. Según Torres Campos, uno de los líderes de la progresista Institución Libre de Enseñanza, los autores de las pinturas habrían sido legionarios romanos que luchaban en las guerras cántabras. Pero otros señalaron directamente a Sautuola como el autor de las falsificaciones, y se habló de que habría contratado un pintor francés para ello.
No existía resquicio para la duda. La pintura se conservaba fresca todavía, como si se hubiera realizado ayer. Y se habrían necesitado pinceles finísimos, y no había tal cosa en época tan remota. Y además, ¿cómo iluminaban el sitio? No se encuentran restos de hollín en el techo o en las paredes.
Los franceses eran la referencia en arqueología y Emile Cartailhacla, su máxima autoridad. Se conocían con anterioridad y Sautuola acudió a él como último recurso. Le escribió una carta proporcionándole todos los detalles e invitándole a visitar la cueva. No recibió respuesta hasta transcurrido mucho tiempo; declinaba la invitación porque era evidente que las pinturas no eran del Paleolítico.
Sautuola murió prematuramente en 1889, consumido por la desdicha y la depresión. Pero en 1902 se descubrieron varias cuevas con pinturas similares en la Dordoña y fue entonces cuando las de Altamira se volvieron auténticas. Cartailhac, consciente de su error, visitó a la viuda y a la hija de Sautuola y visionó la cueva. Publicó su famoso escrito titulado Mea culpa d’un sceptique, en el que reconocía su error y pedía perdón, aunque el daño causado era ya irreparable.
Altamira e Iruña-Veleia, Marcelino Sanz de Sautuola y Eliseo Gil Zubillaga, historias casi calcadas, aunque a la segunda le faltan aún muchos capítulos para escribir. Ni las pinturas ni los grafitos cabían/caben en los esquemas de la “comunidad científica”. ¿Y cómo iban/van a estar errados en algo los ilustres catedráticos y expertos que habitan en el Olimpo del saber? Parece ser que la Iglesia católica también ha aportado sus granitos de arena en ambos casos. Por lo visto algunas pinturas y grafitos chocaban/chocan con algún que otro dogma.
Todavía es pronto para llegar a conclusiones definitivas, pues el caso de Iruña-Veleia sigue vivo y no sabemos cómo va a terminar. En el momento de redactar estas líneas la pelota está en el tejado de la Audiencia Provincial de Álava. Este ente formado por tres juristas es el encargado que decidir si se lleva definitivamente a juicio, como ha pedido la jueza de instrucción, o si se archiva el caso, como ha pedido el abogado de Eliseo Gil.
Aunque las similitudes entre ambos casos son impresionantes, también existen diferencias de calado: 1) No se llegó a judicializar Altamira, Sautuola no fue procesado. Y ya sabemos lo que está pasando con Iruña-Veleia. Muchos juristas nos han comentado que el mayor disparate que se ha cometido ha sido llevarlo a la vía judicial. Estamos ante un tema científico y no se debía de haber dado ningún otro paso hasta agotar los caminos de la ciencia. 2) En el siglo XIX no existían laboratorios de arqueometría o técnicas de datación como el C14 . Además, tenemos en casa los mejores lectores de huesos, y es cosa sabida que existen unos 40 grafitos hechos sobre ese soporte. No se entiende porqué no se quieren usar técnicas tan decisorias como económicas en este caso. O quizás se entiende muy bien.
Según informa la prensa, la acusación particular, es decir, la Diputación Foral de Álava puede pedir penas de hasta nueve años de cárcel y 250.000 euros de multa contra Eliseo Gil. ¿Se atreverá a cometer tal barbaridad, sabiendo a ciencia cierta que no existe ninguna prueba contra el anterior director? ¿Los partidos de la oposición y la élite cultural vasca seguirán con los ojos vendados ante tamaña injusticia?
¿Tendrán que descubrirse piezas parecidas en algún otro lugar, por ejemplo en Francia? Pongámonos por un momento en la piel del arqueólogo que encuentra este verano en nuestro país un grafito en euskera. ¡Madre mía! ¿Qué hago yo ahora?

Viaje a Hermopolis

DATOS ESTRATIGRAFICOS:
coordinadas / fecha de inscripción / posición

-/-/245
12/08/2005
SECTOR 5/59/51144

DESCRIPCIÓN

Costilla de mamífero (fragmento)
Cara interna

INSCRIPCIÓN / ELEMENTOS GRÁFICOS:

HIIRMOPOLIS, la primera «o» bastante mal trazada.

¿Hermopolis? ¿Pero qué hay alli?
Hacemos un viaje a Hermopolis para averiguarlo.
Cogemos como los de siempre un barco y subimos en Nilo hasta medio camino entre los capitales Menfis y Tebas.
Un par de kilómetros en taxi, y ya hemos llegado al pueblo Al Ashmunin (Khemenu en egipcio antiguo). Su mayor esplendor lo encuentra en la época romana bajo el nombre Hermopolis Magna.
Algo fuera del pueblo encontramos las ruinas de la vieja ciudad con un templo importante del dios Toth, una basílica cristiana, restos coptos. Esta ciudad  era un centro importante del cristianismo a partir del siglo III  y de la iglesia copta, como sede episcopal. Siempre ha mantenido una relación especial con la iglesia de Roma. Algunas fuentes cristianas lo relaciones con el refugio en Egipto de la familia de Jesús escapando de Herodóto  – según Wikipedia (¿?)

Pero en realidad mi plan es llevar os al desierto unos 10 kilómetros al suroeste, al yacimiento de Tuna el-Gabel (en inglés, en castellano Tuna el -Jabel). Mejor alquilamos un coche.


Primero nos dirigimos al pueblo de Tunah Al-Gabal, y de allí conducimos unos 5 kms mas al suroeste. Aparcamos el coche en el parking del yacimiento, y el resto haremos andando. A unos centenares de metros está la tumba de Petosiris, un importante sacerdote del siglo 4 a. C. Pasamos también por una mezquita.

Templo de Petosiris sumo sacerdote del dios Thot. vivía al final del siglo IV a. C.. El templo tiene elementos que recuerdan al tiempo de Dendera.
Mas al sur a pocos metros nos encontramos con tumbas ptolemaios, en realidad estamos en uno de los necrópolis de la ciudad de Hermopolis.
Tumbas de la época ptolemaica, se ven en segundo plano presuntamente las rocas de la estela fronteriza A

Un poco al este se encuentra la tumba y capilla de Isadora que vivía en Hermopolis en el siglo II después de C. y fue un lugar de culto.

La tumba y capilla de Isidora/Isadora (Isis!) debe ser uno de los edificios a la izquierda
El yacimiento desde satelite

En la parte noroeste encontramos unas extrañas catacumbas de animales de época de Ptolomaio I, relacionado con el templo de Thot en Hermopolis.

Volvemos al parking, y andamos unos 500 metros al norte por la carretera. Allí encontramos el monasterio copto Deir Nazlet Tuna. Por allí subimos al oeste hasta las rocas para encontrarnos, después una buena subida, con la estela fronteriza A que representa a Nefertiti, Akenaton y sus dos hijas, excavados en la roca en un lugar bien visible desde lejos. Se supone que ha sido permanentemente visible desde alrededor 1340 a. de C., aunque puede a veces haber estado cubierto por la arena. Por lo menos en 1714 era bien conocido por los locales porque llevaron el jesuita Claude Sicard allí.

Esta llamada Estela A formaba parte de la delimitación de la ciudad de Aketaton con por lo menos 15 estelas. Cada una de estas estelas contenías texto en jeroglífico y con los típicos dibujos en el estilo de Amarna, y se encuentra en las rocas y a con gran tamaño. Fueran las primeras fuentes de información sobre la existencia y localización de la ciudad de Aketaton, y sobre el principio del gobierno de Akenatón y Nefertiti en la primera parte del siglo XIX (p. ej. Wilkinson Gardner). Eran además muy visible y bastante fácil de encontrar. Foto: Tripadviser.

 En realidad la mayoría de las estelas eran visibles desde la tumba de Akenaton en el Wadi Real (Wadi es barranco – cauce de un río seco que únicamente contiene agua durante tormentas), así también la estela A, como se ve en la figura siguiente:

El paisaje sagrada de Aketatón con las estelas fronterizas (asteriscos rojos). La tumba de Akenatón se encuentra a la derecha centro, y nuestra estela fronteriza a la izquierda arriba. Las líneas amarillas son ‘lineas de vista’.
Imagen: Freed, R.E., Y.J. Markowitz, and S.H. D’Auria. Farao’s van de Zon. Achnaton, Nefertiti,
Toetanchamon [Pharaohs of the Sun. Akhenaten, Nefertiti, Tutankhamen]. Rijksmuseum
van Oudheden. Leiden: Ludion, 2000.
 
Detalle del panel con Akenaton, Nefertiti y sus dos hijas mayores rezando a Atón, con ofrendas de pan y aceites
La estela A con sus estatuas, entre otros Nefertiti, el panel de interés se encuentra en la parte derecha arriba

La estela fronteriza fue por primera vez descrita por un europeo (que sepamos!) en 1714, por el jesuita Claude Sicard, y la describe así interpretando la escena como un sacrificio:

««  C’est un sacrifice offert au soleil. Il est représenté en demi-relief sur une grande roche, dont la solidité a bien pu défendre ce demi-relief contre les injures du temps  ; mais elle n’a pu résister au fer, dont les Arabes se sont servis pour détruire ce que l’on voit de tronqué dans la figure de ce sacrifice. Je l’ai dessiné tel que je l’ai vu. La roche dont j’ai parlé fait partie d’un grand roc, qui est au milieu d’une montagne. Il a fallu bien du temps et un pénible travail pour venir à bout de faire dans ce roc une ouverture de cinq ou six pieds de profondeur, sur une cinquantaine de largeur et de hauteur. C’est dans cette vaste niche creusée dans le roc que toutes les figures qui accompagnent ce sacrifice du soleil sont renfermées. On voit d’abord un soleil environné d’une infinité de rayons de quinze ou vingt pieds de diamètre. Deux prêtres de hauteur naturelle, couverts de longs bonnets pointus, tendent les mains vers cet objet de leurs adorations. L’extrémité de leurs doigts touche l’extrémité des rayons du soleil. Deux petits garçons, ayant la tête couverte comme les prêtres, sont à leur côté et leur présentent chacun deux grands gobelets pleins de liqueur. Au-dessus du soleil, il y a trois agneaux égorgés et étendus sur trois bûchers, composés chacun de dix pièces de bois. Au bas du bûcher sont sept cruches avec des anses. De l’autre côté du soleil, opposé au côté des deux sacrificateurs, il y a deux femmes et deux filles en plein relief, attachées seulement par les pieds à la roche, et un peu par le dos. On y voit les marques des coups de marteau qui les ont décapitées. Derrière les deux petits garçons, il y a une espèce de cadre chargé de plusieurs traits hiéroglyphiques. Il y en a d’autres plus grands qui sont sculptés dans les autres parties de la niche. Je cherchai de tous côtés quelque inscription, ou autre chose, qui pût me donner l’intelligence de toutes ces différentes figures, et de l’usage qu’on en a voulu faire, ou qui pût du moins m’apprendre l’année où cet ouvrage a été fait, et le nom de son auteur. Je n’ai pu rien découvrir  ; ainsi je laisse aux savants, curieux des antiquités, à deviner ce qui m’est demeuré inconnu. Après avoir employé autant de temps qu’il en falloit pour dessiner fidèlement la représentation de ce sacrifice, qu’on dit être un sacrifice offert au soleil, j’allai passer la nuit à Mellawi.

Citado en Laboury, Dimitri. Akhénaton (Les grands pharaons) (French Edition) (Kindle Locations 208-216). Pygmalion. Kindle Edition.

El resto del día es libre estancia  en Hermopolis…

Fuentes de información:
https://de.wikivoyage.org/wiki/T%C5%ABna_el-Gebel
https://de.wikivoyage.org/wiki/Aschm%C5%ABnein
https://es.wikipedia.org/wiki/Tuna_el-Yebel
https://en.wikipedia.org/wiki/Hermopolis

y los libros citados.

PD1.

Fragmentos a-f son de Tuna el-Jebel – se han indicado con flechas los cartuchos con Nefereferuaten Nefertiti
Karl Lepsius (Denkmäler aus Aegypten und Aethiopien 1842-1845) TAFELWERKE BAND VI, seite 91
Detalle de la tabla anterior: Ya representado en «Informe sobre los textos en latín de los grafitos de carácter excepcional de Iruña-Veleia» de Idoia Filloy
Cartucho real (https://en.wikipedia.org/wiki/Nefertiti)

El lugar del yacimiento de Tuna el-Jebel aparece aparentemente en autores clásicos, lo que significa que tenemos la imagen de Nefertiti y Akenaton (incluidos sus cartuchos), cerca de un lugar de culto muy importante. La siguiente estela fronteriza estaba a solo 3 kms de la estela A. Hasta ahora no hemos encontrado esta relación en autores recientes, pero lo encontramos en un libro de François Champollion (18014) y uno de John Gardner Wilkinson (1843) Champolleon no parece haber visitado Tuna el Gebel durante su visita a Egipto, pero nos comenta lo siguiente.

Ibiù. — Nhip. C’est auprès d’Hermopolis et au nord de Cusœ y que les anciens placent un lieu peu considérable dont le nom fut Ibeum. Il est particulièrement cité dans l’Itinéraire d’Antonin , sous le nom d’Ibiù. Cet auteur l’indique à vingt – quatre milles au nord de la grande ville de Thoth ou Hermopolis – Magna. Selon Hérodote , c’était dans cette dernière ville que les Egyptiens transportaient ( 2 ) les Ibis qui mouraient dans les diverses parties de l’Égypte , et leurs cadavres embaumés étaient déposés dans un lieu destiné à les recevoir. Mais ce rapport d’Hé rodote ne semble pas rigoureusement exact , et il ne doit peut-être s’entendre que des Ibis nourris dans les temples , puisque on trouve dans les catacombes des environs de Memphis un nombre pro digieux de momies de cet oiseau. Une personne dont´le témoignage n’est point suspect , nous a certifié avoir vu dans un de ces souterrains taillés dans le roc, une incroyable quantité de ces oiseaux embaumés,, et renfermés dans des vases de terre placés horizon talement l’un sur l’autre , à une hauteur uniforme , contre les parois du souterrain. Après avoir connu l’espace qu’occupait un nombre donné de ces momies, et avoir mesuré l’étendue du souterrain , elle s’assura qu’il en contenait plusieurs millions. Ce fait sera reproduit ailleurs dans tous ses détails, et il semble prouver ce que nous avons avancé, qu’Hérodote n’a pu parler que des Ibis sacrés, lorsqu’il a dit qu’on les transportait à Hermopolis. M. Larcher pense que ce n’était pas précisément à Hermopolis-Magna qu’on enterrait les Ibis , et qu’ils n’étaient transférés dans cette ville qu’à cause du lieu voisin appelé Ibeum, où on les déposait ( 2 ). Mais comme dans l’Itinéraire d’Antonin , Ibiù est placé à vingts quatre milles au nord d’Hermopolis , il ne paraît pas naturel qu’on envoyât d’abord les Ibis à Hermopolis , pour les faire rétrograder ensuite vers le septentrion. Pour que cet inconvénient n’existât point, il faudrait nécessairement que le lieu appelé Ibeum se trouvât au midi d’Hermopolis et à très -peu de distance de cette ville. Ibeum tirait son nom de l’Ibis, qui, en égyptien, était appelé , Hip , d’où les Grecs ont fait en y ajoutant la désinence grecque is. Le nom égyptien de Ibeum des Latins devait être réguliè rement XXXX , Manhip, ou simplement XXXX, Nhîb , lieu des Ibis. On le retrouve dans Étienne de Byzance et dans Suidas , sous la forme grecque de XXXX , que nous croyons être le nom égyptiens d’Ibeum qu’ils n’ont point mentionné sous cette dernière forme. En retranchant de ce mot la ter minaison grecque iç , on trouve XXX , qui est exac tement leXXXX égyptien. Il n’en diffère que par l’absence de H , hori, que les Grecs ne pouvaient pas exprimer, parce qu’il manquait à leur alphabet. C’est ainsi , par exemple , qu’ils ont écritXXX égyptien XXXX, qui signifie cœur (2).Champollion, Jean François. L’Egypte sous les Pharaons ou recherches sur la géographique, la religion, la langue, les écritures et l’histoire de l’Egypte avant l’invasion de Cambyse. Chez de Bure frères, 1814, p. 295-297.

Corredores de las catacumbas
http://www.touregypt.net/featurestories/tunaelgebel.htm

Babuino momificado dentro de las catacumbas
http://www.touregypt.net/featurestories/tunaelgebel.htm

Nichos con los sarcófagos de ibis momificados
http://www.touregypt.net/featurestories/tunaelgebel.htm

Laberinto de las catacumbas de Ibeum (escala 50 metros)

John Wilinson Gardner efectivamente visita el Tuna el Gabel y comenta lo siguiente:

The tombs of the ancient city lie at the base of the Libyan 
hills to the westward, where numerous ibis mummies have been
buried, many of wliich are found deposited in small cases, and
perfectly preserved. The cynocephalus ape (bavuino) is also met with,
embalmed and buried in the same consecrated spot. It is
here that Ibeum, or Nhip probably stood; for it is
evident that the position given it in the Itinerary of Anto-
ninus is incorrect ; and Ibeum, the burying-place of the
sacred birds of Hermopolis, could not have been 24 miles
distant, to the north of that city. Not far from these tombs
is a curious sculptured stela, on the nummulite rock of Gebel
Toona, representing the king Atin-re-Bakhan with his queen,
worshipping the Sun, which darts forth rays terminating in
human hands ; a subject similar to those in the grottoes of
Tel el Amarna, which I shall mention presently. They are
accompanied by two of their daughters, holding sistra.
Below the figures are between twenty and thirty lines of
hieroglyphics much defaced; and near it are two headless
statues supporting a sort of tablet, with three daughters of
the king on the side in intaglio. Beyond are two other
statues, and at the side of this, as of the other group, are two
small mutilated figures.

Ambos autores afirman la relación de Tuna al Gebel y un necropolis gigante de ibis, sobre lo cual Herodoto, historiador griego del siglo V a. de C. ya nos informa

Herodoto cita en su ‘Historia’ el necropolis de ibis (ibiotaphon) – catacumbas que se encuentran a 1 km de la estela A con Neferetete y Akenaton y sus cartuchos, y a 5 kms del antiguo Hermopolis, ciudad de Hermes:
libro II, cap 67 sect. 1

Dead cats are taken away to sacred buildings in the town of Bubastis, where they are embalmed and buried; female dogs are buried by the townsfolk in their own towns in sacred coffins; and the like is done with mongooses. Shrew mice and hawks are taken away to Buto, ibises to the city of Hermes.

Traducido es algo como:
Los gatos muertos son llevados a los edificios sagrados en la ciudad de Bubastis, donde son embalsamados y enterrados; Las perras femeninas son enterradas por los habitantes de la ciudad en sus propios pueblos en ataúdes sagrados; Y lo mismo se hace con mangostas. Musarañas y halcones se llevan a Buto, ibises a la ciudad de Hermes.
Originalmente:
ἀπάγονται δὲ οἱ αἰέλουροι ἀποφανόντες ἐς ἱρὰς στέγας, ἔνθα θάπτονται ταριχευθέντες, ἐν Βουβάστιπόλι: τὰς δὲ κύνας ἐν τῇ ἑωυτῶν ἕκαστοι πόλι θάπτουσι ἐν ἱρῇσι θήκῃσι. ὣς δὲ αὕτως τῇσι κυσὶ οἱ ἰχνευταὶ θάπτονται. τὰς δὲ μυγαλᾶς καὶ τοὺς ἴρηκας ἀπάγουσι ἐς Βουτοῦν πόλιν, τὰς δὲ ἴβις ἐς Ἑρμέω πόλιν.

Además encontramos en el Itinerario Antonini una referencia a un lugar  Ibiù cerca de Hermopolis que por su raíz Ibi puede relacionar con Ibeum y el necropolis de los ibis a los que Herodoto hace referencia en la ciudad de Hermes.

  1512 | Editor: Stephanus

Digital atlas of the Roman empire (http://dare.ht.lu.se/)

Según lo afirmado en una información túristica (http://www.touregypt.net/featurestories/tunaelgebel.htm) la zona del necropolis era también un muy importante centrum de produción de fayenza, que se ha encontrado extensamente en el necropolis.

A modo de conclusión: Tenemos en Tuna el-Jebel un claro ejemplo donde iconografía bien identificable y el cartucho de Nefertiti estaba muy cerca de un lugar muy transitada durante gran parte de la antigüedad y que es además de alguna relevancia religiosa, que forma un posible mecanismo de transmisión del nombre de la reina que llamamos hoy en día Nefertiti.
PD2.
Añado también unos detalles sobre el descubrimiento  y el contenido de estela fronteriza A:


Not many westerners ventured south of Cairo before the nineteenth century of our era, and the banditry endemic to Middle Egypt discouraged most foreigners from lingering there. Thus it was not until the early 1700’s that Europeans were allowed a glimpse of Akhet-Aten and its antiquities. Stela A, by virtue of its proximity to modern settlements no less than by its relatively good preservation, is the most conspicuous of Akhenaten’s monuments in the region around El-Amarna, and western travellers began noticing it in the early years of the eighteenth century.5 The first European to call attention to it was the Jesuit Claude Sicard, who published a description of the site, along with a sketch, shortly after visiting it in 1714.6 Other travellers passed through the area later on, notably Richard Pococke7 and E. Jomard (the latter with the Napoleonic expedition at the end of the eighteenth century),8 but the stela itself was noted by only one other visitor, in 1777.9 By the earlier part of the nineteenth century, when more westerners were able to travel and even reside in Egypt, the monument of Tuna el-Gebel was one of the recognized sights on any visitor’s itinerary through Middle Egypt. Joseph Bonomi saw it early in 1825,10 and Robert Hay made a number of drawings at the site in 1827,11 perhaps having learned of it from John Gardner Wilkinson.12

Murnane. Boundary Stelae Of Akhentaten (Studies in Egyptology) 1993/2011 (Kindle Locations 235-244). Taylor and Francis. Kindle Edition.

The tablet, which contains the Later Proclamation, “repetition of the oath” and the Colophon, stands on the right side of the niche. In the lunette are the king, queen, Meritaten and Meketaten standing on the right before the offering tables directly beneath the disk at the center, balanced by eight vertical columns of text on the left, with the rest of the inscription in 25 horizontal lines below. The text runs from left to right. Davies believed that it had been systematically battered, and large areas of the surface do appear to be worn down in a fashion that is consistent with hammering. The most clearly intentional damage, however, is to the king’s names and even here it is not comprehensive, so perhaps the more general hammering was done later, as casual vandalism rather than by Akhenaten’s enemies. Some of the damage that defeated early copyists at the middle of the tablet seems to be due, rather, to the friable nature of the fossil-laden stone, which has worn away along the edges of the signs. Two statue groups, each consisting of the king, queen and the two eldest princesses, stand to the left of the tablet. Three princesses’ figures were carved onto the south side of the altar held by the king and queen in the left-hand statue group, as already recorded by Davies.5 (The problem of when the third princess was added at this and other sites will be discussed in Chapter Five.) The statue groups stand on bases that are considerably higher than is customary for these sculptures at other sites (for further discussion, see Chapter Four). The likeliest explanation for this anomaly is that the tablet, originally designed to contain only the Later Proclamation and the “repetition of the oath”, had to be enlarged to accommodate the Colophon; and since its size could only be increased downward, the entire floor of the platform was lowered, leaving the statues at their original level high above the new floor. Apart from the height of the statue bases, there is some evidence for this assumption in the text. At the middle of the tablet, for example, the standard size of hieroglyphic groups diminishes and the left margin is even shifted slightly further left (at line 14), as if the sculptors were trying to make the most of the available surface. Greater expansiveness in the layout of the text returns, however, near the bottom, where the workmen could employ the additional space provided by the lowering of the floor. The heads of all the statues are missing –– and since this condition was noted as early as 1714, when Sicard made his drawing of the site, it is likely that this mutilation had already occurred in antiquity. In all other respects, the site seems to have suffered little damage in modern times –– perhaps owing to its fame as a local “sight.” At some point in its more recent history (probably within the last century) the niche was protected by a gate, the emplacement for which we found on clearing the sand from the floor. Side-walls and a roof have been built around the niche more recently, but otherwise the monument is open and unencumbered today. This is the only one of the boundary stelae that is visited by tourists on a regular basis.

Murnane. Boundary Stelae Of Akhentaten 1993/2011 (Studies in Egyptology) (Kindle Locations 1415-1430). Taylor and Francis. Kindle Edition.

UNTERMANN, EL PANCELTISMO Y LA HISTORIGRAFÍA FRANQUISTA por Amanus2

Una revisión de las tesis de Untermann

UNTERMANN, EL PANCELTISMO  Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIOGRAFÍA FRANQUISTA
A Untermann muchos lo tienen puesto en un pedestal, no sé si con razón o sin ella, pero yo no lo quiero tanto. Este famoso mapa suyo de la división de la península entre áreas lingüísticas célticas e ibéricas a partir de topónimos acabados en –briga o –Ili, no sólo atufa a arianismo, sino que tiene errores de bulto, según mi punto de vista, intencionados. Le sigue a Wilhem von Humboldt en esta división, pero tanto da, alemán el uno, alemán el otro. Pero esta división que ellos establecieron, parece que hoy en día esta escrita en piedra.
https://www.amaata.com/wp-content/uploads/2023/05/figura2-2-ama-ata-iruna-veleia.png

A alguien tan docto como él, parece increíble que se le “olvidara” mencionar los Aracillum de Navarra y el de Cantabria, el Andelos de Navarra y, sobre todo, Iria Flavia. Si está bien citar Flaviobriga (de clara época romana) también debería estar bien citar Iria Flavia. Tampoco cita Ilarcuri, moderno Alarcos en Ciudad Real, ni Ilurbida, que se encontraba cerca de Madrid. Mucho menos cita Bilbilis, nombre notoriamente ibérico, que algunos lo interpretan a partir del vasco “Bil”, o sea que traduciría como algo así como “ciudad redonda”, pero el problema es que no sólo se encontraba en medio de la celtiberia, sino que el escritor Marcial, natural de esta villa, hablaba de sus antepasados celtíberos. Todavía mucho menos cita Volúbilis, también nombre notoriamente íbero, el problema es que se encuentra al lado de Mequinez, y que se sepa en Marruecos antes de los romanos se hablaba Bereber, después de los romanos se siguió hablando Bereber y todavía se habla Bereber.

Lo que nos da a entender que los nombres de las ciudades no se tienen que corresponder necesariamente con las lenguas habladas donde se sitúan estas. Pero decir que porque hay una serie de nombres que se pueden interpretar a partir de ciertas lenguas estas se hablaban allí, es equivalente a decir que como hay toponimia en Euskera de (casi) el norte al sur del continente americano allí se habló Euskera alguna vez como lengua correspondiente a algún territorio concreto, cuando sabemos que si se habla es en los centros vascos (y en muchos ni siquiera eso). Pero la densidad toponímica corresponde a las diferentes lenguas indígenas y al castellano, que son las que se han hablado o se hablan de verdad allí. No hay densidad toponímica, no hay lengua, así de fácil.

Han sobrevivido multitud de topónimos arcaicos, más o menos modificados. Todas las capitales de Cataluña y Aragón tienen nombres de época romana o prerromana (el más moderno es Teruel, pero viene de Turielo y el río Turia tiene nombre prerromano). Estos topónimos en –Briga, que corresponderían a formas modernas en –Bre o –Brega, no los ves aparecer en cantidad  fuera de la costa norte de Portugal y la costa de Galicia y algunos en la serranía ibérica. Sobre los –Ili, aparte de que hay muchos mas y repartidos por todo el territorio íbero, la presencia de la lengua Íbera se encuentra sustentada por la multitud de textos en Íbero aparecidos en esas zonas.
En realidad no se tiene ni idea sobre la lengua que hablaban ni los Turmódigos, ni los Vacceos, ni los Cántabros, ni los Astures, ni los Carpetanos, ni los Vettones. Es decir de un territorio que cubre las dos mesetas y casi toda la costa cantábrica, haciendo un cuarenta por ciento del territorio de la península Ni idea. Ni han aparecido textos de época prerromana ni romana escritos en las diferentes lenguas indígenas, ni ningún autor de época romana nos ha dejado nada escrito sobre ello. Lo más que aparecen son citas como que “Un grupo de soldados de los Gigurri, cantaban canciones en su idioma y no se les entendía nada.” Los Gigurri eran un subgrupo de los Astures que habitaban en el valle del río Sil. A todo esto hay que saber que el Latín y las lenguas célticas, al ser indoeuropeas, eran próximas y ya cita Julio Cesar en su “Guerra de las Galias” que el Latín y el Galo eran mutuamente inteligibles. Lo que me da a entender el “No se les entendía nada” es que eran lenguas muy distantes, y con mucha probabilidad la lengua de estos Gigurris era preindoeuropea. De las muy pocas palabras que han sobrevivido del Astur, se encuentra con la que ellos denominaban a sus caballos asturcones “Celdones.” Si quitamos el plural en Castellano, y que probablemente esté en acusativo, nos queda Celdo. Compárese eso con el Vasco “Zaldi,” el Íbero “Saltu” (con el mismo significado) y el Vasco “Zaldun.” De ahí la importancia de las ostracas de Iruña-Veleia. Son los textos en lengua indígena encontrados más al occidente desde la costa Mediterránea y ancla firmemente todo el País Vasco romano en el territorio de la lengua Aquitana. Por eso la reacción en contra de estos restos arqueológicos tan fuerte que ha habido por parte de ciertos estamentos. Les rompe su esquema de cosas y su discurso político vehiculado a través de la historia antigua.
Otro error de bulto es dividir el territorio en dos lenguas cuando como mínimo había cinco y a la única que ha sobrevivido se la come directamente. Ya decía Michelena que este –Ili, -Ilu, que da los modernos Iri o Uri, era un préstamo del Íbero ya en época romana, luego tenía que haber habido otro término propio de esta lengua Aquitana o Proto-Vasca con el mismo significado. Yo ya apuntaba, no sé si aquí o en la Celti, que debía de haber sido “Ouaska” o algo parecido. Esto no sólo está muy presente en esta toponimia que aparece en textos clásicos (Bo(l)ska, Ausko, Menosca, Virovesca etc.) sino que debía de haber sido el nombre prerromano de Pamplona. De aquí vendrían la ceca Barskunes, Vascones y (posteriormente) Vasconia y Gascuña (también Eusko y Euskera, pero eso es otro asunto). Derivados de estos “Ouaskas,” los hoy en día hasta en la sopa por todo el norte peninsular y la Gascuña. Pero todo esto Untermann hace como que no lo ve. 
Groupies de Untermann como María Lourdes Albertos-Firmat, la mismita de me encuentro un topónimo que no sé traducir, me busco algo semejante en las Galias y ¡Hey! ¡Presto! ¡ES CÉLTICO!. No se de donde viene el término Nervión, me busco la tribu de los Nervii en la Galia Bélgica y ¡ES CÉLTICO!. Pero ya se sabe que estos pancélticos falsifican bastante las cosas. Sus intentos de demostrar la indoeuropeidad de Álava a través de la onomástica y la toponimia son bien conocidos (“Álava romana y prerromana”1970) y recibió una buena tunda por parte de Michelena en su época (“Nota marginal sobre la huella latina en la lengua vasca” 1972).
Pues esta señora no sólo mantuvo el mapa de Untermann sino que además lo amplió.
https://www.amaata.com/wp-content/uploads/2024/12/250px-Prehispanic_languages-ama-ata-iruna-veleia-arqueologia.gif

Hay una confusión muy antigua, que data de la época de la reconquista, que es confundir a Segorbe con Segóbriga. Esto sucedió cuando según iba avanzando esta por la zona sur de Aragón-norte de Valencia se pensó en restituir el que había sido el obispado de Segóbriga, pero como no se tenía ni idea donde caía esta ciudad se pensó que era Segorbe, por homonimia, y allí se quedó. Pero ya hace más de un siglo que se identificaron adecuadamente, con epigrafía y todo, las ruinas de Cabeza de Griego, cerca de Saelices en Cuenca, como las ruinas de Segóbriga, así que hoy en día no hay dudas sobre la localización de esta ciudad celtíbera. Pero la señora Albertos sigue erre que erre con la identificación antigua y nos planta la línea de la celtiberia casi pegando al Mediterráneo. Pero el problema es que Segorbe no sólo no tiene nada que ver con Segóbriga, debe de venir del Latín Sub Urbis, sino que hay casi doscientos kilómetros de Segorbe a Saelices. Vienen a ser casi la misma distancia que hay desde Segóbriga “Caput Celtiberiae” a Clunia “Finis Celtiberiae”. La Celtiberia era un país pequeño.
Pero a mí a lo que me recuerda el mapa de Untermann es a este:
http://clio.rediris.es/n32/atlas/056.jpg
Y a este:
https://www.amaata.com/wp-content/uploads/2023/05/Guerra-Civil-Espanola-Agosto-Septiembre-1936-ama-ata-iruna-veleia.png

Y el de Lourdes Albertos a este:
https://www.amaata.com/wp-content/uploads/2023/05/mapas-guerra-civil-animados-13-638-ama-ata-iruna-veleia.jpg

Todo esto forma parte de la construcción histórica del nacionalismo español.
El nacionalismo se importó desde Francia a España en el siglo XIX entero y verdadero y con todas sus características.  Así sí en Francia tienen “Nous ancêtre les Gaulois” y esto se lo enseñan hasta a los niños canacos en Nueva Caledonia, en España iban a ser “Nuestros antepasados los Celtíberos.” Caracterizándose esta construcción histórica por negar la existencia de todo lo demás, por otro lado como en Francia. De la misma forma que Untermann es incapaz de ver más lenguas que un par de ellas, esta construcción niega la existencia de otras culturas antiguas. De ahí que cuando aparecieron las ostracas de Iruña-Veleia, unos cuantos saltaran al quite y empezaron a decir que “eran una falsificación de los nacionalistas” porque ya se sabe que España había sido casi toda “céltica.” El asunto es que en Vasconia, lingüísticamente al menos, las cosas no han variado nunca, así que como hace Untermann, para todos estos es mas práctico obviarlo y hacer como que esto nunca ha existido. Por supuesto que todo esto del panceltismo, no es una falsificación según ellos.
Pero no había sido siempre así. Había un tiempo anterior a estas “celtiberidades” en las que se buscaban antepasados más ilustres. Así en Galicia, se consideraba que sus fundadores últimos eran los griegos, basándose en parte en textos clásicos y en toponimia, y así los cita Juan J. Moraleja en “De Griegos en Galicia” dentro de “Callaica Nomina Estudios de Onomástica Gallega,” Fundación Pedro Barrié de la Maza, A Coruña 2007:
A estos textos sobre gentes y ciudades galaicas de fundación griega hay que añadir el de Estrabón sobre lusitanos, galaicos y otros montañeses con costumbres similares a las griegas. Un texto que por fuerza tenía que encandilar a lectores antiguos y modernos propensos a buscar para su patria grande o chica una origo de prestigio, aunque Estrabón no haga la menor aceptación de que esa similaridad en las costumbres se deba a los orígenes helénicos de algunos galaicos; orígenes que, además, él se limita a tener por opinión de Asclepíades. (Pág 58)
Las andanzas y fundaciones de héroes griegos en Galicia fueron claras en los concisos textos antiguos y no tuvieron mayor problema para encajarse en la Edad Media con otro material mítico e histórico de otras procedencias, en especial la bíblica y su principal consecuencia de darnos al nieto de Noé e hijo de Jafet, Túbal con sus gentes como primer poblador de Iberia. Para las antiquitates de Galicia hay que destacar la presencia temprana de los celtas, que ya vimos ligados a Heracles, nada menos que fundador de Alesia (Diodoro Sículo, Bibliotheca 5.24), además de liberar a galos e hispanos de los tiranos Taurisco y Gerión (Amiano Marcelino, Res Gestae 15.9.2). En la tradición medieval que encabezan Ximénez de Rada 1243 y Alfonso X c.1280 ya hemos visto cómo Galicia debe su nombre a los galacios que ayudan a Hércules contra Gerión y ahora aludimos a la curiosidad de que en la Pontevedra fundada por Teucro la iconografía de Hércules es antigua y dominante, de modo tal que parece responder a una tradición que incluye culto atestiguado en epígrafes antiguos, mientras Teucro se hace popular solamente desde círculos eruditos renacentistas y de tal forma que hoy se llama Teucro a quien exhibe todas las señas de ser Hércules. (Pág 72)
Pero en el s. XIX las fundaciones griegas en Galicia son tan de la cultura oficial y popular que tienen eco en, por ejemplo, en el Diccionario geográficoestadístico- histórico de España y sus posesiones en Ultramar de Madoz (1845 y ss.) o en The Bible in Spain (1842) de Borrow (alias Don Jorgito el Inglés) o en Meakin, Galicia, the Switzerland of Spain (1909). Hay buena colección de historias generales y locales que creen en los griegos y su poso cultural: ya hemos visto las quejas de Verea 1838 y no podemos ser indiferentes al pathos con que Villaamil, “Colonias griegas en Galicia, su historia y su influjo bajo los aspectos económicos y sociales”, 1883: 319, que insiste en los aspectos civilizadores de las colonias griegas. (….)En lo local González Zúñiga 1846 no puede ser más claro con su Historiade Pontevedra, o sea de la antigua Helenes fundada por Teucro, dá principiodesde que se establecieron las colonias griegas en Galicia hasta nuestros días (Pág 79)
Obviamente, ya no se dicen estas cosas en Galicia. Y mucho menos en este libro, porque para eso tiene prólogo de Untermann.
Pero si en el comienzo del siglo XX se comenzaron a modificar los orígenes míticos de Galicia hacia el celtismo, en las mesetas, que no habían tenido la oportunidad de tener antepasados tan gloriosos, no hubo mucho problema en reclamar su “celtidad original.”
Toda esta construcción histórica del nacionalismo español se exacerbó con el franquismo.  Porque esta construcción no surgió originalmente con este, tiene sus antecedentes, pero el franquismo la modifico y amplió para justificar sus políticas, el golpe de estado y la guerra civil. La historia española como el “Destino en lo Universal.”
Ya no era suficiente reclamar unos antepasados célticos, siguiendo las modas de París, sino que  había que presentar a los celtíberos como unos pueblos indoeuropeos, guerreros, que subyugaron a estos pueblos preindoeuropeos débiles y atrasados.
En el artículo de Jordi Cortadella Morral “M. Almagro Basch y la idea de la unidad de España,” aparecen las siguientes aseveraciones en este aspecto:
Nos referimos a Origen y formación del pueblo hispano de Martín Almagro Basch, publicado en 1958. El libro es un estudioetnológico de la Península Ibérica desde la prehistoria hasta nuestros días, desde los hombres del paleolítico hasta judíos, musulmanes y gitanos. De hecho, lo que se intenta justificar es la unidad ancestral de España bajo el argumento de la homogeneidad etnológica o racial primigenia, y en detrimento de unas nacionalidades descualificadas también con argumentos etnológicos (Pag 17)
En el libro no hay una concepción de la historia de España explícita y desarrollada, pero tampoco lo pretende. Siguiendo especialmente los esquemas históricos de Menéndez Pidal, Almagro aspira a consolidar sobre argumentos sólidos la idea de la unidad étnica ancestral del «pueblo español». (Pag 20)
Hacia el año mil, los pueblos de la península presentarían una unidad y fusión remarcables. Posteriormente, la invasión celta o indoeuropea aportaría una gran masa humana que influiría profundamente en la mitad norte de España. Esta diferencia en las zonas de asentamiento tendría su posterior proyección histórica. Una España levantina- meridional, permeable a las influencias étnicas y culturales, blanda y menos resistente, de economía agraria y vida rural. Opuesta a ella, una España noroccidental, ruda, violenta y activa, de economía ganadera y vida rural. Por el levante entrarían fácilmente los pueblos colonizadores que influirían culturalmente en aquella población peor sin alterar su etnia que, ya en aquellos momentos sería un bloque homogéneo en toda la península. (Pag 21)
Todo lo contrario sucede en el caso de Castilla. Almagro señala que los hallazgos visigóticos corresponderían en su mayor parte con este territorio, que coincidiría con la mayor presencia en esta zona de las anteriores penetraciones indoeuropeas. Allí el elemento dominador sobre la masa de la población dolicocéfala mediterránea sería este elemento indoeuropeo-germánico, que influiría radicalmente y a fondo en Castilla. Este hecho habría causado su personalidad particular durante la Edad Media y su preponderancia sobre el resto de España. (Pag 24)
Porque esta es la ideología subyacente detrás de este panceltismo: identificar a los celtíberos, un pueblo indoeuropeo, al fin y al cabo ario,  como antecedentes últimos del Reino de Castilla y a esta como regidora de los destinos de España. Antes cuando la Reconquista, luego en el Imperio Español y ahora en la “GLORIOSA CRVZADA”
Pues ya sabemos de donde viene todo esto y a que ideología responde. Y de paso ya sabemos a que ideología responden toda esa camarilla de los falsarios de lo de las ostracas de Iruña-Veleia.

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Nefertiti de nuevo

En este post intento aportar nuevos elementos sobre Nefertiti, y únicamente quiero señalar lo que está pasando a nivel de investigación por la parte que puedo entender, dejando de lado todo tipo de teorías oscuras que nadie cita. Creo haberme limitado a lo que opinan los expertos de Amarna más respetados, quizás perdiendo valiosa información de dioses menores.

¿Puede una reina egipcia desaparecer de la historia, reaparecer 1600 a 1700 años más tarde en la mente de los inscriptores de Veleia con el nombre con el que la conocemos hoy en día, y llegar a nosotros 3350 años después de su muerte?

Cuesta mucho creerlo, y creo que Miguel Thomson (2011) lo ha formulado muy correctamente en sus ‘Comentarios sobre algunos grafitos de Iruña veleia‘, aunque con importantes matices veremos a continuación:

«A pesar de todos estos argumentos, que apoyan la posibilidad de que Nefertiti
hubiera sido mencionada por Manetón, la aparición de un grafito con el nombre
Nefertiti en una excavación arqueológica de un estrato de época romana es realmente
sorprendente, ya que este nombre no está documentado en la antigüedad grecorromana,
y podría causar una lógica perplejidad en cualquier egiptólogo.»

Fragmento del Gran Palacio de Amarna, con en primer plano Akenatón, Nefertiti y su hija mayor Meretaten (los protagonistas de este post). Se reconoce el típico extremo estilo de Amarna con pronunciado mentón y barriga, cuello fino, brazos y piernas finas y figuras feminizantes. Es llamativo que Nefertiti, aunque dibujada más pequeña probablemente debido a la perspectiva, ejecute los mismos rituales que el faraón, una libación a Aton (Freed et al. 2000).

Idoia Filloy ya ha cogido el torro por los cuernos antes de Miguel Thomson en su informe «Informe sobre los textos en latín de los grafitos de carácter excepcional de Iruña-Veleia«. Ella aporta en colaboración con la Dra. Ulrike Fritz, aparte de unas reflexiones generales sobre la transmisión de nombres a través del griego, una posible explicación por la transcripción de Nefertiti, y demuestra que la Damnatio memoriae no era tan efectivo como se ha afirmado, ilustrando el cartucho de Nefertiti en diferentes lugares tal como está registrado por el alemán Karl Richard Lepsius durante su campaña de excavación y registro de 1842-1845  (p. 275-302).

Aunque con sus problemas, he intentado de hacer una búsqueda propia completamente independiente para ver hasta donde podría llegar. Gracias a internet, y en menor medida a Amazón (por un par de euros) se puede en este momento consultar muchas de las obras relevantes para entender la problemática, aunque voy a evitar la parte filológica que se ha tratado también en los «Comentarios sobre algunos grafitos de Iruña veleia» de Miguel Thomson.

LA PRIMERA MENCIÓN DE NEFERTITI EN TIEMPOS MODERNOS

La más antigua mención del nombre de la Reina de Akenaton en la literatura de la egiptología moderna que he podido encontrar es «queen Nofer-it Thi» en la edición inglesa de «A History of Egypt Under the Pharaohs: Derived Entirely from the Monuments» del egiptologo alemán Heinrich Brugsch (1879), que se convierte en una nueva edición de 1891 en «Queen Nefer-it-Thi» (traducida por la egiptologa y futura colaboradora de Petrie, Mary Brodrick).
Solo puedo afirmar que a partir del año 1994 en William M. Flinders Petrie (Tell el Amarna — London, 1894) se empieza a escribir Nefertythi o Nefertiti en «A History of Egypt» (1896) un año más tarde.

En libros anteriores a dichos autores, la llaman simplemente ‘la reina de Akenaton/Bakhan’.

El autor hace referencia a la estela de Gebel Tuna, donde aparece la familia real con Akenaton (llamado aquí Atin-re-Bakhan, Atin-re es Aten/Aton) sin pronunciar el nombre de Nefertiti
John Gardner Wilkinson (1843). Modern Egypt and Thebes : being a description of Egypt, including information required for travellers in that country.

Típico estilo de Amarna con una figura muy feminizante que es supuestamente Akenaton, aunque también puede ser Nefertiti misma (no he encontrado referencias a la imagen). El autor sugiere se trata de invasores extranjeros…
John Gardner Wilkinson (1843). Modern Egypt and Thebes : being a description of Egypt, including information required for travellers in that country.

Curiosamente encontramos en la segunda toma del informe de excavación de Lepsius (Denkmäler aus Aegypten und Aethiopien 1842-1845), publicado en 1904, ya una mención de Nefer-neferu-Aten, aunque no podemos afirmar con toda seguridad si la transcripción es de los años 1840 o más tarde:

Fragmenten der Schilder der Sonne, des Könings, der [Königinne] Nefer-nefru-aten und auch der ?ir
Fragmentos de los cartuchos del sol, del rey y la [reina] Nefer-nefru-aten y también de ?ir
BAND II MITTELAEGYPTEN MIT DEM FAYUM, página 124

La representación de Akenaton y Nefertiti en el estilo típico de Amarna ya fue conocida por el fraile jesuita Claude Sicard quien menciona por primera vez Tell El Amarna en 1714. Los primeros egiptologos que son confrontados con el estilo de faraones y reinas con barrigas colgantes y escenas familiares opinan que se trata de extranjeros que invadieron Egipto (p. ej. Wilkinson 1843) . Les llamó especialmente la atención la adoración de un disco que emite líneas hacia ellos (J. Fletcher 2004) en monumentos que son en aquella época directamente visibles, p.ej.:

As Sicard travelled on a few miles further west to the limestone cliffs of Tuna el-Gebel, he discovered a fourteen-foot-high inscription carved into the rock face. The lines of mysterious picture writing were topped by two strangely shaped, rather obese-looking human figures raising their arms to the sun,

Fletcher, Joann. The Search For Nefertiti. Hodder & Stoughton. Kindle Edition (2004).

¿NEFERTITI = LA FARAONA NEFERNEFERUATEN?

Escena familiar muy inusual, casi de la prensa rosa moderna con el faraón Akenatón besando a su hija Meretaten, y las otras 2 hijas de una manera muy informal sobre el cuerpo de la reina Nefertiti, todo bajo la protección de las rayas de Aton. Es notable que en muchas ocasiones la pareja real es representada como iguales (Freed et al. 2000).

Por otra parte, desde el año 2009, la ciencia sobre Netertiti, y su clan de Amarna (el final de la Dinastía XVIII) ha conocido algunos avances importantes, y aunque todavía existe debate, estos avances nos han acercado Nefertiti hacia la época romana tardía. Me limitaré a situar el debate y a resumir las principales conclusiones con sus debidas referencias.

La placa Wilbour. Encontrado en las alrededores de Amarna en 1881. Generalmente interpretado como Akenaton y Nefertiti. En algún momento fue considerada como falsa por la inusual igualdad de ambos personajes. Se ha sugerido que en la imagen son co-regentes, otros lo interpretan como modelos artísticos. Se ve una Nefertiti ya no tan joven, con una mirada de líder, no una súbdita del Faraón  (Freed et al. 2000).

Es bastante probable que Nefertiti bajo el nombre de Ankhkheperure Neferneferuaten ha sucedido a Akenatón después de su muerte en el año 17 de su reinado. Otra candidata es su hija Meritaten, pero hay bastantes objeciones para ella, y Allen (2009) defiende que no es Meritaten sino la cuarta hija de Nefertiti, Neferneferuaten Jr., una idea que no parece tener muchos seguidores. Su reinado duraría 3 años y es sucedida por Tutankamón. Esto promovería a Nefertiti de primera consorte a faraona. Antes se pensaba que Nefertiti podría ser el faraón Semenkhare pero esta pista se está abandonando, y se considere a Semenkhare como un coregente masculino y yerno de Akenaton (marido de Meritaten) de corta duración que se murió antes de la propia muerte de Akenaton, y que Nefertiti sucedió a Akenaton ‘en catastrophe’ como suelen decir los franceses, hasta que el supuesto hijo varón de Akenaton, el futuro Tutankamón tuviese una edad para poder gobernar. Se supone que Nefertiti murió después de un reinado de unos 3 años en un momento de que ya se estaba abandonando la ciudad de Aketatón (el actual Tell el Amarna) por Tebas para volver ‘a la normalidad religiosa’ (Tutankamón cambió su nombre de Tutanaton a Tutankamon probablemente en el primer año de su reinado).

La problemática y la evolución de la ciencia me parece bastante bien narrada en un documental que emitió TVE1 al finales del año 2015, y aunque se trata de una versión dramatizada y popularizada. Creo que los detalles que son necesarios para poder entender como se llega a conclusiones y como se va aclarando el final de la Dinastía XVIII son bastante bien ilustrados. Sitúa también el fascinante mundo de Amarna en su época histórica.

La idea de que Nefertiti se convirtió en sucesora de su marido Akenaton no es nuevo y fue defendido ya por Harris (Neferneferuaten Regnans; Nefertiti Rediviva) y Julia Samson en los años 1970
Uno de los documentos relevantes en el debate es el libro de Aidan Dodson Amarna Sunset: Nefertiti, Tutankhamun, Ay, Horemheb, and the Egiption Counter-Reformation (2009).
Aidan Dodson es uno de los egiptologos prominentes que defiende NEFERTITI = NEFERNEFERUATEN y sus razones, y la evolución del debate hasta 2009 se pueden leer en el artículo Amarna Sunset (no confundir con el libro con el mismo nombre).
En un artículo revelador de Athena Van der Perre (2014), donde ella publica una inscripción que menciona a Nefertiti en el año 16 del reinado de Akenaton, se actualiza el debate después del libro de Dodson y las investigaciones de Zahi Hawass de 2010 (el flamboyante ‘jefe de patrimonio’ en el documental), y ella concluye a base de los nuevos elementos:
– hay una débil evidencia de que Nefertiti fue muy brevemente co-regente de Akenaton después de la muerte del co-regente Semenkhare de Akenaton (el primero casado con su hija Meritaten) y antes de la muerte de Akenaton.
– lo más probable es que Nefertiti coge el nombre de trono de su antecesor, el joven Semenkhare y lo combina con su propio nombre Neferneferuaten.
– después de un reinado de 3 años Nefertiti desaparece, y el muy joven Tutankamón asciende al trono con 8 años.

Según lo que entiendo después de consultar las fuentes primarias, todo el debate está con sus detalles y bibliografía descrito en Wikipedia bajo https://en.wikipedia.org/wiki/Neferneferuaten.

¿NEFERTITI EN LA LISTA DE MANETÓN BAJO EL NOMBRE DE AKENCHERES?

Es probable que Neferneferuaten aparece en la lista de Manetón bajo el nombre de Akencheres que es con bastante seguridad una mujer, visto que Manetón (citado en Josephus) lo afirma. Esto convertiría a la persona de Nefertiti en un personaje conocido por escritores cristianos y judíos de época imperial romana, aunque la evidencias son escasas
Como ya explican Idoia Filloy y Miguel Thomson la lista de faraones de Manetón en su libro «Aegyptiaca» (c. 200 a.C.) se conoce únicamente a través de citas de escritores romanos de la época imperial, y más específicamente de la época de Veleia, sin querer indicar una relación:

Transmisión del libro de Aegyptiaca de Manetón de Sebennitos

La lista de Manetón  es más extensa que otras listas de faraones, muchas veces compuestas con motivos propagandísticos, y está claro que ‘ha bebido’ de otras fuentes para nosotros desconocidas (ver también https://pharaoh.se/king-lists):

There is no possibility of identifying the particular records from which Manetho compiled his History: the following are the kinds of monuments which he may have consulted and from which we derive a means of controlling his statements. (1) The Royal List of Abydos, on the wall of a corridor of the Temple of Sethós I. at Abydos, gives in chronological order a series of seventy-six kings from Ménés to Sethós I. Dynasties XIII. to XVII. are lacking. A mutilated duplicate of this list was found in the Temple of Ramessés II. at Abydos (now in the British Museum): it arranges the kings in three rows, while the more complete list has them in two rows. (2) The Royal List of Karnak (now in the Louvre) has a list of kings, originally sixty-one, from Ménés down to Tuthmosis III., Dynasty XVIII., with many names belonging to the Second Intermediate Period (Dynasties XIII.-XVII.). The Royal Lists of Abydos and Karnak give the tradition of Upper Egypt. (3) The Royal List of Sakkára (found in a tomb at Sakkara, and now in the Cairo Museum) preserves the cartouches of forty-seven (originally fifty-eight) kings previous to, and including, Ramessés II. It begins with Miebis, the sixth king of Dynasty I.; and like the Royal List of Abydos, from the Fifth Dynasty, c. 2600 B.c., and therefore contains Old Egyptian annals of the kings. The Stone or Stele was originally a large slab of black diorite, about 7 feet long and over 2 feet high; but only a fragment of the middle of the slab is preserved in the Museum of Palermo, while smaller pieces of this, or of a similar monument, have been identified in the Cairo Museum and in University College, London. Although the text is unfortunately fragmentary, this early document is clearly seen to be more closely related to the genuine Manetho than are the Kings’ Lists of later date (1, 2, 3, 4 above).

Manetho; Waddell, W.G.. Manetho: History of Egypt and Other Works. Kindle Edition.

Manetón describe la Dinastía XVIII a traves de Josephus de la siguiente manera:

“After the departure of the tribe of Shepherds from Egypt to Jerusalem, Tethmosis, the king who drove them out of Egypt, reigned for 25 years 4 months until his death, when he was succeeded by his son Chebrón, who ruled for 13 years. After him Amenóphis reigned for 20 years 7 months; then his sister Amessis for 21 years 9 months; then her son Méphrés for 12 years 9 months; then his son Mephra-muthosis for 25 years 10 months; then his son Thmosis for 9 years 8 months; then his son Amenóphis for 30 years 10 months; then his son Órus for 36 years 5 months; then his daughter Acencherés for 12 years 1 month; then her brother Rathótis for 9 years; then his son Acencherés for 12 years 5 months, his son Acencherés II. for 12 years 3 months, his son Harmais for 4 years 1 month, his son Ramessés for 1 year 4 months, his son Harmessés Miamun 2 for 66 years 2 months, his son Amenophis for 19 years 6 months, and his son Sethos, also called Ramessés, whose power lay in his cavalry and his fleet.» (Josephus, Contra Apionem, i. 15, 16, § § 93-105)

Manetho; Waddell, W.G.. Manetho: History of Egypt and Other Works. Kindle Edition. 

Las llamadas cartas de Amarna (más de 300) fueron descubiertos a finales de la década de 1880 hasta el principio del siglo XX, escritos en acadio cuniforme, la lingua franca regional de la época, son documentos diplomáticos importantes y abarcan el periodo del padre de Akenatón hasta Tutankamón o su sucesor.
Aquí como ejemplo un carta de un rey de la isla de Chipre que felicita a Akenatón por su coronación y le ofrece una alianza (Freed et al. 2000).

Si nos centramos en los nombres de la lista de Manetón relacionado con el final de la Dinastía XVIII no se puede pasar del estudio Rolf Krauss (1978) «Das Ende der Amarnazeit. Beiträge zur Geschichte und Chronologie des Neuen Reiches» [El final de la Época de Amarna. Contribución a la historía y chronología del Imperio Nuevo] donde compara la lista de Manetón con las llamadas cartas de Amarna y las evidencias arqueológicas. Krauss ya asocia Tutankamón con el Rathotis de Manetón (ambos han reinado 9 años…). Quizás que su único problema es la correcta succesión entre Akenatón y Tutankamón. Murnane (1983) en una recencia de dicho libro nos resume sus posiciones:

Krauss fastens on two sets of data generally ignored by historians: first, the anomalous feminized versions of what is generaly taken to be Smenkhare’s praenomen [nombre de trono]  (…) found on ring bezels from Amarna and Gurob; and second, the tradition preserved by Manetho of a queen named ‘Akencheres’ who succeeded her father and was herself followed on the throne by a brother ‘Rathotis. It is generally conceded that these rulers represent two of the Amarno Pharaos even though (as is also admitted) there is confusion in Manetho’s list at this point.

(…)

His widow [Nefertiti] is described in the Hittete annals as SAL.LUGAL (a title that means literally «female king», but is commonly applied to royal wives) and as Dahamunzu, a transcription of the Egyptian queen’s title (…) Since this woman was in a position to make her husband king of Egypt, the only contemporary figure who can be plausibly identified with her is ‘nht-hprw-r’. And since Manetho’s ‘Akencheres’ can be derived from a form of this name, moreover, and since tradition states that this woman succeded her father, she must perforce be identified as one of Akhenaten’s daughters. The likeliest candidate among these is Meritaten, the eldest of Nefertiti’s children, and Krauss concludes that Meritaten assumed kingly power as queen regnant following her father’s death. After about one year, however she was obliged to cede the throne to Smenkhare, who married her, and took over her throne name and began to implement a policy of gradual concessions to the Amun cult that foreshadowed the full return to orthodoxy under her brother and successor, Tutankhamun. Meritaten presumably died within a year of her retirement, but the memory of her reign survived not only in Manetho’s history, but in an earlier tradition, recorded by Hecataeus of Abdera, that among Egypt’s rules were five reigning queens – by implication Nitrocis, Sebeknefru, Hatsheput, ‘Akencheres’ and Twosre, all of whom are named in Manetho.  http://www.jstor.org/stable/43077522?seq=1#page_scan_tab_contents

Sin querer ir en detalle, un de los problemas es que en la literatura científica sobre Amarna,  ha atribuido el nombre de trono «Ankhkheperura» históricamente a Smenkhkara, hasta Krauss se dio cuenta que se refiere a dos faraones una que es mujer, Neferneferuaten, y otro que es hombre Smenkhkara. Esto ha generado una importante confusión. Si se excluye la hija de Nefertiti, Meritaten como faraona, y Neferneferuaten es Nefertiti, ella también sería probablemente Akencheres, que aparece como una de las 5 faraonas que ha conocido egipcio hasta la invasión griega también en Hecateo de Abdera, casí dos siglos antes de Manetón.

Allen (2009) cita la opinión de Krauss y la de Marc Gabolde un experto francés de la época de Amarna, y defiende también la correspondencia fonética entre Ankhkheperura y Akencheres:

«First proposed by R. Krauss, Das Ende der Amarnazeit, pp. 43–53, and argued more recently and extensively by M. Gabolde, D’Akhenaton à Toutânkhamon, pp. 147–85. “Akenkherēs” is evidently the Greek form of the coregent’s throne name Ankh(et)kheperure [forma con T es feminina, aunque parece que no siempre se declina aunque con seguridad se refiere a Neferuaten].»

Miguel Thomson cita también el trabajo de Donald Redford, otro muy respetado egiptologo, especialista de Amarna:

El también egiptólogo Donald Redford afirma igualmente que los nombres de los faraones de Amarna, incluyendo a Ajenatón con el nombre de Acherres, aparecen en Manetón (…)  Nefertiti fue un personaje de gran relieve en su tiempo, por lo que es posible que hubiera sido mencionada en la historia de Egipto de Manetón, que no es únicamente una lista de faraones y dinastías, sino que también contiene narraciones sobre episodios históricos, como el protagonizado por el sacerdote Osarsef, incluido por Josefo en su obra “Contra Apión” y al cual dicho autor identifica con Moisés (narración que según Donald Redford refleja episodios históricos que tuvieron lugar en la época de Amarna y fueron transmitidos mediante la tradición oral. 

Las diferentes fuentes sobre el trabajo de Manetón se pueden consultar en https://pharaoh.se/historians, una buena página de referencia con alguna información contradictoria, pero que parece bien sincronizado con las nuevos teorías.

A modo de conclusión

Escena intímas, Nefertiti acurrada en el regazo de Akenatón con una hija, mientras que cuelga un collar a Akenatón. Dos hijas de Akenatón (Freed et al. 2000) .

El debate científico no ha llegado a conclusiones definitivas sobre Nefertiti. Lo que no se puede afirmar es que ella y su familia fue completamente olvidada en época romana, las evidencias suguieren lo contrario – sin ser definitivos. Un experto importante sugiere que Ankhkheperure Neferneferuaten fue nombrada en Manetón, y otro experto importante opina que Akenatón, el faraón herreje por excelencia Akenatón. También parece ser nombra, antes de Manetón en Hecateo de Abdera, como faraona mujer (también he leído sobre machismo en la egiptológia que se olvida del papel de la mujer).
Queda el espinoso asunto de la transcripción. Petrie fue uno de los más grandes egiptologos y introdujó los metodos modernos de excavar, fue pionero en tratar las piezas excavadas, era un hombre muy etíco que se preocupó de dejar las piezas importantes en Egipto, y también era un romántico que soñaba de un mundo mejor. Aparentemente se ha elegido su transcripción como NEFERTITI con el tiempo como estandarte internacional, pero me sigo preguntando a bases de qué el eligió está transcripción. Sus publicaciones de los años 1890 no lo aclaran. ¿Conocía fuentes griegas que nosotros desconocemos, o hizo una apuesta lógica?

También es interesante releer lo que han escrito Idoia y Miguel. Allí empieza el viaje – aunque les he releído después.

He disfrutado de  mi viaje a Amarna…

REFERENCIAS

1. Miguel Thomson (2011) lo ha formulado muy correctamente en sus ‘Comentarios sobre algunos grafitos de Iruña veleia‘.
2. Idoia Filloy ‘Informe sobre los textos en latín de los grafitos de carácter excepcional de Iruña-Veleia’.
3. Brugsch, Heinrich Karl. A History of Egypt Under the Pharaohs: Derived Entirely from the Monuments.  J. Murray, 1879.
4. Heinrich Karl Brugsch, Mary Brodrick. Egypt under the pharaohs: a history derived entirely from the monuments J. Murray, 1891.
5. William M. Flinders Petrie (Tell el Amarna — London, 1894).
6. William M. Flinders Petrie «A History of Egypt» (1896) Methuen.
7. John Gardner Wilkinson (1843). Modern Egypt and Thebes : being a description of Egypt, including information required for travellers in that country.
8. Karl Lepsius (Denkmäler aus Aegypten und Aethiopien 1842-1845) ZWEITER BAND MITTELAEGYPTEN MIT DEM FAYUM (1904).
9. Fletcher, Joann. The Search For Nefertiti. Hodder & Stoughton. Kindle Edition (2004).
10a. Dodson, Aidan. Amarna Sunset: Nefertiti, Tutankhamun, Ay, Horemheb, and the Egyptian Counter-Reformation. Oxford University Press, 2009.
10b. Dodson, A. M. «Amarna Sunset: the late-Amarna succession revisitedBeyond the Horizon: Studies in Egyptian Art, Archaeology and History in Honour of Barry J. Kemp (2009): 29-43.
11. Harris, J., Neferneferuaten Regnans, in: Acta Orientalia 36, 1974
12. Samson, Julia. «Royal names in Amarna History.» Chronique d’Egypte 51.101 (1976): 30-38.
13.Van der Perre, Athena. «The Year 16 graffito of Akhenaten in Dayr Abū Ḥinnis. A Contribution to the Study of the Later Years of NefertitiJournal of Egyptian History 7.1 (2014): 67-108.

14. Z. HAWASS, Y.Z. GAD, S. ISMAIL, R. KHAIRAT, D. FATHALLA, N. HASAN, A. AHMED, H. ELLEITHY, M. BALL, F. GABALLAH, S. WASEF, M. FATEEN, H. AMER, P. GOSTNER, A. SELIM, A. ZINK, C.M. PUSCH, « Ancestry and Pathology in Tutankhamun’s Family », Journal of American Medical Association, february 17, 2010, vol. 303, n° 7.
15. Manetho; Waddell, W.G.. Manetho: History of Egypt and Other Work . Kindle Edition.
16. Krauss, Rolf. Das Ende der Amarnazeit: Beiträge zur Geschichte und Chronologie des Neuen Reiches. Vol. 7. Gerstenberg Verlag, 1978.
17. Murnane, William J. Review «Das Ende der Amarnazeit. Beiträge zur Geschichte und Chronologie des Neuen Reiches.» (1983): 274-284.
16. Allen, James P. «The Amarna Succession.» Causing His Name To Live. Brill, 2009. 9-20.
17. Redford, Donald B. Pharaonic king-lists, annals and day-books. Benben
Publications. Mississauga (Ontario, Canadá). 1986.
18. Freed, R.E., Y.J. Markowitz, and S.H. D’Auria. Farao’s van de Zon. Achnaton, Nefertiti,
Toetanchamon [Pharaohs of the Sun. Akhenaten, Nefertiti, Tutankhamen]. Rijksmuseum
van Oudheden. Leiden: Ludion, 2000.

PD Sobre información errónea relacionado con Nefertiti en los pronunciamientos de los profesores Gorrochategui, Moreno y Galán. Prof. Gorrochategui afirma que el redescubrimiento de la persona de Nefertiti (y Nefertari) es algo del siglo veinte, y lo utiliza para datar la falsificación en el siglo veinte. Profesor Moreno afirma lo mismo, pero sobre su nombre afirma que solo fue utilizado a partir del de la mitad del siglo XX la forma ‘Nefertiti’ (y Nefertari) y que anteriormente [de 1950 digamos] fue conocido bajo la versión copto de su nombre ‘Nofretiti (y Nofretari). Los 3 afirmaron que dicha reina fue borrado de la historia:

Informe Gorrochategui (2008) delante de la Comisión

Gorrochategui ‘Las armas de la Filología

Entrevista con Prof. Moreno en Gara.

«La palabra Nefertiti es una convención moderna»

Informe Galán (2008) delante de la Comisión

Ya hemos visto que es muy probable que la persona de Nefertiti fuera citada bajo el nombre de Acherres en Manetón, y que entonces la llamada Damnatio Memoriae por parte de la Dinastia XIX no fue suficiente efectivo para para la transmisión de la historia de Amarna. Ver tambien ¿Sufrió NEFERTITI una efectiva damnatio memoriae? y Viaje a Hermopolis.
Estam aquí ante un debate no decidido.

Hemos visto que redescubrimiento de la Reina Nefertiti occure ya en siglo XVIII y sobre todo a partir de 1820. También la primera ocurrencia de la forma Nefertiti es de finales

Las mas antigua mención que hemos encontrado del nombre de Queen Nofer-i-Thi de 1879

Lo que realmente nos ha sorprendido son las afirmaciones de Prof. Moreno sobre Nefertiti y Nefertari como fenómenos de la segunda mitad del siglo XX.
En búsquedas en Google Académico encontramos que la forme de Nofretari data de 1874, y Nefertari de 1886 (con Nofretari más frecuente en el siglo XIX).
Lo que es fragante es que las formas Nefertiti y Nefertari son las dominante en una búsqueda global de antes de 1950…

 

Los obeliscos de Roma/Benevento y sus jeroglíficos

Vista que visitantes a Roma pueden haber tenido cuando se acercaron a un obelisco.
Obelisco lateranense colocado a petición de Constantius II en 357 AD en el Circus Maximus. El historiador Ammanius Marcellius narra su erección. 

A la hora de buscar ejemplos de jeroglíficos egipcios visibles en lugares ‘razonables’ para los veleyenses podemos pensar también en los obeliscos con jeroglíficos de Roma. Aunque algunos eran anepigraficos, gran parte de ellos llevan jeroglíficos. Visto su llamativo tamaño debe haber sido en Roma una fuente de divulgación del concepto de jeroglíficos, pero además su historia individual nos aporta datos sobre el uso y conocimiento de jeroglíficos. En Roma había según estimaciones más de 40 obeliscos, y especialmente concentrados en el templo de Isis – Iseum Campensis.

Aunque el jeroglífico fue sustituido por formas simplificadas con el demótico y el hieriático ya mucho antes de la época imperial romana, y en contra de lo que se ha afirmada, parece que su uso en contextos religiosos continuaba por lo menos hasta el año 394 AD, frenado cada vez más por el auge del cristianismo y las prohibiciones de emperadores cristianos. En el templo de Isis en Philae, dentro de un complejo de templos cerca de la Primera Catarata, y que fue desplazado a la hora de construir el Lago  Nasser (Asuán) se ha encontrado el grafito de Esmet-Akhom inscrito en jeroglífico y demótico y fechado el 24 agosto de 394 AD.

La inscripción hace referencia al cumpleaños de Isis y el año 110, o el 24 agosto de 394:
En jeroglífico: «Before Merul son of Horus, by the hand(?) of (?) Esmet-Akhom(?) son of Esmet, second prophet of Isis, for ever and ever. Words spoken by Merul, lord of Abaton, great god.»
En demótico: «I Esmet-akhom, the scribe of the house of record(?) of Isis, son of Esmet-Panekhate the second prophet of Isis and his mother Eswe-re; I performed work on this figure of Mandulis for everlasting, because he is kindly of face(?) unto me. To-day, the day of the Birth of Osiris, his (?) dedication-festival, year 110.» (Wikipedia)

Además a medida que el conocimiento de la lengua y gramática desaparece obtienen los jeroglíficos un valor alegórico (ver p. ej. la Hieroglyphica de Horapolo del siglo V) (Thompson 2015).
Se conocen en Egipto (y algunos en Roma) los nombres de 30 emperadores escritos en jeroglífico (desde Augustus hasta Maximinus Daia – 308-313 AD).

Los nombres de emperadores romanos y de Cleopatra fueron clave para descifrar la escritura jeroglífica por Jean-François Champollion y contemporaneos, y él utilizo entre otros algunos nombres de emperadores romanos inscritos en los obeliscos de Roma.
La imagen con la lista de nombres de emperadores es de un libro del egiptologo John Gardner Wilkinson de 1843 (Modern Egypt and Thebes: being a description of Egypt; including the information required for travellers in that country).  

En 10 a. C, 20 años después de la victoria en Aktion sobre Marcus Antonius y Cleopatra VII, la última reina de Egipto, el emperador Augustus empezó a mover obeliscos egipcios, primero a Alejandría y luego a Roma misma.A partir de allí cada vez más obeliscos aparecieron en Roma, de manera que a mediados del S. IV en Roma se podía ver unos 48 obeliscos antiguos y nuevos (Thompson 2014).
De estos conocemos de la ciudad de Roma erguidos 10 obeliscos que son antiguos egipcios, y 5 que son de época imperial y fabricados en Egipto o en Roma mismo, y además un número de fragmentos no muy bien establecido.

[utilizamos el esquema de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Obeliscos_de_Roma, aunque con correcciones por algunos errores y añadidos – sin Wikipedia este tipo de investigaciones sería para mi físicamente imposible. Las fotos sin referencia vienen de la página nombrada anteriormente. He verificado toda la información en los libros citados]

Obeliscos creados por los antiguos egipcios que se trasladaron a Roma desde Egipto tras la conquista:

Obelisco Flaminio

De época Seti I / Ramsés II
Ahora en la Piazza del Popolo
En principio de Heliópolis. Llevado a Roma por Augusto en el año 10 a. C. con el obelisco Solare y erigido sobre la spina del Circo Máximo

Obelisco Flaminio, S. XIII a. C. con una altura de 24 m.

Obelisco Solare

Época de Psammetichus II
En principio de Heliópolis. Augusto lo llegó a Roma en 10 a. C. con el obelisco Flaminio para formar el gnomon de un reloj de sol (Solarium Augusti en el Campo de Marte.
Ahora en Piazza di Montecitorio 

Obelisco Solare, S. VI a. C – 21,8 m.

Obelisco vaticano

Originariamente alzado en el Foro Julio en Alejandría por el prefecto Cornelio Galo por orden de Octavio alrededor del año 30 – 28 a. C. Sin jeroglíficos. Llevado a Roma por Calígula en 37 para la spina del Circo Vaticano o de Nerón donde supuestamente San Pedro fue ejecutado. Actualmente en la Plaza San Pedro.

Obelisco Macuteo

Ramsés II
Era uno de una pareja en el Templo de Ra en Heliópolis, el otro era el mucho más pequeño Matteiano. Trasladado al templo de Isis por Domitianus cerca de Santa Maria sopra Minerva.
Ahora en la Piazza della Rotonda.

Obelisco del Panteón (Macuteo), S. XIII a. C., 5,47 m

Obelisco Dogali

Ramsés II
Originariamente uno de un par de Heliópolis, el otro está hoy en los jardines de Boboli en Florencia. Trasladado al Templo de Isis en Roma por Domitianus. Forma ahora parte del Monumento por los Caídos de Dogali.

Obelisco Dogali, S.XIII a. C, 6 metros

Obelisco Boboli

Las inscripciones son dedicadas a Atum, el dios de la ciudad de Heliopolis. Se supone que ha sido levantado durante el reinado de Ramesses II. Fue transportado a Roma en el primer S. AD, por el emperador Domotianus y colocado dentro del templo de Isis – Iseum Campensis (en el Campus Martius, junto a tres otros obeliscos que todavía se encuentran en Roma: Monunumento a los caidos en Dogali, el obelsico de la Piazza del Pantheon (Macuteo), y el obelisco en frente Santa Minerva. Se encuentra ahora en Florencia, en los Parques Boboli.

Obelisco Boboli, S. XIII a. C.

Obelisco Minerveo

Apries
Originalmente uno de un par que provenían de Sais. Domitianus lo llevó a Roma para el cercano templo de Isis .  Ahora en Santa Maria sopra Minerva

Obelisco Minerveo, S. VI a. C., 5,5 m.

Obelisco di Villa Celimontana/Matteiano

Ramsés II
En principio uno de un par en el templo de Ra en Heliópolis, el otro es el Macuteo que retiene mucho de su altura original. Trasladado al Templo de Isis en el Capitolio.
Desconocido bajo que emperador fue trasladado a Roma (Domitianus?).

Obelisco di Villa Celimontana, S. XIII a. C., Roto quedan 2,7 metros

Obelisco de Urbino

Apries (XXVI dinastía)
Viene de origen de Saïs, en la Delta del Nilo, la entonces capital de Egipto. Fue trasladado al final del siglo primero a Roma y fue supuestamente colocado en el Templo de Isis y Serapis en el campo de Marte. Después de que el emperador Theodosius I prohibió los cultos paganos se quedó en el olvido. Es el cardinal Albani que regaló después de su redescubrimiento los cinco bloques a la ciudad  Urbino en el marco de mejoras urbanísticas de la ciudad.

Obelisco de Urbino, S. VI a. C. consiste de 5 bloques

Obelisco lateranense

Tutmosis III / Tutmosis IV
El obelisco más alto de Roma y es el obelisco del Antiguo Egipto más alto de los que quedan en pie, pesando alrededor de 230 toneladas. En principio, proviene del templo de Amón en Karnak. Fue llevado a Alejandría con otro obelisco, y llevado desde allí hasta Roma por Constancio II en 357 para decorar la spina del Circo Máximo. Se encuentra ahora en la Piazza de San Juan de Letrán.

Obelisco lateranense, del S. XV a. C., 32,2 m.

Obeliscos neo-egipcios de época imperial

Al menos cinco (en realidad más) obeliscos fueron elaborados en Egipto en el período romano a petición de romanos ricos o emperadores, o los hicieron en Roma como copias de antiguos originales egipcios.

Obelisco Piazza Navona/Agonalis

Este obelisco no es del antiguo Egipto, aunque fue tallado en Asuán (640 km al sur de El Cairo) por orden del emperador romano Domitianus en el siglo I. El nombre de Domitianus está inscrita con jeroglíficos en este obelisco en el piramidión (parte superior). A partir de la escena en la que una diosa presenta la corona doble al emperador, parece que el obelisco tiene relación con la proclamación de Domitianus como emperador en 81 AD.

El obelisco se llevó a Roma y fue erigido entre el templo Serapeum y el templo Iseum, y permaneció allí hasta principios del siglo cuarto , cuando el emperador Majencio lo trasladó al Circo de Majencio. Emperador Majencio construyó el Circo de Majencio en memoria de su hijo deificado Rómulo. Fue a lo largo de la antigua carretera Apiano [Via Appia Antica], 2,8 km al sur de Puerta de San Sebastián, en Roma.

Obelisco Agonalis/Piazza Navona, finales del S. I d. C. con el nombre de Domitianus inscrito igual que los de Titus y Vespianus, 16,5 m

Obeliscos del Quirinal y Esquilino

Originariamente erigidos en el flanco oriental del Mausoleo de Augusto, emparejados. Del final del S. I, son anepigraficos.

Obelisco del Tiber

Se tiene unos fragmentos del obelisco que se habían caído en el siglo XIV en el Tiber desde la isla del río Tiber.

Obeliso Salustiano

El obelisco se construyó en la época del Imperio Romano a imitación de los obeliscos egipcios, copiando los jeroglíficos de los faraones Seti I y Ramsés II del obelisco Flaminio. Fue tallado en granito rojo de las canteras de Syene (Asuán).
Amiano Marcelino apunta que se importó a Roma después del reinado de Augusto, pero sin precisar la época. Algunos autores sugieren la hipótesis de que quizás Marcus Aurelius lo hizo tallar en Asuán en el siglo III y, sin estar todavía grabados sus textos, fue trasladado a Roma. Posteriormente fueron tallados sus jeroglíficos a imagen de los del obelisco Flaminio, aunque el cantero romano que lo hizo ignoraba su significado y esculpió algunos del revés y mucho menos preciso que la versión original.
Se erigió en los Horti Sallustiani,3 donde probablemente decoraba la espina del Circus Sallustianus, el circo privado de los jardines imperiales. Tras la Caída del Imperio romano de Occidente el obelisco terminó por derrumbarse.

Obelisco salustiano, tiempos de Marcus Aurelio (161-180 AD), altura de 13,91, en granito de Asuán

Obelisco Pinciano 

Encargado por Adriano y erigido en Tívoli para la tumba de Antínous Trasladado a Roma por emperador Heliogábalo (203-222) para decorar la spina del Circo Variano. Se encuentra en la Colina Piniciana.

Construido bajo los ordenes de emperador Adriano (117-138), 9,24 metros de altura, con iscripciones que conmemoran a Antinoos.
Imagen: https://pharaoh.se/obelisks. Según Thompson (2014) Adriano mismo puede haber estado implicado en la elaboración del texto dedicado a su amante, que es gramaticalmente correcto en contraste de textos posteriores que están repletos de errores y signos ficticios. Fragmento del texto: «El Dios Osiris – Antinous, el justo ha nacido con una cara perfecta, Señor de Hermopolis, Señor del mundo de Dios, rejuvenece su espíritu (traducción propia de la traducción de R. Birley (1997) en M. Swetnam-Burland (2015)

 Fragmentos de dos obeliscos

Existen 4 fragmentos de un obelisco de Palestrina que se encuentran en Napoles, Munich y Palestrina dedicado al emperador Claudio, que corresponde a fragmentos de un obelisco encontrado en Roma cerca del Forum Transitorium con una función votiva al emperador M. Swetnam-Burland (2015). La autora afirma que existen otras inscripciones en jeroglíficos egipcios, pero que son poco estudiadas.

Obeliscos de Benevento (cerca de Neapolis)

Los dos obeliscos vienen originalmente del nuevo templo de Isis de Benevento, el mayor santuario de Isis conocido fuera de Roma donde fueron instalados en el año 88 o 89 A.D. bajo Domitianus, que es mencionado en varios ocasiones en escritura jeroglífica (en traducción al italiano de la traducción original del egiptólogo Adolf Erman, 1893). Según Swetnam-Burland (2015) los jeroglíficos recogen fonéticamente los nombres en latín y el texto parece traducido de un original en latín:

« I. «Horus, il forte giovane che conquista con potenza, l’aureo Horus «ricco di anni», forte in vittoria, re dell’Alto e del Basso Egitto, Autokrator Kaisaros, figlio di Re, Domiziano, che viva eternamente. Portato dal Regno e dalle terre straniere dei nemici alla sua residenza, la capitale Roma».
II. «La grande Iside, la Madre del Dio, Sothis, signora delle stelle, signora del cielo, della terra e del mondo sotterraneo. Egli innalzò un obelisco di granito per (lei) e per gli dei della sua città di Benevento, per la salvezza e il ritorno in patria del Signore dei Due Paesi, Domiziano, che viva eternamente. Il suo bel nome (è) Lucilio ….. (?). Che gli venga data una lunga vita con gioia».
III. «Nell’anno ottavo sotto la maestà del «forte toro», re dell’Alto e del Basso Egitto, signore di due paesi, «figlio del signore della vita, amato da tutti gli dei», figlio di Re, signore delle corone, Domiziano, che viva eternamente. Uno splendido palazzo venne costruito per la Grande Iside, signora di Benevento, e per le divinità paredre. Un obelisco di granito venne eretto da Lucilio ….. (?) per la salvezza e prosperità del Signore dei Due Paesi».
IV. «La Grande Iside, Madre degli dei, occhio del sole, signora del cielo e signora di tutti gli dei. Questo monumento fece (egli) a lei e agli altri dei della sua città di Benevento per la salvezza e il ritorno in patria del figlio di Re, signore delle corone, Domiziano, che viva eternamente. Il suo nome Lucilio ….. (?). Gli venga data gioia, vita, salvezza, salute!». »

Inscrito bajo emperador Domitianus, de granito rojo, solo quea un tercio del obelisco original.

Inscrito bajo emperador Domitianus en granito rojo igual que el anterior, entero.

Pirámides de Roma

Algunos otros ejemplos de egiptomaía a gran escala en Roma son los pirámides.
Solo queda el Pirámide Cestia construido en 12 a. C como sepulcro para Caius Cestius, y más tarde incluido en la muralla Aureliana, pero se tiene noticias de otros, pirámide de Meta Romuli en la colina Vaticana y Meta Marcelli Swetnam-Burland (2015).

Foto: https://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_Cestia#/media/File:Piramide_Cestia.jpg
La Pirámide Cestia con una base de 28,5 metros y una altura de 36,8 metros
Swetnam-Burland (2015).
Foto: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/7c/Polittico_stefaneschi%2C_retro.jpg
El altár de cardinal Stefanechi, encargado al pintor medieval italiano Giotto del S. 13/14 representa la ejecución de San Pedro entre el pirámide de Meta Romuli y el obelisco del Circo de Vaticano. La pirámide fue destruido en el siglo XV/XVI para la construcción de la Básilica de San Pedro.

Post dedicado a todo/as las personas que organizan desde la anonimidad o semi-anonimidad tanta información altamente interesante y con muy buenos criterios.

BIBLIOGRAFIA

https://es.wikipedia.org/wiki/Obeliscos_de_Roma

– Wilkinson, John Gardner. Modern Egypt and Thebes: Being a Description of Egypt; Including the Information Required for Travellers in that County. Vol. 1. J. Murray, 1843. (Wilkinson describe sus observaciones de sus visitas, y en algunos ocasiones se va descubriendo a través de sus ojos. Muy interesante libro, aunque la transcripción jeroglífica todavía no estaba a punto)

– Thompson, Jason. Wonderful Things: A History of Egyptology: 1: From Antiquity to 1881. Oxford University Press, 2015. (muy interesante libro sobre la historía de la egiptología, esencial para entender algo sobre como se va descubriendo el mundo egipcio)

– Swetnam-Burland, Molly. Egypt in Italy. Cambridge University Press, 2015. (Impresionante ‘base de datos’ de elementos egipcios y egiptizantes en la Italía romana. Después de este libro jeroglíficos romanos parecen de lo más normal)

– Peter @pharaohSE https://pharaoh.se (información esencial para egiptoloía)

Andrea Pollet http://roma.andreapollett.com/S3/roma-co.htm (un romano, gran amante de la historía de Roma, aunque reconoce no ser un académico me parecen sus escritos – los que he léido sobre obeliscos – muy precisos. Eso sí, carecen de bibliografía, pero las fotos son de las más interesantes).

LA TABLA ISIACA DEL MUSEO EGIPCIO DE TURÍN

Representación gráfica de la Mensa o Tabla Isiaca/Bembona en Œdipus Ægyptiacus de
Athanasius Kircher (1601-1680).
Tabla de bronce de 128×75 cm
«La Tabla es una obra de bronce fundido en una sola pieza, trabajada mediante incisiones con
buril y rematada con incrustaciones de hilos y pequeñas láminas, principalmente, de plata aunque
también pueden apreciarse ciertas trazas de oro y otros metales.» (Aroyo de la Fuente 2012)

La Dra. alemana Ulrike Fritz ya en varias ocasiones aportó ejemplos del uso de elementos culturales egipcios como decoración en el mundo romano y de pseudo-jeroglíficos (ver el post The ostraka with Egyptianizing hieroglyphs of Iruña-Veleia (by Ulrike Fritz) y el Dr. Padró nos informa en su conferencia Los objetos egipcios hallados en la Hispania antigua sobre numerosos hallazgos egipcios y egiptizantes en la Hispania prerromana, aunque nos faltan dichos elementos en la época romana.

En este post quiero llamar la atención a un análisis iconográfico de la Dra. Mª Amparo Arroyo de la Fuente de la bastante desconocida Tabla Isiaca o Tabla de Bembo:

de la Fuente, Amparo Arroyo.
«La ‘Tabla Isiaca’ del Museo Egipcio de Turín: análisis e interpretación iconográfica.» Boletín de la Asociación Española de Egiptología 21 (2012): 69-96.
«La denominada Tabla Isiaca, tras su aparición en la colección del Cardenal Pietro Bembo, fue interpretada en estrecha relación con la filosofía hermética; posteriormente, las escenas en ella representadas han sido consideradas una simple sucesión de figuras, inspiradas en el arte  ptolemaico, con una única intención decorativa. El presente estudio plantea la existencia de un programa iconográfico coherente y global, acorde con la estructura literaria y teológica que late en las denominadas aretalogías o himnos isiacos. Los diferentes registros en los que se estructura la pieza harían pues referencia a las diversas dádivas que la diosa entregó a los hombres, así como a sus potestades divinas y a ciertas relaciones con otras deidades del panteón egipcio. Asimismo, la elaborada decoración del borde exterior de la pieza, inspirada en la iconografía astronómica y
astrológica, constituye un espacio simbólico de representación del ámbito estelar controlado por la diosa. Se trata, por lo tanto, de plantear, desde este punto de vista, una nueva función de esta magnífica pieza en el entorno de la liturgia latina de la diosa.»
El artículo es una síntesis de su doctorado, y la Tabla Isiaca fue objeto de un libro recién editado por la Asociación Española de Egiptología, escrito por ella.

La Tabla, que fue considerado por Jean-François Champollion, uno de las personas claves en descifrar jeroglíficos, como falso porque su jeroglíficos no eran correctos (J. Thompson 2014), apareció en la primera mitad del siglo XVI en Roma, y fue incluido en la colección del cardinal Pietro Bembo. Su estilo y la inclusión de elementos de decoración griego-romano, conocido e. o. de villas pompeyanas permiten de datar la tabla en el siglo I d. C. La metalurgia es de una tal sofisticación y alto nivel coincidiendo con técnicas egipcios y romanos que no hay ninguna duda sobre su autenticidad, aunque se trata de un hallazgo completamente descontextualizado:

«Tanto en lo que se refiere a la datación y la procedencia como en lo que concierne al destino de tan emblemática pieza, el desconocimiento absoluto del entorno arqueológico en el que debió hallarse dificulta su estudio sobremanera y hace que no puedan sino emitirse hipótesis más o menos razonadas. No obstante, puede afirmarse que la Tabla estuvo vinculada con el culto egipcio en el seno del Imperio durante el primer siglo de nuestra era y, por tanto, se relacionó con la liturgia isiaca. La ornamentación de la pieza resulta demasiado elaborada para ser considerada únicamente decorativa; la distribución simétrica de las figuras, la cuidada ejecución de las mismas y la complejidad de la iconografía desplegada tuvo que responder a una función litúrgica que, además,
dada la propia entidad de la pieza, podría ocupar un lugar preponderante en el culto.»

La tabla fue en un principio objeto de investigaciones desde el enfoque del hermetismo, y una vez descubierto su «nulo valor lingüístico fue considerado por los egiptólogos de caracter exclusivamente decorativo».

La autora identifica en los dibujos elementos identificables del culto de Isis y los ilustra con numerosos fragmentos de El Asno de Apuleyo, que incluye descripciones del culto de Isis:

«la imagen de la diosa como dominadora del cosmos y Señora del Universo. En este sentido, es indudable la
estructura central de la Tabla, que sitúa a la diosa entre sendas personificaciones del Sol y de la Luna»

«La propuesta que presentamos pretende interpretar la iconografía egipcia, o egiptizante, de la Tabla desde el punto de vista de la liturgia grecorromana, es decir, teniendo en cuenta el desarrollo del culto isiaco en el territorio de la península itálica. En este sentido, se han analizado los textos referentes a la diosa que definieron la visión mediterránea de Isis, esto es, las denominadas aretalogías o himnos isiacos. Estos textos que, en ocasiones, solicitan favores o curaciones milagrosas, glosan los poderes de Isis y las diferentes dádivas concedidas a los hombres por la diosa; en ellos se observa una estructura similar desde el punto de vista compositivo. Esta estructura puede analizarse desde los primeros ejemplares —datados en el siglo II a.C. — hasta el último de los conocidos —compuesto entre finales del siglo III y principios del IV d.C. —, pasando por los bellos cantos de Tíbulo o Apuleyo.»

Para centrarnos en la parte jeroglífica:

En lo que respecta a las inscripciones presentes en toda la superficie de la Tabla, pueden
reconocerse ciertos términos, correctamente escritos, especialmente vinculados al culto; es el caso de los nombres de los dioses, Isis y Osiris, en lugares muy puntuales de la pieza59. Tanto éstos como otros términos y reiteraciones especialmente llamativas, parecen deberse bien a un limitadísimo conocimiento de la grafía egipcia, o bien a una simple repetición de modelos conocidos. El repertorio es muy reducido y se limita, principalmente, a ciertos trazos geométricos de fácil ejecución; no obstante, en los frisos que separan las escenas del registro medio, destacan ciertos grupos y símbolos especialmente decorativos. A pesar de ello, tampoco puede afirmarse que los
signos jeroglíficos incluidos tengan únicamente un sentido decorativo. Éstos se han distribuido en la citada franja central y se han intercalado entre escenas del plano principal y del borde exterior, algunos de ellos encerrados en óvalos o en rectángulos, simulando las tradicionales titulaturas reales. (…) la secuencia aleatoria de estos cartuchos sugiere una absoluta ignorancia de la lengua egipcia pero, por otra parte, denota un profundo conocimiento de modelos y arquetipos egipcios donde la escritura formaba parte de la decoración e, incluso, llegaba a interactuar con las escenas. Por este motivo, al igual que en el arte egipcio la escritura no es decorativa sino que implica, además, una forma de creación tan potente como la propia imagen, cabe suponer que la
intención del autor de la Tabla, conocedor de la estética egipcia, no era únicamente decorativa.
En este sentido, consideramos que la inclusión de pequeñas columnas de jeroglíficos cerca de las diferentes figuras, encerradas o no en formas ovaladas o cuadrangulares, denota una intención de simular la presencia de cartelas, es decir, que aparenta una enumeración de los participantes y, en su caso, una descripción de la escena. En apoyo de esta hipótesis, cabe destacar como, en la última tríada del registro inferior, donde se multiplica el número de figuras, se multiplican también las inscripciones jeroglíficas. Esta aparente nominación de los personajes se aprecia también en ciertos puntos del borde exterior, donde recuerda la enumeración de los decanos presente en obras de
iconografía astronómica.
Por otra parte, las líneas y columnas de jeroglíficos que separan el registro central, si bien presentan en mayor medida formas decorativas, sugieren la narración de un breve relato. La cuidada ejecución de estos pseudotextos, tanto aislados entre escenas como de forma correlativa en torno al registro central, permitiría a los sacerdotes oficiantes simular una lectura sobre la pieza describiendo las escenas y las facultades de la diosa. Esta descripción, de acuerdo con la liturgia grecorromana, podría corresponderse con la imagen de la diosa en los himnos. En este sentido, el relato que nos brinda Apuleyo respecto de las diferentes iniciaciones isiacas, describe una escena similar a la
propuesta:

“A continuación saca de un departamento secreto del santuario ciertos libros cuya escritura es desconocida: en unos hay dibujos de toda clase de animales y son símbolos de formularios litúrgicos abreviados; en otros hay trazos nudosos, o circulares, ya sea en
forma de ruedas, ya de apretadas y caprichosas espirales para velar el texto de la
curiosidad de los profanos” (Apuleyo, Met. 22, 8 y ss.)

Esta descripción de Apuleyo puede suponer dos escenarios: o bien los sacerdotes conocían la lengua egipcia y, por tanto, presumiblemente, eran egipcios; o bien simulaban su lectura recitando textos conocidos frente a grafías jeroglíficas o pseudojeroglíficas. Aún siendo alejandrinos es probable que los sacerdotes conocieran más la lengua griega que la egipcia; ya se ha destacado que, no sólo la tradición literaria relativa a la diosa se había transmitido en griego, sino que también pervivía en la liturgia relativa a una de las principales festividades isiacas, la Navigium Isidis (v. supra). Por otra parte, la existencia de piezas como la basa de Herculanoo esta Tabla Isiaca
del Museo Egipcio de Turín, demuestran la existencia de talleres especializados en simular la escritura jeroglífica, probablemente, para generar la impresión descrita por Apuleyo en los escenas. Por este motivo, al igual que en el arte egipcio la escritura no es decorativa sino que implica, además, una forma de creación tan potente como la propia imagen, cabe suponer que la intención del autor de la Tabla, conocedor de la estética egipcia, no era únicamente decorativa.

Podemos concluir que el culto de Isis que va acompañado de una iconografía egipcio/egiptizante, va en este caso también de mano de pseudo-texto con pseudo-jerjoglíficos y verdaderos jeroglíficos que tienen una función más allá de lo decorativo que pueden entrar en lo litúrgico, aunque nadie los puede entender.

Si trasladamos este concepto a Veleia, no es tan sorprendente de encontrar pseudo-texto con pseudo-jeroglíficos en un paseo lleno de sincretismo supuestamente unos 150 años más tarde que la Mensa Isiaca, algo que Dr. Galán no ha querido / podido considerar.

BIBLIOGRAFÁ:

Informe de D. José Manuel Galán, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sobre los grafitos con supuestos signos jeroglíficos y nombres egipcios. (2008)

Ulrike Fritz. The Ostraka with Egyptianizing hieroglyphs of Iruña-Veleia (2009)

-Thompson, Jason. Wonderful Things: A History of Egyptology: 1: From Antiquity to 1881. Oxford University Press, 2015.

-de la Fuente, Amparo Arroyo. «La ‘Tabla Isiaca’ del Museo Egipcio de Turín: análisis e interpretación iconográfica.» Boletín de la Asociación Española de Egiptología 21 (2012): 69-96.
https://www.academia.edu/4295746/La_Tabla_Isiaca_del_Museo_Egipcio_de_Tur%C3%ADn_An%C3%A1lisis_e_Interpretaci%C3%B3n_Iconogr%C3%A1fica

El grafito nº 11355 de Iruña-Veleia: ¿un exvoto a Minerva?



Exvoto: del latín exvoto “procedente de un voto”. 1. Don u ofrenda, como una muleta, una mortaja, una figura de cera, cabellos, tablillas, cuadros, etc. que los fieles dedican a Dios, a la Virgen o a los santos en señal y recuerdo de un beneficio recibido, y que se cuelgan en los muros o en la techumbre de los templos. 2. Ofrenda que los gentiles hacían a sus dioses. (RAE)

Entre los exvotos del mundo antiguo, especialmente llamativos por su belleza y abundancia son los bronzetti nurágicos de Cerdeña (de los cuales muestro a continuación algunos ejemplares del Museo Arqueológico de Cagliari) de una altura máxima de 39 cm., tal vez surgidos por la influencia de aquellos de ámbito oriental que ya circulaban en la isla desde el siglo IX a.C., que se consideran exvotos, ofrendas que los devotos llevaban al santuario para que fuesen expuestas con la finalidad de obtener los favores de la divinidad en vista de una prueba comprometedora (como una guerra o casarse) o en un momento de crisis (una enfermedad, una mala cosecha); también para dar las gracias por un beneficio obtenido. Frecuentemente, el sujeto del bronzetto era el propio donante, que se hacía personificar por el artesano en el acto de llevar al santuario su ofrenda (un pan, un animal para sacrificar, pieles u otros objetos fruto de su trabajo, etc.); en otros casos, es bastante explícito el motivo del ruego (la madre que lleva en brazos al hijo enfermo) o del agradecimiento (el lisiado que ofrece su muleta después de ser curado). Entre los hombres es particularmente numerosa la categoría de los militares:








Los exvotos son piezas comunes también en el mundo romano, que producía figurillas de terracota, frecuentemente mujeres oferentes, pero también cabezas masculinas o femeninas y representaciones de animales, plantas y alimentos diversos como frutos o panes, a menudo prácticamente idénticas y realizadas a partir de moldes, como las que muestro a continuación (expuestas en los Museos Arqueológicos de Capua y de Santa Maria Capua Vetere, en Campania, Italia): 


Un tipo especial de exvoto romano lo son las piezas que representan partes del cuerpo, que plausiblemente tenían la función específica de pedir a la divinidad la sanación de dicha parte o de agradecerle el que se hubiera recuperado de una enfermedad. Así, se encuentra, por ejemplo, un exvoto constituido por un ojo de terracota en el Museo Arqueológico de Carbonia, Cerdeña:



El Museo Arqueológico de Teano (Campania, Italia) conserva también un ojo junto a numerosas figuras con forma de úteros, senos, glúteos o genitales masculinos, procedentes de un santuario situado en Fondo Ruozzo:

                                     

                                     

                                     

                                                

La acción de pedir a la divinidad debía ser representada a menudo mediante terracotas figurantes, manos, a juzgar por la copiosa colección extraída de una laguna en las inmediaciones de Cagliari (Cerdeña) y expuesta en su Museo Arqueológico:



Aunque también son muy frecuentes los exvotos en forma de piernas y de pies, como puede observarse en el mismo museo de Cagliari (las dos primeras fotografías a continuación) y también en el de Capua (las tres siguientes) y en el de Mondragone (la última):


                                      



Sirva lo expuesto hasta aquí de introducción a la hipótesis que pretende esbozar este post acerca de la pieza nº 11355 de Iruña-Veleia (http://www.sos-irunaveleia.org/ostracabase:11355),  consistente en una ficha redonda recortada en un recipiente de cerámica común de mesa en cuya superficie interior se lee el texto AT MINERVA COR acompañado del dibujo que Lurmen interpretó como un corazón (vid. supra), mientras que en la superficie exterior se observa una figura que representa el pecho desnudo de una mujer con insinuación de la línea del cuello y los hombros y la cintura. El texto, que parecería deber traducirse «Corazón para Minerva» (vid. págs. 54-55, 122 de mi informe sobre el latín de Iruña-Veleia para más información), siendo at la preposición ad, y apareciendo el nombre de Minerva en acusativo sin –m final (lo cual se explica porque no se pronunciaba), indica que el exvoto estaría dirigido a esta diosa, a la que una mujer, supuestamente la misma representada en la superficie exterior, estaría requiriendo un importante favor y tal vez ofreciendo su propio corazón a cambio de su ayuda. En lo que se refiere a la lengua del grafito, el giro de acusativo con ad aparecería sustituyendo al dativo tal y como expresan el complemento indirecto las lenguas romances modernas, lo cual supondría una datación muy importante para este hecho sintáctico por parte del corpus veleyense.

Otra interpretación posible del presunto exvoto es que el texto at Minerva haya de leerse aparte, como la mera formulación de la destinataria de la petición («hacia Minerva» = «para Minerva»), y la palabra cor aluda al órgano que la diosa debía sanar a la oferente de la pieza votiva: de hecho, at Minerva aparece en la parte superior de la pieza, mientras que cor fue escrito debajo de dibujo del corazón, que separa ambos sintagmas. Esta segunda propuesta de lectura haría de at Minerva un acusativo direccional perfectamente correcto según las reglas del latín clásico, y esperable en un contexto como el que se plantea, aun faltando la –m final, hecho en nada extraño si se tiene en cuenta que no se pronunciaba desde el siglo III a. C., es decir, prácticamente seis siglos antes, a juzgar por el testimonio del sepulcro de los Escipiones, en el que las –m finales de los acusativos están ausentes.
Si en efecto se tratase este grafito de un exvoto a Minerva del siglo III, ciertamente no sería el único encontrado en Hispania y dedicado a esta diosa: en Castellar (Jaén), en una zona donde existía un santuario ibérico, fue hallada una cabeza de terracota identificada como perteneciente a la diosa Minerva, datada aproximadamente a mediados del siglo II d.C., cuya presencia ha sido interpretada en clave de diosa protectora de los olivos (tal y como presenta la cultura griega a su correlato Atenea) y, por tanto, justificada por la importancia del olivo en Hispania y especialmente en la Bética.


El exvoto a Minerva (Museo Arqueológico de Úbeda)


Hispania, por otra parte, conoció la cultura y la fiebre de los exvotos, cuyo origen estaría, según dicen, en las civilizaciones egipcia y mesopotámica. En España destacan los exvotos íberos del siglo III a. C. e incluso del IV a. C., figuras normalmente de bronce, pero también de terracota o piedra, y generalmente de un tamaño de entre dos y tres centímetros, aunque algunos llegan a medir dieciocho centímetros, que representan guerreros, armas, jinetes, sacerdotes y sacerdotisas, animales o partes del cuerpo como piernas, pies y cabezas. Es llamativo cuánto recuerdan algunos de ellos a los nurágicos, especialmente los que representan a sacerdotisas adornadas con tocados.  




Exvoto íbero (Museo Arqueológico de Murcia)

Que el culto a la diosa Minerva sería existente en la zona circundante a Iruña-Veleia vendría probado, por otro lado, por la existencia de un bronce que representa a esta diosa hallada en Cabo Higuer, Hondarribia (Guipúzcoa), junto a otros bronces que se han identificado con los dioses Marte, Apolo o Helios (Sol) e Isis (¿o Diana?), expuestos en el Museo Arqueológico de Irún (Oiasso):
A la izquierda, bronce de Minerva (Museo Oiasso)
Además, en Rentería, muy cerca de Oiasso, habría aparecido asimismo una imagen de Minerva, hoy día perdida (cf. Mertxe Urteaga, Erromatar Garaia, 2002, pág. 61). En realidad, que el culto a Minerva estaba muy difundido en lugares romanizados de Hispania, especialmente en la Bética, parece un hecho suficientemente probado (cf. Juana Rodríguez Cortés, Sociedad y religión clásica en la Bética romana, 1991, 36-38). En Hispania Epigraphica puede encontrarse inscripciones votivas a esta diosa, numerosas en la Bética pero en absoluto ausentes en el norte (Astorga, Burgos, Segovia, Tarragona, Barcelona…)

Entre otras advocaciones, Minerva tuvo nada más y nada menos que la de Medica (Francisco Villar-Francisco Beltrán Lloris, Pueblos, lengua y escrituras en la Hispania Prerromana, 1999, 426). 
La hipótesis de interpretar la pieza veleyense dedicada a Minerva como un exvoto vendría apoyada, finalmente, por la presencia precisamente del grabado del corazón. Independientemente de que se hubiera de entender que la oferente ofrecía su propio corazón a la diosa a cambio de un favor, o que pedía a la diosa que sanara su corazón, tuviera la dolencia que tuviera (física o no), es pertinente llamar la atención sobre el hecho de que el corazón es un motivo muy frecuente en los exvotos cristianos, a menudo atravesado por un cuchillo o daga y significando solidaridad con el dolor de la virgen María por parte del oferente. No es sino el símbolo de los Corazonistas.

Y aquellas piernas, manos y pies de terracota romanos o de bronce íberos recuerdan mucho a esas piernas, manos y pies y demás cositas religiosas de algunas abuelas de ahora (nihil novum sub sole!):

¿Tendríamos en esta pieza de Iruña-Veleia, para variar, otra valiosísima joya más en el sentido de que el corpus veleyense encontrado por Lurmen aportaría lo que probablemente sería el primer ejemplo hasta la fecha de exvoto hispano figurante un corazón dirigido a una diosa pagana que más tarde habría de ser inevitablemente sincretizada con la Virgen María?


BISITA GIDATU ALTERNATIBOAK 2017 hasi dira.

Datorren uztailaren 1ean, larunbata,

hurrengo bisita gidatua. Izena eman behar da.

 

Iruña-Veleia, bisita gidatu alternatiboak:

2015 eta 2016ko bisitak arrakastatsuak izan ziren.  20 egin ziren eta ia 600 lagunek hartu zuten parte. Bisitariak gustura, antolatzaileak ere bai.

  • Uztailaren 1ean, larunbata, izango da aurtengo lehenengo bisita.
  • Bi talde egingo dira, bata euskerazkoa eta bestea gaztelerazkoa. Talde bakoitzak bere gidaria izango du.
  • Hitzordua: 11:00 aztarnategiko aparkalekuan . Bisitak 13:00 arte irauten du, gutxi gorabehera. Lehenik harresien kanpoaldea eta Arkizeko muturra bisitatzen dira eta gero harresi barrua.
  • Bisitak doan dira.
  • Izena emateko: bisitak.sosirunaveleia@gmail.com (bisita-eguna baino bi egun lehenagora arte. Garaiz ibili, mesedez).
  • Aurten ez dugu egingo bazkaria eta ondorengo proiekzio- solasaldia, beste urteetan bezala.
  • Hilean bisita bat (bikoitza, euskeraz eta erderaz) egiteko asmoa dago urrira arte. Aurrez iragarriko ditugu datak.
  • Talde antolatuak ere hartzen ditugu (lagun-talde, kultur-talde…). 12 lagun gutxienez. Jarri harremanetan eguna zehazteko eta abar gure helbidera idatziz. Interes handia eta nahikoa jende izanez gero, bazkari-solasaldia ere egin daiteke.
SOS Iruña-Veleia

Ekainaren hasieran eginikoa,
Dobera Euskara Elkarteak eta Hernani Errotzenek antolatuta.
Argazkia: Maritxuk.

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Próxima visita guiada: 1 de julio, sábado;  dos grupos: euskera y castellano.
 Inscripciones. 


IRUÑA-VELEIA, visitas guiadas alternativas 2017
Las visitas 2015 y 2016 fueron todo un éxito y dejaron satisfechos tanto a organizadores como a visitantes. Se hicieron 20 en total, con casi 600 participantes.

  • La primera visita tendrá lugar el 1 de julio, sábado
  • Se harán dos grupos, uno en euskera y otro en castellano. Cada grupo tendrá su propio guía.
  • Cita: 11:00 en el aparcamiento del yacimiento. Las visitas duran hasta las 13:00 más o menos. Se visita primero el exterior de las murallas y el Espolón de Arkiz y después el interior.
  • Las visitas son gratis.
  • Para apuntarse: bisitak.sosirunaveleia@gmail.com (hasta dos días antes. No dejarlo para última hora).
  • Este año no organizamos la comida y la posterior proyección-charla como en ediciones anteriores.
  • Prevemos hacer una visita al mes (doble, euskera y castellano). Anunciaremos con antelación las fechas.
  • También hacemos visitas con grupos organizados (grupos de amigos, asociaciones culturales, etc.). Mínimo 12 personas. Ponerse en contacto escribiendo a nuestra dirección electrónica para fijar fecha, etc. En caso de suficiente gente y mucho interés, se podría organizar la comida-charla.
SOS Iruña-Veleia.

 

Un grupo en una de la últimas visitas guiadas, octubre/2016.

Monitores: Mapi + Koen.