https://trifinium.tophistoria.com/la-expansion-altomedieval-del-euskera/
Gorrochategui (2018)
p 501 modificado F. Villar y B. Prosper Vascos, Celtas e Indoeuropeos (2005). Ed. Universidad de Salamanca
He añadido los teónimos de Villar, y los dos topónimos que reconozco como ‘euskeras’. Curiosamente Iturriza no. También trató la homonimia de Soria, pero no la reproduce en su mapa.
La area en roja es la zona con casi un centenar de nombres celtas/indoeurropeos, según Villar et al.

La entrevista:
https://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/mas-que-palabras/detalle/6732699/tercera-temporada-una-historia-vasconia-entrevista-su-director/

Alberto Santana cita a su  maestro, Joseba Aibatua:
https://trifinium.tophistoria.com/la-expansion-altomedieval-del-euskera/

Yo creo que un debate honesto es sano, y con un poco de pasión motiva a todo el mundo de reestudiar los datos, y de aprender de los argumentos de otros. Santana explica el caso de Bizkaia, donde se tiene «un solo caso dudoso, hasta ahora, de onomástica vasca». Pregunto, Álava y Gipuzkoa?
Álava oficialmente 3 (si hacemos caso omiso de Veleia), más si se admite los que tienen artículo ;).
Gipuzkoa uno en Oyarzun, pero las 3 provincias tienen una toponímia abrumante euskaldun, y sin duda tambien un número toponímia celta. Curiosamente de Navarra ya no hablamos.

Yo también creo que se debe en una interpretación seria respetar los datos objetivos. Primero observar, y luego interpretar (ver mapa Gorrochategui 2018)…

ELEMENTOS

1)Luis Mari Zaldua (2016). Sobre el elemento indoeuropeo pre-latino en la toponimia de Vasconia: los nombres de lugares terminados en»-ama». Fontes linguae vasconum: Studia et documenta, 48(121), 185-233. DESCARGAR AQUÍ

Distribución de los elementos -ama.
Arriba: zona ‘Vasconia occidental’
Abajo: Zona cuenca alta del Ebro, con zona anterior de occurencia
de los elementos -ama representado en gris

6. CONCLUSIONES

6.1. Con la prudencia a la que obliga un corpus tan exiguo como el que se ha empleado
en este trabajo (unas 30 muestras relativamente seguras y 8 dudosas), cabe concluir,
en primer lugar, que la mayoría de los topónimos en -ama no se distribuyen de manera
uniforme en toda Vasconia. Muchos se concentran en el triángulo Errezil-Entzia-Arakil,
en cuyo centro está el Goierri guipuzcoano, de manera que el territorio donde son más
abundantes los ejemplos de -ama es Gipuzkoa
. Tal vez porque las áreas onomásticas no
presuponen necesariamente áreas lingüísticas o, tal vez, por alguna otra razón, curiosamente,
la distribución de los topónimos con la terminación -ama no delimita posibles
focos de población de lengua indoeuropea en determinadas zonas de Álava y sur de
Navarra desde las que pudo partir su empleo hacia el norte, no dan fe de que en la parte
meridional de Vasconia hubiera alguna zona de lengua celtibérica donde el uso de -ama
fuera más intenso (o tan intenso) que en el norte de Álava, Bizkaia, sur de Gipuzkoa y
noroeste de Navarra. Lo que muestran los mapas es que la mayoría de topónimos en
-ama de Vasconia se ubican en la parte montañosa, en el norte, y no en la llanada alavesa
o el sector más occidental de Navarra, por citar dos zonas a priori representativas de
la presencia indoeuropea pre-romana.

Sin embargo, hay que señalar que los antropónimos indígenas de Álava y Navarra
(Arai [gen.], Araica, Araca, Segilus, Segontius…) no eran extraños en el sur de Gipuzkoa
(cfr. Arama, Arakama, Zegama), lo que sugiere que la provincia no estaba aislada de
las zonas más indoeuropeizadas de la Vasconia ibérica, sino, más bien, lo contrario. Los
mapas de -ama y los de los antropónimos indoeuropeos pre-latinos apuntan a que estos
últimos pudieron ser transferidos a Gipuzkoa desde el noreste de Álava. En concreto, la
zona de Entzia-Salvatierra es la única en la que hay testimonios epigráficos de antropónimos
indoeuropeos pre-latinos y topónimos con -ama.

Del examen conjunto de la toponimia en -ama se llega al resultado de que en determinadas
zonas del norte de Álava, Bizkaia, noroeste de Navarra y, sobre todo, del sur de
Gipuzkoa, hubo una influencia lingüística indoeuropea. En ese sentido, si bien es cierto que algunos de los topónimos en -ama de la provincia se sitúan en lugares más o menos
próximos a los poblados fortificados de la Edad de Hierro, no todos los recintos de esa
época tienen lugares con dicha terminación en sus aledaños, ni tampoco todos los topónimos
en -ama tienen un poblado prehistórico en sus cercanías.

De la misma manera, cabe destacar que, en general, en la Celtiberia la densidad de topónimos
con la terminación -ama no es mayor que en el norte de Vasconia. Ese dato, junto
al hecho de que al sur de Vitoria y Pamplona, especialmente en los aledaños del Ebro (en
la zona de contacto entre los dos territorios) la densidad de topónimos con la terminación
-ama no varíe, es decir, sea menor que más al norte, difumina el hipotético continuum entre
Vasconia y la Celtiberia. En resumen, llama la atención que en la Celtiberia, territorio
central de la cultura celtibérica, no se identifique ningún foco de -ama como el que existe
en el triángulo el Errezil-Entzia-Arakil (en cuyo centro está el Goierri guipuzcoano).

Algunos de los topónimos terminados en -ama se repiten, tanto en Vasconia como en
otros lugares de la península ibérica. Puede haber ejemplos de poligénesis, pero parece
que hay también traslados toponímicos (Osma, Mallabia) y tampoco puede descartarse
que la proliferación de topónimos como Ultzama / Untzama responda a alguna antigua
moda toponímica. Sea como fuere, hay varios nombres en -ama que no se repiten en
la Celtiberia, que son, por así decirlo, originales de Vasconia. Algunos de ellos serían
únicos (Amiama, Arakama, Elama…) y otros no lo serían del todo, quiere decirse que
puede haber dobletes en -isama / -isamo fuera de Vasconia (Berama / Beresmo, Zegama
/ Segisama…). Por lo tanto, no hay razones para pensar que todos los topónimos con
la terminación -ama objeto del presente estudio sean importados; muchos de ellos pueden
ser autóctonos. Todos esos datos abren la puerta a la hipótesis de la presencia de
población de habla indoeuropea (céltica o no) en algunas zonas como el norte de Álava,
Bizkaia, noroeste de Navarra y sobre todo sur de Gipuzkoa, pero no son suficientes para
postular que el elemento indoeuropeo pre-latino era allí el originario y el vascónico el
introducido, mucho menos en la totalidad del norte de la Vasconia ibérica.

6.2. A diferencia de las zonas circundantes a Vitoria y Pamplona (ciudades epicentro
de varios sufijos de origen romano como -ain, -ana o -ano) en Bizkaia (-VKa), sur de
Gipuzkoa (-ain, -ano, -ona) y norte de Álava (-ain, -ano, -ana) los topónimos con sufijos
latinos y con la terminación -ama comparten territorio. Por el contrario, se observan
sendas áreas toponímicas en torno a las ciudades de Pamplona y Vitoria con un claro
vacío de muestras de -ama.

Al igual que las áreas toponímicas de los principales sufijos de origen latino empleados
junto a bases antroponímicas para crear topónimos que indican posesión (-ain, -ana,
-ano y -Vka), la topoglosa de -ama no refleja un dominio lingüístico uniforme en Vasconia.
En la misma línea, los topónimos que combinan -ama e -i(t)z se localizan en una
zona muy concreta de Bizkaia.
Los nombres de lugar de Vasconia estudiados aquí podrían responder a dos estratos
lingüísticos diferentes (siendo el segundo de ellos posiblemente de raigambre celtibérica),
que indicarían una influencia indoeuropea relativamente dilatada, y no puntual.

De igual forma, habiendo sido transmitidos a través de la lengua vascónica y habiendo
evolucionado según sus reglas, los topónimos con la terminación -ama confirmarían que
en la zona en que se sitúan había hablantes indígenas vascos en la época en que fueron
creados o importados. En concreto, aunque no todos, varios de los cambios que se observan
en los topónimos con -ama coinciden con los experimentados por los topónimos
de origen latino que han evolucionado según las reglas de la lengua vasca (vid. § 4.2).

Finalmente, entre las bases que se han combinado con -ama hay un elevado número
de posibles raíces que tienen como núcleo la vocal media /e/ y que comienzan y terminan
con una consonante que no se repite102. Como consonante inicial solo se observa
/b/, /l/ o /z/ y como coda /g/, /d/ /l/, /r/, /z/ y /tz/, esto es, en el ataque faltan las oclusivas
sordas, nasales, vibrantes y sibilantes ápico-alveolares y en posición final las oclusivas
sordas, las nasales, la vibrante múltiple y las sibilantes ápico-alveolares. Ese paradigma
sería, por un lado, ilustrativo de la forma canónica de la raíz en la lengua indoeuropea
originaria pero, por otro lado, también lo sería en cierta parte del antiguo sistema
consonántico de la lengua vasca (y su evolución), idioma en que fueron adoptados en
su día.

6.3. La mayoría de los topónimos en -ama inventariados en Vasconia no se localizan
en lugares con cualidades o características extraordinarias o muy destacables, por lo que
es difícil relacionarlos con adjetivos superlativos. Muchas de las entidades geográficas
denominadas por los nombres con -ama están relacionadas con la huella humana, con
lugares de habitación o actividad económica.

Es probable que en topónimos como Arakama y Amiama la base sea un antropónimo
(Aracus, Amius), de forma que, extrapolando a estos ejemplos el paradigma de los
deantropónimos romanos, cabe preguntarse si en el momento de la creación de algunos
topónimos en -ama no había también un elemento genérico o nombre común elidido
(cfr. ager, fundus, terra, villa, vicus). Es más, puede pensarse que, además de Aracus
y Amius, hay otras bases que se combinaron con -ama y con sufijos latinos empleados
para crear topónimos que indican posesión, en vista de lo cual no parece que -ama tenga
en todos los casos la misma relación con la base antecedente. En varios casos, a semejanza
de algunos sufijos latinos (-[i][t]z, -ain…), puede pensarse que -ama se desligó, en
cierto modo, del étimo, se hizo independiente del canon adjetivo + grado superlativo
y se pudo añadir a bases antroponímicas indoeuropeas (para crear unos nombres que
designen su hacienda o propiedad). Sin embargo, no se conocen testimonios de que
la terminación -ama se haya combinado con bases antroponímicas vascónicas, lo que
mostraría que no penetró o se integró en la lengua vasca con la misma intensidad que
los sufijos latinos, esto es, que la influencia de la lengua de la que proviene sería mucho
menor que la del latín.

Con todo, la respuesta a la pregunta de si -ama expresa o indica en todos los casos lo
mismo respecto a la base antecedente no parece afirmativa, puesto que, además de con
raíces que responden al canon indoeuropeo CeC, se ha combinado con antropónimos
de diversa índole.

6.4. En síntesis, de un examen de conjunto de los nombres de lugar con la terminación
-ama, probablemente los materiales toponímicos más antiguos de Vasconia de los que
se tiene constancia, se llega a resultados que confirmarían la influencia lingüística indoeuropea
pre-latina (que no tiene por qué ser necesariamente de origen celtibérico) en
el norte de Álava, Bizkaia, noroeste de Navarra y sur de Gipuzkoa.

El elemento indoeuropeo -ama se introdujo en Vasconia en un contexto lingüístico
éuscaro y, además de posibles traslados toponímicos, no deben descartarse fenómenos
de contacto relativamente continuado entre la lengua vascónica y lenguas indoeuropeas
pre-latinas. Si se toma como indicador el elemento -ama, hay poca toponimia de origen
indoeuropeo en Vasconia y, teniendo en cuenta que, tal y como afirma Mitxelena en su
inestimable Sobre el pasado de la lengua vasca (p. 72.), la acción del acontecer histórico
sobre una lengua solo es por mediación de otra lengua, puede concluirse que la huella
de la cultura indoeuropea pre-latina en la toponimia de Vasconia no tiene la magnitud
suficiente como para poner en tela de juicio la presencia del vasco antiguo al sur de los
Pirineos antes de la romanización, especialmente en los territorios del norte de Álava,
Bizkaia, noroeste de Navarra y sur de Gipuzkoa. Al hilo de lo anterior, cabe recordar
que el número de representantes de -ama y el de los sufijos latinos añadidos a nombres
de persona es muy dispar, ya que los primeros son mucho menos abundantes que los
segundos.

Con todo, queda claro que aún hay varios aspectos de la terminación -ama por dilucidar,
que –siendo fundamental– a la obra de Salaberri no se le ha sacado todavía todo
el provecho y, sobre todo, que la toponimia, estudiada con criterios geográficos, puede
aportar su grano de arena para aclarar, o al menos para plantear, ciertos problemas
históricos, incluido el de la presencia de las lenguas indoeuropeas pre-latinas en el norte
de la Vasconia ibérica.

2) Gorrochategui Churruca, J. (2018). La lengua vasca en la antigüedad. En Historia de la lengua vasca (pp. 245-306). Servicio Central de Publicaciones.

p. 296
«No pueda darse gran precisióna la precisión en cuanta al la datación de los nombres atestiguados en Hispania. Parece que los nombres ibéricos, al igual que ocurrió en la zona narbonense, desaparecieron bastante pronto de la epigrafía latina, sustituidos por los nombres latinos. Los nombres celtibéricos por el contrario eran frequentes en los dos primeros siglos del imperio, al igual que los nombres vascones (Untermann, MLH). Con todo es interesante para los objetivos de este libro observar las caracteristicas que muestran los nombres celtibéricos atestiguados en tierras vascas. Son reseñables dos aspectos. A pesar de que la mayoría de los nombres indigénas de Álava sean celtas, como ya se ha dicho, se observa que salvo en casos aislados los individuos que llevan esos nombres no indican a su vez el nombre de familia, indicación central en el nombre de un celtíbero. No solo en Celtiberia, sino también en territorio astur y cántabro, la indicación del nombre familiar o cognatio expresaba por encima de cualquier otro elemento el origen celtíberico del individuo. Las personas de nombre celta de álava y de Tierras Estella carecen de este elemento en su nomenclatura personal.

Según se desprende de las relaciones onomásticas mencionadas anteriormente, en Tierra Estella existen nombres de origen tanto vascón como celta. Es un territorio linguísticamente mixto, por tanto. Pero a diferencia de los observado en Aquitania, donde los nombres de persona o de divinidad de origines linguísticos diferentes aparecen mezclados entre sí, en Tierra Estella los nombres de divinidad se adscriben al estrato vascón mientrás que los nombres de persona se explican como celtas. Sin olvidar que en un futuro quizá algun nuevo hallazgo puede oscurecer esta clara distribución, puede pensar que la razón de tal distribución quizá resida en la diferente cronología de cada uno de los estratos, si estimamos que los nombres de persona están por lo normal más sujeto al cambio y a la moda que los nombres de divinidad, relacionado con creencias colectivas y los nombres de divinidad tradicionales, adoptó nombres personales de origen céltico, sin la expresión de la cognatio, o bien que gentes emigradas de zonas célticas se asentaron en Tierra Estella adoptando la religiosidad del lugar. La distribución de nombres no nos dice nada sobre la cronología absoluta, pero nos muestra que una capa, la de la teonimia con nombres vascones, es más antigua que la antroponimia con nombres celtas, en ese teritorio concreto.»

Gorrochategui saca de la zona Aquitana unos interesantes ejemplos de la intima convivencia de galo y aquitano:

Por ej. nombres galos con aspectos aquitanos, y nombres hibridos – unión de aquitano y galo (p. ej. Dunohorigis, Bersegi, Belheio-rigis, Attaio-rigis.(p. 293)

Quizás todavía más claras son los nombras personales con genalogía:
«A pesar de sufrir la presión e influencia del galo, no ceden [el aquitano] en la contienda. Un epigrafe Martres-Tolosane (Annius Dunohoxis f. Calva Cassilli f. uxor Andere filia) testimonia como en esta familia los padres, a pesar de que ellos mismos portan nombres latinos e incluso pertenezcan a familias de tradición gala a juzgar por los nombres de sus respectivos padres, han puesto un nombre claramente aquitana a su hija». (p.294)
De modo parecido, por una inscripción de Caubus sabemos que un individuo de nombre galo, Condannosus llamó a su hija Anderexo, y por otra de Saint-Bertrand- de-Comminges que una mujer de nombre Silex impuso nombres también aquitanos a sus cuatro hijos (Odux(us), Lohitton, Andosten y Andossus, a pesar de que el nombre de su padre era galo (Eppamaigi f.).»