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¿Dominaron totalmente los romanos a vascones y vasconas?

Erromatarrek euskaldunak erabat garaitu?

Hedabideetan , besteak beste, Argian, Berrian, Deian, Correon, Diario Vascon, Garan (orekatuen atera duena)…  espazio handia hartu duen albiste honek asko kezkatu gaitu, Euskara Jendea dokumentalekoek eta Mertxe Urteagak atera dituzten ondorioengatik.

Euskeraren Jatorria Elkarteak bestelako ondorioak atera ditu.

¿Dominaron totalmente los romanos a vascones y vasconas?

Los medios de comunicación han dado un importancia exagerada (Argia, Berria, contraportada de Deia, Correo, Diario Vasco, Gara -quién lo ha reflejado de forma más equilibrada-) a la noticia donde se afirma sin lugar a dudas que los romanos dominaron totalmente a vascones y vasconas.
Las conclusiones que han obtenido de una frase de una lápida romana tanto el grupo que esta produciendo el documental Euskara Jendea como la arqueóloga Mertxe Urteaga del museo Oiarso de Irun nos han dejado estupefactos/as. Dicha frase dice que un general romano hizo un censo de 24 ciudades vasconas y bardulias.
La Asociación Euskeraren Jatorria ha obtenido otras Conclusiones.

Villa romana La Olmeda

Javier Cortes estaba trabajando con el arado en su tierra cuando el arado se atascó. Él lo cuenta así:

«El descubrimiento de la villa se produjo a última hora de la tarde del día 5 de julio de 1968, en el pago de la Olmeda, en unas tierras de cultivo a poca distancia de Pedrosa de la Vega. Terminando el trabajo agrícola, nos quedamos en la Olmeda Avelino Palacios, un amigo de Saldaña y yo, para investigar en un lugar donde estaba tropezando el arado. Al quitar la tierra apareció un muro de piedra, y al profundizar junto a él, a unos 60 cm. de profundidad, el mosaico de una de las galerías del palacio romano. En un primer momento sólo vimos que se trataba de un piso, pues el mosaico estaba cubierto por una delgada capa de cal que impedía su visión. Sospechamos ya, de todas formas, que podía tratarse de un mosaico, y así, en las primeras horas de la mañana del día siguiente, volvimos a la Olmeda con algo para raspar, y comprobamos que, efectivamente, era un mosaico».





Javier Cortes era agricultor y culto. Y lo suficientemente sensible como para ser consciente de lo que había encontrado. Se dedicó apasionadamente durante más de 40 años a destapar los secretos de la villa. Enfrente del museo arqueológico de Saldaña (en donde se conservan los objetos domésticos y funerarios hallados en la villa y en sus alrededores) hay una casa dedicada al descubridor, en la que se exhiben entre otras cosas sus cuadernos de notas relativas al trabajo arqueológico de la Olmeda: sólo leer sus letras y ver los dibujos de los mosaicos (concienzudo y entusiasmado trabajo) ya hacen que merezca la pena la visita a la exposición.

Desde 1969 fue el alma promotora de las excavaciones y definió una parte importante del plano de la villa, con el descubrimiento del oecus y su impresionante mosaico:

En 1980 Javier Cortes donó la parcela a la Diputación de Palencia, la cual ha continuado hasta 2009 (cuando se inauguró la estructura y también cuando Javier Cortes murió) la labor de conservación y restauración de la villa: hoy es un imponente templo futurista, obra de los arquitectos Paredes-Pedrosa, disimulado entre los colores de los campos de la tierra de Palencia (hoy, justo hoy, rodeado de muchas amapolas) dentro del cual viajar al pasado, hasta el siglo IV, a la casa de 4.400 m2 de un rico propietario de nombre desconocido que tendría a su cargo el gobierno y la administración de un amplio territorio.

De 35 habitaciones del palacio, 26 tenían pavimentos de mosaicos: la villa tiene más de 1.400 m2 de mosaicos en casi perfecto estado. Y no sólo los mosaicos: toda la estructura de la mansión es perfectamente rastreable: el propigneum de las termas, el praefurnium, el hypocaustum,

la cloaca, 
las latrina 🙂

Los mosaicos son preciosos. Es una visita muy recomendable. Y más aún en la eclosión de la primavera. También la del museo de Saldaña, aunque no es tan impactante a primera vista.

A mí personalmente me han llamado la atención algunas cosas, debido a guiños veleyenses: así, la firma del musivario en un mosaico del baño: SIL[O], según se reconstruye en la guía (1) a la venta en la misma villa (no Silus): «nominativo» con –o, como en Iruña-Veleia.

Y la aparición de un Sol-Helios de bronce del siglo III d.C., expuesto en el museo arqueológico de Saldaña,

me recordó al grafito de Mithra, y a los de textos en euskera (¿»yo soy laica»…»tú eres laica…»?) con las palabras griegas (y escritas en alfabeto griego) resaltadas entre paréntesis»sol» y «luz«, piezas veleyenses de  fines del siglo II d. C. o principios del III.
Por otro lado, la presencia de un crismón en un anillo me hizo pensar inmediatamente en la polémica presencia del cristianismo en Iruña-Veleia
En otro anillo encontrado en la necrópolis sur de la Olmeda hay una representación de Abraxas (o Iaó, nombre del dios de los judíos en la transcripción griega de la forma veleyense YAVHII presente en seis piezas), y dice la citada guía al respecto (págs. 100-101): 
«era según los heresiólogos cristianos ortodoxos una deidad gnóstica. Recientemente, la opinión más verosímil argumenta que, debido a su presencia en una tumba, femenina por más señas, serviría para cumplir la función de protección, ayuda y salud, en lugar de constituir un modelo de convicciones gnósticas y, menos aún, de algunas tendencias heréticas, como el priscilianismo, sin apenas presencia -salvo el temor del que se hace eco el obispo Montano en el s.VI. -en las tierras del Norte de la Tarraconense». 



(…)
También apuntaría la presencia del cristianismo el grafito sobre una ollita MARCIANE VIVAS MVLTIS ANIS dOMINI, que aparte de la falta de ortografía de simplificación de la geminada (ANIS por annis) nos muestra una combinación de mayúsculas y minúsculas (como el famoso grafito aquel veleyense que por ese motivo debía ser falso sin duda alguna para la comisión científica), si bien en este caso la inicial es minúscula y el resto mayúsculas. Por otro lado, y esto es lo más llamativo, MARCIANE aparece con CI y no con –ti-), como HORACIO y TACIO en Iruña-Veleia, que por no ser Horatius y Tatius deben ser falsos según la comisión.
Las terminaciones casuales de las palabras son las del latín clásico, y no las oblicuas, pero el ser una expresión cristiana podría haber influido para la intencionalidad en la terminación clásica de la gramática. De todos modos, en latín clásico el tiempo prolongado se solía expresar en acusativo de extensión (multos annos), y en este grafito está en ablativo, lo cual podría apuntar a una hipercorrección.  
Según se lee en la misma guía (pág. 108), en un grafito procedente de la villa vecina de La Serna aparece el antropónimo griego Euticia por Eutychia, o incluso Eutychei (que diría la comisión; falso, falso). Lo interesante es que muestra que /ki/ ya era /ci/ en el siglo IV en Palencia, como la forma veleyense TACITO, que creemos sonaría igual que HORACIO y que TACIO. Esto quiere decir que otro antropónimo femenino como Laetitia ya sería /Leticia/, igual a hoy en día. La comisión científica diría: es falso, es castellano. ¿Por qué les parece imposible la grafía CI por –ti– de Iruña-Veleia en la segunda mitad del III?
Al igual que los grafitos de Iruña-Veleia, estas formas palentinas MARCIANE Y EUTICIA suponen un importante material documental para la datación de las evoluciones independientes en la Romania de los grupos [ty] y [ky] que sin embargo en Hispania confluyeron en un mismo tratamiento fonético (y gráfico: ci) sin saberse bien cuándo y si fue a la vez, siendo muy oscura esa cuestión debido a la falta de testimonios escritos. Y esas formas palentinas suponen un apoyo a la veracidad de las veleyenses, siendo coherentes con ellas.
Otro grafito palentino que resulta interesante (además de por presentar aparentemente letras minúsculas) por sus faltas de ortografía al estar escrito tal y como se decía es el de «marica el que lo lea», CINE(D)VS QVI LE(G)ERIT. Parece ser que la G de leer ya se había perdido en el siglo IV. La comisión diría: «¿leere por legere? ¡Eso es castellano! ¡Falso, falso!».
Según el libro del mismo Javier Cortes ya descatalogado (pero consultable en el museo de Saldaña) Las villas romanas de Palencia hay incluso un JANVARI con J en lugar de con I en otro fragmento de esa misma olla en la que aparecen también nombres indígenas como Aiae, con esa J tan evidentemente falsa para la comisión (aunque ya está presente en esta misma palabra en Pompeya en el siglo I).
En otra inscripción leemos VINARI por venari en la placa de bronce con el texto VINARI LETARI, como ocurre en la forma veleyense VIRGILIO por Vergilius (que también era sólo explicable desde el castellano en opinión de la comisión científica):
Según se explica en la guía de la villa (pág. 102), sería un fragmento de torreta o cubilete de juego de azar, cuyas inscripciones eran recitadas en el trance de la alea iacta. Al parecer hay un paralelo en el Foro de Timgad cuyo texto completo es venari lavari (letari) ludere ridere ocest (!) vivere («cazar, estar contento, jugar, reír, esto es vivir»). Es interesante asimismo leer LETARI por laetari, que vendría a apoyar esas grafías veleyenses de Eneas, Cesar, Esculapio y demás, para la comisión falsas por no aparecer como Aeneas, Caesar y Aesculapius.  
Cómo no compartir con los compañeros y lectores de Ama Ata estas observaciones tan interesantes.
Prosit!

(1) José Antonio Abásolo / Rafael Martínez, Villa romana La Olmeda, guía arqueológica, pág. 101.

Alicia Satué: EL LATÍN DE IRUÑA-VELEIA

Un nuevo informe, desde la óptica del denominado latín vulgar, aboga por la autenticidad de los ostraka grafitados de Iruña-Veleia[1]

Este nuevo estudio, elaborado por la filóloga Alicia Satué[2], repasa los textos latinos contenidos en el conjunto epigráfico de los hallazgos excepcionales de Iruña-Veleia y lo hace poniendo el acento en una vía de investigación que ya había sido avanzada por otros estudiosos del fenómeno veleiense[3]; esto es: el acercamiento al peculiar latín plasmado en las controvertidas inscripciones desde la óptica del latín vulgar. Viene así a colmar una carencia arrastrada desde los aciagos tiempos de la Comisión Foral, en la que diferentes expertos ad hoc pretendieron comparar los textos de los graffiti con los modelos del latín clásico, como si pretendieran encontrar, infructuosamente, huelga señalarlo, a un Cicerón o a un Virgilio, entre los anónimos autores de aquellos ostraka.

 A lo largo de sus 218 páginas, encontrará el lector un prolijo texto, organizado en cinco grandes bloques; una introducción, donde se presenta el objeto de estudio y la declaración de intenciones de la autora; un parte troncal, compuesta por la definición de lo que se entiende por latín vulgar y su correlato veleiense y el análisis pormenorizado de la lengua reflejada en los grafitos (fonética y grafía, flexión nominal, flexión verbal y adverbios); seguido todo ello de un interesante epílogo, donde  se ponen de relieve las peculiares circunstancias en las que los escritos de Veleia fueron desestimados por la Comisión Foral y aporta su propia conclusión; rematan la obra los correspondientes apéndices documentales. No tema el potencial lector adentrarse en un soporífero texto académico, el personal estilo de la autora y la frescura de la redacción compensan sobradamente el esfuerzo que recomiendo encarecidamente y sin ambages.

Me planteaba la autora la posibilidad de que presentara su estudio en este blog, honor que me hubiera resultado conceptualmente imposible de rechazar, más allá de mi natural reluctancia a participar en estos formatos, así que en estas breves y deslavazadas líneas se encontrará la respetable audiencia con Eliseo Gil Zubillaga, el-hombre-que-espera-en-el-umbral, en el umbral del palacio de justicia, porque no le queda otra. Recompuesto a duras penas de la hoguera mediática e involuntario protagonista de esta tragicomedia veleiense, que no veleiana.
Y señalaba antes cómo, en un clamoroso silencio, la posibilidad de que el anónimo y popular latín de Iruña-Veleia respondiera a los parámetros del latín vulgar, fue olímpicamente ignorada por los sabios de la Comisión Foral, de modo que, al no corresponder lo hallado con los usos y costumbres del glorioso latín clásico no tenía más remedio que ser falso y espúreo. Así las faltas de ortografía o las patadas gramaticales que contienen los graffiti se transmutaron en clavos de un ominoso ataúd que aún encierra tanto lo encontrado como a quienes tuvimos la peculiar fortuna de encontrarlos.
Sería injusto, no obstante, no reconocer cómo, en estos recientes aunque larguísimos años que siguen al ominoso (para mí) 2008, el balance no ha sido malo. De una inicial sobredosis de persecución mediática y virtual, de digerir textos trufados de prepotencia, arrogancia y una dudosa ingeniosidad socarrona (que no ingenio), el balance de la ciencia y la humanidad (en el buen sentido de la palabra) se ha ido equilibrando. A este equilibrio han contribuido grandemente la animosa y voluntaria aportación ad honorem de toda una compañía de estudiosos e investigadores, con los que he contraído la mejor y la más impagable de las deudas y que, desde la humildad y la curiosidad que debiera caracterizar al buen científico han dado toda una gran lección, de ciencia y de ética.
A esa lista, a la que pueden acceder tanto desde el blog de SOS Iruña-Veleia http://www.sos-irunaveleia.org/informes, pertenece, por méritos propios este nuevo trabajo que  vuelvo a recomendar con cariño.
Como se decía otrora; suyo, afectísimo y seguro servidor, EGZ.


[1] Este texto ha sido redactado por Eliseo Gil Zubillaga.

[2] Alicia Satué es Licenciada en Filología Clásica y Lingüística Indoeuropea por la Universidad de Salamanca y profesora de latín y griego en la Educación Secundaria pública. Ha elaborado con anterioridad una ponencia sobre el tema “De lo inconcebible y lo concebible, presentada en el I Congreso Internacional de Iruña-Veleia, organizado el pasado año por Euskararen Jatorria. http://euskararenjatorria.net/wp-content/uploads/2012/12/14-Alicia_Satue1.pdf

[3] Véanse al respecto los trabajos del filólogo Hector Iglesias: ‘Les inscriptions de Veleia-Iruña’ http://www.sos-irunaveleia.org/iglesias; del epigrafista y arqueólogo Antonio Rodriguez Colmenero: Iruña-Veleia. Sobre algunos grafitos singulares aparecidos en las excavaciones arqueológicas de la ciudad romana. Un parecer’  http://www.sos-irunaveleia.org/colmenero; o de la arqueóloga Idoia Filloy: ‘Informe sobre los textos en latín de los grafitos de carácter excepcional de Iruña-Veleia’. http://www.sos-irunaveleia.org/latin.

Artículo de prensa: El enésimo ‘allegatus’

Diario de Noticias de Álava 11/06/2013

Responsables de los polémicos hallazgos de Iruña-Veleia envían un informe al juzgado para defender el latín vulgar de los textos

gasteiz, jaione sanz – Martes, 11 de Junio de 2013 – Actualizado a las 05:14h

Ya han transcurrido cuatro años y medio desde que la Diputación alavesa declaró falsos los hallazgos del yacimiento de Iruña-Veleia, pero Lurmen sigue manteniendo viva la causa en los tribunales. A la espera de los resultados de las analíticas de las ostracas, la sociedad responsable de aquellos polémicos descubrimientos ha enviado un nuevo informe al juzgado para convencer de la veracidad de las piezas. El veintiuno. Su objetivo, demostrar la autenticidad de los textos en latín de las piezas. Una defensa de mas de 200 páginas.

La autora del nuevo estudio es Alicia Satué, licenciada en Filología Clásica y Linguística Indoeuropea por la Universidad de Salamanca y profesora de latín y griego de Secundaria. En él, analiza «la lengua latina de los grafitos teniendo en cuenta la cronología a la que los arqueólogos los atribuyen y a su contexto arqueológico. Sobre esta base, Lurmen sostiene que el informe llega a la conclusión de que «no hay ninguna anomalía lingüística» en las piezas «que no pueda ser justificada por la posibilidad de que la lengua ante la que nos encontramos sea un testimonio auténtico del latín vulgar del siglo III en el norte de Hispania».


La sociedad se queja de que la comisión de expertos de la UPV, aquella que la Diputación designó para analizar la veracidad de las piezas encontradas en el yacimiento, «se limitó a comparar el latín» que aparecía en los grafitos «con el clásico de los textos literarios y de la epigrafía oficial» del siglo I. El cotejo llevó a esos especialistas a no dar fiabilidad a las inscripciones, pero Lurmen les acusa de haber cometido un error de partida, ya que la lengua que reflejan «no es ésta» sino una variante vulgar. «Además, en nuestros contrainformes se manifestaba el desconocimiento por parte de los comisionados de la documentación de época romana que demuestra que lo que daban por imposible no lo es».

La autora del informe El latín de Iruña-Veleia acaba preguntándose por las consecuencias para la ciencia de los estudios que realizó la comisión. «¿Y si se han equivocado?», inquiere. Lurmen quita, directamente, los interrogantes y el condicional. Desde que estalló la polémica, los antiguos directores del yacimiento se han volcado en defender su honestidad y profesionalidad. Frente a las tesis de los expertos que aseguran la falsedad de las inscripciones por el uso de un latín presuntamente vulgar, una reproducción del calvario de Cristo sorprendentemente prematuro, jeroglíficos egipcios o ciertas palabras problemáticas, la sociedad ha ido presentando contrainformes. Previamente al del latín, envió un estudio del catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela Antonio Rodríguez que defiende cómo el reciente descubrimiento del ara con la palabra Veleia «es un aporte a favor de la veracidad de los grafitos que la contenían».

Un nuevo informe sobre la ara encontrado en Iruña Veleia con la inscripción VELEIAN

La relevancia de la Ara con la inscripción ‘VELEIAN’ para los Grafitos Excepcionales

(07.06.12)

Fuente: http://www.sos-irunaveleia.org/start#ara

La localización de un ara en Iruña-Veleia, con posterioridad al descubrimiento de los grafitos y por parte de otro equipo (de la UPV), con un texto que incluye una mención a “VELEIA” escrita tal cual está grabada en los grafitos localizados por Lurmen, verificaría -a nuestro juicio- la autenticidad y adscripción a época romana de los mismos. No hay que perder de vista que tres de los miembros de la Comisión que en su día los dio como falsos o imposibles en esta cronología, han validado ahora este nuevo descubrimiento.
También Antonio Rodríguez Colmenero opina que el ara supone un importante aporte a la veracidad de los grafitos. Así puede verse en un informe elaborado por él recientemente sobre el descubrimiento en el que incluso propone la posibilidad de que la –N final del VELEIAN del ara sea un caso en euskera encontrándonos por tanto ante una inscripción bilingüe. Ma´s detalles en los siguientes informes.

INFORME SOBRE LA APARICIÓN EN 2012 DE UN ALTAR ROMANO CON UNA NUEVA MENCIÓN A VELEIA

En el yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia 2012
“Un nuevo aporte a la veracidad de los grafitos”
Idoia Filloy
Veleia ¿madre y diosa?.Una nueva posibilidad.
Antonio Rodríguez Colmenero
Universidad de Santiago de Compostela

Artículo de Hector Iglesias sobre los aspectos lingüísticos de los grafitos vascos de Iruña-Veleia publicado en la revista Arse

Está disponible en la revista Arse (2012) 46:21-81 el artículo del filólogo vasco-francés Hector Iglesias sobre el análisis lingüístico de los grafitos vascos de Iruña-Veleia con el título “Les inscriptions d’Iruña-Veleia: analyse linguistique des principales inscriptions basques découvertes”.


(http://www.centroarqueologicosaguntino.es/uploads/descargas/585_021_INSCRIPTIONS.pdf).

En él discute extensamente sobre los aspectos lingüísticos de las palabras esta, arrapa, polita, arraina, ata, santu, esquero, eskon, zutan, izana, los nombres de parentesco, el nombre Denos, el término dan[…, las frases “neu Corne eskon”, “neure corduniai”, “in nomine pat[… atare izan”, la grafía Z y el uso de T para anotar una africada y/o fricativa, aportando una amplia bibliografía y respondiendo detalladamente a los argumentos de Joaquín Gorrochategui y Joseba Lakarra. Aunque el artículo está centrado en las inscripciones vascas, también dedica un apartado al final para comentar brevemente el latín de las inscripciones de Veleia. Es el primer, y hasta el momento único, estudio lingüístico sobre los grafitos de Iruña-Veleia publicado en una revista científica (al menos del que se haya dado noticia en los foros dedicados al tema), y en el mismo se presentan argumentos a favor de su autenticidad. El mismo autor escribió previamente un informe más extenso sobre los grafitos vascos y latinos de Iruña-Veleia, disponible en http://hal.archives-ouvertes.fr/docs/00/42/54/73/PDF/artxiker-Veleia.pdf, aunque el artículo actual aporta argumentos adicionales a los expuestos en el informe previo.

Conferencia ATLANTIAR 2013: Conferencia Mark Pagel sobre palabras ultraconservados

(Este tema es tratado también en otro post: http://www.amaata.com/2013/05/la-lengua-ancestral-de-los-euroasiaticos.html)

M. Pagel et al.
Ultraconserved words point to deep language ancestry across EurasiaMay 6, 2013, doi: 10.1073/pnas.1218726110 PNAS

Pagel, M., et al.
Frequency of word-use predicts rates of lexical evolution throughout Indo-European history. 
Nature 449, 717 – 720 (11 October 2007)

Desde hace mucho tiempo lingüistas intentan utilizar la informática para avanzar en el terreno de relaciones lingüísticas y paleolingüísticas, aparentemente con un éxito reducido. En estos intentos copian a menudo metodologías de análisis genética. Qué pasaría si un experto en genética y sus matemáticas los hace desde el otro lado?
Una conferencia de un biólogo molecular (con varias publicaciones en la revista NATURE y SCIENCE) sobre lingüística prehistórica. El conferenciante se expresó muy claramente con diagramas claras, pero… qué afirmaciones, que palabras eurasiático resisten más de 10.000 años a la erosión de uso diario. Las palabras que se utilizan realmente continuamente son hiperresistentes a la erosión de los cambios… concluye Pagel.
¿En que se basa? Compara la fonética idiomas de siete familias de idiomas eurasiáticos de unas 200 palabras básicas en más de 80 idiomas. De allí destila 23 palabras que son cognatos (relacionados y no prestados) en por lo menos 4 de las 7 familias lingüísticas (lo que no significa que aparecen en todos los idiomas de una determinado familia, ni mucho menos). Aparentemente hay un rígido aparato de matemáticas detrás, igual que estudio sobre si son cognatos o prestamos. (Ver los dos artículos para detalles y metodología). En la conferencia dejó oír los variantes en los diferentes familias lingüísticas.
Las siete familias de lenguas eurasiáticos (Fuente: Pagel, 2013)

Las 23 palabras ultraconservadas  (Fuente: Pagel, 2013)

Lo que llama la atención en esta lista es que no son las palabras frecuentes actuales, pero con un poco de imaginación se puede imaginar que para un cazador recolector o un pastor si eran muy frecuentes (suponemos que el tema de los parásitos intestinales – worms – era algo muy presente).
Lo que es también llamativo, y no entiendo como lo miden exactamente, es que según el tipo de palabra la probabilidad de conservación (o digamos su vida útil) es menor o mayor.
Conjunciones evalúan más rápidamente, que respectivamente preposiciones,adjetivos, verbos, sustantivos. Los tipos de palabras que más resistentes contra el cambio parecen ser son determinados adverbios y pronombres como se observa en la siguiente figura:
Velocidad de cambio en función de la la frequencia de palabra según el tipo de palabra para varias lenguas
(Pagel et al. 2007).

  A base de los datos Pagel et al, 2013 llegan al siguiente árbol filogenético para las siete familias euroasiáticas:

Árbol filogenético de la siete familias de lenguas euroasiáticas según Pagel et al. 2013
En su conferencia Pagel afirmo que las cronologías de los grandes divergencias coinciden con el fin del gran frío del último máximo glacias y después del frío del Drias Inferior al principio del Holoceno, hace más de 12.000 años, lo que a primera vista puede tener sentido, visto que son los momentos en que habrá grandes migraciones desde los refugios (¿efecto homogenizador?) hacia nuevos territorios que son adelante habitable.
La pregunta con que me quedo es si algo de esto realmente es ciencia bien fundada.
Los lingüistas parecen decir no: «Mark Pagel et al. van por su cuenta, y se niegan a pedir asistencia a lingüistas diacrónicas. Aprovecha su reputación para colar sus teorías en revistas con una solida reputación».
(ver p. ej. aquí).
A mi, simple observador, me parece interesante investigar la leyes detrás de la erosión de las palabras, o dicho de otra manera: ¿Por qué algunas palabras son más estables que otras? ¿Qué edad pueden tener palabras?
No sé si se ha contestado a las preguntas de manera rigurosa, pero el debate me parece muy relevante.

Polita: ¿puede una palabra latina ser prueba de falsedad de una inscripción atribuida a época romana?


Fig. 1.  Grafito de Iruña-Veleia IR 16365. “VIILIII NO/ VVA BANA/ OSOV POLI/ TA. NIIV/ RII ATA/ ARAINA/ ARRAPA”.

Leí no hace mucho en el foro Terrae Antiquae que uno de los intervinientes afirmaba que la aparición de la palabra politaen un grafito de Iruña-Veleia (Fig. 1) es lo que le convenció de que las inscripciones eran falsas. Esta afirmación tan categórica me chocó por lo aparentemente absurdo, porque ¿no parece absurdo que la aparición de una palabra latina, como lo es polita, inscrita en un objeto procedente de un estrato arqueológico de época romana, pueda ser prueba alguna de falsedad de la inscripción? Alguien podrá argumentar que el resto de la inscripción está en lengua vasca, por lo que, en tal contexto, polita debería ser una palabra vasca. A lo que respondo que no tiene que ser necesariamente así, ya que las inscripciones bilingües, en las que el latín alterna con otra lengua hablada localmente, ya sea el griego o una lengua indígena, son relativamente frecuentes en zonas del Imperio en las que se hablaba otra lengua además del latín. A este tema está dedicado gran parte del libro de James N. Adams “Bilingualism and the Latin language” (1), en el que muestra numerosos ejemplos de inscripciones bilingües de época romana. Un ejemplo reciente de este tipo de inscripciones es la hallada en Novallas, en la provincia de Zaragoza, cerca del límite con Navarra, en la que aparece la palabra publicusen medio de una inscripción que por lo demás está escrita en una lengua indígena, posiblemente celtíbero (Fig. 2). Si publicus era utilizado por los celtíberos que vivían en la zona de Novallas, es más que probable que los vascos de época romana que vivieran en un entorno urbano, como sería el caso de Veleia, también la utilizasen. ¿Qué diríamos si publicus – o publico, en nominativo en –o, como se documenta en Veleia y en otros lugares de la Hispania romana (tal como reconoce la propia Isabel Velázquez (2)) – apareciera en un grafito de Iruña-Veleia en medio de una inscripción en lengua vasca? ¿Diríamos que el grafito es falso porque publikoes un neologismo tomado por el vasco del castellano en época moderna?

Fig. 2.  Bronce de Novallas (Zaragoza). “PVBLICVS” en una inscripción en lengua indígena, posiblemente celtíbero.

Fig. 3. Grafito de Iruña-Veleia IR 13958. “NIIVR CORDV MAI”.

Otro ejemplo de una palabra latina insertada en una frase en lengua vasca en Iruña-Veleia es “Neur cordu mai” (Fig. 3), que contiene cor (corazón en latín), y que podría interpretarse como Neur(e) cor-du(n) ma-i, que significaría “mi corazón-que tiene mujer+sufijo de dativo” o “a la mujer de mi corazón”, en la que macorrespondería a la raíz ema que está implícita en las palabras emazte (ema-gazte, mujer joven) o emakume (ema-k-ume, mujer niña, con kepentética) (3), con omisión de la einicial, que sería una vocal protética añadida posteriormente, como ocurre con las palabras de parentesco aparecidas en Iruña-Veleia reba, seba, saba, mona, naia, que omiten la vocal inicial presente en el vasco moderno (arreba, izeba, osaba, amona, anaia). (Si el significado del grafito fuera el aquí propuesto, la presencia del hipotético (e)ma con el significado de mujer sería un fuerte argumento a favor de su procedencia antigua.)

El convencimiento de algunas personas de que politaprueba la falsedad del grafito de Veleia deriva, según su argumentación, del hecho de que se considera un préstamo medieval del gascón. Esta argumentación implicaría la imposibilidad de que una lengua adquiera una palabra de otra lengua, la pierda y la readquiera en una época posterior. ¿Por qué considerar tal escenario imposible o extremadamente improbable? Joaquín Gorrochategui dice en su Dictamen sobre esta posibilidad: “A parte (sic) de que esta explicación es antieconómica, nos hallamos con estos problemas: a) adopción en la forma femenina del participio latino, cuando la base del préstamo ha sido siempre la forma masculina-neutra en -tu; b) dificultad semántica, ya que el sentido que mejor se acomoda a la inscripción es el moderno de «bonito» y no el antiguo de «alisado, limpio, etc.»” Está claro que Gorrochategui no habla aquí de imposibilidad, sino de “explicación antieconómica” (no queda claro a qué se refiere, ya que no elabora el argumento) y de “problemas”. Vamos a examinar estos problemas. Según Gorrochategui, si un vascohablante de Veleia hubiera aplicado el adjetivo latino politus,-a,-uma la ciudad de Veleia hubiera dicho Veleia politu, no Veleia polita. Ahora bien, si este individuo fuese bilingüe vascolatino, cuando hablase en latín habría dicho Veleia polita, en femenino, referido a la civitas o urbs de Veleia, que es lo que también habría oído de los hablantes latinos, aunque no fuese bilingüe. ¿Resultaría extraño que al incluir este adjetivo latino en un texto vasco pusiera polita, como se diría en latín, y no politu, para referirse a Veleia? Más bien parece que politahubiera sido lo esperado, considerando que no derivaría de un hipotético verbo politu tomado del vasco del participio pasado del verbo latino polio, sino que sería un adjetivo latino en género femenino insertado directamente en un texto vasco (al igual que nov{v}a, también aplicado a Veleia en la misma inscripción (Fig. 1)). En cuanto al significado en latín de politus, Fedro en su obra Fabulae Aesopiae (4.5.26) habla de “domum politam” y Varrón de “polita aedificia” y de “villam urbanam…politissimam” en Res Rusticae (1.2.10.7 y 1.13.7.2) (las citas pueden encontrarse buscando en http://latin.packhum.org/search). Si autores latinos clásicos aplican el adjetivo polita a una casa, a unos edificios y a una villa (y no parece que quisieran decir que estuvieran alisados o limpios – más bien parecen significar que son de una belleza refinada o elegante), ¿por qué no se puede aplicar a una ciudad?
Con respecto al argumento “antieconomicista” de readquisición de una palabra del latín, hay que decir que las lenguas romances han readquirido numerosas palabras del latín a lo largo de su historia, bien directamente o bien indirectamente por medio de otra lengua romance. Algunas de estas readquisiciones coexisten con las palabras derivadas originalmente del latín, pero en otros casos el vocablo original despareció del uso común. Algunos ejemplos los encontramos en el Cantar de Mio Cid, donde tenemos palabras como tiesta (cabeza), exire (salir) y su participio pasado exido, cras (mañana, el día siguiente), conducho (comida, abastecimiento) o nulla (ninguna), que desaparecieron del castellano, pero cuyo predecesor latino se ha reincorporado posteriormente a la lengua coloquial, en algunos casos formando parte de palabras compuestas. En el caso de tiestatenemos en el español moderno testaferro, préstamo del italiano; en el de exido, éxito (buena salida, buen resultado) y forajido (del occitano for(a)eissit o catalán for(a)eixit, “salido fuera”); en el de cras, procrastinar; en el de conducho, conducto; y en el de nulla, nulo, anular, anulación. También en el Mio Cid nos encontramos con el nombre latino Felix castellanizado a Félez(Félez Muñoz), que desapareció del castellano, que lo readquirió del latín bajo la forma Félix. Tamaño (tamanho en portugués) (del latín tam magnus) usado como sustantivo (“una ciudad de gran tamaño”) o como adjetivo (“tamaña estupidez”) implicaría la existencia de un protorromance peninsular maño, con el significado de grande, de donde también procedería quamaño o cuamaño de algunos textos medievales. El hipotético *mañodesapareció y posteriormente el español ha readquirido del latín magno (“un magno acontecimiento”, “una magna empresa”), y otros cultismos derivados de magnus como magnitud, magnífico, magnificencia o magnánimo. El verbo fraguar, del latín fabricare (de donde también deriva forjar, a través del francés forger), apenas se usa actualmente en el lenguaje coloquial, excepto en el sentido de maquinar, tramar, urdir, planear una idea, un proyecto, etc., y esto en un ámbito más literario o periodístico que coloquial. Para un sentido más parecido al original de confeccionar o manufacturar, el castellano ha tomado prestado del latín el verbo fabricar. Si retrocedemos a la época de Veleia, la del bajo Imperio, la cantidad de palabras latinas que se perdieron desde el latín vulgar de aquella época hasta los primeros textos romances medievales y que después se readquirieron como préstamos latinos es muy numerosa. No me voy a detener en este punto, pero para quien tenga interés en investigarlo puede consultar los textos vulgares recogidos en “Antología del latín vulgar”, de Manuel Díaz y Díaz (4). Por lo tanto, la “antieconómica” pérdida de una palabra de origen latino de la lengua coloquial y su posterior readquisición parece ser bastante frecuente en castellano. Este fenómeno también se da en vasco, en el que tenemos el ejemplo de pagatu, derivado del castellano pagar, y del que está documentada una desaparecida forma bakatu en el dialecto bajonavarro del s. XVII, derivada directamente del latín pacare(5).
Otra cuestión es el origen gascón de polita. Esta hipótesis deriva del hecho de que politano sigue la evolución fonética esperada en el vasco de una palabra adquirida del latín en la antigüedad. Según Joaquín Gorrochategui, una procedencia latina directa exigiría una evolución hacia *boritu “en aplicación de las leyes fonéticas”. No voy a discutir la etimología gascona de polita, ya que no lo hace ninguno de los filólogos que abogan por la autenticidad de los grafitos vascos de Veleia (Elexpuru, Iglesias y Orpustan), pero, en relación con las leyes fonéticas, me pregunto por qué esas leyes no parecen cumplirse en el caso del latín cepulla, que evolucionó a kipula en algunos dialectos vascos y a tipula en otros y no a *gepula, de forma similar a la evolución de c>g en gerezi, gaztaina, gauza, gaztelu o gorputz. Otros ejemplos de palabras que no han seguido una evolución fonética regular son muy abundantes en muchas lenguas, entre ellas el castellano. Por ejemplo, la evolución regular de fl-, cl- y pl- del latín al castellano es hacia ll- (como en llama, llave, llamar, llano, lleno, llanta, lluvia, llaga, llorar, llegar). Pero sin embargo tenemos florem>flor, flaccum>flaco, floccum>fleco, fluxum>flojo, clavum>clavo, plumbum>plomo, plateam>plaza, plumam>pluma. Un ejemplo más lo constituyen las palabras latinas que comienzan por ca-, que generalmente mantuvieron en castellano la fonética de la consonante inicial (canto, cabra, cabo, campo, carne, castillo), pero en unos pocos casos evolucionaron hacia ga-: cattum>gato, camocem>gamuza, camellam>gamella (6). Que un mismo fonema o grupo de fonemas evolucione en una lengua de forma diferente en distintas palabras, no tiene fácil explicación, pero es un hecho muy frecuente y sobradamente conocido por cualquier filólogo o estudiante de filología.
En conclusión, en la discusión sobre politano estamos hablando de si a alguien le pueda parecer sorprendente, extraño, raro, improbable, etc., y otros adjetivos que se han utilizado profusamente en relación con los hallazgos de Veleia. Aquí estamos hablando de imposibilidad, que es una cosa muy distinta, siendo la supuesta imposibilidad de que los hallazgos fueran genuinos, la absoluta seguridad de falsedad expresada categóricamente en unos informes, la razón por la que se tomó una medida tan drástica como expulsar a un equipo arqueológico de la excavación en la que llevaban 15 años trabajando y por la que se paralizó el estudio científico de dichos hallazgos. Y si en dos informes se incluye el argumento de polita como prueba de falsedad, es porque sus autores lo consideran imposible o extremadamente improbable en la antigüedad. Por lo tanto, las preguntas que hago sobre la supuesta imposibilidad (o extrema improbabilidad, equivalente a una casi segura falsedad “beyond a reasonable doubt” – más allá de una duda razonable) de polita son las siguientes:
– ¿Por qué es imposible o extremadamente improbable que el vasco (o el dialecto vasco de Veleia) hubiese tomado prestado del latín el adjetivo polita, posteriormente lo hubiese perdido (o el dialecto de Veleia se hubiese extinguido), readquiriéndolo en época medieval a través del gascón, teniendo en cuenta que existen numerosos ejemplos de un fenómeno similar en español, vasco y otras lenguas y considerando el ejemplo de publicus del bronce de Novallas (palabra que fue adquirida, probablemente readquirida, por el euskera en época moderna bajo la forma publiko)? (El préstamo latino es la hipótesis sobre el polita veleiense que defienden Elexpuru, Iglesias y Orpustan.)
– ¿No parece ilógico argumentar que la aparición de una palabra latina inscrita en un objeto atribuido a época romana pueda constituir una prueba de falsedad de la inscripción que la contiene, incluso aunque el resto de la inscripción esté en otra lengua, teniendo en cuenta los numerosos ejemplos de inscripciones bilingües de época romana?
Ahí dejo estas preguntas, dirigidas especialmente a quien esté seguro, más allá de una duda razonable, de la imposibilidad de que el grafito fuese escrito en la antigüedad, para que si sabe contestarlas las conteste.
1. Adams, J. N. Bilingualism and the Latin language. Cambridge University Press. Cambridge, Reino Unido. 2003.
2. Velázquez, I. ¿Dioses, reyes y hombres en la ciudad romana de Veleia? Mesa redonda-debate. Universidad Complutense de Madrid. 19/11/2010.
3. Uhlenbeck, C. C. Las palabras vascas para designar mujer. Eusko Jakintza (1948), II (6): 623-631. http://meta.gipuzkoakultura.net/bitstream/10690/2380/1/AM_024238_000_01.pdf.
4. Díaz y Díaz, M. Antología del latín vulgar. 2ª edición. Editorial Gredos. Madrid. 1989.
5. Trask, R. L. Etymological dictionary of Basque. 2008.
6. Wright, R. Latín tardío y romance temprano. Editorial Gredos. Madrid. 1982.