En el “Informe epigráfico-histórico sobre los graffiti hallados en Iruña-Veleia en
2005 - 2006”, de P. Ciprés y J. Santos Yanguas (2008), pág. 24, se comenta lo
siguiente sobre la inscripción de la pieza 11417:
“Tal y como ha llegado hasta nosotros, el grafito se halla
incompleto dando la impresión de que faltan letras a ambos lados, al menos, en
las líneas 2 y 3. Al inicio de la línea 2 debería restituirse la V inicial de
VIRGILI, y, al final, debería aparecer la terminación del nombre; en la línea 3
las letras OR nos llevan a considerar la intención de grabar un tercer nombre,
posiblemente Horatius, presente bajo
la forma HORACIO en otros grafitos de este conjunto. La disposición del
texto conservado incita a pensar en una fractura posterior a la realización del
grafito, que habría provocado la desaparición parcial del mismo. Sin
embargo, el hallazgo de dos fragmentos contiguos a éste por su parte derecha
muestran claramente la ausencia de texto, es decir, más allá de la letra I en
la línea 2 y de la R en la línea 3 no se ha grabado nada. A la izquierda como
mínimo debería faltar una V y una H en las líneas 2 y 3, cuya existencia real
no podemos comprobar. Pero en función de lo conservado cabe preguntarse por la
intención que encierra el hecho de no completar los nombres, si, al menos
al final de la l, queda un pequeño espacio para grabar una letra, que podría
tratarse de una O dadas las características del texto.” (Subrayado añadido.)
Pieza 11417 de Iruña-Veleia |
En el comentario de Ciprés y Santos Yanguas hay una
afirmación gratuita (de las que, por otra parte, están llenos los informes
de la comisión de la Diputación Foral de Álava), que es que la disposición del
texto hace pensar en una fractura de la pieza posterior a la inscripción del
grafito. ¿Por qué hay que pensar que fue así? No lo explican los autores del
informe, aunque más adelante se preguntan por la “intención de no completar los
nombres”, pareciendo que insinúan algo, pero sin comentar explícitamente nada
sobre si este hecho es prueba o indicio de falsedad. ¿Por qué unos expertos
epigrafistas como los profesores Ciprés y Santos Yanguas se extrañan de que en
una inscripción de época romana haya nombres incompletos? La epigrafía latina está llena de nombres y palabras incompletos o abreviados, como ya comenté en otro
post sobre las abreviaturas Corne
y Fili inscritas en otras piezas de
Iruña-Veleia (http://www.amaata.com/2013/12/filivs-cornelivslia-r-i-p_6.html).
¿Vamos a sospechar de decenas de miles de inscripciones latinas con nombres
abreviados? Sería el colmo del absurdo. A veces, el uso de una abreviatura
responde a la falta espacio en el soporte de escritura para completar la
palabra, como parece ocurrir en la pieza 11417 de Iruña-Veleia. Y,
precisamente, de las abreviaturas de esta pieza, (V)IRGILI(VS) y (H)OR(ATIVS), existen paralelos documentados en la epigrafía latina, que parecen ser
desconocidos para los profesores Ciprés y Santos Yanguas, pero que se pueden
encontrar fácilmente con una sencilla búsqueda en la base de datos epigráfica “Epigraphik
Datenbank” de Clauss-Slaby.
En dicha base de datos encontramos el nombre Vergilius en 76
inscripciones, que suman 200 si incluimos Vergilia y Vergilianus/a y las
declinaciones de dichos nombres (más 13 Virgilius/a/anus y 5 Bergilius/a/anus y sus declinaciones). Las
formas abreviadas de estos nombres aparecen con la siguiente frecuencia: VER
(n=1), VERG (n=10), VERGI (n=1), VERGIL (n=1), VERGILI (n=3). Es decir, que la
abreviatura VERGILI (similar al (V)IRGILI de la pieza de 11417 de Iruña-Veleia),
con 3 inscripciones, es la segunda más frecuente, tras VERG, de los nombres
Vergilius/a/anus/ana. Hay disponible en la Epigraphik Datenbank una fotografía de
buena calidad de una de estas inscripciones, que se muestra abajo:
Con respecto a Horatius, aparece en 45 inscripciones latinas,
que suman 269 si añadimos Horatia y las declinaciones de ambos nombres. Las abreviaturas
utilizadas en la epigrafía latina para Horatius/a se encuentran con esta
frecuencia: H (n=2), HO (n=1), HOR (n=133), HORA (n=11), HORAT (n=2), HORATI (n=1). Por
lo tanto, HOR, similar al (H)OR de la pieza 11417 de Iruña-Veleia, con nada
menos que 133 inscripciones, es la abreviatura más frecuente de Horatius/a en
la epigrafía latina. En la Epigraphik Datenbank, hay disponibles 10 fotografías
de buena calidad de inscripciones con la abreviatura HOR(ATIVS/A), que se muestran abajo (en la primera de ellas hay además dos abreviaturas
CORNELI(VS), que también se señalan):
En la inscripción que se muestra en último lugar observamos
cómo la R de HOR, señalada con una flecha azul, llega hasta el mismo borde del
soporte de la inscripción, sin poder completarse, por falta de espacio, como ocurre
también con la R de OR de la pieza 11417 de Iruña-Veleia. Lo mismo se observa más
abajo en la E de LYCIAE, también señalada con una flecha azul.
Por lo tanto, en vista de estos paralelos en la epigrafía
latina antigua, lo más razonable es pensar que el ostracón correspondiente a la
pieza 11417 de Iruña-Veleia se inscribió después de haberse producido la fractura del lado derecho,
utilizándose abreviaturas similares a otras documentadas en la antigüedad posiblemente por
falta de espacio para escribir los nombres completos o simplemente por seguir
una costumbre habitual en la epigrafía latina. La ausencia de la V inicial de (V)IRGILI(VS)
y de la H de (H)OR(ATIVS) puede deberse a una fractura por el lado izquierdo posterior a la
inscripción de los nombres. Otra posibilidad en el caso de (H)OR(ATIVS) es que
se hubiera escrito originalmente sin H, como ocurre en la inscripción que se
muestra abajo, ya que los errores concernientes a la H, ya sean por omisión o
por uso indebido por hipercorrección, son de los más frecuentes en la epigrafía
latina, al haberse perdido en latín la aspiración de la H desde época
republicana.
La utilización en la pieza 11417 de Iruña-Veleia de abreviaturas
con paralelos en la epigrafía latina y desconocidas para los expertos
epigrafistas que la examinaron, no es, por lo tanto, ningún indicio ni prueba
de falsedad. Por el contrario, es un argumento a favor de la autenticidad, ya
que una supuesta falsificación implicaría que el falsificador debería tener conocimientos sobre la epigrafía latina
superiores a los de los expertos de la comisión que examinaron y declararon falsos
los grafitos, lo cual es difícilmente creíble.
En conclusión, las supuestas pruebas de falsedad de los grafitos de Iruña-Veleia siguen siendo cero y las evidencias que apuntan en sentido contrario continúan acumulándose.