3064 noches desde que el ex-director fue falsamente acusado de ser el falsificador a base de pruebas grafólogicas inexistentes.
Todo empezó a partir de acoso desde internet después del anuncio de los hallazgos ante la prensa. Como en muchos casos de hallazgos especiales el día de la presentación todo el mundo peca de grandilocuencia, y los periódicos aportan sus granos. Luego viene la ardua tarea de encajar todo y de publicar y defenderlo entre los profesionales. Esta tarea se quedo en gran parte sin realizar, aunque se ha intentado de remediar con Ostracabase para que todo el mundo puede estudiar los hallazgos desde Vitoria hasta Ulan Bator donde cada pieza relevante tiene su propia ficha, imágenes disponibles, su origen, datación, y lectura (que puede variar en el tiempo). Más claridad y apertura uno no puedo proporcionar. Será bastante único que alguién imputado/investigado pone el objeto de su supuesto crimen en internet para que todo el mundo lo puede analizar.
El tenor de las acusaciones 'virtuales' contra LURMEN era que no publicaron los hallazgos y que los escondieron (ver también Rodríguez Temiño 2017). Como la verdad también en este asunto tiene sus derechos, se aportan unas citas del Informe Final de la Ertzaintza (2015), donde he borrado los nombres excepto de los funcionarios y el personal político:
A requerimiento de Lurmen SL, a partir del martes 02 de mayo de 2006, y durante varios días consecutivos, el fotógrafo XXX, responsable de la empresa XXX, acudió al yacimiento para fotografiar los "grafitos excepcionales. El objetivo de Lurmen SL era tenerlos documentados gráficamente para su futura publicación y también de cara a su próxima presentación pública,(...)En el Expediente- Judicial no figuran informes de los científicos del CSIC, pero en su declaración administrativa YYY se refiere a esta visita de Eliseo GIL al CSIC de la siguiente forma: "después de mi conversación con Eliseo GIL (en octubre de 2007) y antes de ser miembro de la Comisión (en enero de 2008), a través de mi colega el Catedrático de Griego de la Universidad Complutense XXX, tuve conocimiento de que Eliseo se presentó en el CSIC de Madrid a una reunión que, al parecer, tenia la intención última de proponer una publicación del material como anejo (monografía) de la revista Archivo Español de Arqueología. Según el profesor XXX, que casualmente se hallaba allí, los asistentes le escucharon cortésmente, sin pronunciarse sobre si los materiales que mostró eran buenos o no, pero lo cierto es que después los responsables del Archivo decidieron, sin siquiera someterlo a Consejo de Redacción, que aquello no se podía publicar".