Por Idoia Filloy Nieva

Perdonen la broma, aunque realmente no lo es. La idea es llamar la atención sobre un asunto ciertamente serio, como todo lo concerniente a este hallazgo arqueológico. Sobre algo que, aunque muy obvio desde el sentido común, en el caso de Iruña-Veleia, ha sido objeto de una manipulación totalmente intencionada. Corrijo, malintencionada.

Y es que, hay que diferenciar muy bien entre lo que son datos (los restos estructurales, las evidencias materiales, las características de los estratos, su secuencia, su cronología, la existencia de epigrafía con distintos contenidos, textos en latín, en euskera, iconografía cotidiana, iconografía cristiana, …) y lo que son interpretaciones.

 La interpretación

La interpretación «per se» es sólo eso, interpretación y como tal se presentaron las relativas al hallazgo de grafitos excepcionales en el yacimiento, en los distintos puntos del mismo en que aparecieron, con sus diferentes contextos crono-estratigráficos y, lógicamente, con sus distintas propuestas de interpretación. Pero las interpretaciones siempre deben considerarse como tales, para, tras trabajar sobre ellas SIEMPRE en base a los datos, confirmarlas, modificarlas o rebatirlas. Incluso en ese momento seguirán siéndolo, si bien, más asentadas.

La interpretación es por tanto una hipótesis, una propuesta reconstructiva.

Propuesta de reconstrucción
Fachada de la domus del Sector 5
En el caso del recinto 59 del sector 5, propusimos en su día que podíamos estar ante un espacio tipo paedagogium en la fase final de uso de esta estancia, en torno a las segunda mitad del III d.C.,  momento al que correspondía el hallazgo del conjunto más cuantioso de grafitos de carácter excepcional.

 Creo que, ya desde el principio, fuimos muy cautos en la interpretación (y no mezclemos, por favor, la transmisión periodística con lo que realmente se dice en ruedas de prensa, declaraciones, etc.). Vayamos a lo escrito por nosotros:

“Las características y ubicación del recinto, así como el material localizado en él, nos llevaron a proponer, como hipótesis interpretativa que estábamos ante una estancia dedicada a servir de paedagogium. Sin embargo, ésta es sólo una hipótesis de trabajo que habrá de ser confirmada, matizada o contradicha, tras el estudio en profundidad del material gráfico y epigráfico en ella localizado”. http://www.sos-irunaveleia.org/arqueologia:sector5:sector5
Debería ser evidente que tanto ésta como otras interpretaciones no deben lastrar la evaluación de los grafitos. En un principio, nos pareció la mejor explicación del conjunto, pero, como decíamos, será tras el estudio completo del material cuando las hipótesis estén mejor asentadas. En este caso el análisis en profundidad del contenido de los grafitos puede confirmar que un paedagogiumsigue siendo la interpretación más pausible, puede matizar esta propuesta o puede echarla por tierra y cambiarla del todo.
Pero como en el caso del hallazgo de los grafitos excepcionales en Iruña-Veleia todo parece poder tegiversarse por parte de quienes se oponen a su autenticidad con un tesón que parece más un desiderandum que otra cosa, se ha abusado  de forma malintencionada de las interpretaciones de partida hechas por el equipo arqueológico, ridiculizándolas incluso (tres hurras por el debate científico sano!), queriendo hacer subsidiario el dato de la interpretación, en un claro y, perdónenme, ridículo intento de invalidar el dato, lo que me parece que entra ya en otro terreno que nada tiene que ver con la ciencia…. Sobre todo en el caso que nos ocupa….. ¿me equivoco?… no creo.
Espero que estas aparentemente sencillas y obvias ideas, hayan quedado claras para aquellos que, machaca que machaca (hasta aburrir), señalan como “imposibles” los grafitos por no cuadrar –según ellos, claro- en un contexto de paedagogium. Les recomendaría también que se tomaran la molestia de ver qué grafitos aparecieron realmente allí. Y les recordaría que también se localizaron otros, también excepcionales –sea formando conjuntos o de forma aislada- en otros puntos del yacimiento, correspondiendo a otras cronologías y a otro tipo de contextos.

Por tanto, hemos de tener en cuenta que a medida que se va indagando y profundizando más en el contenido del material gráfico, esto es, en los textos y las figuras de los grafitos, proponer otras propuestas interpretativas o matizar las existentes, es el comportamiento científico que hay que tener porque será el que al final nos lleve a un mayor acercamiento a  la hipótesis más plausible de reconstrucción histórica en cada caso.

La interpretación del recinto 59

En la fase final del recinto 59 del sector 5, bajo un estrato de derrumbe consecuencia del colapso de la estructura de todo el ala norte de la domus a la que corresponde este sector (producido en algún  momento de la segunda mitad del siglo III d.C.) apareció, junto a miles de evidencias materiales, un interesantísimo conjunto de grafitos tanto epigráficos como iconográficos de contenido aparentemente heterogéneo: menciones, textos y listados de autores, héroes, dioses o personajes de la Antigüedad, tablas numerales,  nombres y palabras aparentemente comunes, escenas y figuras aparentemente de vida cotidiana, escenas y figuras de carácter religioso tanto del mundo clásico como del cristiano, sentencias y textos de carácter cristiano o del mundo clásico, signos de tipo jeroglífico (pero que no dicen nada y  no muestran un conocimiento de la antigua lengua egipcias), así como una serie de grafitos anodinos. El listado completo de los grafitos localizados en este recinto se puede ver en http://www.sos-irunaveleia.org/arqueologia:arqueologia, tratándose de los correspondientes a la UE 51144, estrato de origen de este material. Son un total de 203, si bien no todos son excepcionales y algunos pueden corresponder al período de uso del soporte, no correspondiendo por tanto a ostraka.

La mayoría de los grafitos del conjunto estaban incisos sobre lo que parecían restos de “basura”, esto es, sobre material ya desechado (y, por tanto, de cronología anterior con un ratio de entre mediados del I y el siglo III d.C. para el material fechable por tipología) y que tuvo una utilización secundaria como soporte de una representación gráfica (en un momento que datamos por estratigrafía justo con anterioridad al colapso estructural de la segunda mitad del III d.C.).
Así, se grabaron fragmentos de recipientes cerámicos de distinto tipo -ya rotos y amortizados-, fragmentos óseos o –en menor medida- huesos completos de fauna (éstos en relación, además, a un tipo muy específico de textos, en concreto los correspondientes a la mención de dioses y monarcas de la Antigüedad egipcia, todos sobre fauna salvaje), una fusaiola (que estaba completa), pesas de telar (unas completas y otras rotas) o fichas de cerámica. NINGÚN GRAFITO SOBRE VIDRIO en este contexto. Luego diré por qué resalto este dato.
Como ya he señalado, el conjunto gráfico da una primera impresión de heterogeneidad en cuanto a contenido, si es que realmente es un conjunto. Impresión que, estoy convencida, irá disminuyendo a medida que investiguemos a fondo sobre él, para acabar mostrando, probablemente, una coherencia que vendrá de la mano de su interpretación más pausible. Y aquí ya empezamos a entrar en el terreno de la interpretación. Sí, ya sé, ya sé que todo lo que se diga puede ser utilizado en nuestra contra. Por eso, advierto de en qué terreno estamos entrando, el de las hipótesis interpretativas. De esas que no pueden invalidar los datos sino que, en todo caso, serán las invalidadas por los datos.

¿Estamos ante un paedagogium?

En principio, dentro del conjunto, hay una serie de grafitos que apuntan a la posibilidad de un contexto de enseñanza. La ubicación y características del recinto favorecerían esta interpretación. Pero… ¿estamos en el marco de un paedagogium al “estilo clásico”?, esto es, el recinto 59, en su fase final ¿tuvo tal uso?
Porque hay un hecho cierto y es que las palabras, las frases grabadas en los grafitos, no plasman un latín clásico como cabría esperar, sino lo que –en la opinión de ya varios expertos y que yo comparto desde el principio- es latín vulgar, esto es, el que estaban hablando en ese momento en esa ciudad. Y eso, aunque constituya un valioso documento del latín vulgar en esa cronología y en esta parte del Imperio, se ha erigido como “alegato” en contra de la existencia de tal paedagogium (que, recordemos, es solo una interpretación) y “por ende” de la propia viabilidad de los grafitos, razonamiento, bajo mi punto de vista, que raya el absurdo. Como he dicho no se puede hacer subsidiario el dato de la interpretación. 

Recientemente, se nos ha proporcionado un nuevo punto de vista para la interpretación de las erratas y deficiencias gramaticales que se aprecian en los grafitos de I-V, dándoles sentido precisamente en un contexto de enseñanza, donde quienes aprenden  comenten fallos para proporcionarnos así, elocuente información de la pronunciación, de la fonética. También se contempla la posibilidad de lecturas diferentes a las dadas. Todo ello en un proceso de investigación de la que no hizo gala la parte de la Comisión que evaluó los grafitos latinos. Y ello recurriendo a algo tan esencial como el contexto humano de origen del material gráfico, a la imaginación y a las ideas nuevas de las que también necesita la investigación.http://euskararenjatorria.net/wp-content/uploads/2012/12/14-Alicia_Satue1.pdf 

Otra cuestión que se ha señalado como rara en el hallazgo veleiense es la de que utilizaran fragmentos de “basura” como soporte de expresión gráfica, en lugar de las tablillas de cera. Este es un argumento que no demuestra otra cosa que esa: que se usó basura para escribir y dibujar, por cierto, como ocurre en otras partes del Imperio,  en que han aparecido también fragmentos de cerámica con un uso secundario como soporte de escritura vinculados, en numerosas ocasiones, a escuelas (como en el caso de Egipto).
También se ha utilizado el argumento sobre lo difícil que resulta de creer que el vidrio fuera utilizado en un contexto de enseñanza puesto que es un material difícil de grabar sobre todo por un niño. Yo no lo sé, supongo que así es. Pero es que, insisto, no se localizaron en este contexto grafitos sobre vidrio por lo tanto ese argumento no solo es inválido sino que demuestra el nulo conocimiento del conjunto localizado en el recinto 59.
Yo sigo pensando por tanto que, por ahora, la explicación más pausible es que estamos ante un contexto de enseñanza. Pero ¿y si no se trata de un paedagogium al estilo clásico sino ante un lugar de enseñanza de otro tipo? ¿Y si en este enseñanza lo que importa es el contenido? ¿Y si estamos ante un paedagogium que funciona como «cobertura»  lícita para disponer de un local para otro tipo de enseñanza que era peligrosa de mostrar públicamente? 

Volvamos a los datos. No podemos olvidar que, entre los grafitos, hay algunos con una clara alusión al cristianismo, tanto a través de iconografía (como el famoso Calvario) como de frases evangélicas o alusiones varias. Pero es que además, guiándonos por este hilo temático, podemos encontrar otros de apariencia vanal que, sin embargo, pueden tener una segunda lectura vinculada al cristianismo, a modo de mensaje oculto legible solo para iniciados. 

Y es que tampoco podemos olvidar el momento cronológico en que la secuencia estratigráfica data los grafitos. En algún momento de la 2ª mitad del siglo III d.C., esto es, entre las persecuciones de Valeriano (hasta el 259 d.C.) y las de Diocleciano (iniciadas en el 303 d.C.). En este período y aunque no conozcamos la repercusión real de estas persecuciones en este ámbito, es poco lógico pensar en un proselitismo público del cristianismo, siendo pausible la existencia de ámbitos domésticos como lugar de reunión (qué mejor que con una apariencia de paedagogium, por ejemplo) y con la utilización de textos e iconografía tanto obvios como, seguramente en mayor medida, con un mensaje oculto detrás de una apariencia vanal????

Si esto fue así o no,  si existió un pedagogo o una especie de «maestro espiritual», o no; o de dónde era éste originario -en su caso-, serán aspectos que constituirán siempre propuestas interpretativas  que, cuando se haya procedido a un estudio a fondo del contenido del material gráfico de esta unidad estratigráfico-cronológica, estarán mejor asentadas. Y estas interpretaciones elaboradas tras una profunda labor de investigación, se soportarán en datos, en documentación y en un razonamiento lógico. Pero aún así, deberán someterse después al oportuno debate científico para que otros investigadores opinen y a su vez, refrenden, maticen o invaliden la propuesta y, en su caso, propongan otra u otras, siempre que se basen en los datos y se razonen adecuadamente.

En definitiva, creo que esa es la manera científica de investigar para ir poco a poco teniendo un más certero acercamiento al conocimiento de nuestro pasado. De eso se trata ¿no? de reconstruir historia y para ello son necesarias propuestas e hipótesis.