Logo de Amaata: inspirado en grafitos de Iruña-Veleia e Irulegi.
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Flores para la Dama Roja de la cueva ‘El Mirón’ (Cantabria)

No nos podemos perder esta tumba paleolítica muy importante…

Copiado de ¿Quién era y cómo vivía la “dama roja” de El Mirón?

La cueva cántabra, en la que trabajan investigadores del Instituto de Prehistoria de la UC, alberga el primer enterramiento magdaleniense de la Península Ibérica.

La cueva cántabra de El Mirón, en la que un equipo del que forma parte la Universidad de Cantabria excava e investiga desde hace años, guarda el misterio del primer enterramiento magdaleniense localizado en la Península Ibérica. En el verano de 2010, los investigadores hallaron unos huesos humanos que fueron datados dos años después con la técnica del carbono 14, confirmando su antigüedad y apuntando a que se trataba de un joven adulto.

Hoy sabemos que se trata de una mujer de entre 35 y 40 años que vivió en Cantabria hace 19.000 años y cuyo cuerpo fue cubierto de una pintura ocre en lo que parece un ritual funerario excepcional. Por ello sus descubridores, Manuel González Morales (Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria) y Lawrence G. Straus (Universidad de New Mexico, Estados Unidos) la han bautizado como la “dama roja” de El Mirón.

Los restos aparecieron tras un gran bloque de piedra que había caído del techo de la cueva y que presentaba unos curiosos grabados lineales que podrían asociarse a una representación de la mujer. Los enterramientos no eran comunes en esa era prehistórica, de ahí la importancia del hallazgo realizado en la cavidad de Ramales de la Victoria y la teoría de que la mujer podría ser alguien especial o tener cierto carácter sagrado.


La tumba sufrió alteraciones posteriores, ya que algún animal robó la tibia -que fue recuperada después- y faltan el cráneo y huesos grandes que probablemente fueron trasladados a otros lugares. El análisis de los dientes de la “dama roja” también aporta información sobre cómo se alimentaba: alrededor del 80 por ciento de su dieta era carnívora (ciervos, íbices…) y el resto piscícola (salmón) y vegetal. Todos estos resultados y el análisis de ADN de los restos han sido publicados en la revista “Journal of Archaeological Science”.
La datación se realizó en dos centros alemanas: el “Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology” de la Universidad de Leipzig con una técnica innovadora de separación del colágeno denominada ultrafiltración, y el “Curt-Engelhorn Centre for Archaeometry” de la Universidad de
Tubingen mediante acelerador lineal de partículas.

Cazadores del pasado​

Durante el Magdaleniense Inferior, la Cueva del Mirón conoció una ocupación intensiva, de la que son testimonio numerosos restos de la actividad cazadora, grandes cantidades de huesos de animales, decenas de miles de fragmentos de tallas de sílex y otras materias primas que se usaban para fabricar útiles y armas. También corresponden a esa época numerosas piezas de hueso y asta, muchas de ellas decoradas, como un excepcional omóplato grabado con una cabeza de cierva que se halló en la campaña de 2004. Las investigaciones realizadas en el yacimiento permiten conocer diversos aspectos de los habitantes de aquella época: alimentación, salud, posibles movimientos migratorios…


La excavación es parte de un proyecto internacional desarrollado desde 1996 por el IIIPC y el Departamento de Antropología de la Universidad de New Mexico. Los trabajos están financiados por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria y por otras entidades y particulares como la propia Universidad de New Mexico, la escritora Jean Auel, autora de la exitosa saga literaria de “El clan del oso cavernario”, o la fundación estadounidense L.S.B. Leakey.
El IIIPC es un instituto mixto de investigación de la Universidad de Cantabria, en cuyo patronato participan el Gobierno de Cantabria, el Grupo Santander Universidades y la Fundación Botín.

Noticias aparecidas sobre la “dama roja” de El Mirón:
El País, RNE1 (‘España vuelta y vuelta’, minuto 1’50’’ y 45’47’’, New Scientist, Homínidas (revista Quo), BBC Mundo, Ancient Origins y Terrae Antiquae.

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Flores para la Dama Roja de El Mirón

  • Un equipo de investigadores españoles ha encontrado una alta concentración de pólenes fosilizados la cueva de Ramales de la Victoria, el primer enterramiento del Paleolítico descubierto en la Península Ibérica

Un equipo de investigadores españoles ha encontrado una alta concentración de pólenes fosilizados sobre una tumba del Paleolítico, lo que significa que hace 16.000 años, alguien depositó flores sobre un nicho prehistórico.
Los investigadores tienen claro que las flores fueron depositadas «sobre la tumba», pero no han podido determinar si se hizo como «ofrenda ritual» o con un fin mucho más prosaico: «evitar malos olores asociados al enterramiento», explica la investigadora y profesora Ikerbasque de la UPV/EHU, María José Iriarte.

El estudio analiza el enterramiento de la llamada ‘Dama Roja’ de la cueva de El Mirón (Cantabria), una tumba del Paleolítico superior a la que la revista Journal of Archaeological Science dedica un número especial con todas las investigaciones realizadas ahí.

La cueva estuvo habitada desde el Paleolítico medio hasta la Edad del Bronce, y contiene, un importante depósito arqueológico. Era conocida desde 1903, pero las investigaciones arqueológicas sistemáticas no se iniciaron hasta 1996 (dirigidas por L.G. Straus y M. González-Morales) y no fue hasta la campaña de 2010, cuando, en los niveles correspondientes al Magdaleniense inferior cantábrico, se halló un enterramiento humano, «intacto y no contaminado», destaca la investigadora.
La fosa, que contiene los restos óseos de una mujer de entre 35 y 40 años, está situada al fondo de la cueva, en un pequeño espacio entre la pared y un bloque desprendido del techo que contiene diversos grabados que podrían ser coetáneos al enterramiento. La coloración roja que presentan los huesos y el sedimento en el que reposan, sugieren la utilización del ocre como parte del ritual de inhumación, y de ahí el nombre con el que se ha bautizado a estos restos: Dama Roja.

Los autores del estudio (Iriarte, el profesor de la UPV/EHU) Álvaro Arrizabalaga y la profesora de la Universidad de Zaragoza Gloria Cuenca) han estudiado las condiciones medioambientales bajo las que tuvo lugar el enterramiento y han analizado los pólenes y esporas conservados en el sedimento.
En la cueva, en el nivel sepulcral, y sólo allí, los investigadores han encontrado una alta concentración de pólenes de plantas de una única familia, la llamada ‘Chenopodiacea’. Descartadas por diversos motivos otras posibilidades, como que esas plantas se utilizaran con fines alimenticios o terapéuticos, «la hipótesis más verosímil es que se depositaron flores completas en la tumba», explica Iriarte.
«No ha sido posible asegurar si este aporte de plantas tuvo como objeto una ofrenda ritual a la fallecida, o si tenía un fin más sencillo, relacionado, por ejemplo, con el saneamiento o la higienización», añade. «Con sus florecitas pequeñas generalmente blancas o amarillentas, hoy día no las consideraríamos plantas vistosas», explica Iriarte, «aunque no podemos aplicar el Principio de Actualismo a la conducta humana en estas cuestiones meramente estéticas».

La Dama Roja

Los restos encontrados en la cueva de Ramales de la Victoria han permitido reconstruir las características de la protagonista del enterramiento. Era una mujer bastante robusta, muy dada a caminar, de metro y medio de altura y con una dieta basada en vegetales y pescado. Murió hace cerca de 19.000 años y antes de enterrarla cubrieron con ocre sus huesos. Por eso la llaman «la dama de rojo», tal y como señalaron los miembros del equipo de la Universidad de Cantabria dirigido por Manuel González Morales.

Fue en 2010 cuando se desenterraron los primeros restos óseos de esta mujer que, a la postre, se han convertido en el primer enterramiento del Paleolítico descubierto en la Península Ibérica. «Sólo se conocen algunos restos óseos dispersos, piezas de cráneos, hallazgos antiguos, pero nunca un enterramiento con ritual como éste, porque en El Mirón, asociado estratigráficamente al depósito de huesos, se ha identificado en la zona inmediata una serie de pequeñas hogueras contemporáneas», señaló en su momento el investigador.

El impacto en la comunidad científica ha sido notable durante este tiempo y, ahora, el descubrimiento acapara todos los focos de las revistas especializadas con más prestigio en el mundo. El Journal of Archaelogical Science, una de las publicaciones de referencia desde hace 41 años, dedicará su próximo número a un monográfico sobre los estudios parciales en El Mirón.

Una docena de expertos extranjeros y del país diseccionarán en sus artículos el avance en la investigación prehistórica que ha supuesto el hallazgo de González Morales y su equipo. De hecho, ?la dama roja? supone el primer vestigio de los humanos que emigraron del norte de Europa, huyendo de la glaciación, en busca de climas más templados.

Los informes definitivos sobre los hallazgos de la cueva están pendientes del estudio de ADN que están a punto de concluir los especialistas del Departamento de Genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania). La investigación del genetista Svante Pääbo aclarará más detalles de la vida y el entorno de ?la dama roja?.

Fue el compañero de investigación de González Morales, el profesor Lawrence G. Strauss, de la Universidad de Nuevo México, quien bautizó con ese apodo a los restos de la mujer hallados en El Mirón. El uso del ocre en los enterramientos era frecuente en el Paleolítico, pero su finalidad solo es una especulación, como su hipotética capacidad para conservar los restos.

Antecedentes de supuestas ‘falsificaciones’ en Iruña Veleia en el siglo XIX

En la reunión del 17 de junio 2013 que tuvo lugar en Madrid entre por una parte la Ertzaintza, y por otra parte personal de la ESCUELA SUPERIOR DE CONSERVACION Y RESTAURACION DE MADRID (ESCRBC) de Madrid y del INSTITUTO DE PATRIMONIO CULTURAL DE ESPAÑA (IPCE), leemos una noticia que nos parece más que relevante (como ya anticipó la ertzainta):

«Estudio histórico sobre la falsificación arqueológico en el País Vasco. Una investigadora de la ESCRBC comenta que, ‘buceando’ en la bibliografía y en los archivos de la Real Academia de Historia ha localizado antecedentes de falsificaciones en el siglo XIX procedentes de Iruña Veleia.» (Informe Ertzaintza de la reunión del 17/6/2013 en Madrid).

Extracto del informe de la Ertzaintza de la reunión del 17/6/2013 – la parte del ESCRBC

Se tendrán que hacer estos registros públicos en nombre de la conservación del patrimonio de Álava. Se puede tratar de falsos falsos… y deben ser sometidos a la investigación de sus evidencias físicas.

La ESCUELA SUPERIOR DE CONSERVACION Y RESTAURACION DE MADRID y el INSTITUTO DE PATRIMONIO CULTURAL DE ESPAÑA ‘desinforman’ a la ertzaintza

El 17 de junio 2013 tuvo lugar en Madrid una reunión entre por una parte la Ertzaintza, y por otra parte personal de la ESCUELA SUPERIOR DE CONSERVACION Y RESTAURACION DE MADRID (ESCRBC) de Madrid y del INSTITUTO DE PATRIMONIO CULTURAL DE ESPAÑA (IPCE), ambos últimos encargados por la juez instructora de llevar a cabo peritajes sobre los hallazgos de Iruña Veleia.

De dicha reunión tenemos con bastante detalle constancia a través de un documento judicial con nº de referencia 163A1200028 con fecha de 28/6/2013. El documento con los relatos de la reunión por dos fuentes, por un lado y de manera más resumido el relato del sub-director del IPCE y por otro lado el informe de la Ertzaintza misma.

En la reunión la ertzaintza se entera de como está evolucionando la investigación, y se intercambian información, recomendaciones y peticiones.

Visto que consta que por parte de la IPCE se está descubriendo la presencia de metales modernos dentro de los surcos, se llega en la reunión al papel del Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava que podría haber intervenido, y para blindarse contra la crítica que no cuentan con dicha intervención, se sugiere que dicho servicio será consultado.

Se llega a la conclusión que se debe estudiar toda la documentación de campo por parte de LURMEN, y que se necesita aplicar FUV (fluorescencia con ultra-violeta)a las piezas.

Todo muy lógico y loable.

Extracto del informe de la Ertzaintza de la reunión del 17/6/2013 – la parte del ESCRBC

En la sala están presentes por parte de la IPCE, una arqueóloga, y por parte de ESCRBC, 4 arqueólogos (entre ellos un profesor de arqueología y una profesora de Conservación y Restauración), digamos que no faltaban expertos en arqueología.

Por nuestra sorpresa se olvidan relacionado con los metales un elemento que tiene efectos desastrosos para toda la investigación: no se habla de la intervención de limpieza por parte de los excavadores y su posible aportación de metales.

La intervención más impactante y más importante ha sido olvidada. No se va a pedir a LURMEN qué hicieron en el lavadero, no nada, como si no existiese (*)…

La defensa envío después de conocer este informe en extenso información sobre su proceso de limpieza, pero NUNCA ha sido tomado en cuenta, el informe Navarro 2013 lo niega por completo.

Nosotros no lo entendemos…

Está claro que en este reunión fue transmitido por parte de la IPCE que los grafitos son falsos, ya está, y así lo es percibido por la Ertzaintza:

Extracto del informe de la Ertzaintza de la reunión del 17/6/2013 – la parte del IPCE

Los dos institutos llamados por la juez instructora no se hacen, en lo que parece ser una reunión decisiva, la preguntas críticas sobre lo que se parece observar. Los expertos en arqueólogía no pongan ‘peros’ a los criterios aportados por parte de Navarro. Nadie se da cuenta del gran error que se está cometiendo y de las interpretaciones muy temerarias que se está haciendo. Se llega a conclusiones ‘definitivas’ cuando solo 29 de las 39 piezas han sido analizadas, cuando no se tiene las imagenes FUV, y cuando no se sabe cual ha sido la aportación del servicio de restauración y LURMEN mismo.

* Aunque los expertos de la ESCRBC han intervenido en plan aviso: ‘Los metales pueden tener su origen en la limpieza de LURMEN’, sí han pensado en establecer un informe sobre ‘las condiciones de seguridad y conservación en que se mantuvieron las piezas hasta su depósito en el museo«. Todavía no hemos oído nada de dicho informe, y el informe Navarro con sus conclusiones ya existe ya año y medio. Aunque no queda muy claro en que consiste realmente el informe concretamente, la honestidad nos obliga a mencionarlo.

Un miembro de la euskalzaindia defiende la autenticidad de los hallazgos de Iruña Veleia

Patxi Zabaleta, miembro de la euskalzaindia, defiende la autenticidad de los hallazgos de Iruña Veleia y crítica la actuación de la Diputación y de los comisionados:

No destruir los grafitos de Iruña-Veleia

Por Patxi Zabaleta – Domingo, 3 de Mayo de 2015 – Actualizado a las 06:11h
  • El coordinador de Aralar, Patxi Zabaleta, antes de comenzar la Mesa y Junta de Portavoces.
(EFE)
desde la experiencia de cuatro décadas en el ejercicio de la abogacía, considero que la falsificación de los grafitos de Iruña-Veleia es prácticamente imposible. El debate sobre la autenticidad o falsedad de tales grafitos debiera ser sacado del ámbito judicial, en el que se halla escandalosamente empantanado desde hace más de seis años, y reconducido al ámbito estrictamente científico. Para ello es imprescindible que los más de 400 grafitos encontrados hasta 2006 en Iruña-Veleia sean protegidos contra su destrucción y queden preservados para los análisis físicos y químicos, que son los únicos estrictamente científicos en esta cuestión y que son los que incomprensiblemente no se han realizado aún.
La pérdida o destrucción de otros innumerables grafitos, que ocasionó el saqueo del yacimiento con una excavadora efectuado en 2010, constituyó un crimen de lesa cultura y de lesa historia injustificable nunca e incomprensible en el siglo XXI. La responsabilidad de este atentado cultural
corresponde en primer lugar a la dirección política de la Diputación Foral de Alava en 2010 y a sus asesores.
Yo me sumo a los cada vez más numerosos científicos de todo el mundo y a los miles y miles de ciudadanos vascos que creemos que los grafitos encontrados en Iruña-Veleia son verdaderos. Considero imposible la falsificación de los grafitos de Iruña-Veleia porque las dificultades técnicas de tal hipotética falsificación serían prácticamente insuperables. La diversidad de materiales empleados, sus adherencias y su conformación exigirían técnicas, métodos e instrumental absolutamente sofisticado, que no se ha descrito ni buscado. De hecho, no se ha formulado ninguna explicación ni hipótesis sobre el método de falsificación. No ha de olvidarse que la carga de la prueba de falsedad correspondería a quienes la afirman. ¿Cómo se pudo hacer, con qué instrumental y con qué método y cómo negar la antigüedad de las inscripciones sin datar la presunta manipulación? Ninguna de estas cuestiones está abordada científicamente en los diez dictámenes y conclusiones de la pomposa Comisión Científica Asesora de la Diputación de Álava, publicadas en Internet.
En segundo lugar, la hipótesis de la falsificación queda descartada por la argumentación del “¿cui prodest?”; es decir a quién aprovecharía tal falsificación. Esta argumentación resulta siempre esencial en el foro. Es evidente que la falsificación no solo no ha tenido ningún provecho para el acusado como falsificador, o sea para el Sr. Eliseo Gil Zubillaga, sino que por el contrario le ha supuesto enormes perjuicios de todo orden. En cambio ha supuesto un inmenso lucro económico y profesional para algún acusador, como el Sr. Don Julio Núñez Marcén, ahora director del yacimiento, cuya actuación no es compatible con la ética.
En tercer lugar, la argumentación de la falsificación de los grafitos de Iruña-Veleia resulta impropia e inadecuada, porque la inmensa mayoría de los razonamientos empleados están basados en la lingüística, la fonética, la onomástica o la gramática y, por lo tanto, son esencialmente “apriorísticos”. Además, han sido ya desvirtuados en varios casos. A mi juicio, los argumentos de Gorrotxategi, Lakarra, Velazquez, etc. en pro de la falsedad de dichos grafitos carecen de homologabilidad probatoria, igual que carecen de dicha homologabilidad algunos de los razonamientos en pro de su veracidad de Txillardegi, Knörr o Elexpuru. Son argumentaciones que están en otra honda científica. Elevar la filología y la lingüística vasca o general a dogma sobre la falsificación de unos elementos físicos como los grafitos y óstraca de Iruña-Veleia es igual que negar la evolución o el movimiento de la tierra con la Biblia en la mano.
El único informe datado con anterioridad a la querella de la Diputación Foral de Alava, que judicializó el tema, es el del Sr. Joakin Gorrotxategi de 25 de julio de 2008. El Sr. Gorrotxategi se había manifestado anteriormente en forma pública a favor de la veracidad de los grafitos y había mantenido algún grado de colaboración con el Sr. Gil. Luego cambió de postura y es un documento revelador de su cambio la carta a la directora del Museo Arqueológico de Alava, Amelia Baldeón, y en la que se puede leer: “De los grafitos vistos en el último día, LAGVN puede pasar por vasco común, pero MARCOS por Marcus es imposible.” Es decir, se trata de imponer la filología o la onomástica a la física, igual que se trató de imponer el Génesis a los fósiles. Sin embargo, Idoia Filloy ha puesto de manifiesto de forma irrefutable mediante el análisis del ara romana encontrada en 2012, dos errores esenciales de dicho único dictamen previo a la querella: 1) El nombre de VELEIA aplicado a Iruña-Veleia; cuestión negada antes por la comisión pro-falsificación al haber aparecido en los grafitos TRECE veces y que Gorrotxategi dice que tendría que haber aparecido con B (pág. 14 de su informe), deduciendo tal conclusión del “sistema fonológico del vasco antiguo”. Sin embargo tras el hallazgo en 2012 del ara con el nombre de Veleia escrito con V la presentaron como verdadera y diciendo con falsedad que era la primera vez que aparecía tal nombre. 2) Gorrotxategi señala como “test de autenticidad” la forma de la letra M, señalando como seña de veracidad que “el ángulo interior formado por las astas oblicuas llegara hasta el final de la caja” y eso no se daba en los grafitos. Pero en el ara encontrada en 2012, que el propio Gorrotxategi, Núñez y otros avalaron como verdadero, el ángulo interior de la letra M -“test de autenticidad”- tampoco llega hasta abajo.
Existen muchas otras afirmaciones discutibles en el dictamen de Gorrotxategi, como por ejemplo la negación del contacto directo hebreo-vascuence o la antigüedad de las letras J, Y o Z. Pero lo que merece ser subrayado es que en ese propio dictamen hay razones para exigir que los grafitos de Iruña-Veleia no se destruyan. Así en la segunda de sus conclusiones sobre los óstraca vascos, apartado 3.10, párrafo 2º, con la misma rotundidad dogmática, que defiende la falsedad de todas las demás, afirma que entre los 65 óstraca vascos y otras 71 piezas con grafías hay una que es verdadera, la número 10426. Si hay una auténtica ¿por qué no va a haber más?
Aunque solamente fuese cierto que por lo menos uno de los grafitos es verdadero y no falsificado, jamás se debería haber consentido ni tolerado por los “asesores científicos” la destrucción del yacimiento con una excavadora en 2010.
Pero hay más. En el apartado III Conclusiones, número 6, del mismo dictamen del Sr. Gorrotxategi se puede leer literalmente que “la diferencia entre óstraca y gráfito se revela fundamental, ya que en el conjunto hay también un número elevado de piezas que pueden ser catalogadas como grafitos. Algunas de estas piezas las considero auténticas. Así, sin duda ninguna, la número 10426 y la número 12067 (titulus pictus con la lectura P.C). Entre las piezas halladas en años anteriores es auténtica la que reza: Pompeiae Valentinae tanto por su paleografía como por la corrección del sistema onomástico.” Más adelante añade: “Muy probablemente muchas de las incisiones consistentes en algunas pocas letras, rayas, etc. sean auténticas. Así me lo parecen algunas fichas de juego que llevan una aspa en una de sus caras (nº 6378 y 6417).” Por lo tanto hay grafitos y óstraca verdaderos, hasta según Gorrotxategi. ¿Qué hacer? Desjudicializar el tema, preservar los grafitos -u óstraca- y analizar con medios físicos (no filológicos, lingüísticos, onomásticos ni fonéticos) si ha habido o no manipulaciones sobre los soportes, de cuya antigüedad nadie duda.
No obstante, la razón más decisiva para reclamar la preservación de los óstraca o grafitos de Iruña-Veleia es la inadecuada naturaleza de las argumentaciones empleadas para defender su manipulación. Reproduzco literalmente algunas de las palabras de Gorrotxategi, apartado III Conclusiones nº 1: “La afirmación de falsedad se sustenta en el hecho de que ni las grafías, ni las formas específicas de los términos que aparecen en ellos se corresponden con lo esperado para la antigüedad (antes de fines del s.V), mientras que los soportes y ciertas formas paleográficas son inequívocamente antiguas, básicamente de época alto-imperial.” Es decir, pretende deducir la falsedad física de la lingüística. Es decir, que con el Génesis en la mano podemos condenar a Galileo y Darwin de una sentada.
¿En qué hubiera consistido la manipulación o falsificación de los grafitos u óstraca, si es que se hubiese producido? La hipótesis de Gorrotxategi en el mismo apartado citado en el párrafo anterior, in fine, es una pura sensación, por lo tanto acientífica: “A veces se tiene la sensación de que el impostor (sic en singular) ha escrito su texto sobre letras antiguas (o reaprovechándolas), como me parece ser el caso nº 11139, del sector 5.” El Sr. Gorrotxategi reitera varias veces en su dictamen una distinción entre lo hallado antes del bienio 2005-6, que considera verdadero, y lo encontrado en ese bienio, que afirma manipulado en la forma indicada, pero con una tremenda rotundidad. Dice textualmente en el apartado III Conclusiones, nº 2: “El convencimiento de hallarse ante una falsificación es total, sin la existencia de duda alguna. Y por las razones arriba indicadas, es aún mucho más firme en los casos de los óstraca latinos que en los vascos. “ (sic) En suma; habla de “un” impostor, lo temporaliza en el bienio 2005/6, pero no tiene más que una sensación sobre el método utilizado en la falsificación. Puro apriorismo.
Algunas de las cuestiones, que surgen de lo anterior son: ¿Cómo es posible que no hayan seguido apareciendo óstraca o grafitos en Iruña-Veleia desde que en 2010 entró el equipo de Núñez en el yacimiento? Si antes de 2007 habían aparecido más de 400 óstraca y grafitos, algunos anteriores al bienio 2005/6 con inscripciones indiscutiblemente ciertas y otros de dicho bienio, cuyos soportes son antiguos, pero de los que se discute si han sido o no manipulados, ¿cómo no aparece ningón óstracon o grafito desde 2010? ¿Qué ha hecho y qué está haciendo el equipo de Núñez desde 2010, si todos los soportes de los grafitos eran indiscutidamente antiguos? ¿Se llevó todos los grafitos y óstraca que había y que iba a haber la excavadora en 2010? ¿Cómo es posible que desde que se hace cargo el equipo de Nuñez en 2010 solo se haya encontrado un soporte con inscripciones, que es el ara romana hallada en 2012 significativamente por los obreros del aparcamiento?
Hay otras cuestiones que son objeto de vivas polémicas. Por ejemplo, en cuanto a la interpretación de los textos. Así, desde el ya famoso crucifijo con RIP, que tanto inquietó a algunos estamentos religiosos, hasta la cita de Nefertiti, Nefertari, etc.; o bien desde lo que se ha querido interpretar -para ridiculizar- como Descartes (pero que se lee MISCART) o con respecto a la antigüedad de ciertos aforismos y signos, etc. Todas esas comprensibles polémicas, a veces sarcásticas y mordaces, no aportan base científica a la imputación de falsificación mientras no contengan pruebas físicas y químicas o expliquen procedimientos y métodos.
Meditemos. En el año 2003, en la plaza del Castillo de Iruña-Pamplona apareció un yacimiento arqueológico completamente inesperado en tres estratos: el estrato superior era un cementerio simultáneamente musulmán y cristiano, ejemplo emblemático y único de convivencia religiosa y cultural. El estrato medio eran unas termas romanas en extraordinariamente buen estado de conservación. El estrato inferior era la urbe por antonomasia de Vasconia. Todo fue arrojado a la basura por decisión de las autoridades de UPN -alcaldesa y presidente- en un alarde de apoyo al progreso simbolizado por un aparcamiento (que se podía hacer 100 metros más allá) y de lucha contra los violentos. Josemiguel Barandiaran siempre dejaba una parte de los yacimientos investigados sin alterar para que pudieran ser analizados por los investigadores del futuro. “Tendrán mejores medios que nosotros”, decía. En un futuro próximo se sabrá con certezas física, si ha habido algún “impostor, que haya escrito su texto sobre letras antiguas (o reaprovechándolas)”; frase literal de Gorrotxategi.
Conclusión: la Diputación de Alava debe desistir de una querella tan descabellada y obsoleta. Nadie discute la antigüedad de los soportes de los óstraca y grafitos de Iruña-Veleia. Nadie discute ya la existencia de inscripciones verdaderas, ni la identidad de la ciudad de Iruña-Veleia. La imputación -a mi juicio infundada-, se ciñe a si sobre soportes antiguos algún impostor hizo manipulaciones o no. En ningún caso es razonable destruir los óstraca y grafitos de Iruña-Veleia. Lo que procede es poner la investigación en manos de científicos con garantías e imparcialidad.

La pieza 11417 (‘VARRON’): ¿overdosis de metales sí, pero prueba de falsedad?

Una de las piezas, si seguimos a Navarro, con más anomalías – evidencias de falsedad, la pieza 11417: 5 metales diferentes, trazos deslizantes, trazos fallados, trazos ensanchados…

En las conclusiones generales Navarro afirma:

«11417 [pieza ‘VARRON’]

Catalogación: Grafito contemporáneo
Anomalías detectadas
■ Numerosas partículas inalteradas de hierro aleado con pequeñas proporciones de manganeso (Mn0,6-0,7) en los trazos fallidos y trazos deslizantes sobre el engobe vitrificado.
■ Partículas de cuprita sobre trazos (posible retrabajado del surco)
■ Partícula de acero inoxidable (Fe84.6-Cri5-Nio,2) en el surco de una letra.
* Otras partículas: Plata, sulfuro de plata, oro filiforme»

La única imagen más o menos detallada que tenemos de la pieza es el del informe Navarro:

Fig. 1. Hemos indicado con flechas rojas zonas donde observamos restos de relleno/costra. Las flechas gordas indican un especie de deposición (¿costra?) que afecta claramente a la punta de la A, sin que Navarro lo menciona en su informe.

Navarro afirma:

El fragmento de cerámica examinado presenta una gran limpieza superficial, siendo muy
escasos los restos de costras detectados; estas están constituidas por tejidos vegetales de composición carbonatado-cálcica, similares a los descritos en otras piezas; al no interferir con el trazado del texto no permiten extraer relaciones temporales entre los mismos.

Una de las características más reseñables de esta pieza es la profundidad de los surcos del trazado de las letras, los cuales se encuentran muy limpios y desprovistos de restos de costras o depósitos de enterramiento (figura 11417.2).

Las afirmaciones en negrito no son correctas como vemos en la imagen de 11417.1 de Navarro. En la segunda R de VARRON vemos en la barriga con bastante claridad restos de depósitos que además parecen dar en FUV alguna fluorescencia de costra (ver figura 3).

En las figura 4 (figura 11417.2) observamos claramente un especie de costra en la punta de la A, aunque no muestra fluorescencia lo que indica que no es carbonática o fosfática (puede ser de hidróxidos de hierro, visto su color rojizo) que nos indica una relación temporal, que Navarro no ha querido ver.

La imagen FUV nos da algunas indicaciones de posibles costras ‘normales’, efectivamente limitadas. Como no disponemos de buen material fotográfica no podemos profundizar:

 

Fig. 2. Imagen FUV del informe Antelo (2014). Las flechas rojas indican pequeñas zonas con mayor luminosidad.
Fig 3. Presencia de relleno/costra en el surco de la segunda R de VARRON, que además parece generar algo de fluorescencia de costra en la imagen FUV. Esto va en contra de la afirmación de Navarro de que los surcos «se encuentran muy limpios y desprovistos de restos de costras o depósitos de enterramiento«
Fig. 4. Un especie de costra parece tapar la punta de la A de VARRON, algo que Navarro no aporta en su informe, y además justamente afirma lo contrario. Por su color y su falta de fluorescencia pensamos que no se trata de una costra carbonática o fosfática, sino de óxidos/hidróxidos de hierro.

Podemos concluir que sí existen rastros de rellenos/costras en los surcos, y que probablemente esta pieza ha sido limpiada visto su estado limpio en general. Visto que el terreno del yacimiento de Veleia en general es margoso, nos podemos imaginar que ninguna pieza sale tan limpio de los estratos.

Navarro detecta numerosas anomalías:

 

Dentro de las anomalías reseñables en esta pieza deben señalarse las numerosas partículas metálicas identificadas y su variedad (figura 11417.1):

■ Su presencia es especialmente importante en los ‘trazos deslizantes’ que aparecen al final de algunas de las letras (La 1ª R’ y ‘O’ de ‘VARRON’, Ia I de ‘IRGILI’, ‘O’ y ‘R’ de la 3ª línea). Dichos trazos se producen como consecuencia del deslizamiento y desgaste sobre la capa de vidriado del útil usado en la escritura, produciendo pequeñas deformaciones, fisuras y erosiones que no llegan a romperlo totalmente, dejando a su paso un rastro de partículas metálicas. En el análisis de las mismas se identifica una aleación de hierro con pequeñas proporciones de manganeso y trazas de cromo (Fe99,2-Mn0,7-Cr<0,1) similar al descrito en otras (figuras 11417.4, 5 y 6). Su composición y ausencia de alteración evidencian su origen reciente, muy posterior al período de enterramiento arqueológico. [subrayado de Navarro]

■ Además de las partículas señaladas hay que citar la identificación de una [¡¡!!] escama microscópica de acero inoxidable (aleación de hierro-cromo Fe84,8-Cr 15.0-Ni0,2), inalterada y atrapada en las fisuras producidas en el engobe del surco de la primera ‘R’ de ‘VARRON’ (figura 11417.7) que nos indicaría el empleo en esta pieza de 2 útiles diferentes; junto a la misma aparece una pequeña partícula filiforme de oro (posible artefacto contaminado con compuestos orgánicos -carbono, nitrógeno- ajeno a la pieza).

■ Junto con las partículas de hierro, el grupo de partículas con mayor interés corresponde a cuprita [CuO], mineral que aparece en forma de agregados de cristales microscópicos de tamaño inferior a 40 pm (figuras 11417.8 y 9). Dado que en la pieza no aparece ningún tipo de depósito o mancha de alteración de cobre su presencia en numerosos puntos puede relacionarse con un posible instrumento de cobre alterado utilizado para ensanchar o repasar los surcos de las letras del texto. La presencia de cristales de cuprita no es exclusiva de esta pieza habiéndose identificado también en la pieza n° 11156 (fusayola de pasta cerámica de cocción blanca), aunque en este último caso no se establece una relación directa con el grafito.

Relacionado con los trazos deslizantes/trazos fallados:

 

Fig. 5. Ninguna de las imágenes aporta un trazo deslizante claro. En la figura 11417.5 vemos un arañazo muy ligero que efectivamente sigue el surco, pero la abrupta transición surco engobe muestra, en mi entender, claramente que los dos elementos no están relacionados. Además el daños al engobe es mínima, el objeto metálico apenas a tocado el engobe.
El figura 11417.5 los daños del engobe son mayores, pero también mínimales. Sí se ve una transición surco – arañazo.
Fig. 6. Dibujo de metal moderno como continuación de la R. Está claro que el dibujo realizado con un objeto metálico no forma de ninguna manera la continuación del surco, porque no está alineado. Mi interpretación es que alguien ha querido marcar el trazo que falta.

Ninguno de las imágenes de trazos deslizantes/fallados convence como relacionado con la ejecución del grabado. La figura 6 deja claro que las marcas metálicas no están relacionadas con el movimiento de la ejecución del grabado. No se trata en absoluto de un trazo fallado.

Navarro encuentra también algunos cristales de cuprita (óxido de cobre) en varios surcos (ver figura 1), sin que se parece tratar de un trazo continuo, sino puntual.
La fuente podría ser una herramienta de cobre – latón con una superficie oxidada.

En el primer año de los estudios de geología los alumnos aprenden sobre la dureza de minerales, cobre por ejemplo tiene una dureza 2,5-3, lo que es realmente blando, latón (aleación de cobre y zinc tiene una dureza entre 3 y 4, el oxido de cobre, cuprita es algo más duro 3.5-4 pero todavía relativamente blando (Ver p. ej. https://www.tedpella.com/company_html/hardness.htm). Si se pasa un ‘mineral’ con esta dureza limitado sobre un material bastante más duro forma más o menos una línea continua de restos adheridos a la superficie más dura, y muy probable no será capaz de arancar material de un surco existente. Para nos otros es muy extraño que un geólogo afirma «para ensanchar o repasar los surcos de las letras del texto». De esto no se ha aportado ni la más mínimas prueba, y creemos que es físicamente imposible, y que además la presencia muy local indica que no tiene relación con la realización del surco.

Conclusiones.

La descripción de las evidencias físicas por Navarro de esta pieza no es correcta cuando se refiere a la presencia de relleno/costra en los surcos como observamos visualmente, si hay presencia aunque limitado, pero altamente significativa.

Navarro no aporta evidencia que la presencia de los metales no está relacionado con la limpieza (como siempre niega la limpieza), los llamados trazos fallados no lo son, en un caso simplemente insignificante y en un segundo caso las evidencias son claramente no relacionados con el movimiento de grabado.

Navarro atribuye la presencia de UNA partícula de inoxidable a un segunda herramienta de grabado, lo que es evidentemente científicamente no defendible.

Navarro pretende la presencia de una tercera herramienta de grabado (para ensanchar/repasar) relacionado con la presencia puntual de cuprita en varios surcos. Entendemos que está interpretación es físicamente incorrecto.

No hemos observado evidencias que nos hacen dudar de la autenticidad de la pieza. Se debe investigar la costra sobre la punta de la A de ‘VARRON’.

Los trazos deslizantes – arañazos (parte 1)

Navarro (2013) detecta en bastantes piezas (12) arañazos relacionados con los surcos (p. 16-17):

«Por su alto contenido en partículas metálicas, presentan elevado Interés los trazos que en este informe se han denominado como ‘trazos deslizantes’ o ‘trazos fallidos’ (figura 4.5). Este tipo de trazos aparece, de forma casi exclusiva, en las cerámicas tipo TSH (Terra Sigillata Hispánica) y se originan al deslizar la punta metálica sobre la superficie vitrificada exterior, sin llegar a perforarla totalmente. [3]

Como resultado del proceso, la delgada capa vitrificada es deformada y microfisurada por la presión, al tiempo que las partículas metálicas producidas por el desgaste forman rastros continuos de partículas con forma de cuña que se incrustan en las microfisuras producidas, constituyendo un documento incuestionable que relaciona el grafito con el instrumento utilizado. La identificación de estos ‘trazos deslizantes’, que suelen aparecer como arañazos largos al final del trazo de algunas letras, puede no ser evidente sin ayuda de microscopio estereoscópico o, incluso, microscopio electrónico.» [4]

A primera vista se trata de clara evidencias de una ejecución moderno de los surcos, tal como está presentado en el informe Navarro (2013): se ven esquirlas de metal moderno íntimamente relacionados con deformaciones de la superficie de la cerámica.
Reconocemos que en un principio estas evidencias nos parecieron contundentes y pruebas de falsedad.
Después de observar decenas y decenas de tergiversaciones de las evidencias (incluidas interpretaciones y manipulaciones engañosas) en el informe de Navarro revisamos en este post las evidencias relacionadas con los ‘trazos deslizantes’.

Hemos ya tratado dos piezas donde aparecen como pequeños arañazos, apenas visibles o invisibles y sin mayor transcendencia en las piezas 10942 y 11392.

Fig 1. Ni en una imagen de microscopio de barrido se observa una deformación del engobe, y se descubre UNA partícula de metal. ¿Buscar tres pies al gato? (pieza 10942 SI/NO).



Pieza 10765

«El examen de las zonas de los surcos donde se ha perdido el relleno permite acceder al interior de los mismos, habiéndose identificado escamas micrométricas de hierro aleado con bajas proporciones de manganeso (Mn: 0,4-0,6 %) que proceden, inequívocamente, del desgaste del instrumento utilizado en la realización del dibujo al rozar sobre las zonas más abrasivas (granos desgrasantes, engobe vitrificado) (figura 10765.3). <b>Este tipo de partículas también aparece en zonas de trazos deslizantes, donde el instrumento de dibujo araña la superficie del engobe, sin llegar a romperlo totalmente, dejando como rastro una nube de partículas metálicas micrométricas (figura 10765.4)</b>.

 

En todos los casos se trata de partículas metálicas inalteradas, circunstancia que, junto a su composición, señala un origen muy reciente de las mismas. La composición identificada en las partículas es similar a la detectada en este tipo de indicios en la mayor parte de las piezas. «

 

Fig. 2. No se ve en la imagen un trazo deslizante («donde el instrumento de dibujo araña la superficie del engobe, sin llegar a romperlo totalmente«), ni se ve relación entre el nube de partículas de metal y el surco. ¿Por qué Navarro aporta evidencias que no lo son?

Pieza 10776

Fig. 3. Observamos efectivamente trazos deslizantes modernos. No sabemos si tienen su origen en la ejecución del grafito o en la limpieza del relleno – porque falta información, como pruebas experimentales para entender la morfología. Observamos que hay partículas de metal moderno ENCIMA del relleno, lo que puede hacer pensar que tienen que ver con la limpieza. Si interpretamos bien la figura d. vemos que el trazo deslizante empieza con una partícula de metal encima del relleno.

La foto 10776.3a puede indicar una relación temporal entre surco, relleno y trazado deslizante, difícil de descifrar con la calidad de la foto.


Pieza 11392

«En la zona inferior del arañazo (trazo deslizante) de la letra ‘S’ en ‘ENEAS’ (4a línea del grafito) se han detectado numerosas partículas metálicas incrustadas en el engobe y dejadas por el instrumento utilizado en la ejecución de los trazos. En su análisis se identifica una aleación de hierro con pequeñas proporciones de manganeso y trazas de cromo (Fe98.4-Mn1.6-Cr0,1), siendo destacable la ausencia de oxidación que presentan (la práctica totalidad del oxígeno identificado en el análisis puede ser asignado a la composición silicatada de los restos de engobe que rodean la partícula analizada) (figura 11139.3). Esta ausencia de alteración es una situación impropia en un material procedente de excavación arqueológica, señalando un origen reciente en la ejecución del grafito.»

Fig. 4. Trazo deslizante con relleno. No lo sabemos de interpretar de otra manera.

 

Fig. 5. Se observa en la parte baja de la S efectivamente un arañazo importante que pueda tener relación con la ejecución de la inscripción.

En este caso no tenemos argumentos para argumentar en contra de la interpretación de Navarro. Las evidencias podrían indicar una falsificación.

Pieza 11429

Pieza con una cantidad espectacular de restos de metales modernos, documentado con imágenes muy interesantes.

Fig. 6. Observamos restos de metales modernos encima del relleno y encima del engobe. No hay rastro de un trazo deslizante (no se ve ninguna deformación del engobe).

Aunque la pieza tiene quizás cien evidencias o mas de metales modernos, Navarro no ha sido capaz de demostrar gráficamente evidencias donde la limpieza no puede ser el origen de los metales modernos. Ver también la siguiente figura.

Fig. 7. Se observa que el relleno en toda la pieza ha sido eliminado parcialmente, en algunas zonas por completo en otras zonas queda todavía. La ubicación de partículas de metal modernas puede corresponder perfectamente con evidencias de limpieza, algo que Navarro nunca contempla.

Pieza 12108 (calvario)

Fig. 8. Las imágenes no nos aportan la información necesaria para evaluar si se trata de un trazo deslizante. Las imágenes de la figura 12108.2 no están localizadas en la figura 12108.1 del informe de Navarro. No se demuestra nada.
Fig. 9. La figura 12108 del informe Navarro (Fig. 8) no está localizada en la pieza.

 

Conclusiones parciales

Hemos tratado hasta ahora 7 de las 12 piezas que según Navarro tienen trazos deslizantes (las únicas evidencias donde se puede ver una clara relación entre el trazado y la presencia de metales modernos).

Únicamente en el caso de la S de la pieza 11139, Navarro aporta una imagen con evidencias que podemos llamar ‘preocupantes’ para la autenticidad, el resto de sus evidencias de las piezas tratadas hasta ahora, pueden también interpretarse como evidencias de limpieza, o son simplemente evidencias no relevantes. No sabemos aportar una explicación alternativa a la de Navarro (pero solo disponemos de una imagen, seleccionada por Navarro.

 

Análisis de partículas metálicas

Para apoyar al post Eureka: ¡ Rastros de metales modernos en los surcos y en el engobe de las piezas de Iruña-Veleia ¡ de Antton Erkizia aporto aquí como referencia la visión de Navarro sobre la presencia de metales modernos. Copio el aportado sobre metales de su introducción integralmente (p. 16-19).
La numeración de las alineas es nuestra, el subrayado no.
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Por  José V. Navarro Gascón
Este extracto (p. 16-19) es parte del informe:
 
Análisis de fragmentos cerámicos con grafitos del yacimiento arqueológico romano de Iruña-Veleia. (28 de octubre de 2013)
 
N° de registro IPCE: 31124

«Análisis de partículas metálicas [integralmente reproducido]

Como consecuencia de la abrasividad de los fragmentos cerámicos sobre los que aparecen los grafitos, los útiles metálicos utilizados en su ejecución han dejado un rastro de partículas producidas como consecuencia de su desgaste al rozar sobre los granos del desgrasante cerámico (cuarzo, feldespatos,…) o sobre la capa vitrificada exterior (cerámicas TSH). La localización y análisis de estas partículas metálicas ha sido objetivo preferente de este estudio, por aportar información que permite conocer la composición del Instrumento utilizado en la realización del grafito. De igual forma las aleaciones Identificadas y su estado de corrosión constituyen excelentes indicadores de la antigüedad de las mismas. [1]

Estas partículas metálicas, con morfología de escamas aisladas o superpuestas (figura 4.4), tienen dimensiones micrométrlcas, con tamaños que no suelen superar 5-20 micrometro y espesores que pueden estimarse en el rango de décimas de micrómetro, pudiendo aparecer aisladamente o formando ‘nubes’ y ‘estelas’ de partículas. [2]

Por su alto contenido en partículas metálicas, presentan elevado Interés los trazos que en este informe
se han denominado como ‘trazos deslizantes’ o ‘trazos fallidos’ (figura 4.5). Este tipo de trazos aparece, de forma casi exclusiva, en las cerámicas tipo TSH (Terra Sigillata Hispánica) y se originan al deslizar la punta metálica sobre la superficie vitrificada exterior, sin llegar a perforarla totalmente. [3]

Como resultado del proceso, la delgada capa vitrificada es deformada y microfisurada por la presión, al tiempo que las partículas metálicas producidas por el desgaste forman rastros continuos de partículas con forma de cuña que se incrustan en las microfisuras producidas, constituyendo un documento incuestionable que relaciona el grafito con el instrumento utilizado. La identificación de estos ‘trazos deslizantes’, que suelen aparecer como arañazos largos al final del trazo de algunas letras, puede no ser evidente sin ayuda de microscopio estereoscópico o, incluso, microscopio electrónico. [4]

Por la ausencia de engobe vitrificado y por su carácter mucho más friable, el hallazgo de indicios metálicos se encuentra notablemente reducido en las cerámicas comunes, donde queda relegado, casi exclusivamente, a partículas adheridas sobre los granos abrasivos del desgrasante. [5]

Las posibilidades de detección se complican aún más, en ambos tipos de cerámica, cuando existe material de relleno en los surcos de las letras, quedando ocultos los posibles indicios. En los casos donde se ha dado esta circunstancia los análisis se han centrado en las zonas de pérdida de relleno y el número de indicios detectados ha sido sensiblemente inferior. [6]

Según se ha señalado en el apartado 3 de este informe, como consecuencia del método de observación utilizado (presión variable en la cámara del microscopio) y del propio tamaño micrométrico de las partículas analizadas, la señal espectral obtenida en los análisis recoge, además de la propia composición del metal, información del entorno próximo de la partícula. Con objeto de discriminar entre ambas señales, se han realizado de forma sistemática análisis sobre la superficie de la cerámica. Estos análisis de referencia tienen especial importancia para valorar el estado de oxidación de los metales al permitir asignar el oxígeno identificado al propio sustrato silicatado sobre el que aparece la partícula. [7]

En la cuantificación del hierro no se han realizado correcciones para evaluar el porcentaje de señal de este elemento que procede del propio sustrato cerámico. Este aporte a la señal espectral del hierro procedente del sustrato será, lógicamente, más elevado en los análisis realizados sobre partículas incrustadas en el engobe ferruginoso vitrificado de las cerámicas TSH que en los análisis de partículas adheridas a los granos desgrasantes del cuerpo de la cerámica. [8]
En relación directa con el/los instrumentos utilizados en la ejecución del grafito, se han identificado los siguientes tipos de partículas metálicas:
■ Acero estándar
En la mayor parte de las piezas se han detectado partículas de hierro aleado con pequeñas proporciones de manganeso, constituyendo un nexo común entre las mismas y el proceso de elaboración de los grafitos. Aunque para su correcta catalogación sería necesario la realización de un estudio metalográfico convencional sobre probetas pulidas (inviable en nuestro caso), por su composición pueden catalogarse como aceros estándar (utilizados, por ejemplo, en la elaboración de clavos o de los núcleos de muchos instrumentos quirúrgicos o de disección). Los contenidos promedio de manganeso oscilan entre 0,5-0,7% , con variaciones en algunas piezas (0,2-1,6%) que se interpretan como consecuencia del empleo varios instrumentos de acero. En los análisis, además de manganeso, pueden detectarse bajas proporciones de cromo, cobre o níquel (<0,1-0,2%). [9]
Además de su composición, se ha valorado en estos indicios su ausencia de oxidación, que consideramos inviable en materiales que han sufrido un largo proceso de enterramiento arqueológico, constituyendo un certificado inequívoco de su origen reciente. [10]
■ Acero inoxidable
El segundo grupo de partículas metálicas de interés corresponde a los aceros inoxidables, donde el hierro aparece aleado con cromo: Cr>10- 12% (esta es la composición que, a título orientativo, encontramos en los análisis de hojas de bisturí). Dado que la invención del acero inoxidable se remonta a principios del siglo XX, las partículas con esta composición son inequívocamente recientes. [11]

Aunque hay alguna pieza donde sólo se han detectado partículas de acero inoxidable, lo normal ha sido que estas partículas coexistan y sean minoritarias frente a los indicios de aceros estándar. En algunos casos se han detectado, además, aleaciones de acero más complejas, con cromo-níquel-manganeso-molibdeno. [12]

Dentro de este apartado hay que señalar la identificación de algunas nubes de partículas cuyo origen se relaciona con el roce continuado de la pieza analizada con una superficie de acero inoxidable. [13]

Níquel
La presencia de partículas de níquel se ha relacionado con la erosión de la capa de niquelado que incorporan muchos instrumentos de acero. Se han identificado tanto niquelados electroquímicos como niquelados químicos. En estos últimos el níquel va acompañado por cantidades relativamente elevadas de fósforo. [14]
Alpaca
Algunas de las partículas analizadas corresponden a aleaciones de cobre, cinc y níquel que se han catalogado como alpacas de baja calidad (detectadas en dos piezas). [15]
Cuprita
En una de las piezas ha podido constatarse el empleo de una punta de cobre alterado en forma de cuprita (CuO) para repasar el trazado del grafito realizado con instrumentos de acero y acero inoxidable, dejando un rastro de partículas constituidas por agregados de cristales microscópicos de este mineral. [16]
■ Otros metales
Se ha identificado partículas de oro, plata, sulfuro de plata, cinc, latón, óxido de estaño, plomo, … , indicios que, cuando aparecen sobre la superficie cerámica, fuera del recorrido de los trazos del grafito, quedan descontextualizados, no pudiendo relacionarse directamente con los útiles utilizados.
Entre todos ellos, por su peculiaridad, deben destacarse las nubes de partículas de oro (aleación de oro-plata-cobre) que aparecen sobre la superficie de las piezas 12098 y 13368, las cuales pueden relacionarse con el roce continuado de la superficie cerámica sobre un anillo o alianza.
En los informes individualizados realizados para cada pieza se ha incluido un esquema, sobre base fotográfica, con la situación de los principales tipos de partículas detectados.» [17]

Eureka: ¡ Rastros de metales modernos en los surcos y en el engobe de las piezas de Iruña-Veleia ¡

¿Se puede deducir de ello que
los grafitos son contemporáneos?
O de cómo nos llevan al huerto a los ignorantes.
(Advertencia: Esto que voy a escribir es una chapa sólo aprovechable a lo sumo a lectores que no entiendemos nada de nada de metales y de aleaciones, no entendemos pero seguimos empeñados en entender el tema Iruña-Veleia).

Reseteando:  Hace unos meses «se» filtraba un informe del IPCE (Instituto del Patrimonio Cultural de España) que alegraba la mañana a unos y preocupaba a otros. Tras un estudio técnico de las evidencias físicas de las piezas de Iruña-Veleia, eureka, habían encontrado rastros de metales sin oxidar, por lo tanto, metales «recientes». El estudio, así parcialmente filtrado, no incluía ningún grafito hecho en ladrillo o en hueso (tal como venía solicitanto la parte denunciada) pero el estudio sí incluía grafitos polémicos en cerámica.

 Este primer Informe (se supo luego que hay un segundo informe) está firmado por el técnico del IPCE José Vicente Navarro, quien, además de hacer constar el rastro encontrado de metales modernos no oxidados, señala los puntos en los que han sido encontrados: dentro de los surcos y también en la superficie fuera de los surcos, siempre encima del engobe-costras o adherencias, y se trata de presencia no continuada, desigualmente distribuida y esporádica.

Y basándose principalmente en la presencia de estos metales inalterados, el Informe cataloga los grafitos como contemporáneas al suponer que los rastros de metal son rastros del instrumento con que se han grafitado las piezas así analizadas.
No he tenido acceso a ese informe. De tenerlo, tampoco sabría interpretarlo porque, como he dicho, yo de metales y de aleaciones de metales, cero patatero (tan de moda).

Según nos ha venido explicando hasta ahora Koen Van Den Driessche en distintos post, estos son los
metales encontrados en distintas piezas:
Por ejemplo: Pieza 10942, texto: SI / NO
“Imposibles en la latín de la época” según expertos.
Metales encontrados, según informe de IPCE:
=>Partículas inalteradas de hierro aleado con pequeñas proporciones de manganeso (Mn0,2) en los trazos.
=>Partículas de acero inoxidable (Fe83,7-Cr16,3)sobre el engobe.
=> Catalogación: Grafito contemporáneo
Por ejemplo, Pieza 13371, texto: GIIVRII ATA ZUTAN GIIVRII
“Imposible en el protoeuskera de la época” según expertos.
Metales encontrados, según IPCE:
=>Partículas inalteradas de hierro aleado con pequeñas proporciones de manganeso (Mn0,3-0,8).
=>Catalogación: Grafito contemporáneo.
Por ejemplo, Pieza 15910, texto:  NIIVrE / AMA RO / MAN / ILTA CIS / TIANA
«Imposible por euskara actual».
Metales encontrados en la letra /r/
=>Partículas de una aleación de hierro y cromo con pequeñas proporciones de níquel, manganeso, molibdeno y cobre (Fe7o.7-Cr13.7-Ni9.6-Mn1.5-Mo2,1-Cu1,1)
 =>Sobre el engobe, partículas de aleación de (N76,7-Fe12,0-Cr9,4-Cu1,9) junto a la letra ‘E’ de ‘NIIVrE’…y Ni-Fe-Cr-Cu-Zn (Ni90,8-Fe3.1-Cr1,2-Cu3,4-Zn1,4) junto a uno de los trazos de la cruz…
=> Catalogación: Grafito contemporáneo. 
Por ejemplo, Pieza 11392; texto: FIR
No ha sido cuestionado por la Comisión de expertos.
Metales encontrados, según IPCE:
=> Partículas inalteradas de hierro sin alear o aleado con muy bajas proporciones de manganeso (Mn0,15) o níquel (Ni0,18) en trazos deslizantes y fondos de surcos.
=> Catalogación:  Grafito contemporáneo.
….

Resultaría cansino ir pieza a pieza, además porque ya lo viene documentando Koen así, pieza a pieza.

Por mi parte, quisiera «visualizarlo» desde otro ángulo: poniendo en «una tabla» los metales aleados encontrados. ¿Cómo agruparíamos los distintos metales que va encontrando el técnico del IPCE al analizar las distintas piezas?:

1.- El IPCE detecta presencia «anómala» de:  Fe (Hierro sin alear) o Aleación de Fe/Mn
(hierro con manganeso), sin oxidar, en puntos de los surcos y superficies de las piezas 10714 – 10765 – 10776 – 10826 – 11252 – 11305 – 11392 – 11423 – 11424 – 11426 – 11429 – 11530 ……(la lista es mucho más larga, pero nos vale para percibir que la aleación Fe/Mn se repite).
2.– El IPCE detecta presencia «anómala» de: Aleación de Fe/Mn/Cr (hierro/manganeso/cromo) en puntos concretos de las piezas 10849 – 10942 – 11139 – 11417 – 11419 – 11424 – 11459 – 11709…(la lista continúa)

3.-El IPCE detecta presencia «anómala» de metales en aleación, como hierro y cromo con pequeñas proporciones de níquel, manganeso, molibdeno y cobre

4.- El IPCE detecta presencia «anómala» de: Plomo (en las piezas 10826 – 11139 – 11162 – 11252 – 11305…
5.– El IPCE detecta presencia «anómala» de: Plata (piezas 10765 – 11162 – 11305 – 11417…

Recuérdese: de estas «anomalías» observadas, el técnico deduce que su presencia delata el instrumento «contemporáneo» con que se han hecho los grafitos y las figuras en las cerámicas analizadas.

oooooOooooooo

Koen y Miguel Thomson e Idoia Filloy y otros han venido aportando y valorando este Informe en este
foro, haciendo notar que todas estas piezas han sido sometidas a un proceso de limpieza, limpieza para la que se ha utilizado distinto instrumental que podría ser la fuente de esos rastros de metales.
Idoia, como testigo y protagonista in situ, detallaba hace unas semanas en qué consistía el proceso de lavado, remojo previo, cepillado, y tal. Y en su relato, le leí que utilizaban un conformador …un calibrador
–Kontxo. Utilizan un calibre (todos tenemos uno en la caja de herramientas para hacernos una idea). ¿Y cómo será un conformador? ¿Serán metálicos?.
Un Conformador o Perfilómetro (peine de varillas para tomar la forma o contorno) o un Calibrador/Calibre pueden ser hasta de plástico. Pero lo «profesional» es que sean metálicos, de acero, al menos la parte de la pieza a la que más precisión se le exige. El instrumental de precisión debe de evitar oxidaciones/desgastes que distorsionarían la medición etc., me explica un ferretero, y un aparejador… pero no saben decirme de qué metales están compuestos.
Visito un taller de calderería, otro de máquina/herramienta, incluso consulto con alguno de una Escuela Politécnica…Busco en internet (donde dicen que está todo)…
De “cajón” para algunos, de “catón” para mí, trataré de resumir (a los no iniciados) lo que (creo) que he aprendido (me corregireis):
Para hacer un simple Calibrador metálico (un Calibre como el de la figura) el taller utiliza acero. Acero inoxidable, o no, pero acero.
El Acero es básicamente una aleación de Hierro con una cantidad de Carbono.
Como el Hierro (componente principal) es un metal relativamente maleable, dúctil (quién lo diría), se le van agregando elementos con el fin de obtener una aleación de unas características determinadas por su: dureza, temple, resistencia al desgaste, a la corrosión…Logramos así instrumental de acero aleado, según usos y gustos y precios
Por ejemplo, es básica la aleción Fe/Mn (hierro+manganeso) para que el instrumental no se oxide (el manganeso  previene la oxidación del hierro y por eso está presente en todos los aceros).
Si estamos usando el instrumento calibrador  sobre la pieza de cerámica, y además la estamos abriendo y cerrando, es de suponer que se desprenderán rastros de los metales: Fe/Mn si esa es la aleación (Fe/Mn, Aleación Tipo 1 que encuentra el IPCE). Y serán metales no oxidados, claro, porque el instrumental que «posó» sobre la pieza es de ahora y no romano.
Por ejemplo, presencia de cromo. Parece ser que el cromo es un metal muy empleado para fabricar herramientas  (sean inoxidables o no) porque el cromo, en distinta proporción, incrementa la resistencia y la dureza de la herramienta. En el caso de un Calibre profesional,  es habitual agregar cromo a la aleación para evitar el desgaste del instrumento, toda vez que la pinza se desplaza continuamente sobre el vástago (para poder medir grosor, anchura…variables)
Por lo tanto, la presencia Fe/Mn/Cr, no oxidados (metales Tipo 2 que ha encontrado el IPCE) no sólo es justificable sino que es esperable.

Y así voy preguntando por distintos metales… La respuesta se repite: en las aleaciones de acero para herramientas modernas, la presencia de manganeso, cromo, plomo, de aluminio, de molibdeno, de titanio, de vadanio…no sólo es justificable sino que es previsible, es lo habitual.
Y sin embargo, esta posible procedencia* de los metales detectados no ha sido tenido en cuenta por todo un técnico del Instituto del Patrimonio Cultural de España. ¿O sí? Porque saber, debería de saber ¿no? que un calibre de acero (entre otros muchos instrumentos, supongo) habrá posado «asi y asau» una y otra vez sobre cada una de las piezas, con el fin de poder «calibrarla» para la ficha arqueológica.

Además, y esto también está dicho: el instrumento moderno que, según deduce IPCE, ha ejecutado los grafitos debería haber dejado un rastro metálico continuo más o menos a lo largo de todo el surco…¿No es lo esperable? Pero el técnico del IPCE no encuentra rastro de metales a lo largo de, sino en puntos concretos, tanto dentro como fuera del surco…

*No pretendo «demostrar» que el Calibrador o Calibradores utilizados por los arqueólogos hayan sido el origen de estos metales. Sólo he querido «comprobar» por mí mismo (y compartir) que ese o esos Calibradores han podido estar en el origen de esos metales, como posibilidad. ¿No os parece una reflexión de sentido común?.

Ahora, si quiere, que Idoia nos aclare si los calibradores que usaban eran metálicos, de acero, de acero inoxidable…

Admito collejas por haber osado meterme en camisa de once varas.