La «Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología» y grupos políticos alaveses piden a Diputación, al Gobierno Vasco y al Ministerio que localicen y protejan el objeto arqueológico, hallado en Suestatium-Arkaia en 1985.



    El diario «El Correo-Álava» del domingo pasado (23 de enero del 2022) en crónica firmada por Sergio Carracedo

desvelaba en titular «el extraño misterio (sic) de la cabeza  hallada en Álava y ahora perdida» del dios greco-romano Dionysos-Baco.

El busto original habría estado en mano de un ex-dirigente del PNV (con nombre y apellidos) pero este manifiesta poseer «una réplica idéntica» y desconocer el paradero del original.

    Otros medios de comunicación se hicieron eco de la denuncia y, a lo largo de semana, algunos grupos políticos han intervenido públicamente y una denominada «Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología«, además de mostrar su indignación, se ha dirigido al Ministerio dirigido por Iceta, al Gobierno Vasco y a la propia Diputación en solicitud de que localicen y recuperen el patrimonio «robado y perdido» (sic). 

    «Es un escándalo que uno de los principales hallazgos de Arkaia esté en mano privadas«……muy oportuno que El Correo haya destapado el casoha llegado el momento de recuperar la pieza…» ha manifestado Álvaro Iturritxa, presidente de la Junta Administrativa de Arkaia. 

    Pero hay quien opina que ya no se podría reclamar la pieza original porque «ha prescrito». 

    También el Diputado General, Ramiro Gonzalez, se ha pronunciado categórico: «Diputación hará todo lo que esté en su mano dentro de la ley para recuperar la pieza…Es deplorable cualquier apropiación de un bien patrimonio de todos los alaveses…Esa pieza debiera de ser pública y tendría que estar en manos de Diputación…»


    👉Pero esta pieza arqueológica (que ha dado que hablar esta semana) no parece ser el único objeto arqueológico «patrimonio-de-todo-los-alaveses» que «tendría que estar» pero que no «está en manos de la Diputación» alavesa. 
Otra escultura, bien conocida para los alaveses,

representando el torso con coraza 
(un thoracatus, una «escultura thoracata»
de un militar de alto rango,
considerado como uno de los más relevantes hallazgos arqueológicos de Álava,
pieza emblema de la revista «Veleia»
y reclamo (junto a La Dama) 
del Museo Arqueólogico de Álava en sus distintas ubicaciones

es una reproducción hecha en yeso,
del original que está
en el Museo «Lázaro Galdiano» de Madrid. 





    El thoracato original 

es una escultura de tipo helenístico, posible retrato de un emperador u oficial superior. Hecho en mármol blanco, datado (por sus características) en el 2º tercio del siglo II, mide 26 com de alto y ni su origen ni el contexto de su hallazgo parecen estar bien documentados, aunque se hable ya de el desde el año 1873, diciendo que «era originaria de Iruña«.  (1)

    La pieza ha estado en poder de ilustres coleccionistas alaveses varios antes de que recalara en Madrid y, desde la muerte de su último propietario,  pertenece a la colección y al Museo «Lázaro Galdiano», donado al Estado.



(1).- Para los más estudiosos: Carlos Ortiz de Urbina Montoya y otros publicaron el año 2019 un estudio sobre los registros documentales y las vicisitudes y pormenores y otras cuestiones sin resolver de esta obra: «El Thoracato de Iruña».  
Recogen en su estudio que en un Catálogo del año 1834 se describe:

«Un trozo de Escultura antigua de mármol blanco, de figura humana, sin cabeza ni brazos, representa una figura militar y tiene pie y medio de alto. Se halló en Navarra.»   (El subrayado es mío).

Cuando los documentos dicen que «procede de Iruña«, se entiende que de Iruña de Álava, es decir Iruña-Veleia. Pero ese documento de 1834 dice «se halló en Navarra«, luego se puede entender que es de Iruña…¿pero de Iruña – Pamplona?
Otras preguntas de los mismos autores, cuando advierten que el Catálogo habla de «una escultura de pie y medio»,  lo que equivaldría a 41,79 cm…y, sin embargo, el thoracato del «Lázaro Galdiano» mide 26 cm de alto. 15 cm es mucha diferencia y más bien parecen dos thoracatos: de las mismas características, sí, pero dos, uno el que está en el Museo de Madrid…Y entonces ¿hay un thocarato «en paradero desconocido» de 41,79 cms?.



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    👉 En el barrio Eraña-Bolibar de Eskoriatza (Gipuzkoa), Teodoro Martinez Antsorena encontró en 1972 unos «cuencos», dos, de oro, de formas hemisféricas, decorados con bandas horizontales y han sido datados en la Edad del Bronce (-1000 – 850 a.C.)
«Axtrokiko Ontziak edo Katiluak»           //            «Cuencos de Axtroki»

    Están expuestos en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid:


    Los «Cuencos de Axtroki» de Eskoriatza, no son «únicos». 
    Datados en la Edad del Bronce, «copas» o «cuencos» de oro con la misma forma y de las mismas características, incluso en la decoración, son:
las piezas 36, 37 y 38 del «Tesoro de Villena» (Alicante) y el «Casco de Leiro» (A Coruña)

    (Para aumentar, clicar sobre la imagen).


    Por su vistosidad, por su perfección, por cronología, podríamos decir que son tesoros muy similares pero veo una gran diferencia:  en su gestión. ¿Cómo hemos gestionado y cómo estamos disfrutando de ese Patrimonio, tan cacareado?

–El «Tesoro de Villena» fue descubierto por José M. Soler García en 1964  y está expuesto en el «Museo Arqueológico J.M.Soler » de Villena (Alacant).
–El «Casco de Leiro» fue descubierto por José Vicente Somoza en 1976 y está expuesto en el «Museo Arqueológico e Histórico de A Coruña».
–Los «Cuencos de Axtroki» fueron descubiertos por Teodoro Martinez Antsorena en 1972 y están expuestos en el Museo Arqueológico, en la calle Serrano, número 13, en Madrid. 


Cuenta José Vicente Somoza que estaba excavando de mala gana en «O Curruncho dos Porcos» (paraje de Rianxo) cuando se encontró con esta «caldera» (el Casco de Leiro), que creía que era de hierro o un caldero pintado en dorado, «¿…qué caldereita de lata levas ai?...», «Ata me ofreceron un porco por el» y resultó ser un recipiente ritual,  un cuenco de 270 gramos de oro y 24 quilates, del final de la Edad de Bronce. Cuenta que, durante días su casa fue un lugar de peregrinaje…pero consiguió, con la ayuda del cura, del sargento y del gerente del Castelo de San Antón, (y un millón de pesetas de la época, todo hay que decirlo, 3.000 euros actuales) hicieron posible que la pieza se quedara «en la provincia«.-