Entrevista de prensa del 19/01/2009 con Martín Almagro Gorbea
– Un yacimiento celtibérico romano.
– Y yo, que me siento vasco y soy vasco, me hago dos reflexiones: quiénes son más vascos y quiénes aportan más, los que falsifican la historia para seguir manipulando mitos en su beneficio o los pocos que nos atrevemos a denunciar que por ese camino no nos labramos un futuro mejor.
– El Árbol de Guernica, que, por cierto, es de origen celta.
– Únicamente es posible en una sociedad en la cual instrumentalizar la Historia a través de la ideología forma una parte tan sustancial de la vida política.
– Y creo que esto no se ha denunciado durante dos años en el País Vasco porque falla la libertad de expresión.
– Porque creo que los vascos de verdad no somos nacionalistas.

http://www.abc.es/20090118/cultura-arqueologia/solo-pais-vasco-posible-200901180507.html
«Sólo en el País Vasco es posible un escándalo como el de Veleia»
Los hallazgos arqueológicos de Iruña-Veleia (Álava), donde aparecieron centenares de grafitos que supuestamente cambiaban la Historia, tienen visos de inmenso bluf, y Almagro pone voz a las fundadas sospechas de fraude.
Por lo que hoy sabemos, el vasco en época prehistórica no se hablaba en el País Vasco, sino en el Pirineo y en Aquitania.
BLANCA TORQUEMADA
Actualizado Lunes, 19-01-09 a las 09:59
-Iruña-Veleia. Para quien no conozca el asunto, ¿de qué estamos hablando?
-Se trata de un yacimiento celtibérico romano. Veleia es el nombre prerromano de un «oppidum», una ciudad fortificada indígena, que se romanizó.
-En la excavación de esos vestigios aparecen en 2006 todas esas tablillas, y se datan en el siglo III… Entre ellas, la de la supuesta primera representación de un calvario, otra con palabras en euskera y hasta las que incluyen jeroglíficos egipcios.
-Cuando salieron los grafitos, me llamaron la atención porque documentarían que se hablaba vasco en una zona en la que nunca ha estado implantado. Pero luego me llegaron las fotos en las que se reproducía la tablilla del calvario en la que la cruz de Jesús en vez de «INRI» tiene escrito «RIP». ¡Tremendo! En términos de teología cristiana, es una blasfemia. Eso indicaba que el que lo había hecho tenía muy poca idea de epigrafía. Ahí yo ya no le di más importancia al caso y me limité a zanjar «esto es falso». Pero cuando me enteré de que habían dado más de tres millones de euros para la excavación, entonces ya entramos en una gran chapuza y una estafa intelectual, porque se utilizan medios para fines que no son correctos.

Las presuntas inscripciones en vasco creo que dan risa. ¡Son casi en batúa!
-Es como si dijeran «vamos en tranvía a las pirámides, le dijo el faraón a la faraona». Lo del «RIP» era determinante, pero todo lo demás también.
¿Estafa arqueológica con trastienda política?
-Es intencionada y con muchos medios que no se justifican. Y yo, que me siento vasco y soy vasco, me hago dos reflexiones: quiénes son más vascos y quiénes aportan más, los que falsifican la historia para seguir manipulando mitos en su beneficio o los pocos que nos atrevemos a denunciar que por ese camino no nos labramos un futuro mejor. Tenemos mitos muy bonitos, como los de Túbal o el Árbol de Guernica, que, por cierto, es de origen celta. Y hay que mantenerlos, pero no instrumentalizarlos para tener doblegada a la población. Por lo que hoy sabemos, el vasco en época prehistórica no se hablaba en el País Vasco, sino en el Pirineo y en Aquitania. Esa teoría podría cambiar con datos nuevos, pero desde luego no son los de Veleia. Y es muy interesante que justo se invente Veleia para apoyar una tesis que científicamente desmienten los nombres de los ríos u otros datos.
Se dio el precedente de la cueva de Zubialde, que se presentó como una «sixtina» del arte rupestre y resultó que todavía olía a «titanlux».
-¡Pero esto es simplemente porque, como dan premios para tener más prehistoria, un señor se inventó un bisonte!
Proliferan en el País Vasco montajes así…
Únicamente es posible en una sociedad en la cual instrumentalizar la Historia a través de la ideología forma una parte tan sustancial de la vida política.
Y yo, que me siento vasco y soy vasco, me hago dos reflexiones: quiénes son más vascos y quiénes aportan más, los que falsifican la historia para seguir manipulando mitos en su beneficio o los pocos que nos atrevemos a denunciar que por ese camino no nos labramos un futuro mejor.
-Y el «tenderete» de Veleia ha aguantado en pie dos años.
¡Sólo en un ambiente enrarecido y muy especial es posible que esta pantomima se sostenga tanto tiempo!
-¿Y si se insinúa que quienes descalifican los hallazgos están al servicio del Estado centralista y malvado?
-Yo simplemente ejerzo mi libertad de palabra. Y creo que esto no se ha denunciado durante dos años en el País Vasco porque falla la libertad de expresión.

¿Hay especialistas que denunciaban el bulo en privado pero no en público?
-¡Y a uno que lo dijo en público se le echaron encima! Y eso que era de espíritu nacionalista, cosa que yo no soy. Porque creo que los vascos de verdad no somos nacionalistas. Uno de los artífices del vasquismo, el padre Larramendi, ya inventó una inscripción falsa en el siglo XVIII para demostrar que los vascos creían en un solo Dios antes de los romanos. ¡Lo de Veleia suena a lo mismo!
[el subrayado en la entrevista es nuestro]