Azpeitian ‘Euskararen aztarnak Sardinian?’ liburuaren aurkezpen-hitzaldia maiatzaren 31n, asteazkenez
Datorren asteazkenean, maiatzak 31, nire Euskararen aztarnak Sardinian? liburua aurkeztuko da hitzaldi baten bidez. Napar Zuzterrak Elkarteak antolatzen duen zikloaren barruan izango da.
Lekua eta ordua: Baigera Elkartearen aretoa, 19:00.
El miércoles 31/5/2017 presenta Juan Martin Elexpuru su libro ‘Euskararen aztarnak Sardinian?’ ('¿Huellas del euskera en Cerdeña?) en Baigera Elkartea en Azpeitia.
En este libro Juan Martin, doctor en filología del euskera, presenta su investigación en Cerdeña de toponimia combinado con estudios del paleosardo, investigaciones genéticos y elementos culturales.
Creo que aportará interesantes nuevos elementos al puzzle de los idiomas pre-indoeuropeos.
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Entrevista en El Diario Vasco:
http://www.diariovasco.com/culturas/201706/03/paseosardiniera-euskara-senide-hurbilak-20170603103954.html
«Paleosardiniera eta euskara senide hurbilak izan daitezke»
Euskararen aztarnak Sardinian?' liburuan, Italiako uharte hartako hainbat hitz aztertu ditu, euskararen antza dutenak, Juan Martin Elexpuruk
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FELIX IBARGUTXI | donostia
Nola jakin zenuen sardinieraren berri? Aspaldi?
Blasco Ferrer ez zen aurrenekoa izan euskararen eta paleosardinieraren arteko harremana planteatu zuena, ezta?
Lehenago ere, hogeigarren mendearen lehen erdian izan ziren
beste ikertzaile batzuk: Bertoldi, Wagner... Gaia ez zuten sakon landu,
baina aipatu zituzten antzekotasun batzuk.'Gorosti' hitza oso aipatua izan zen hasiera batean, ezta?
Uharte hartan erdialdea menditsua da eta erromatarrek 'Barbagia' deitu zioten.
Bai, badakizu erromatarrek 'barbaro' esaten zietela latina
egiten ez zuten herrialde guztiei. Asko kostatu zitzaien mendialde hori
konkistatzea, bai kartagotarrei bai erromatarrei. Eskualde hori izan da
ohiturak eta esentziak ondoen gorde dituena. Blasco Ferrer hau nor zen?
Gaur egungo sardiniera nolakoa da? Hizkuntza latinoa da?
Bai, latinetik datorrena da. Esaten dute kontserbadoreena
dela, bai fonetikan bai lexikoan. Latinaren antz gehien duena, alegia.
Egoera soziolinguistiko txarra dauka, nahiz milioi bat hiztun diren.
Biztanleen %70ek daki hizketan, baina ofizialtasunik ez dauka, ez da
irakasten eskolan, telebistan ez dauka presentziarik… gazteek ulertzen
dute, baina ez dute egiten.Liburuan diozunez, Blasco etorri zen Euskal Herriko Unibertsitatera bere hipotesia defendatzera.
Harrigarria da: hemen hedabideok ez dut uste paleosardinieraren hipotesi hau sekulan publikatu edo haizatu dugunik.
Liburuan irakur daitekeenez, gutxienez berrogei bat hitz gelditu dira gaurko Sardiniako erromantzean, euskararen antza dutenak.
Gai hau ez dago behar beste sakondua, beharko litzatekeelako gaurko sardiniera eta euskara, biak ongi ezagutzen dituen jendea.Eman adibide batzuk.
'Sorighina' landarearen adibide hori harrigarria da, bai.
Orain fantasiaren arloan sartuko naiz pixka bat. Ez dakigu
oso garbi gure 'sorgin' hitzaren jatorria. Ez dakigu 'sortu' hitzetik
datorren eta 'emagin' hitzaren halako sinonimo bat den, edo 'zori'-tik
datorren eta asmatzeko gai den pertsona adierazten duen; igarlea,
'agoreroa', alegia. Batzuek, berriz, esaten dute pertsona bera izaten
zela emagin eta igarlea. Baina beno, lurralde zail batean sartzen ari
gara…Liburuaren izenburuak galdera-ikurra dauka. Zuk zer uste duzu, badagoela lotura bi lurraldeon artean?
Sardinian zer diote? Ba al dago euskararekiko loturaren kontzientziarik?
Genetikako aurkikuntza batzuk ere aipatu duzu liburuaren aurkezpenean.
Iruña-Veleiaz ere galdetuko dizut, oso murgildua baitzaude hango aztarnen benetakotasunaren defentsan.
Entrevista del 18/3/2018 con Juan Martin Elexpuru en ARGIA
Los datos nos muestran que en Cerdeña se encuentran vestigios del euskera
Euskera y paleosardo –la lengua hablada en la isla antes de la conquista romana- son los idiomas que ha relacionado el escritor y lingüista Juan Martin Elexpuru (Ubera-Bergara 1950) en el libro Euskararen aztarnak Sardinian?, es decir, ¿Vestigios del euskera en Cerdeña) (Pamiela 2017). Antes que nada, se puede afirmar que es una hipótesis que sorprende, aunque no sea nueva.Miel Anjel Elustondo , 2018ko martxoaren 18a
Ya sabes que provoca extrañeza el escuchar que el euskera y la antigua lengua de Cerdeña están relacionados.
Sí, por supuesto. De todas maneras, primeramente se deben proporcionar datos que demuestren que existen vestigios del euskera en la isla. Me he esforzado en ello en este libro. No he sido el primero en ponerse manos a la obra, pero sí, quizás, el que más datos ha presentado tanto toponímicos como de otras disciplinas. Después del trabajo investigatorio, y teniendo los datos encima de la mesa, tocaba hacer hipótesis interpretativas, y las he hecho. Entre las diversas hipótesis, la principal –y no es solamente mía– es que después de la última glaciación, cuando los hielos se retiraron, la gente se expandió desde nuestra área geográfica, desde el llamado Refugio Glacial “Vasco” o “Franco-Cantábrico”, en todas la direcciones, entre ellas a Cerdeña.
Cuando?
Durante el Mesolítico. Hace siete mil o diez mil años, pues seguramente hubo diversas oleadas migratorias. No existe duda de que hubo migraciones, la Genética y la Arqueología lo confirman. Existe también otra hipótesis, la que preconiza que el euskera vino de Anatolia durante el Neolítico. Según esta hipótesis, el euskera habría recorrido el camino inverso, habría pasado primero por Cerdeña antes de dar el salto a Euskal Herria. En mi opinión tiene menos fuerza esta segunda, aunque no la descartaría de ningún modo. Y se podría formular una tercera: que tanto el euskera como el paleosardo hayan bebido de las dos fuentes, de la fuente paleolítica, la del refugio, y de la fuente neolítica, la de oriente. Es decir, que fueran una fusión de ambas.
Según leemos en el libro, hace casi 100 años que los lingüistas plantearon este tema. Vittorio Bertoldi, entre otros.
En aquella época estaba de moda la teoría del substrato mediterráneo. Resumiendo, según esa corriente, las lenguas que se hablan actualmente en el Mediterráneo europeo son descendientes de lenguas foráneas llegadas no hace demasiado tiempo, es decir, mil o dos mil años antes de nuestra era con la expansión indoeuropea. Las lenguas itálicas –entre ellas el latín–, y el griego, principalmente. Esos pueblos indoeuropeos tuvieron que adoptar necesariamente multitud de elementos lingüísticos de los idiomas que se hablaban en el Mediterráneo, términos abstractos, nombres de lugar, de anímales, plantas, etc. Hay quien afirma –miembros de la escuela substratista italiana sobre todo– que el % 40 de los elementos lingüísticos del griego y del latín procede del substrato. Bertoldi participa de esta corriente, junto con otros muchos lingüistas.
¿En qué consiste entonces la aportación del lingüista moderno Eduardo Blasco Ferrer?
En la época de Bertoldi y compañía los datos para relacionar euskera y paleosardo se reducían a unas pocas palabras: gorosti / golostri, mukuru / mogoro, ospel / ospile… Una docena de términos como mucho y algún topónimo. Blasco Ferrer ha ido mucho más lejos. Sin tomar en consideración la teoría del substrato mediterráneo, se centra en el parentesco entre euskera y paleosardo. En su opinión, euskera y paleosardo son en origen la misma lengua, y luego se distanciarían con el tiempo.
Empezaste en 2010 tu investigación sobre Cerdeña
Con ocasión del asunto de Iruña-Veleia, el lingüista valenciano Luis Silgo me puso al corriente de las investigaciones de Blasco Ferrer, quien estaba a punto de publicar un libro sobre el tema. Inmediatamente me puse en contacto con él. Fue entonces cuando comencé a trabajar, teniendo en mente la pregunta del título del libro: Euskararen aztarnak Sardinian?, es decir, ¿Vestigios del euskera en Cerdeña?, con signo de interrogación, pues en asuntos antiguos las seguridades son pequeñas. Hecha la pregunta, he tratado de hallar respuestas y de llegar a conclusiones. Y en mi opinión los datos nos enseñan que existen vestigios del euskera en Cerdeña. Si alguien opina lo contrario y tiene argumentos para ello, que los exponga.
Has elaborado un mapa de Cerdeña con muchos de topónimos de aspecto vasco. Son mult
Sí, son muchos. He intentado hacer lo mismo en Sicilia, y no he encontrado prácticamente nada, solamente tres o cuatro coincidencias. En Cerdeña, sin embargo, son numerosísimos los que muestran alguna raíz de aspecto vasco; al final del libro figura una relación de más de 4.000 nombres. Sorprende encontrar entre los topónimos nombres como Aspidatzu, Urrossolo, Meskiris o Isturis. También es relevante su distribución geográfica. La mayor densidad de topónimos de aspecto vasco se encuentra en la región llamada Barbaria, en la zona centro-este de la isla, de orografía montañosa y caótica, donde es sabido que los sucesivos conquistadores de la isla tuvieron muchos problemas para dominarla. En la estructura del romance sardo hablado hoy en día también existen indicios de la posible relación, como la resistencia al uso de la R en inicio de palabra o la ausencia del fonema V.
Aunque las evidencias sean numerosas, te quejas de que la comunidad científica de Euskal Herria no le presta atención al tema.
Primeramente, se da por aceptado que al euskera no se le ha encontrado ningún pariente, ni entre las lenguas vivas ni las muertas. Y si hasta ahora los miembros de nuestra comunidad científica no han encontrado nada, piensan que difícilmente lo harán otros. Se oye decir: “Si se encuentran evidencias, las aceptaremos”, pero luego no es así. Existe una segunda razón: como tenemos poca documentación sobre el euskera de la antigüedad (unos pocos cientos de nombres propios en lápidas y aras de época romana, y poco más), se toma la reconstrucción como prácticamente único instrumento para retroceder en la historia de la lengua. Si se tomaran en consideración las evidencias de Cerdeña (y las de Iruña-Veleia), la reconstrucción perdería peso, al menos en cierta medida.
En cierta medida, de todas maneras.
Sí, pero a algunos no les gusta aceptar que pudieran estar equivocados en nada. Una tercera razón, algunas etimologías consideradas seguras se podrían poner entela de juicio a la luz de los nuevos datos. Por ejemplo que hobi (‘cavidad’, ‘lecho’) provenga del latín foveum. Si (h)obi aparece repetidamente en Sardinia , y en todas las posiciones, la etimología “segura” quedaría anulada automáticamente. Esto lo dice expresamente Blasco en su libro. A decir verdad, no hacía falta ir tan lejos para llegar a esa conclusión, pues tenemos en casa hilobi o harrobi, o los nombres de río Errobi y Urrobi. O se podría poner el ejemplo de soro o solo (‘labradío’). Según el Diccionario General vasco, proviene del latín solum. Esa palabra latina sí habría dado en euskera zoru o zolu, en castellano ‘suelo’, eso que pisamos, pero no ‘terreno de labranza’, ‘labradío’. En ninguna lengua romance, que sepa, existe una palabra significando labranza que provenga de solum. En Sardinia aparecen con profusión soro y solo. Sorabile es el nombre de una ciudad romana de la Barbaria (y Sorabilla es un barrio de Andoain). Orgósolo es una afamada población de la isla. Tengo claro que algunos datos de Cerdeña cuestionan algunas etimologías y teorías de Mitxelena y sus seguidores. Por ejemplo, que el artículo -a (mejor llamarlo determinante) se introdujo en el euskera en la Edad Media, una hipótesis que se ha convertido en dogma en nuestras facultades. El hecho de que Cerdeña existan topónimos como Arana, Arria, Barria, Basaura, Ilarra, Iria, Lasa, Maia, Sarria… invalida totalmente, en mi opinión, dicha teoría o hipótesis. Creo que los filólogos vascos “de oficio” deberían de estar encantados con los nuevos descubrimientos. Tengo la esperanza que los datos que están a la vista de todos harán reflexionar a los que se mueven en el mundillo, a lo mejor no a las viejas generaciones pero sí a las nuevas.
No a las viejas generaciones pero sí a las nuevas
Si al menos “la comunidad científica” respondiera, argumentara, aunque sea contra argumentando…. Razonando se puede debatir, pero la táctica consiste en ignorar, en no tomar en consideración, en callarse. Han transcurrido ocho meses desde que se publicó el libro y todavía no se ha publicado ninguna crítica o reseña. Y desde entonces, ésta de ARGIA es la primera entrevista en un medio escrito, a pesar de que lo he intentado con muchos. Parece ser que “la élite cultural vasca” solo acepta aquello que cuenta con la bendición de la Universidad del País Vasco y Euskaltzaindia.
En aquella época estaba de moda la teoría del substrato mediterráneo. Resumiendo, según esa corriente, las lenguas que se hablan actualmente en el Mediterráneo europeo son descendientes de lenguas foráneas llegadas no hace demasiado tiempo, es decir, mil o dos mil años antes de nuestra era con la expansión indoeuropea. Las lenguas itálicas –entre ellas el latín–, y el griego, principalmente. Esos pueblos indoeuropeos tuvieron que adoptar necesariamente multitud de elementos lingüísticos de los idiomas que se hablaban en el Mediterráneo, términos abstractos, nombres de lugar, de anímales, plantas, etc. Hay quien afirma –miembros de la escuela substratista italiana sobre todo– que el % 40 de los elementos lingüísticos del griego y del latín procede del substrato. Bertoldi participa de esta corriente, junto con otros muchos lingüistas.
¿En qué consiste entonces la aportación del lingüista moderno Eduardo Blasco Ferrer?
En la época de Bertoldi y compañía los datos para relacionar euskera y paleosardo se reducían a unas pocas palabras: gorosti / golostri, mukuru / mogoro, ospel / ospile… Una docena de términos como mucho y algún topónimo. Blasco Ferrer ha ido mucho más lejos. Sin tomar en consideración la teoría del substrato mediterráneo, se centra en el parentesco entre euskera y paleosardo. En su opinión, euskera y paleosardo son en origen la misma lengua, y luego se distanciarían con el tiempo.
Empezaste en 2010 tu investigación sobre Cerdeña
Con ocasión del asunto de Iruña-Veleia, el lingüista valenciano Luis Silgo me puso al corriente de las investigaciones de Blasco Ferrer, quien estaba a punto de publicar un libro sobre el tema. Inmediatamente me puse en contacto con él. Fue entonces cuando comencé a trabajar, teniendo en mente la pregunta del título del libro: Euskararen aztarnak Sardinian?, es decir, ¿Vestigios del euskera en Cerdeña?, con signo de interrogación, pues en asuntos antiguos las seguridades son pequeñas. Hecha la pregunta, he tratado de hallar respuestas y de llegar a conclusiones. Y en mi opinión los datos nos enseñan que existen vestigios del euskera en Cerdeña. Si alguien opina lo contrario y tiene argumentos para ello, que los exponga.
Has elaborado un mapa de Cerdeña con muchos de topónimos de aspecto vasco. Son mult
Sí, son muchos. He intentado hacer lo mismo en Sicilia, y no he encontrado prácticamente nada, solamente tres o cuatro coincidencias. En Cerdeña, sin embargo, son numerosísimos los que muestran alguna raíz de aspecto vasco; al final del libro figura una relación de más de 4.000 nombres. Sorprende encontrar entre los topónimos nombres como Aspidatzu, Urrossolo, Meskiris o Isturis. También es relevante su distribución geográfica. La mayor densidad de topónimos de aspecto vasco se encuentra en la región llamada Barbaria, en la zona centro-este de la isla, de orografía montañosa y caótica, donde es sabido que los sucesivos conquistadores de la isla tuvieron muchos problemas para dominarla. En la estructura del romance sardo hablado hoy en día también existen indicios de la posible relación, como la resistencia al uso de la R en inicio de palabra o la ausencia del fonema V.
Aunque las evidencias sean numerosas, te quejas de que la comunidad científica de Euskal Herria no le presta atención al tema.
Primeramente, se da por aceptado que al euskera no se le ha encontrado ningún pariente, ni entre las lenguas vivas ni las muertas. Y si hasta ahora los miembros de nuestra comunidad científica no han encontrado nada, piensan que difícilmente lo harán otros. Se oye decir: “Si se encuentran evidencias, las aceptaremos”, pero luego no es así. Existe una segunda razón: como tenemos poca documentación sobre el euskera de la antigüedad (unos pocos cientos de nombres propios en lápidas y aras de época romana, y poco más), se toma la reconstrucción como prácticamente único instrumento para retroceder en la historia de la lengua. Si se tomaran en consideración las evidencias de Cerdeña (y las de Iruña-Veleia), la reconstrucción perdería peso, al menos en cierta medida.
En cierta medida, de todas maneras.
Sí, pero a algunos no les gusta aceptar que pudieran estar equivocados en nada. Una tercera razón, algunas etimologías consideradas seguras se podrían poner entela de juicio a la luz de los nuevos datos. Por ejemplo que hobi (‘cavidad’, ‘lecho’) provenga del latín foveum. Si (h)obi aparece repetidamente en Sardinia , y en todas las posiciones, la etimología “segura” quedaría anulada automáticamente. Esto lo dice expresamente Blasco en su libro. A decir verdad, no hacía falta ir tan lejos para llegar a esa conclusión, pues tenemos en casa hilobi o harrobi, o los nombres de río Errobi y Urrobi. O se podría poner el ejemplo de soro o solo (‘labradío’). Según el Diccionario General vasco, proviene del latín solum. Esa palabra latina sí habría dado en euskera zoru o zolu, en castellano ‘suelo’, eso que pisamos, pero no ‘terreno de labranza’, ‘labradío’. En ninguna lengua romance, que sepa, existe una palabra significando labranza que provenga de solum. En Sardinia aparecen con profusión soro y solo. Sorabile es el nombre de una ciudad romana de la Barbaria (y Sorabilla es un barrio de Andoain). Orgósolo es una afamada población de la isla. Tengo claro que algunos datos de Cerdeña cuestionan algunas etimologías y teorías de Mitxelena y sus seguidores. Por ejemplo, que el artículo -a (mejor llamarlo determinante) se introdujo en el euskera en la Edad Media, una hipótesis que se ha convertido en dogma en nuestras facultades. El hecho de que Cerdeña existan topónimos como Arana, Arria, Barria, Basaura, Ilarra, Iria, Lasa, Maia, Sarria… invalida totalmente, en mi opinión, dicha teoría o hipótesis. Creo que los filólogos vascos “de oficio” deberían de estar encantados con los nuevos descubrimientos. Tengo la esperanza que los datos que están a la vista de todos harán reflexionar a los que se mueven en el mundillo, a lo mejor no a las viejas generaciones pero sí a las nuevas.
No a las viejas generaciones pero sí a las nuevas
Si al menos “la comunidad científica” respondiera, argumentara, aunque sea contra argumentando…. Razonando se puede debatir, pero la táctica consiste en ignorar, en no tomar en consideración, en callarse. Han transcurrido ocho meses desde que se publicó el libro y todavía no se ha publicado ninguna crítica o reseña. Y desde entonces, ésta de ARGIA es la primera entrevista en un medio escrito, a pesar de que lo he intentado con muchos. Parece ser que “la élite cultural vasca” solo acepta aquello que cuenta con la bendición de la Universidad del País Vasco y Euskaltzaindia.