No sé si este post es una metáfora, sí o no.

La intención es revisar lo que algun@s investigadores han comentado sobre la pieza IR 10942, una pieza humilde que no obligaría reescribir los libros de historia, pero que sí es muy polémica.
Según los datos de OSTRACABASE se trata de una ficha de juego, en terra sigillata hispánica (T.S.H.) coordenada durante la excavación, inscrita en el registro de los hallazgos del yacimiento el 27 de julio de 2005.
Existe la duda de si hay que leer por un lado SI o IS, y por el otro lado NO o ON.

Ficha de la pieza IR 10942 en OSTRACABASE, la base de datos de los hallazgos excepcionales

La pieza es muy pequeña, con un diámetro de alrededor de 3 cm, como vemos en las fotos siguientes:

Fotos: LURMEN
Visualmente se observa la presencia de un especie de costra gris que está presente en ambos lados, pero más en el lado del SI. En realidad lo que observamos son islotes de costras, relictos después de una limpieza, e intuimos que la costra era originalmente más grande. Lo importante es observar que está costra también aparece en los surcos de las letras, lo que parece demostrar que la costra es posterior a la inscripción, por pura lógica estratigráfica.
Detalle de la pieza 10942 donde se observa con más detalle la clara presencia de costras, también dentro de los surcos de la S.
Foto: Informe Gorrochategui
Tenemos que observar que aunque nuestros ojos lo ven con claridad, no todos los especialistas han interpretado las fotos de la pieza así.
Por ej. la doctora Alicia Canto opina que lo que se ve como costras es en realidad el interior de la cerámica y que no es una TSH, contradiciendo a los propios excavadores, e insiste
Alicia Satué en su informe El latín de Veleia (junio 2013) resume las diferentes evaluaciones del contenido lingüístico de la pieza (p.200):

Por último, encontramos quizás los adverbios de afirmación y negación SI y NO en las dos caras respectivamente de las piezas halladas en el sector 5, UE 51144 de la segunda mitad del siglo III10942 y 11258 (no hay fotografía de la segunda), cuatro piezas circulares de cerámica recortadas de recipientes de sigillata que pudieron formar parte de algún juego de mesa o quizás tener algún valor monetal, en cuyo caso no se trataría de adverbios sino de abreviaturas.


Idoia Filloy (pág. 383) apunta la posibilidad de que pueda haber otra lectura: una vez girada la ficha, la lectura IS y ON podría interpretarse como un valor monetal según el cual I sería un as y S medio (semis), tal y como aparece en los ases de Tiberio y Calígula encontrados en Segóbriga; ON podría referirse a la moneda o N(ummus) de O(ricalco) (latón, metal en el que se fabricaban algunas monedas)


La comisión científica, entendiéndolas como los adverbios y no, las consideró falsas alegando que tales formas son medievales y que debería leerse sic  y non.

Ciprés / Santos (pág. 35): Corresponde claramente al castellano, no existiendo en latín la afirmación y la negación  así formuladas; Gorrochategui (pág. 23): “El adverbio afirmativo es un uso especial del adverbio de modo assí/sí, procedente del latín SIC (…) en español desde los primeros momentos ha perdido la –c final. Es un empleo, por tanto, medieval, no latino (…) En cuanto al adverbio de negación no, la forma medieval normal era NON, con mantenimiento de la –n final, que dura hasta inicios del s.XV (…) La pérdida en non comienza en la Edad Media en determinados casos especiales: ante pronombres como lo, nos por asimilación, pausa final, etc. de donde se extiende progresivamente al resto”; Velázquez (pág. 30): Otra pieza que resulta ciertamente insostenible es la aparente ficha de juego, nº 11258, donde por un lado se lee SI y por otro NO (también la nº 10942). En latín la afirmación suele repetir el término utilizado en la pregunta y para la negación se utiliza diversos adverbios como haud, non o minime (…) Caso de admitirse una ficha de este tipo, aunque no sean las habituales, y aun presuponiendo la posibilidad de “sí / no” para marcar una alternativa en juegos u otro tipo de circunstancias, habría sido, como mucho, SIC / NON, anticipando desde luego un valor a sic que no posee en latín todavía”.
Héctor Iglesias (págs. 198-200) responde a los comisionados en su informe aportando documentación que invalida sus argumentaciones: según Väänänen (Le latin vulgaire des inscriptions pompéiennes, p. 135), existía un doblete nōn / nō (Pompeya 4233 NO IICO (ibid. NON IIGO) =non ego; en la Bética está atestiguada la forma NO en una inscripción del siglo III (CIL 1088); A. Carnoy (Le latin d’Espagne d’après les inscriptions, 1906, p.200 ss.) señala que a principios de nuestra era se encuentra en las inscripciones hispanas la forma si por sic.
Idoia Filloy (págs. 380-383) también aporta en su informe dos fotografías que muestran respectivamente NO, en un grafito de Ostia, y SI en un grafito de la primera mitad del siglo I de Augusta Raurica.

Ahora que disponemos del informe realizado el laboratorio del Instituto de Patrimonio Cultural de España será interesante estudiar las observaciones realizados por el autor José V. Navarro Gascón.
Informe: Análisis de fragmentos cerámicas con grafitos del yacimiento arqueológico romano de Iruña-Veleia (Navarro, 2013), p. 54
El autor en su descripción de la pieza observa en realidad lo mismo que se ve con claridad en las fotos aportadas, y los colores son fidedignos.
Leemos con atención lo que José Navarro (2013) escribe en su informe:

En el tramo medio de la letra ‘I’ se han detectado restos de estructuras vegetales, fragmentados, que se superponen al trazo del grafito aunque sin sobrepasarlo. Este tipo de restos han sido utilizados en otras muestras como indicador de las relaciones temporales entre· el grafito y los depósitos de enterramiento. En este caso, subsisten algunas dudas de difícil interpretación, en particular las relaciones con los restos de material de relleno que aparecen junto al tejido vegetal (figuras 10942.2a y b).


Dicho material de relleno está constituido por un agregado de partículas silicatadas, carbonato cálcico y fosfato cálcico. En la figura 10942.2c (mapa de distribución del fosforo) puede observarse como las partículas.:fosfatadas se disponen tanto sobre el material de relleno como sobre el tejido orgánico, pudiendo tratarse de un pequeño fragmento de costra que ha sido -incorporado al relleno, hecho que-ha podido comprobarse en otras piezas.

Con objeto de comparar el material de relleno identificado en esta zona se ha analizado el relleno de los trazos del grafito de otras zonas (tramo inferior de la letra –‘S.’ tramo vertical izquierdo-de la-Ietra ‘N’)-( figuras 10942;Bay b ) constatándose:su similitud. En este caso el relleno muestra un craquelado acusado y esta constituido -por un agregado de partículas-carbonatadas;- granos de cuarzo -y/o silicates, partículas fosfatadas y partículas carbonosas.
Se han detectado diversas partículas metálicas asociadas al trazado de los grafitos en zonas de trazos deslizantes, donde el metal araña la superficie del engobe sin llegar a romperlo, y en los granos abrasivos del desgrasante que aflora en el fondo de los trazos. En su análisis se identifica, como en otras piezas, hierro aleado con pequeñas proporciones de manganeso (Fe99.7-Mn0,2-Cr<0,1), y, como dato significativo, un bajo 0 nulo grado de oxidación, impropio de un material que procede de una excavación arqueológica (figura 10942.4). También se han identificado partículas de’ hierro inalterado sobre algunos granos del propio material de relleno.
Por último, en el entorno de la letra ‘N’, directamentesobre el engobe se han detectado acumulaciones de partículas de acero inoxidable (Fe83,.66-Cr16.34), igualmente con muy bajo grado de oxidación.
Puede concluirse que, a pesar de que los restos de costra identificada en uno de los trazos podrán ser posteriores a la ejecución del grafitocon las dudas y salvedades señaladas en el texto-, la presencia de partículas metálicas inalteradas constituye un indicador de su origen reciente.
Si lo entendemos bien, está pieza es falsa por la presencia de metales no oxidados en los surcos, aleaciones de acero modernos, aunque contiene costra en los surcos, de las que no se demuestra de ninguna manera que sea artificial…
Creo que en ciencias hay que distinguir bien entre observaciones, sobre las cuales normalmente no haya demasiada duda, y las interpretaciones.
Las interpretaciones nunca son absolutas, pueden, y suelen, variar en el tiempo.
Por otro lado es la tarea de un científico formular hipótesis alternativas, y verificar cual es la que mejor explica las observaciones. La calidad de la ciencia está justamente en formular todas los posibles hipotesis y descartarlas de manera argumentada correctamente.
Vamos ayudar el Sr. José Navarro un poco porque no se ha esmerado en buscar dichas hipótesis alternativas, o por lo menos su informe no lo refleja, y no nos saca de dudas.
Las aleaciones de acero a base de cromo etc. son efectivamente modernas, y sobre todo el estado nativo (en forma de metal sin oxidar) de partículas de hierro es incompatible con las condiciones agresivas de un yacimiento arqueólogico; totalemente de acuerdo.
Estratigráficamente están dichos metales encima de los surcos, engobes y superficie de la cerámica y costras.
De esto, no aprendemos nada sobre de cuando han sido inscritos; esto es, no tienen indicación temporal anomala, visto desde la hipotesis de la autenticidad.
En nuestra pieza encontramos dos tipos de hierro/acero, uno con manganeso y otro inoxidable.
¿Cómo ha llegado hasta allí esta masiva contaminación de metales (se encuentran en las 39 piezas estudiadas más de 20 tipos de aceros diferentes)? 
Reflexionemos…
Como bien dice José Navarro puede ser la signatura de las herramientas (los aceros con los otros metales conllevan unos 25 diferentes para 39 piezas, en algunas piezas hasta 4 diferentes) de un falsificador.
Algunos metales pueden tener su origen en la limpieza de las costras, y efectivamente el servicio de restauración de la Diputación ha afirmado de haber utilizado un bisturí* en algunas piezas para limpiar los surcos de las inscripciones a petición de LURMEN.
Pero evidentemente LURMEN mismo pretende haber limpiado los surcos de costras. Curiosamente José Navarro no les ha pedido ninguna información sobre este proceso. A iniciativa propia LURMEN ha proporcionado información sobre su proceso de limpieza, lo que no se refleja en el informe. En realidad el informe no reflexiona nada sobre la intervención arqueológica.
Otros metales pueden tener su origen en algunos instrumentos para traspasar dibujos p.ej.
No sabemos que han hecho exactamente otros investigadores con las piezas como p.ej. los grafólogos, y no parece que se les ha pedido información al respecto.
Pero visto la presencia tan masiva de diferentes metales, algunos bastante exóticos, y difícil de relacionar con el grabado de las inscripciones provocan algunas hipótesis fantasiosas, pero tampoco descartables… ¿no será que alguien ha querido dar un repaso a las piezas?
La defensa de LURMEN, cuando este verano se enteró del estado de la investigación pidió formalmente investigar esta última posibilidad, visto que la cadena de custodia de las piezas había quedado en entredicho. Y no se ha hecho…
¿Pero por cierto, como puede ser que Madariaga, quien analizó cuatro piezas en común con Navarro, no mencione en su informe esta presencia masiva de metales modernos y en estado nativo (es decir como metal)?
Otro punto donde queremos ayudar un poco a José Navarro es sobre lo que él llama rellenos de los surcos.
Afirma en su introducción no haber analizado estos ‘rellenos’ por dentro, únicamente desde la superficie por microscopio de barrido. ¿LURMEN no había pedido de analizar su estructura interna, para conocer su composición química, su granulometría, y no había repetido en verano esta petición?
Tampoco vemos en la relativamente escasa información que tienen alguna composición sospechosa, su contenido mineral parece coincidir con los minerales que se esperan en el yacimiento (cuarzo, calcita, metales oxidados de hierro, arcilla, fosfatos cálcicos…)
Me quedo con una gran duda, como se sabe  con rigor científico si debajo de una costra quedan restos de un ‘relleno’, o no, sin levantar la costra?
El director de investigación, en la universidad, suele decir amistosamente a un investigador si le quedan muchas dudas y agujeros sin tapar: ‘Vete y lo estudias un poco más antes de sacar conclusiones’.
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José Navarro indica en su informe en la página 12 que un bisturí tiene una composición de acero con unos 10 a 12 % de cromo, justamente una composición que encontramos en varias piezas. ¿falsificador o limpieza?