Dentro del corpus epigráfico de Iruña-Veleia, ciertos grafitos son distintos del resto debido, por un lado, al soporte sobre el que fueron realizados y, por otro lado, a su contenido, asimismo especial. El presente artículo versará sobre ellos como el conjunto que, por su temática y su contexto, considero que merece ser estudiado aparte del resto.
Dicho conjunto está constituido por grafitos que parecen deber interpretarse ya sea como epitafios domésticos, ya como una suerte de tabellae defixionum, para el grabado de los cuales se observa la tendencia general a la elección de soportes óseos: en efecto, llama la atención el hecho de que, entre los óstraca veleyenses, aquéllos consistentes en hueso parecen haber recibido un uso muy concreto que, salvo contadas excepciones (vid. infra), no se registra en los otros tipos de soporte (cerámica, vidrio y ladrillo): la misión asignada al hueso parece estar íntimamente relacionada con el mundo del más allá y con el ámbito espiritual y moral en general (dominado ya, a lo que se ve, por el cristianismo).
Parece, así, que sería un epitafio doméstico el óstracon nº 12430 consistente en un fragmento de mandíbula derecha de suido en cuya superficie exterior se grabó el texto Ad infiniun, meo corde, Deidre, Parm[ (“Hasta el infinito, ¿en? mi corazón, Deidre, Parm[ ”).