Después del receso de las vacaciones se reanudan este jueves 15 de septiembre las manifestaciones semanales del jueves delante la Diputación Foral de Álava a las 20 horas.
Contra las falsas acusaciones por parte de las instituciones, y contra las penas del banquillo.

Eliseo Gil y Oscar Escribano son castigados con la pena del banquillo desde hace 7,5 años, acusados de crímenes que no han cometido, y que además ni se han demostrado que existen.

La responsabilidad es doble. La Diputación Foral de Álava ha acusado a Eliseo Gil a base de informes grafológicos sin ninguna base científica – tal como afirma el informe final de la Ertzaintza – para eliminarle del debate científica y para llevar a cabo el nombramiento de Prof. Julio Nuñez como nuevo director (en este mismo momento cesado temporalmente de su cargo por su comportamiento problemático). La misma Diputación ha liderado una Comisión Científica corrupta que llegó a conclusiones antes de los informes, informes que a su vez contienen abundantes irregularidades, y que son escritos por un club de profesores de la universidad beneficiada del proceso. El propio Nuñez – juez y beneficiado – es redactor, y era en Juntas Generales el portavoz del informe Arqueológico que en varias ocasiones es contradicho por Dr. Edward Harris (por ejemplo aquí y aquí), eminencia arqueológica y autor del método utilizado.

El asunto es una absoluta desgracia para la profesión de la arqueología en el País Vasco, en España, y, ciertamente, en Europa. Debe encontrarse la manera de rehabilitar a Eliseo Gil Zubillaga, Idoia Filloy y cualesquiera otros arqueólogos que hayan sido manchados con la repugnante acusación de ser unos falsificadores, no habiendo ninguna razón o motivación concebible para que ellos llevaran a cabo un fraude tan masivo hacia la comunidad arqueológica y ciertamente hacia el mundo en general. 

La difamación de esas personas no tiene precedentes en la arqueología, y uno se aventuraría a afirmar que NUNCA ha llegado a tal nivel hacia ningún arqueólogo EXCAVADOR vivo o en la memoria registrada, especialmente en el periodo moderno, comenzando en la década de 1960, cuando el método estratigráfico salió a la luz como EL MÉTODO CIENTÍFICO ESENCIAL para las excavaciones arqueológicas, un proceso que se aceleró hacia el final de la década de 1970 con la publicación de Principios de Estratigrafía Arqueológica en 1979, métodos a los que se adhirieron Gil y Filloy en su trabajo. (fragmento de la carta de Dr. E. Harris publicado en Gara).

Por otra parte está la justicia que ya desde hace un año (octubre 2015) tiene el informe final de la Ertzaintza del caso Iruña Veleia sobre la mesa, y aparte de pedir una prolongación del plazo de un año (por parte de la Fiscalía) no ha realizado ninguna intervención conocida. Este proceso judicial es difícilmente inteligible en un estado de derecho:

De entrada no existía un informe concluyente como base de la acusación en marzo 2009, cuando interpuso la DFA su querella, y nunca tendría que ser admitido a tramite. Estas supuestas pruebas fueron únicamente obtenidas posteriormente a base de informes grafológicos que carecen de base científico, y con mucho dinero público (36.000 euros).

La justicia dejó en custodia las piezas en manos de la parte querellante SIN QUE ESTÉN PRECINTADAS. Prueba es el acceso que dos grafologos han tenido en el verano de 2009, y que las han investigado hasta bajo microscopio.
A la hora de seleccionar las piezas para el estudio por el IPCE, la defensa que era el autor de la petición, no fue informada, la parte querellante sí.
Los informes grafólogicos de la segunda generación – los que costaron 36.000 euros – nunca llegaron a la Defensa, como tampoco el informe en color del segundo estudio del IPCE a base de fluorescencia ultravioleta (informe clave para las evidencias físicas).
El informe de la Ertzaintza no encuentra ninguna prueba dura contra los acusados.
Aún así la justicia no concluye la fase instrucción, aunque cualquier acusado tiene el derecho de un plazo razonable para recibir justicia, garantizado por la constitución y los tratados de derechos humanos.

¿Estamos aquí delante un caso Dreyfus española? Yo creo que sí, y ya desde hace mucho tiempo.

Escribo todo esto por mi propio iniciativa, pero con una profunda solidaridad con Eliseo Gil, víctima de delirios institucionales, academicos y judiciales.

Te prometemos Eliseo, un día llegará tu justicia…y hasta este día no descansaremos.