No fue suficiente con que se declararan falsos los hallazgos de Iruña-Veleia mediante la redacción de unos informes. También había que arrojar ignominia sobre ellos y convertirlos en objeto de burla y escarnio públicos. Solo así se puede entender la lectura del inexistente “Descartes” o la mención del pegamento instantáneo, a los que se dio una amplia publicidad desde un primer momento mediante una bien preparada escenificación ante los medios de comunicación (aunque después dos de los autores de los informes se vieron obligados a rectificar la lectura “Descartes”). Otro ejemplo de intento de burla y escarnio de los hallazgos de Iruña-Veleia es el famoso “cerdito”. Esta figura fue mostrada por la catedrática de filología latina Isabel Velázquez en la mesa redonda  “¿Dioses, reyes y hombres en la ciudad romana de Iruña-Veleia?” en la Universidad Complutense de Madrid1, provocando la hilaridad del público asistente con solo mostrarla, al igual que con la mención de “Descartes” (si bien tuvo que reconocer que no estaba segura de esta lectura) y de la “Q de queso” de “Anquises” (que Alicia Satué ha demostrado que es posible en la antigüedad, al encontrar una inscripción latina en la que se lee Qu(i)mera por Chimaera).


El “cerdito” de Veleia también fue objeto de comentario en el debate de Kontraprograma sobre los hallazgos de Iruña-Veleia2, en el que  el arqueólogo Javier Arce lo llamó “cerdito de Walt Disney” y la arqueóloga Mertxe Urteaga dijo sobre el mismo “Esa representación solamente la lee (sic) alguien que tiene la cultura de los dibujos animados”.
Cuando uno piensa en un cerdito de dibujos animados, el primer personaje que se le viene a la mente es el de Porky Pig, de la Warner Bros. De hecho, el “cerdito” de Veleia ha sido bautizado en los foros de Internet con el mote de Porky. Pero si los comparamos (ver figura), es evidente que su supuesto parecido es fruto de una interpretación tendenciosa o de una imaginación fantasiosa, posiblemente influida por el mecanismo de analogía, el mismo que dio lugar a las lecturas imaginarias que se han hecho en Veleia, como Descartes, denok, zorduniai o Nefertari, comentadas en un post anterior. Tal mecanismo se pone en marcha automáticamente cuando nos encontramos con algo extraño, que no somos capaces de reconocer a primera vista: en tales situaciones la mente tiende a asimilar lo desconocido a lo más parecido que conoce. En el caso de Niscart, lo más parecido era Descartes, de Denos, denok, de cordu mai, zordunai, de Nepertati, Nefertari y del “cerdito” (con algún esfuerzo de la imaginación), Porky Pig. Llama poderosamente la atención que todas las analogías de Veleia corresponden a época moderna, dando la impresión de que sus autores no han hecho un esfuerzo, ya sea mediante la lectura de literatura especializada o búsquedas en bases de datos (como hemos hecho otros), para intentar encontrar paralelos de los hallazgos “inusuales” de Veleia en la época correspondiente a la cronología definida estratigráficamente, o al menos explicaciones que permitan situarlos en la misma. Tal actitud es insólita, tratándose de hallazgos procedentes de un estrato de época romana hechos por un equipo arqueológico experimentado, lo cual induce a pensar en la existencia de un fuerte sesgo hacia la hipótesis de falsificación. En el caso del cerdito veleiense, no negaré que la procedencia de época romana de tal figura pueda sorprender a muchos, pero, antes que a Porky, diría que es más parecido (salvando las obvias diferencias) al jabalí de la tésera de hospitalidad de los maggavienses encontrada en Herrera de Pisuerga (Palencia) que se muestra en la figura de arriba, que, al igual que el cerdo (o jabalí, cazado, según relato de Plutarco, por Mamers Mamerco3, nombre inscrito en el lado opuesto del ostracon) de Veleia, tiene un perfil un tanto caricaturesco. También lo tiene el delfín de la tésera de hospitalidad hallada en Cáceres (ver figura abajo), con su forma rechoncha y un pico exageradamente largo y curvado hacia arriba que le da un aire de comicidad, al que se le podría encontrar cierta similitud con la versión de dibujos animados de Flipper, el delfín protagonista de una serie de televisión de los años 60. Si en Iruña-Veleia hubiera aparecido grabada una figura similar a la del delfín de la tésera de Cáceres, seguramente también habría sido objeto de burla y mofa y se hubiera mostrado para provocar la hilaridad del público. Siempre se encontraría alguna excusa para denigrar los hallazgos de Iruña-Veleia.

1. Velázquez, Isabel. ¿Dioses, reyes y hombres en la ciudad romana de Veleia? Mesa redonda-debate. Universidad Complutense de Madrid. 19/11/2010.
2. Kontraprograma. Los hallazgos de Iruña-Veleia: ¿verdaderos o falsos? http://www.kontraprograma.com/index.php?op=2&show=12&bideoa=48.
3. Hator-Ra! Lectura del popular «Porky» de Iruña. Un jabalí cazado por Mamers Mamerco. http://iruina.blogspot.com.es/2011/10/ir11459lectura-del-popular-porky-de.html.