La primera pieza que enseño el perito del IPCE en la Sala del juicio oral, el lunes 16 de febrero era la pieza 11423. Tanto perito Albisu como yo, nos habíamos fijado en que es esa pieza era muy pedagógica para demostrar lo que es una fluorescencia de pátina, y como es su ausencia, en caso de surcos recientes (o sobrelimpiados).

Utilizando esa pieza, el perito del IPCE implícitamente ha reconocido el valor de la fluorescencia para detectar la presencia de pátina o no; si su ausencia sirve para demostrar que zonas son contemporáneos, su presencia sirve para demostrar que zonas son antiguas.

Dejamos en el medio la autenticidad de la pieza – la verdad es que tiene unas pocas zonas de surcos que tienen una clara presencia de pátina, y vamos a estudiar los efectos de limpieza y la ausencia de pátina. Vamos a estudiar la cara B por ser más sencilla al tener menos surcos.

Superficie exterior: AQVILES (tras este nombre hay quizás otra letra, ¿M tumbada? o ¿símbolo indeterminable? ¿flecha+trazo sinuoso? ¿hoja de hiedra?) / HECTOR / HERC / VL / I. Superficie interior: ES.

Se observa una superficie con daños por sobrelimpieza con cepillo, y se observa que en muchas zonas la pátina ha quedado eliminado por la misma razón, aunque quedan algunas zonas donde la pátina sigue intacto. Es observar que se puede apreciar visualmente la pátina como zonas más oscuras que las zonas donde ha sido eliminado.
Imagen 11423-B IPCE Antelo 2014. La imagen ha sido sobresatuado para que se aprecie mejor la fluorescencia de la pátina. Se observa que en general no existe continuidad de pátina en los surcos, excepto en algunas zonas limitadas. Si hacemos omisión de esas zonas con pátina, la imagen es a nivel pedagógica un ejemplo de rotura de pátina.