En el blog de Juan Martin Elexpuru se puede leer las reflexiones de Argitu:

Iruña-Veleia Argitu-ren agiria, batzorde batek faltsutasuna aldarrikatu zuen egunaren 11. urteurrena dela eta

Yo por mi parte quiero poner mi mirada en otra dirección. Aparte de romper el corazón y destrozar la vida de Idoia y Eliseo aquel 19/11/2008, se destrozó también un trabajo científico de 14 años. Como es bien sabido la arqueología es destructiva, y solo quedan los apuntes y los artefactos recogidos, pero sobre todo la memoria de los arqueólogos que de muchas piezas pueden contar un capítulo de un libro. De su conocimiento íntimo del yacimiento ya no disfruta nadie más que sus amigos.

Muchos han hecho del trabajo de LURMEN el hazmerreír de la mala praxis arqueológica a base de una investigación en muchas ocasiones interesada (malafida en mi propia opinión) o muy parcial de su trabajo. Primero echas un equipo a patadas (casi literalmente) del yacimiento y luego le pides explicaciones y papeles, y todo bien ordenado y estructurado.

Creo que ni once años más tarde Idoia y Eliseo se han recuperado del trauma, de la agresión que además continúa en los medios de comunicación con sus acusaciones falsas y algunas realmente burdas:

«Eliseo Gil y su equipo consiguieron subvenciones millonarias tras la manipulación de 476 restos para hacer creer que eran un hallazgo de «trascendencia mundial» Pedro Gorosti en El País del 11/09/2019

Ellos son personas apasionadas por su trabajo, aún después de todo, y con gran humor y espirtualidad.
Aunque se han intentado de romper su resistencia con falsas y terribles acusaciones, nunca se han desmarcado de su trabajo.

Quizás peor están las decenas de miles de piezas catalogadas que se han quedado desangeladas ya casi sin padre y madre en cajas en el Bibat, cristal de ventanas, fijas (distanciadores de pared que permiten la circulación de aire caliente no solo por el suelo sino también por la pared), ruedas dentadas de armas, lanzas, cerraduras, elementos de talleres de metales, objetos personales que cada uno son el último rastro de vidas vividas en época romana. Con los papeles y notas ya dispersados por diferentes instancias… Nadie los va a recomponer y estudiar – o quizás dentro de 30 años cuando todo ya está olvidado.

Y los pobres grafitos…

Me pregunto quién son los verdaderos culpables de daños irrecuperables al patrimonio…

Esa invasión bárbara de Iruña Veleia…

Feliz aniversario también de la destrucción patrimonial!