Pieza de referencia muy interesante.

En su conclusiones Navarro (20113) afirma:

Catalogación: Posible grafito original retocado

Anomalías detectadas
■ Aunque las costras se superponen al grafito existen puntos afectados por una incisión profunda que las secciona
■ Rastro de partículas inalteradas de hierro aleado con pequeñas proporciones de manganeso, cromo y cobre (Mn0,6-Cr0,2-Cu0,2) en una incisión colateral a un trazo del texto.

Una pieza un tanto complejo. Navarro nos da una descripción correcta:

Pieza constituida por cuatro fragmentos de recipiente elaborado en cerámica TSH con el grafito epigráfico ‘NISA’ en la superficie exterior de uno de ellos (figura
11481.1). El engobe se encuentra muy dañado, especialmente en el entorno de los trazos de las letras, donde aparecen numerosas lagunas coalescentes que dificultan la textura del texto.

Fig. 1.

Seguimos con las descripciones correctas y precisas de Navarro:

La mayor parte de los surcos del trazado de las letras aparecen rellenos por un depósito o costra que se superpone a los mismos y que se interpreta como original, permitiendo relacionar la ejecución del grafito con un período anterior al de formación de la costra [subrayado de Navarro].

En el análisis de dicho depósito se identifican materiales carbonatados, con presencia de costras de origen biológico constituidas por restos vasculares, asimismo carbonatados y similares a los descritos en otras piezas; en algunos puntos la composición es más compleja, apareciendo un estrato de base constituido por una veladura de carbonato cálcico, igualmente con restos biológicos carbonatados, que aparece recubierto por una costra de naturaleza fosfatada (figura 11481.2). En ambos casos es frecuente la presencia de inclusiones de partículas carbonosas. Este tipo de costras se desarrolla de forma preferente sobre las zonas de pérdida de engobe, tanto en los surcos del texto como en el resto de las erosiones visibles.

Fig. 2. La pieza cosiste de 4 elementos, lo que es interesante porque la inscripción se desarrolla en solo un fragmente (puede que la A continúa algo en la pieza derecha), un fenómeno que por la comisión es dado en varias ocasiones como prueba de falsedad. Todas las letras están selladas por costra en todos sus segmentos (ver flechas).

Un lujo de diversas costras, tanto carbonáticas como fosfáticas, y en algunos lugares dobles, es decir una carbonática encima de una fosfática, fácilmente observables como zonas blancas/grises. como vemos en la siguiente figura bajo microscopio:

Fig. 3. Costras y costras en los surcos.

Pero Navarro detecta algunas anomalías:

Anomalías detectadas
Aunque la situación descrita es general en todos los trazos examinados existen, no obstante, puntos discretos donde las costras aparecen seccionadas, como sucede en la incisión profunda que corta la costra fosfatada en el trazo de la letra ‘N’ (figura 11481.3a); en otros zonas se observa una atenuación de la capa fosfatada y carbonatada sobre los surcos (figura 11481.3b). Ambos casos podrían interpretarse como una manipulación posterior de la pieza. [subrayado y negrito es mío] 

Los únicos restos metálicos aparecen en una pequeña incisión situada junto a la zona media del trazo de la letra T (figuras 11481.4a y 4b), donde el engobe aparece deformado por presión presentando una nube muy densa de partículas metálicas en cuyo análisis se identifica una aleación de hierro con pequeñas proporciones de manganeso y trazas de cromo y cobre (Fe99,0-Mn0,6-Cr0,2-Cu0,2). Estas partículas metálicas aparecen inalteradas o con un estado de oxidación muy incipiente.

 Vamos a situar dichas alteraciones con la ayuda de la siguiente figura:

Fig. 4. Como observamos, se trata de incisiones extremadamente pequeñas, totalmente insignificantes a la hora de evaluar la autenticidad. Puede tratarse de simples pequeñísimos arañazos de excavación, o otra manipulación. Resultan ser completamente irrelevantes para nuestra problemática

En la siguiente figura podemos estimar hasta las dimensiones de dichas anomalías de Navarro:

Fig. 5. Las figuras son numeradas en rojo en correspondencia a la figura 4. En el caso de 1 y 3 tenemos una escala que nos indica que se trata de incisiones de 2 a 3 mm máximo.

Las ‘anomalías’ mencionados por Navarro no afectan a la autenticidad del grafito y pueden tener muy sencillas explicaciones, y son además visto su tamaño en relación con la pieza irrelevantes.

Fig. 6. Antelo (2014) confirma en su informe explícitamente la fluorescencia de los surcos

Fig. 7. No es fácil evaluar pátinas por la omnipresencia de costras. Se observa que el engobe no muestra fluorescencia (rojo en la figura 2 y 4).

Las observaciones en FUV confirman la omnipresencia de costras fluorescentes en los surcos.

A base de la omnipresencia de costras en todas los surcos podemos concluir que, en nuestra fundada opinión, se trata de un grafito autentico sin lugar a dudas.

Observamos que se pueden reconocer visualmente las costras carbonáticas-fosfáticas, y distinguirlas de la cerámica.