Un curso gratuito de arqueoastronomía: https://www.coursera.org/learn/archaeoastronomy

Todos sabemos que los astros juegan un papel importante en la percepción de los pueblos antiguos, y literalmente en todas las culturas. Hoy en día andamos muy perdidos relacionado con lo que pasa en el firmamento. Se pone en Facebook que se va a presentar un eclipse lunar, y se mira a altas horas de la noche y se piensa: «Ah, vale». Pensamos que tendrá alguna explicación lógica en términos matemáticos y seguimos fascinado mucho más por pantallas que por el cielo.
Acatamos que algunos freakies se van a ver el amanecer en Stonehenge, o en el cromlech de Mendiluze en Álava. No sentimos esa enorme alegría, el profundo respeto y miedo por las hierofanías (manifestación de lo sagrado). La ciencia ha profanado lo divino, o esto parece.

En un mundo siempre castigado por todo tipo de calamidades y caos sin un aparente sentido, los astros nos muestran un orden cíclico en que podemos confiar con de vez en cuando señales especiales. Solo pueden representar lo divino. Como sugerido antes, sólo estudiar de manera científica estos fenómenos es una forma de profanarlos, a no ser que uno llega a nuevos niveles de absoluto orden que de nuevo nos hacen sentir esta orden asegurador que necesitamos para no entrar en un pánico existencial.

Por eso me ha gustado mucho el curso de Giulio Magni de la Politecnico di Milano, profesor del departamento de matemáticas. La mayoría de libros serios (excluyendo obras fantasiosas donde se pierden en explicaciones infundadas) sobre el tema son muy matemáticas, y francamente no se entiende gran cosa sin una formación en astronomía. El curso del prof. Magni es muy distinto (igual que su libro que es mucho más extenso), se siente esta alegría cuando se presenta la hierofanía, y el misterio, y creo que es una gran invitación para profundizar en el entendimiento arqueológico. Se trata de los fenómenos que se pueden observar con el ojo desnudo, visto que no tenían telescopios, y gracias a estudios arqueoastronómicos podemos revivir las emociones y entender mejor la mente antigua (quizás por eso nos interesamos a la arqueología).

Para cualquier tipo de existencia es importante conocer los ciclos de la naturaleza: para el agricultor cuando debe sembrar sin que sus plantitas o animales se van a morir de frío o hambre o secarse, para el recolector para saber a donde se tiene que dirigir para encontrar lo que recolecta, para cazadores para saber cuando empiezan las migraciones de sus presas. De allí que se inventaron los calendarios.
Se contaban el número de lunas. Se observaba que había como cuatro momentos especiales en un año, que dividieron las estaciones.

Si seguimos el punto del salida del sol desde un punto fijo (digamos desde la entrada de nuestra cueva), vemos que cuando los días son cada vez más cortos, como ahora, este punto de salida del sol es cada vez un poco más a la derecha (hacia el sur), y cuando los días son muy cortos durante varios días este punto no parece moverse (el solsticio de invierno), a partir de allí cada día el sol sale un poco más hacia la izquierda, hasta el momento que los días parecen muy largos y el punto donde sale el sol más a la izquierda (hacia el norte) no se mueve durante unos días, y a partir de allí vuelve cada día un poco a la derecha, año tras año…

Paralelamente a esto observamos que el sol sigue un arco en el cielo y cuando llega a su punto culminante lo llamamos mediodía. La dirección llamamos el sur. En nuestro registro de los puntos de la salida del sol, hay un punto en el medio de los dos solsticios, esta dirección llamamos este. Exactamente lo mismo pasa simetricamente con el punto del puesta del sol. El medio llamamos oeste. La dirección donde nunca encontramos el sol y que es simétrica con el sur llamamos norte. Por allí encontramos por la noche siempre unas estrellas juntas que giran alrededor de unos de ellas y nos pueden guiar por la noche (hoy en día la osa menor, con la estrella polar, pero este punto se mueve con el tiempo). Pronto observamos que cuando el sol se levante en el este los días y noches son igual de largo (coincide con la activación de la naturaleza, y cuando empiezan caer las hojas de los arboles, conocemos flores que florecen en aquel momento). De paso se han inventado los ángulos rectos. Observamos que en el solsticio de invierno el sol culmina lo más bajo del año, y en el de verano lo más alto…

Las estrellas giran alrededor de un eje que va a través de la estrella polar. Hay estrellas que simplemente aparecen en su posición fija entre las otras y simplemente giran alrededor de un eje que va a través de la estrella polar y otros que van por libres como la luna (los planetas). Los planetas son distintos, los podemos reconocer, a veces se mueven en relación con las estrellas a la derecha y a veces a la izquierda, a veces vemos el planeta más brillante (Venus) al anochecer y a veces al amanecer, nos imponen miedo.
Algunos astros siempre están visibles, noche tras noche, otras desaparecen durante un tiempo, según la estación. Cuando reaparece Sirio, la estrella más brillante del cielo, de nuevo después de su ausencia (el llamado
orto helíaco de Sirio), los egipcios se ponen muy contentos, van empezar la inundaciones del Nilo que da vida a este país en la mitad del desierto.

A veces de repente desaparece el sol o la luna, nos ponemos muy nerviosos, los dioses nos amenazan, algo hemos hecho mal. A veces aparecen de repente estrellas nuevas que solo duran un tiempo. Algo significará.

Algunos listillos empiezan a medir posiciones de estrellas, planetas o de la luna para hacer construcciones donde aparecen la hierofanías de manera programada. Esto impresiona mucho a los subditos y da un poder divino a los jefes. Dominar los astros da poder. Son días festivos y significativos. El año está dividido en días especiales… y normales. Saber los momentos de eclipses es el no va más para impresionar a los súbditos.

Volviendo al curso, las imágenes de las hierofanías en los vídeos del curso son preciosas. De una docena de ejemplos (de la prehistoria, de Egipto, del mundo clásico, de la culturas precolumbinas) que se elaboran en el curso hay 3 que me han emocionado especialmente.

En el templo ‘El Castillo’ de la ciudad maya de Chichen Itza (Yucatan, México), al final de la tarde el día de los equinoccios en las escaleras con cabeza de serpiente, aparece en forma de sombra todo el cuerpo de la serpiente plumada…

El serpiente plumado baja de la escalera a la tarde el día de los equinoccios… (ver Pirámide de Kukulkán)
Panteón de Agripa con su entrada orientado hacia el norte.
Interior del Pantéon con el óculo y la proyección del sol sobre la pared (cuadro de Giovanni Paolo Panini, siglo XVIII)

Un segundo ejemplo de conocimiento del trayecto solar y demostración de poder encontramos en Roma en el llamado Panteón de Agripa, reconstruido por el emperador Adriano en el principio del siglo II. Se trata de uno de los edificios mejor conservados de la antigüedad y su cúpula parece ser la más grande del mundo sin hormigón armado, más grande que la cúpula de la Basílica de San Piedro…

La cúpula forma una hemi-esfera y se caracteriza por una apertura (óculo de 9 metros) que permita la proyección del sol sobre las paredes interiores. Como la entrada se encuentra hacia el norte, la proyección del sol hace un viaje diario de la izquierda hacia la derecha (visto como en el cuadro de Giovanni), empezando alto y con las horas bajando hasta su punto más bajo cuando pasa por la línea norte-sur (el meridiano) de la puerta a medio día, y luego de nuevo subiendo hasta el anochecer.

La construcción del edificio es ingeniosa de tal manera que el sol obtiene su posición más alta a medio día – encima de la puerta – el día del solsticio de invierno, en la cúpula. A partir de allí cada día va bajando un poco, para quedar encima del borde de de la cúpula a medio día del equinoccio de primavera, y seguir bajando hasta encima del suelo a mediodía del solsticio de verano, para el resto del año simétricamente continuar y pasar el borde en el equinoccio de otoño etc…
El día del cumpleaños de Roma, el 21 de abril el sol cae a medio día perfectamente en la puerta, y nos podemos imaginar una entrada triunfal del emperador iluminado como un dios por nuestro astro. Este último detalle es en realidad desconocido de fuentes históricos, pero se deduce de la grandiosidad del momento. El Panteón es al mismo tiempo un calendario y un reloj.

Con el tercer ejemplo hacemos un guiño a Nefertiti. Vamos a la ciudad Aketatón (hoy llamado Amarna).

 

Vista desde el Pequeño templo de Atón hacia el Wadi Real. Según esta línea levanta cada año el sol el día del aniversario de la fundación de Aketatón, el día 13 del mes 4 de Peret del año 5, alrededor de 23 de febrero y  como se puede leer en las estelas fronterizas.

Nos podemos imaginar cada año el día de la fundación de la ciudad (alrededor del 23 de febrero) a Akenatón  y Nefertiti esperando en el Pequeño Templo de Atón a que la primera haz de luz les ilumina a través del barranco de la Wadi Real, marcando la relación divina con Atón. Akenatón fue enterrado en este Wadi Real.

En realidad debido a la simetría de ciclo solar, el fenómeno se repite dos veces al año, también alrededor del 23 de octubre.

 

Imagen del vídeo curso cuando Giulio Magli explica el nombre de Aketatón que empieza con el jeroglífico Akhet, que significa tanto salida del sol, puesta del sol como horizonte, y que parece pictóricamente representar una hierofania.
Aketatón significa entonces ‘Horizonte de Atón’ pero está claro que a la hora de su planificación esta tomado en cuenta la hierofanía de su fundación.

Todos estos asuntos son narrados en el curso que para mi es un especie de epifanía, que siempre he buscado, y nunca encontré…

El cuso es en inglés, y uno tiene que adaptarse un poco al acento del profesor, que es por el resto brillante. Algunos vídeos hay que ver cuatro veces para entenderlos bien, y quizás que la primera semana resulta un poco abstracta y complicada. Quizás es mejor empezar con la segunda semana y poco a poco retomar la primera semana (que tampoco me parece tan relevante). Creo que hay en total algo más de dos horas de vídeo, que me parecen realmente de una calidad superior, accesible a no entendidos de ciencias naturales. Basta con mirar el sol y las estrellas para entender la mayor parte ;).