Argazkia: Maritxu

Jende talde polita bildu ginen, leku ezberdinetatik etorritakoak, giro jatorrean, 

eguraldi bikaina lagun.
Iritzi orokorra: «ez dabil inor hemendik,  inor ari ote da hemen lanean? utzia ageri da«
A convocatoria de SOS Iruña-Veleia, Martin Ttipia Fundazioa y Euskararen Jatorria, el sábado pasado 1 de agosto nos reunimos un buen grupito de más de 30 personas euskaldunes para realizar una visita al yacimiento de Iruña-Veleia. La convocatoria estaba hecha con prisas, casi informalmente y sólo en los respectivos blog de los convocantes, y no debió merecer el eco en las agendas «oficiales»de la prensa. Por eso, la visita era «alternativa» incluso en la convocatoria.
 Así las cosas, habría que valorar la experiencia como «buena o muy buena»: 1.–por el número de asistentes: yo llegué a contar 36, incluyendo al guía, anfitriona e infantes :-)),  2.-porque casi todos los asistentes eran «nuevos» en el tema (sólo 4 ó 5 creo éramos del «rollo»), y  3.- fue una asistencia «variada y diversa» en cuanto a la procedencia: algunos dijeron venir de Iparralde (salieron de casa a las 7 y media, tiene mérito), bastantes de Bizkaia y Gipuzkoa, de Araba por supuesto, unos cuántos de Nafarroa…
La visita fue íntegramente en euskera, duró de las 11 horas en punto (en cuanto abrieron las puertas) hasta las 12 y media, estuvo guiada principalmente por Juan Martin Elexpuru, pero también otros varios aportaron con sus matizaciones y sobre todo con preguntas. La visita fue amena, sencilla, cordial.
Tras la visita al yacimiento, nos reunimos dos docenas en torno a un buen menú del día (en Langraiz) y a una proyección en la sala social de Iruña Oka.
En la zona de la retroexcavadora:
Al salir ya de la visita propiamente al yacimiento, hicimos un alto breve en el área donde Julio Nuñez mandó meter la polémica retroexcavadora (fuera de la zona perimetrada por las murallas, junto a la puerta principal de entrada al yacimiento). Y una anécdota o más que una anécdota: uno de los asistentes, Joseba, profesor de un instituto y  muy interesado en el tema de I-V, nos «contó al oído» que una vez él entró en esta área para ver de cerca los restos cubiertos (quería saber qué eran esos plásticos claros)  y al caminar  «veía trozos de cerámica como tirados en la superficie…». Quisimos comprobar si era un farol (ya se sabe, los profesores tienden a exagerar). Poniendo a todos los asistentes como testigos, entramos dos o tres en el área casi de puntillas y en menos de diez minutos pudimos fotografiar una docena de pedazos de terra sigillata que estaban allí, estaban a mano, a simple vista, algunos cachos eran diminutos pero otros eran de cierta consideración, semienterrados o totalmente al descubierto, parecían muy sucios de tierra pero sí que se podían advertir molduras de fábrica en algunas de las piezas…

–Halako zenbat eraman ote zituzten kamiolariek «zabortegira»?, preguntó alguien.

Primera advertencia: Esta área en cuestión (donde dijeron haber descubierto un mercado, creo recordar) no está delimitada (a no ser por un escalón de tierra bajo rastrojos, cardos puntiagudos y la hierba sin cortar) ni hay pasillos para visitantes (por lo cabe deducir no hay restricción alguna de paso) ni señalización visible con llamada de estar en zona con restos arqueólogico, excepto un pequeño panel aislado de 0,50 x 0,30 cms o algo así, colocado a pequeña altura en uno de los ángulos del área. ? !.

Segunda advertencia (por si acaso): los pedazos que fotografiamos quedaron allí, fuimos advertidos sevéramente por el guía para que a nadie se le ocurriera cogerlo…ni uno pequeñito.
Una impresión generalizada: «esto está muerto… Casi abandonado…»
Era agosto, era sábado por la mañana, estuvimos en el yacimiento y alrededores más de dos horas y yo al menos sólo pude ver (además del grupo nuestro) al guarda en la puerta de acceso y una pareja de visita. Nadie más, nadie.
Nadie más y nada más: la zona trabajada con la retroexcavadora (junto a la entrada) sigue allí igual que hace un año, ni siquiera han desbrozado la hierba este año en este espacio,  las paredes que habían quedado al descubierto por la retroexcavadora siguen cubiertas con plásticos, nada parece haber cambiado, excepto los propios plásticos a la intemperie en su proceso de descomposición…

Tampoco he podido ver grandes avances en las murallas, en cuya recuperación se «están invirtiendo los más de 200.000 euros anuales del presupuesto»…Quizás se ha reconstruido uno de los torreones, pero no más. O esa fue mi impresión.

Dentro del yacimiento, todo sigue igual, todo lo que está expuesto hoy es lo que ya estaba expuesto cuando yo lo visité la última vez (hace años) o así me lo pareció. Me corregís, por favor.
El recorrido interior del yacimiento está correctamente desbrozado, bien delimitado.

Próxima visita alternativa: en castellano, el 5 de septiembre.