En una página web (http://grupovarmel.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=26:como-disenar-un-epitafio-personalizado&Itemid=176), se muestran fotografías de epitafios recientes en español con graves faltas de ortografía. En algunos informes sobre los grafitos de Iruña-Veleia se utilizaban calificativos como “inadmisibles”, “inaceptables”, “impensables”, “inverosímiles” ante ciertos errores ortográficos o gramaticales, dando a entender que tales errores constituyen pruebas o indicios a favor de su falsedad. Sin embargo calificativos similares se podrían aplicar a inscripciones indudablemente auténticas, tanto de la Antigüedad como del tiempo presente, tal como lo demuestran las fotografías de epitafios recientes que se muestran abajo, en los que vemos errores como “vendigo”, “distes”, “devo”, “inportante”, “tentancion”, “yevalo”, “avias”, “pedasos”, “agase”, “fortalesa”, “umildad”, “a” (por “ha”), “decido” (por “decidido”), “resivirlos”, “triztesa”, “aces”, “disen” o “terreral”. Hay que tener en cuenta que estos textos no son obra de niños que aprenden a escribir, sino de adultos que se dedican profesionalmente a confeccionar epitafios, lo cual hace más injustificables tales errores. 


En el último epitafio vemos cómo se abrevia REC por “recuerdos” y FAM por “familiares”, cuando éstas no son abreviaturas comúnmente utilizadas en español y cuando hay espacio más que suficiente para escribir las palabras completas. Esto trae a la memoria los comentarios hechos en los informes de la comisión sobre algunas abreviaturas de los grafitos de Iruña-Veleia, como FILI(US), CORNE(LIUS), (H)OR(ATIUS) o (V)IRGILI(US), presentándolas como anomalías para una inscripción antigua. Sin embargo mucho más anómalas, pero no por ello menos reales, son las abreviaturas “rec(uerdos)” y “fam(iliares)” que vemos en un epitafio contemporáneo.